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Black por XDeidaraXD

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Notas del fanfic:

Un poco triste, creo yo.

Notas del capitulo:

Éste es un fic que hice hace un año, pero que me gusta especialmente. Espero que os guste igual que a mí y que os haga llorar -es el primer fic que escribo específicamente para eso- para que dejéis reviews con muuuchas criticas constructivas tanto buenas como malas y así poder hacer un fic mejor la próxima vez ^^

 

            Cuando era pequeño siempre me había encontrado a su lado, dándole todo mi apoyo cada vez que lo necesitaba, porque cuando yo no estaba se ponía a llorar. Ahora en cambio, no me necesitaba para nada, me odiaba y me miraba con desprecio. Cada día con él era igual: nos levantábamos, desayunabamos,  se duchaba y se encerraba en su habitación. Luego le cocinaba algo, comíamos y se iba fuera a pasar la tarde. Sobre las ocho volvía ya cenado y se iba a la cama. Me preocupaba de verdad. Reconciliarnos no valió prácticamente para nada, solo para hacerme sentir peor, con lo mucho que me había costado... Evitaba mirarme, cuando le preguntaba algo, a veces ni se molestaba en contestar.

            Yo, como hermano mayor, me sentía perdido y cada vez me deprimía más. La cabeza me daba vueltas y en las misiones tampoco me podia concentrar. ¿Dónde se había quedado el prodigioso Uchiha Itachi? ¿No era feliz otra vez en Konoha?

Estaba tan confuso que, de vez en cuando, mi amor fraternal lo confundí con otro tipo de amor, pero tenía claro donde debía estar, mis problemas no me iban a volver loco.

 

Había pasado casi un año desde que volvimos a vivir Sasuke y yo juntos. Todo iba mal, mal, fatal. Me esforzaba por contentarle y no parecía importarle nada, además, a veces me… bueno… pensaba cosas malas… En esos momentos no me extrañaba nada que no me quisiese, pero eso él no lo sabia, ¿no? Así que pensé que quizás no estaba feliz porque no salía lo suficiente con sus amigos, o que se sentía muy atado y no se atrevía a traer gente a casa.

-Sasuke- le dije un día- creo que quizás… no sé… tengas alguien que… bueno, que te guste, pero que no te atreves a decirlo. ¿Puede ser?

Su respuesta, un gruñido. Seguí intentándolo:

-Pues… ¿Tienes algún problema con alguien o así?

Suspiro.

-No estás a gusto conmigo…-Deseé que no contestase a eso- Si quieres, podemos volver a separarnos. No me gustaría, pero si tú estás más contento, no me importa…

Bajó la cabeza, pensó un momento, yo temblaba. Finalmente contestó:

-Itachi, sé que haces esfuerzos por complacerme, pero no te preocupes tanto por mí. Estoy perfectamente.

Sonreí aliviado. Por lo menos sabía que no me seguía odiando, por lo menos me quería hasta el punto de aguantar vivir conmigo.

-Bien, me alegro… Aún así, creo que sería buena idea que llamases a tus amigos y que viniesen a casa algun día, nunca traes a nadie, solo conozco a Naruto y porque fui a capturarle…

-Ah… vale, estabamos discutiendo dónde podríamos hacer una fiesta y… bueno, creo que aquí no está mal del todo, pero creí que te molestaría.

Dos días después, Sasuke me presentó a unos diez amigos suyos, chicas y chicos. Les dejé solos toda la tarde y parte de la noche. Comieron unas pizzas y me pareció que Sasuke se lo pasaba bien. Me alegró mucho.

Después de cenar, se fueron al cuarto de mi hermano a hacer algo, así que yo también me fui a la mía. Me senté en mi cama y empecé a leer. Escuché risas y algunos gritos, de Naruto y de mi hermano; al parecer, se estaban peleando. Sonreí ligeramente y recordé lo mucho que llegaba a parecerse a mi padre.

Sobre las once de la noche, oí cerrarse la puerta. Ya se habían ido todos.

