Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pretender Mantener Promesas Perdidas por Eyrin

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Primero que nada, unas cuantas aclaraciones de la historia... espero que esto no se extienda mucho ^.^U

1. La historia no esta aun terminada pero es poco lo que le falta, Erasmus por cualquier cosa, es el personaje de otra historia que esta relacionada con esta de forma completamente indirecta (al menos asi lo pienso) pero la cual solo tiene su primer capi, publico primero esta historia debido a que ambas son independientes asi que no afecta la comprensión una de la otra... es solo por aquello de que se pregunten eso.

2. El mundo donde se encuentran es algo asi como un sitio alterno, los sitios que se nombren son de los pocos que existen; esta aclaracion es porque los sitios que salen en el fic son completamente inventados y no tienen relacion con ningun lugar existente. Por ahora creo que eso sería... cualquier duda si alguien tiene me escriben y yo lo aclaro.

Por cierto, este capitulo es introductorio... las cosas quizá pasen muy rápido algunas pero es para efectos de la historia asi que espero que no les moleste. De antemano muchas gracias por leer la historia (independientemente de si dejan review o no espero que la disfruten y se les agradece el tiempo que se toman para abrirla aunque sea ^.^)

Comenzamos!

 

Capitulo 1:

Ángeles en tierras de Marine

 

 

Mercury, desde que tenía uso de razón el y Molooj estaban juntos, al menos como amigos. Se habían conocido hacía años, cuando por primera vez él había sido capaz de salir fuera de los muros que encerraban su escuela. A excepción de sus padres nadie más había visto al chico tal como era y esto era así desde que tuvo dos años…

En ese momento tenía nueve y, después del largo entrenamiento con los representantes del consejo como tutores, estaba listo para descubrir durante un tiempo el mundo que le rodeaba y la isla en la que debería vivir a partir de ese momento. Su padre había estado dispuesto a dejarle con tal de que el consejo le tomara como parte de él pero no fue necesario. Mercury tenía una capacidad demasiado grande para aprender; desarrollaba cada cuestión con la perfección más grande y sus ojos siempre se encontraban dispuestos para lo que fuera que tuviera que hacer.

Era por este motivo que el chico había logrado salir de los territorios de la llamada escuela para el mundo exterior a enfrentarse y conocer su nuevo hogar. Le habían advertido ya que aparte de la Isla de Marine había otros sitios que podría visitar pero no sería frecuente y llegaría el tiempo cuando esto se detuviera, cuando tomara parte activa del consejo superior.

Molooj, por otra parte siempre fue libre. Su padre le llevaba por todo lo largo y ancho del mar, tenia la misma edad de Mercury pero ya para ese entonces había incluso una vez comandado solo el navío. El Cristal Rose siempre había estado con su familia y posiblemente siempre lo estaría hasta que esta ya no lograse continuar su linaje o quedara su nombre perdido en los océanos del tiempo. Pero por ahora ese era su barco… o al menos en algún momento lo sería.

Mercury, después de estar encerrado por tanto tiempo la libertad le sentaba bastante bien al chico, aunque no cambiaría el hecho de que su piel era más bien pálida. El Cristal Rose arribó una mañana luego de 18 cambios de luna desde que Mercury hubiese salido y, como futuro miembro del consejo era su deber ir a darles la bienvenida. Iban con otras personas claro pero, desde aquel momento debía aprender a realizar ese acto.

Los marinos comenzaron a bajarse de forma lenta del barco. El muchacho se encontraba completamente sorprendido de ver algo así. Había visto dibujos, imágenes que las personas con habilidad dibujaban para que supiera cuales eran los navíos que normalmente llegaban a su bahía y como se veían estos; debía decir que de verlo plasmado en aquellos materiales extraños a verlo frente a si mismo era completamente distinto. El barco, de dimensiones colosales, lo reconocía por su nombre pero aun así no lograba salir de su asombro.

- Nos honra recibirle a usted y su navío en la costa de Marine capitán. – escucho como su mentor principal, que estaba al lado de su padre, le daba la bienvenida a un hombre de cabellos rubios de tonos platino. Mercury nunca había visto nada del capitán de aquel barco pero a partir de aquel momento comenzaba su entrenamiento práctico. Debía aprender quienes eran los tripulantes. Notar si dentro de la gente que llegaba venia la próxima vez gente nueva y saber quiénes eran todos. Era su trabajo para evitar que en algún momento se diera la traición contra los acuerdos en la isla y, de ser así saber a quién buscar como culpable. – estamos a su disposición para lo que necesite de nuestras tierras.

