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Memories por UchihaVampire

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Notas del fanfic:

Los personajes de Fullmetal Alchemist le pertenecen a la sensei ^^ Hiromu Arakawa

Dedicado a todos los amantes del yaoi RoyxEd RoyxPride... o a los que les gustaria que se los dedique XD

-Edward… mírame.- Dijo el moreno con voz entrecortada. Los jadeos cadenciosos llenaban la habitación, donde un rubio sonrojado y sudoroso se esforzaba por mirar al hombre sobre suyo, que a su vez intentaba ahogar sus gemidos. Después de todo, solo le gustaba oír los de él.


-¿Q-qué… es lo que-e…?- Un sonoro gemido se escapo de su garganta, echando su cabeza hacia atrás involuntariamente y cerrando sus ojos al instante, dejando su cuello y pecho a merced del moreno. Dos estocadas más y la esencia fue derramada entre los dos cuerpos, provocando una deliciosa contracción con su cuerpo que llevó al clímax al más grande.


 


‘‘ Dime que me amas, dime que me amas.


Más que a nadie. ’’


 


Memorias.


 


El joven rubio abrió los ojos de golpe, no quería más fantasmas, no quería pensar ahora.


-¿Estás bien?- La voz del menor lo hizo dar un respingo. –No parece que sea el frio…


Hasta ese momento no se había dado cuenta del ligero temblor que recorría su cuerpo. Avergonzado enterró su rostro entre sus manos, y el muchacho se inclinó para abrazarlo, intentando transmitirle seguridad. -No es nada, es el estúpido clima.- Pero fue solo una palabra la que cruzó por su mente.


 


‘‘Taisa…’’


 


Dos años habían pasado desde que regresara de Shambala. Si le hubieran dicho que los fantasmas de esa mujer le perseguirían aún estando del otro lado… pero no, no era justo hablar así de ella, después de todo era la que se había encargado de cuidarlos a él y a Alphonse por órdenes del coronel; todo el cuartel general los intentaban proteger cuando desde pequeños habían entrado, y eso lo incluía a ella.


 


-¿Se divierten?- Preguntó un sonriente y algo alcoholizado Havoc a los chicos que estaban parados delante de él.


-Sí, no está mal.- Contesto el rubio mayor que se aburría de lo lindo.


-Bueno, era de suponerse, solo en ocasiones como esta el coronel nos deja tener nuestras andadas con mujeres aún estando de subordinados. Creo que deberían irse temprano, no tardara en quedar todo vacio- Se despidió un una media sonrisa mientras se dirigía hacia la rubia en que había puesto los ojos, una belleza de cabello largo que se veía deslumbrante con su vestido azul turquesa.


-etto, onii-san creo que deberíamos irnos ya.- Sin embargo aquel rubio tenía otros planes en su cabeza. La enorme armadura se dirigió a la salida, estaba algo extrañado por el comportamiento de su hermano, pero si decía que tenía que arreglar asuntos importantes con el coronel no lo interrumpiría… solo esperaba que no se pusiera a pelear con él en medio de la decadente fiesta.


-¿Taisa..?- Dos pares de ojos se posaron en él, unos oscuros y otros color ámbar. – ¿Tiene un segundo?


Hawkeye le dirigió una mirada perspicaz ¿Desde cuándo…? Bueno, no tenía importancia, luego continuaría su conversación. Se disculpó cortésmente y fue hacia un grupo de chicas que charlaban en otro extremo del salón, ya casi vació, dejándolos a ellos solos.


-Edward.- Dijo el moreno ya en el lobby del hotel, un brillo alegre cubrió su mirada y no pudo evitar una sonrisa juguetona hacia el menor, que intentaba por todos los medios evitar sonrojarse.


-Yo… es sobre… lo que pasó.- Dijo atropelladamente el rubio sin poder evitar bajar la mirada y que el rubor empezara a teñir sus mejillas. Diablos, solo él podía ponerlo así… se empezaba a sentir estúpido.