Me levanté y fui a la habitación contigua. Abrí la puerta; Sasuke estaba acurrucado en la cama, temblando ligeramente. El dormitorio apestaba a alcohol. Me preocupó y corrí hacia él.

-Sasuke, ¿estás bien?- le dije tocandole el hombro.

-Sí… sí, estoy bien.

Respiró hondo y se sentó. Tenía las piernas muy juntas y las manos sobre ellas. No me miraba y seguía temblando.

-Oye, ¿qué te pasa? ¿Qué habéis hecho?

Hubo un momento de silencio, ni él ni yo nos movimos ni dijimos nada. Alzó la cabeza y me miró de una forma extraña. Le toqué la mejilla, estaba ardiendo. Me abrazó y empezó a sollozar. De repente, noté algo, como si subiera por mi pecho, el corazón se me acelero, tuve una…

-¡Sasuke, por favor, dime qué te pasa!

Volvió a mirarme, con los ojos empapados, y me dijo de una forma adorable:

-Itachi… La cabeza me da vueltas… Y quiero algo… algo muy malo, ¿sabes?

-¿Algo muy malo?- asintió- ¿con quien?

-¡Contigo!

Y se agarró fuertemente a mí, llorando como cuando era pequeño.

Podría decirse que yo también estaba borracho. También me estaba mareando, también me temblaba el cuerpo, también quería hacer algo horrible. Era mi hermano menor, a quien le pasaba algo grave, y mi deber era ayudarle a superarlo y sacarle de la confusión, no aprovecharme de la situación. Si le amaba, tenía que resignarme y aguantar, porque luego seguro que me arrepentiría. Pero yo era estupido y egoísta, por lo que le cogí de la nuca y le besé en los labios. Sentí muchísimas cosas a la vez y el cuerpo no me obedecía. Algo que había aguantado y enterrado en lo más profundo de mí había salido repentinamente de golpe. Me iba a desmayar e iba a llorar de la emoción. Le abracé lo más fuerte que pude y él también hizo lo mismo. Abrí un poco la boca para que su lengua estuviese dentro de mí. Sabía demasiado bien…

“¡¡Para!!” me oí a mí mismo decirme “¡¡Si sigues así no vas a poder detenerte y le heriras! ¡Tienes que controlarte! Has sabido hacerlo durante dieciseis largos años, ¿por qué ahora no? Vamos, todavia estas a tiempo” ¿Qué estaba pensando? Sabía perfectamente que ya no podía frenar.

Bajé la mano y le quité la ropa. Me sentí perdido cuando nuestros cuerpos se separaron para quitarnos las camisetas; era estupido, ¿verdad? Le eché en la cama mientras le besaba y lamía todo el cuerpo. Escuchaba cómo suavemente decía mi nombre y cómo soltaba pequeños gemidos. Me volvía loco… Parecía como si volviese a ser mi Sasuke de ocho años, y eso era peor, porque a parte de cometer incesto, confirmaba que era un pederasta.

Llegué a los pantalones y se los quité. “¡No! ¡Ahora si que no puedes seguir, Itachi!!” De verdad, no podía parar, porque había esperado demasiado tiempo, me había intentado engañar mucho tiempo, y ese día teníamos que ser uno sí o sí.

 

Al día siguiente desperté relajado, libre. Me giré. Vi a Sasuke.

¿Miedo? Puede ser. La cuestión es que salí corriendo, no quería saber su reacción al despertar, poruqe era un miserable, un ser despreciable. ¿Qué le había hecho a mi propio hermano? ¡Era un estúpido por dejarme llevar!

Corrí y corrí durante toda la mañana, bajo un sol deslumbrante. Todos los demas jugaban y reian felices con sus amigos y familiares. Definitivamente, el mundo quería joderme vivo… Lo único que podía hacer en ese momento era esperar a ver qué pasaba.

Cuando estaba oscureciendo, decidí volver a casa, arrepentido, lleno de dudas y miedo, con muy poca esperanza, pero todavía tenía un poco. Abrí la puerta y entré despacio.