El hombre de cabellos dorados miro a su padre, Mercury pudo notarlo un poco alegre y a su padre también de ver a aquel hombre. El capitán se inclino frente a su mentor y después de esto empezó a dar órdenes a todos los demás miembros, ya fuesen o no del barco para que desembarcaran y empezaran a buscar los suplementos que requerían para continuar en alta mar.

- Felicidades por tu primer encuentro con uno de los grandes navíos – le dijo su mentor. – ahora sabes lo que debes hacer. Espero buenos resultados ya que eres mi alumno Mercury. Así que mientras que realizas tu trabajo y bajo la ventaja de ser un niño puedes divertirte un poco.

Mercury hizo una leve reverencia y comenzó a caminar entre las cosas y los hombres mirando fijamente cada uno de sus rostros. Traían cosas extrañas entre sus pertenencias e incluso otras bellas. Subió con cuidado la madera que utilizaban para descargar y, de forma lenta avanzó en el interior del barco. No se dio cuenta cuando cerraron la abertura y, sin detenerse a mirar continúo con su inspección.

Era enorme por dentro, quizás más de lo que parecía por fuera, se encontraba bellamente formado y la madera en condiciones excelentes. Sabía poco de barcos en realidad pero en este mundo existen cosas obvias y esta era una de ellas. Su recorrido le llevo hasta lo que parecía ser una cocina, luego a la parte mas baja donde tenían algunas celdas de frío metal (lugar el cual rápidamente abandonó) y por ultimo entro a una sala llena de camarotes y puertas diversas. Subió lentamente unas gradas hasta que se encontró en otro pasillo y de ahí hasta que comenzó a ver puertas nuevamente, eran aproximadamente seis grandes, con cerrojos.

La intriga le invadió e intento abrir una. Estaba cerrada con llave. Continúo con la siguiente y así sucesivamente hasta que en la quinta la puerta se abrió. Una extraña emoción pronto se apoderó de él y, empujándola suavemente sin hacer ruido entro en esta. Era lo que parecía una habitación individual y aquello era extraño teniendo en cuenta las múltiples camas que había visto antes. Aun así caminó hasta la ventana. Estaba tan alto que fácilmente podía verse parte de la costa desde ese punto y el mar desde lo alto. Era fantástico.

Inspeccionó un poco mas a fondo aquel sitio. Había ropas en un lugar esparcidas… aquello tan llamado desorden por las personas. Después algunos juguetes. Un espada y un arma larga. Una pistola. La tocó con la punta de sus dedos y, con más confianza después de mirar a su alrededor como un pequeño travieso la tomó.

Sin duda aquella no era la cabina en la que mantenía su cuarto el capitán, era de alguien importante en la tripulación y posiblemente, joven… un niño, aunque por las ropas no podía asegurarse del todo. Se sentó en la cama de aquel sitio y con suavidad se recostó. En la escuela y la isla de Marine aquellos que eran elegidos para continuar con el consejo no dormían en otra cosa que no fueran hojas secas y plantas; tenían la creencia que esto era parte de mantener su pureza. A su vez habían muchas otras cosas que estas personas no debían hacer para mantenerla pero, no sería un problema hasta mucho después. Por ahora aquella cama cómoda, suave le estaba adormeciendo y lentamente se quedó profundamente dormido.

*-*-*-*-*-*-*-*-*

Había movimiento a su lado y sintió como de pronto la cama a su alrededor se hundía por un peso. Abrió los ojos asustado e intento incorporarse al no reconocer el sitio donde se encontraba. Una mano firme se lo impidió volviendo a acostarlo completamente y él, asustado solo cerró con fuerza sus ojos e intento cubrirse el rostro con los brazos pero inmediatamente, al tiempo que hacía esto la persona sobre él tomo con fuerza algo que sin darse cuenta sostenía firmemente y se lo arrebató de las manos.