-mhnn ¿lo que pasó sobre qué?- Preguntó con un tono un tanto ingenuo después de darle un sorbo a su bebida, sonriendo ante el seño fruncido que el menor había puesto. –Si te refieres a esa vez en que estuviste bajo mío gimiendo mi nombre por toda la noche…


-¡Taisa!- El rubio lo miraba con una furia que contrastaba con sus mejillas teñidas de un leve rosa. Mustang estiró sus brazos para tomar las manos que el muchacho  había mantenido sobre su regazo hasta el momento, sintiendo el tacto frio entre carne y automail.


-Oye ¿Te arrepientes?- Pregunto dulcemente el moreno atrayéndolo en un estrecho abrazo; había percibido la vergüenza escondida detrás de la furia del menor, el cual se limitó a corresponderle el abrazo.


-Lo que dijiste esa vez…-


-Todo es verdad, fue por el momento, el momento que había esperado desde hace mucho tiempo. Todo lo que dije, las cosas que susurre en tu oído, todo fue solo para ti.


 


Borró las imágenes de su mente, no quería ponerse a recordar esas cosas ahora. Cuando su hermano despertó el había estado mirando la ventana, no había logrado pegar el ojo el resto de la noche después de lo sucedido.


-Nii-san.- El menor lucia algo preocupado. -¿Te sientes bien? ¿Quieres que llame a la enfermera?


-Eeh no Al, solo estaba pensando.- Dijo el rubio mayor con una gotita en la cabeza… su hermano podría ser tan dramático.


La mañana había llegado y pronto, después del ligero desayuno que dan en esos lugares, Edward tuvo que regresar a sus terapias. Ya había pasado algún tiempo desde aquel suceso, ya sentía ese cuerpo como el suyo propio y muy pronto podría manipularlo a su antojo. Después de todo, estaba en la última etapa de su tratamiento.


-Oye Al ¿Crees que algún día… ya sabes, podramos regresar?


-No creo que sea bueno que andes pensando en esas cosas ahora.


- Tú siempre eras el que hablaba de esperanza.- Empezaba a alzar la voz.


-¡Dios! ¿No te estás viendo? Con trabajo y puedes valerte por ti mismo ¿Para qué quieres regresar? Aquí es donde nos tienes a mí y a Lily, aquí estamos nosotros que somos tu familia ¿Qué más necesitas? Ya me has devuelto mi cuerpo, ya as recuperado lo que hemos perdido, es lo que pretendías ¿No?.- Dijo calmadamente al final, con un deje de frustración y tristeza.


-…


-Nii-san


‘‘¿Pero a qué precio?’’ Otra vez esos recuerdos cruzaban por su mente, y en ellos aparecía…


-No es bueno que hables de otros mundos en lugares como estos, podrían encerrarte.- Siguió diciendo el menor mientras pasaba una mano por su cabello. –Yo también extraño el lugar, ahí dejamos nuestra infancia y nada nos la devolverá. Pero aquí tengo una vida y soy feliz con Lily en este lugar, tal vez podrías intentarlo.- El mayor solo se hizo el desentendido y empezó a amarrase la coleta de su cabello. -¿Acaso tuviste algo con él, o es solo que extrañas que alguien te diga que hacer?


-Ah?- Las orbes doradas se dirigieron con un repentino interés al cuerpo delante suyo.


-Deberías dejar de hablar dormido Nii-san.- Dijo Alphonse antes de levantarse para salir de la habitación con una leve sonrisa y algo de pesar en su cara. Quizá se veía algo apesadumbrado.


-hablar… ¿dormido?- Para cuando el rubio había procesado la información el menor había salido ya. -¡REGRESA AQUÍ ALPHONSE ELRIC! ¿CÓMO QUE HABLAR DORMIDO? ¿ME ESTUVISTE ESPIANDO? ¡VEN AQUÍ Y DIME LO QUE ESCUCHASTE! ¡NO ME HAGAS SALIR A PERSEGUIRTE!


 


-¿Le aplico un calmante doctor?- Preguntó la enfermera algo asustada por tremendos gritos que se oían dentro de la pieza, poco más y el muro sería derribado.


-No será necesario.- Dijo el rubio de cabello corto mientras pasaba al lado de ellos dirigiéndose a la salida. –Eso es solo un berrinche.- El doctor y las enfermeras miraron con gotitas en la cabeza hacia una puerta que, al parecer, rugía.


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