-¡Sasuke!- llamé.

-¡Itachi!- era él.

¿Todavía me esperaba? ¿Me quería? Quizá lo había tenido preocupado todo el día. Qué tonto habia sido dejándolo solo.

-Sasuke, yo…

No me dejó decir más al tumbarme de un puñetazo.

-¡¡¡¡Eres un idiota!!!! ¡¡¡Un estupido!!! ¡¡¡Gilipollas!!! ¿¡¡¡Pero que te has creido!!!?-Me gritaba, lleno de rabia.

Aún estaba un poco confundido porque no me dio tiempo a recuperarme y asimilar bien sus palabras, pero sabía que no eran buenas.

-Tú… Ayer…-Siguió con su discurso- ¿¡¡Que me hiciste!!? ¿¡¡Qué mierdas me hiciste, jodido maricón!!? ¡¡¡Joder, ya te vale, soy tu hermano!!! Vale, sé que yo quise, ¡pero estaba borracho! ¡¡¡¡Bajo los efectos de un puto afrodisíaco o viagra o como cojones quieras llamarlo!!!! ¿Y tú qué? ¿Tú también? ¡¡¡¡Te odio!!!! ¡¡¡¡No tenía que haberte perdonado nunca!!!! ¡¡¡¡NUNCA!!!! ¡¡Me das asco!! Me marcho, a casa, a nuestra antigua casa, ¡¡¡donde viviamos antes de que TÚ matases a toda nuestra familia!!! Y si quieres, si tienes cojones, vienes, y entonces te enterarás.

Y se marchó.

 

Una semana, y no le vi. Muchas veces había intentado ir a casa, pero siempre me arrepentía y volvía a marcharme.

Me costó, pero finalmente asumí cómo estaban las cosas. Sabía que no le vería más, así que decidí escribirle una carta, ya que era tan cobarde que no me atrevía a ir yo en persona, y no nos vimos más.

Sasuke, te quiero, mucho, muchísimo, pero si tú no me quieres volver a ver, por ti yo haré lo que sea, incluso daría mi vida por ti, mi querido hermano menor.

 

 

 

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Siempre, siempre, siempre te he admirado muchísimo. Tanto, que ya de pequeño empecé a notar cosas extrañas en mi interior; pero por desgracias del destino, nos separamos durante mucho tiempo, hasta que años después, pudimos volver a estar juntos. Sin embargo, ya siendo un poco más mayor, me daba cuenta de que las cosas que sentía cuando estaba contigo no eran correctas, porque era tu hermano menor, así que me encerraba en mi cuarto y me intentaba alejar de ti para no sentir esas cosas tan malas. Creo que te preocupaba, y yo me ponía triste, porque yo te quiero mucho, pero no quiero quererte asi, porque yo no soy gay.

Cuando me hablabas con tu maravillosa voz me sonrojaba y miraba a otro lado; a veces no me veía capaz de contestarte, aunque yo quería, por supuesto. Lo que más quería y quiero en el mundo es que mi hermano mayor esté feliz, pero yo no podía hacer eso por ti, lo siento.

 

A tu lado, el año que pasamos juntos se me hizo muy corto, tan corto que me parecia que la vida no era lo suficiente larga para estar todo el tiempo que yo quería junto a ti.

Un día, traje a mis amigos a casa, para hacer una fiesta porque Naruto había conseguido salir con Hinata, bueno, más bien al revés. Y digo yo, ¿por qué cojones no lo celebraron en sus casas? En fin, que las cosas fueron mal, faltal, por la noche, por la mierda-juego de la botella. ¿A quién coño se le ocurrió jugar a eso? “¿¡Beso o cerveza!?” gritaban todos felices al unisono cada turno. ¡¡Ese juego es estúpido!! Además, ¡es prenda, no cerveza!

Acabamos muy borrachos, yo por lo menos, y la cerveza se terminó. Me tocó a mí y no había más para beber, pero no quería dar un beso a nadie, porque todos los que estaban ahí no eran tú, y yo solo te quiero besar a ti.