- Pregunta uno ¿Quién rayos eres?, pregunta dos ¿Qué demonios haces en mi habitación? Pregunta tres ¿eres idiota o que? Acaso no sabes que es muy peligroso dormirse con un arma en las manos si no estas seguro de cómo agarrarla y que no este cargada.

Mercury escucho la voz con detenimiento y de forma lenta descubrió su rostro abriendo a su vez los ojos. No había duda que la voz que le había hablado era la de un chico pero, no tenía más de dos años sobre su edad. Le miró con detenimiento y vio como el muchacho se sonrojaba.

- Además – agregó este volteando la mirada - ¿Qué demonios esta haciendo una niña en mi habitación?

Mercury miro al muchacho que tenia frente a si fijamente… era la viva imagen del hombre que antes había estado afuera del barco… el barco… ¡allí era donde se encontraba!

- ¿Y bien? – preguntó con suavidad mirándole con detenimiento.

- ¿Disculpa?

- Ya te lo dije – Molooj parecía ciertamente perplejo ante aquella imagen que tenia ante sus ojos - ¿Quién rayos eres? y ¿Qué demonios haces en mi habitación?... no mejor dicho ¿Qué demonios esta haciendo una niña en mi habitación? Si, esa fue la última pregunta mejor formula…

Molooj se cayó al instante y de forma lenta empezó a sentir el escozor que causaban los golpes en el rostro… ¿Qué diablos? ¿Aquella niña se había atrevido a pegarle, no una bofetada sino un puñetazo? Volteo de forma lenta el rostro con una mano sosteniendo la mejilla afectada y se le quedó nuevamente mirando.

Ciertamente no sabía cómo actuar porque nunca antes en toda su vida había visto una niña como aquella… era simplemente hermosa. Sus cabellos eran de un suave tono castaño claro y los ojos de tonos igualmente cafés pero se percibía en ellos un brillo que era solamente característico en la dulzura de la miel. La piel pálida como la que tenían las muñecas de porcelana y suave como el toque de una pluma. Pero no por ello se dejaría golpear de aquella manera, podía ser muy linda y delicada pero…

- ¡Con un demonio! ¿¡Tienes manos como aletas de ballena o que!? No deberías golpear tan fuerte… no es bueno en una… - Molooj nuevamente enmudeció pero esta vez fue debido a que la “chica” se había bajado la parte superior de esa extraña ropa que llevaba… - no es bueno en una… una…. – tartamudeo.

- No soy una niña – habló finalmente Mercury mirando los ojos vedes de aquel chico… estaba simplemente indignado ¡confundirle con una mujer! Era un niño, era obvio que aun no se hubiese desarrollado como un muchacho pero de ahí a decir que parecía… no, que ERA una mujer se volvía completamente absurdo.

- ¿No? – miró como el rubio abría los ojos con sorpresa y no puedo evitar sonrojarse por lo que el otro hizo… la mano del de ojos verdes, que en lugar de verificar con su mirada que no le avergonzaba mostrar su pecho como le pasaría a una chica, viajó hasta posarse en sus genitales y lo toco un poco de forma que logró sentir toda su anatomía por encima de la ropa.

- ¡KYAAAAAA!!!

Mercury no pudo evitarlo… aquel grito, algo femenino para empeorar la situación, salió de su garganta con fuerza e incorporándose, retrocedió para perder contacto con la mano del muchacho. Estaba completamente rojo y respiraba de forma dificultosa, estaba asustado… era la primera vez que alguien le tocaba esa parte tan intima y se suponía que de hecho aquello no debía pasar. Sin pensarlo ni un momento se volteo dándole la espalda a aquel atrevido.

- Mira que reacción… pero a final de cuentas era cierto… - sonrió con superioridad y escuchó un suave sollozo – oye… no ¿no estarás llorando verdad?

Nuevamente se escucho el sollozo y Molooj se preocupo. Hasta donde había sentido solamente lo froto un poco… no lo había lastimado.

- Oye… perdón yo… no quería… no quería lastimarte…yo…

- No me lastimaste – escuchó la voz quebrada de aquel muchacho – no lo hiciste… - Molooj miro con suavidad al ahora declarado “muchacho” (aunque aun no lo creía del todo) y le acaricio el cabello. Escuchó unos cuantos suspiros y nuevamente la voz del joven. – es solo que me asusté, nunca nadie me había tocado… se supone que no deben hacerlo porque debo mantener la pureza como miembro del consejo.

- ¿Miembro del consejo?

- Si… si eres parte del Cristal Rose deberías conocer al consejo de sabios que guardan la isla de Marine…

- ¡¿Eres parte de esa partida de viejos aburridos y arrugados que no hacen mas que esperar a que llegue un barco?!

- ¡No solo hacemos eso! – grito y enfadado se volteo aun con rastros de lágrimas en los ojos. – Tenemos muchos deberes, mas que ustedes. Ustedes solo llegan a Marine descuidadamente y somos nosotros quienes deben velar porque no se desarrollen conflictos entre los navegantes… o entre los capitanes, y si existen que no se crucen. Que se mantenga la paz… ¡No sabes lo difícil que puede llegar a ser eso!

- Pues yo nunca los he visto haciendo otra cosa que nos sea hablar…

- ¡A eso, ignorante, se le llaman tratos diplomáticos! – Molooj miró fijamente a los ojos del muchacho y, dejando la seriedad aparte soltó una ligera risa; refrescante como el agua del mar.

- Me llamo Molooj; soy el próximo capitán del Cristal Rose e hijo del actual capitán. – le ofreció una mano y el otro le miró perplejo pero, como niño que era solo le respondió con una suave sonrisa y tomo aquella mano suavemente.

- Soy Mercury, hijo de Ariadna y Nerios. Mis padres no son…

- ¿Eres hijo de Nerios? – Mercury suavemente asintió – es extraño… nunca me ha parecido vete…

- Hay un motivo para ello… - comentó suavemente. En aquel momento lo que menos quería recordar era el haber vivido tanto tiempo dentro de aquel encierro… al menos no ahora que había salido y estaba haciendo su primer amigo.

- Bueno… supongo que debemos de bajar a tierra porque, si es como dices el consejo debe estar volviéndose loco buscándote. Atardeció hace mucho y es peligroso, aun con barcos conocidos dejar a alguien que tenga… emmm… no me malinterpretes, pero no es bueno dejar solo a alguien con tu belleza rodeado de tantos posibles atacantes.

Mercury se sonrojo y bajo de la cama lentamente ordenando su ropa que estaba ligeramente arrugada. Caminó un poco y antes de salir por la puerta le dirigió una mirada a Molooj diciéndole que le acompañara. El otro no pareció querer moverse.

- Supongo que si no te cuentas entre esos posibles atacantes me acompañarás por mi bien. – el sonrojo en el rostro de Molooj no se hizo de esperar y de forma lenta comenzó a caminar como escolta detrás de aquel muchacho.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

- Oye Mercury… de verdad que no quieres venir con nosotros a viajar en el barco. – Molooj rápidamente se había acostumbrado aquella última semana a la presencia de Mercury con él. De verdad era divertido tener otra persona de su edad con la que podía hablar libremente. – En verdad, juro que a mi padre no le molestaría que fueras con nosotros si así logra mantenerme calmado un rato.

Mercury sonrió suavemente. Había muchas cosas que no podía decirle a Molooj porque eran parte de los secretos y costumbres que tenia el consejo. Siempre existían cosas que Mercury no comprendía del todo porque las hacían pero así eran y por ahora, solo sabía que debía obedecer.

Para eso le habían entrenado durante años.

- ¡Mercury! ¡Te estoy hablando!

- Si, ya te escuché… pero también te he dicho ya que es imposible que viaje con ustedes. No se si no te ha quedado claro pero ¡soy miembro del consejo! Y por ahora mi deber es estar aquí.

- Aburrido – refunfuño por lo bajo obteniendo una mala mirada de Mercury quien, de forma lenta comenzó nuevamente a caminar.

Aquella era la última tarde que el Cristal Rose pasaría en la costa de Marine pues, mas bien era demasiado el tiempo que llevaban allí. Lo normal era llegar por uno o dos días y partir pero, en aquella ocasión los grandes navíos debían reunirse. Ellos llegaron mucho antes de lo previsto.

-Además no es como si te conociera desde hace tanto para tener la confianza de irme ciegamente contigo – comentó. – la he pasado muy bien la ultima semana pero también mis deberes son importantes.