-Hala, pues toma esto- dijo el listo de Naruto.

-¿Qué es?

-¡No te atreves, no te atreves!- dijo en tono infantil.

-Claro que sí, pero quiero saber qué es.

Me pasó la caja, para que leyese el título: Viagra. Se la devolví corriendo.

-¿Tú qué eres? ¿Gilipollas? ¡¡Yo no tengo ninguna disfunción!!

-Así que te rajas…- Naruto parecía contento por haber ganado.

-¡¡Ya verás imbécil!!

Gritamos un poco, seguro que tú lo escuchaste, pero confié en que no nos habías entendido nada.

Me lo tomé, sin siquiera la ayuda de un poco agua, bajo la mirada curiosa y divertida de todos. ¿Esperaban algo? Pues no notaba nada, por lo menos no hasta que pasó un cuarto de hora. Empecé a temblar y tenía la necesidad de hacer algo con alguien, pero nadie de ahí me valía.

-¿Sasuke, estás bien?

Asentí, les dije que se marcharan y eso hicieron. Ya se me pasaría el efecto.

Entonces entraste y me sentí mal por dentro. Me trataste tan bien que no pude controlar mi cuerpo. Me besaste y lloré de lo feliz que estaba por encontrarme así contigo. La viagra y el alcohol me habían vuelto loco, y cuando pasabas tus labios por mi cuerpo desnudo te quería cada vez más y más. No podía evitar gemir y suplicarte que siguieras. Si parabas, me iba a dar algo.

-Itachi…- te dije jadeante- Te quiero… No pares… Me haces sentir tan bien… Estoy tan bien contigo…

No entendía porqué se me ponía una voz más aguda de la normal. Quería ser más pequeño, para estar como antes habíamos estado siempre, juntos y unidos, sin que tú te enfadases conmigo. Quería ser pequeño para ti, para hacerte feliz. Quería volver a tener ocho años.

Me desnudaste entero, y lo que vino después fue lo mejor que me pasó en la vida. Lo mejor después de haber nacido siendo tu hermano.

 

Por la mañana, miré por todos lados y no estabas. Me llevé un gran disgusto. Seguro que ya no me querías, porque pensabas que era un tonto por hacer esas cosas. Pero yo en realidad no te quería así, ¡¡NO!! Yo… sabía que no lo hacía.

-¡¡¡Porque yo no soy gay!!! ¡¡¡Te digo que no!!!- Repetí vairas veces a lo largo del día.

Te esperé horas y horas en casa, hasta que por la tarde llegaste.

-¡Sasuke!- Escuché desde el salón.

-¡Itachi!- dije muy contento.

Fui corriendo hasta la entrada, y cuando te vi, me entró pánico. Yo no era gay, yo no lo era.

-Sasuke, yo…

Te pegué un puñetazo, no quería saber nada.

Empecé a decirte cosas horribles, cosas que realmente no pensaba, pero quería esconderme, ocultarme y protegerme, que tú me ayudases; ¿y cómo? Ahora de quien quería huir no era de alguien malo, de alguien que quisiese herirme; quería huir de ti, así que yo te hice daño, yo te tenía que herir, para ponerme una coraza y escapar. Itachi, de verdad, quería que te pusieses unos tapones, que no escuchases lo que decía, que me pegases para parar y no perderte, pero no lo hiciste, no hiciste nada…

Así que derramando las lágrimas que me causaba a mí mismo al decir esas palabras, me marché.

 

Pasó una semana entera, yo te esperaba, esperaba que vinieses a decirme lo tonto que había sido y que finalmente me perdonases, pero no viniste. ¿¡Por qué!? ¿¡Por las cosas tan estúpidas que te había dicho!? Te estaba esperando, pero decidí que al día siguiente iría a verte si tú no aparecias.

Al día siguiente, esperé la mañana entera, y después de comer, me preparé y con las piernas temblando, me dirigí a hablar contigo. Abrí la puerta, y de sorpresa, me encontré con el cartero.

-¿Es usted Uchiha Sasuke?

-Sí, ¿por qué?

-Una carta, sin remite,señor.

Era extraño, si nadie sabía que estaba ahí a parte de… de ti. Si no me hubiese llamado la atención, no la hubiese leído, pero dada las circunstancias, decidí que hablar contigo podía esperar unos minutos más.

Abrí la carta y en seguida vi tu perfecta letra. El corazón me dio un vuelco.

-Qué forma mas romántica de pedir perdón.- Dije con una sonrisa de estúpido en los labios.

 

[Para Sasuke:

Querido hermano, quiero que sepas que siempre te he tenido en mente, porque eres lo más bonito de mi vida. Pero parece que yo no soy lo suficientemente listo como para saber tratarte mínimamente bien, o normal por lo menos, así que comprendo que tú no me quieras.

Tienes razón cuando dices que doy asco, porque me horrorizo yo mismo solo con pensar las cosas que te he hecho y todo lo que he llegado a pensar.

Aunque me haya esforzado siempre por ser un buen hermano, parece ser que nunca lo consigo. No logro hacerte suficientemente feliz. Por eso, quiero que de ahora en adelante, junto a otra persona que pueda hacer lo que yo nunca he hecho, vivas feliz toda tu vida, porque la mia se acaba hoy, cuando te llegue esta carta y tu la estes leyendo, esa misma mañana ya no estaré más contigo. De lo que más me arrepiento es que una vez que muera, no podremos volver a vernos, porque iré a un sitio al que tú no irás por haberte hecho esa cosa tan despreciable.

Por favor te pido, mi último deseo: olvida todos los errores que he cometido y no me odies siempre. Sé que es algo difícil, pero te ruego que lo intentes, porque yo te quiero mucho; siempre lo he hecho y siempre lo haré.

Te prometo que nunca he deseado nada malo para ti, así que sé feliz.

Hazlo por mí.

Itachi]

 

Terminé de leer la carta y me entró la risa.

-¡Ja, ja, ja! ¡Itachi, qué bromista! Pero estas cosas no se hacen.

Apreté fuertemente la carta, intentando hacerla desaparecer.

-Tú estás vivo y lo estarás siempre, ¡¡JUNTO A MÍ!!

Me fui corriendo, porque lo que ponía ahí era una excusa para hacerme volver a casa. Tú no estabas muerto, lo sabía.

Entré en casa y no me molesté en cerrar la puerta.

-¡ITACHI! ¡ITACHI! ¡CONTESTA, JODER!

Estaba tan desesperado por encontrarte que me tropezaba sin razón. Abrí la puerta de tu habitación y vi algo raro. La vista se me empañó y no me quise creer lo que veía.

-¡¡¡ITACHI!!! ¡¡HERMANO!!

Colgabas del techo, inerte y sin respiración.

-¿¡Por qué has hecho esto?! ¡Itachi, dime algo! ¡Sé que no eres tú! ¡Tú estas vivo, hermano!

Lloraba y lloraba abrazado a tu cuerpo, frío y pálido. Yo tenía que hacer algo.

-Itachi, ahora te voy a tapar en la cama, y ya verás cómo enseguida te encuentras mejor.

Te eché, te tapé, te miré durante media hora, y tú no reaccionabas, por supuesto.

Me levanté y me subí a una silla, mirándote con esperanza y con la cara de un niño, de tu hermanito de ocho años. Esta vez sí, esta vez estaba seguro de que tú estabas dormido, y de que harías como antes cuando hacía una tonteria, si me colgaba yo, seguro, pero seguro, tú te levantarías a ayudarme, porque eso estaba mal. Yo todavía era tu hermano pequeño, tonto y estúpido, pero que te quería con toda su alma, y que si tú no estabas, se pondría a llorar.

 

Notas finales:

Sé que la viagra no te excita, pero digamos que era lo que Sasuke había usado de excusa para liberarse, ne? ^^

¿Os ha gustado? ¿Otro para la próxima vez?

¡Recordad! Los reviews son bien recibidos =D


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