- Ese no ha sido un comentario agradable. – respondió el otro. Mercury mantenía algún tipo de muro siempre que hablaban pero, aquel día estaba aun peor que de costumbre y Molooj, quería que de alguna forma se rompiera el hielo. – no importa, me basta con saber que al menos te agrado lo suficiente para escaparte del consejo y pasar un rato conmigo.

Continuaron caminando de forma lenta, en silencio. Aquel día la meta era llegar a la cima de una de las montañas en Marine para recolectar fruta y, con la comida que había preparado Mercury (la cual Molooj estaba ansioso de probar) tener un día de despedida, o un hasta la próxima al menos. Molooj odiaba el silencio. Odiaba la calma en la que el otro podía sumergirse al punto que parecía estar solo… pero al mismo tiempo le agradaba esa mirada tranquila simplemente en el horizonte.

- Tu cabello… - comentó de pronto – nunca había visto a un niño con los cabellos así, son largos… - miró a Mercury que se tocaba suavemente los bordes del pelo y jugaba con un mechón especialmente suave. – no es común que los niños mantengan el cabello largo cuando están en los barcos… es por eso. – agrego y vio el sonrojo extenderse por las mejillas del otro.

- ¿Intentas decirme que tengo un lindo cabello?

- Supongo que si… - comentó un poco avergonzado y el otro sonrió un poco más; podía ser de forma inconsciente pero Mercury era bastante coqueto con él… a pesar de ser hombre.

- Será más largo en unos años. – Molooj le miró interrogante – como parte del consejo – respondió ante la mirada expectante del otro – a partir de los siete años solo pueden cortarme una vez al año el pelo y deben ser no menos de siete centímetros pero no más de diez.

- ¿Eso quiere decir que cuando estés viejito tendrás el cabellos dándole vueltas a tu cuerpo y no podrás moverte? – Molooj rió y miró hacia el frente. El otro también lo hizo y continuó acariciando levemente las puntas.

- No, cuando llegue a la mitad de mis piernas lo cortaran para que no sobrepase este nivel. La verdad no estoy muy enterado de porque es que hacen esto pero no me molesta. Me gusta el cabello largo.

- A mi también. – susurró el otro y Mercury le miró aun más sonrojado de lo que ya estaba. – Bueno... digo...

- Tranquilo, no lo estoy malinterpretando. – el chico de cabellos castaños habló con suavidad. – No es como si me molestara que te agrade mi cabello. Debe ser frustrante no poderlo tener así.

- Ni que lo digas... y con esta ropa. – Mercury le miró fijamente; era verdad que ya había notado que Molooj usaba ropas realmente holgadas... parecían ser para alguien mucho más grande que él, quizá no un adulto pero si alguien con un poco mas de altura y masa corporal. Molooj notó la mirada, aunque discreta, muy curiosa del castaño.

Sonrió suavemente y suspiró. Mercury vestía ropas para él extrañas también así que si le contaba el otro se vería obligado a decirle.

- Te digo porque son así si me cuentas acerca de las tuyas.

- Eso es chantaje. – refunfuñó el otro.

- No, es un simple intercambio de información muy dado entre navíos diferentes. Nadie da nada gratis, para algo debes obtener un beneficio así que... comienza a hablar. – el castaño suspiró. En solo una semana había comprendido completamente que cuando a Molooj se le metía algo en la cabeza no existís persona que le sacara la idea de forma alguna.

- Es la parte de abajo de la ropa que uso generalmente. – Comentó – sobre esta van siete capas más, unas pesadas, otras suaves y livianas pero todas son parte de lo que se necesita para mi entrenamiento. Además de que son ropas rituales, no puedo estar sin ellas mientras que este en la escuela o en los templos del mar.

- Vaya... en esta semana he aprendido más del consejo que en todos los años que he venido a este lugar.

- Supongo. Pocos saben que el consejo tiene lugares llamados Templos del Mar en la isla. Debemos realizar una serie de plegarias a nuestros propios Dioses que nadie más comparte para que tengan a los marinos que protegemos a salvo. Nadie sabe que pueda suceder en las aguas.

- ¿Y que clase de oraciones son?

- Eso no puedo decírtelo... – Mercury sonrió como solo él sabía hacerlo y miró a Molooj. Aquello sin duda alguna había despertado la curiosidad del muchacho. – es momento de que me digas tu parte, según el código que me has dicho.

- Bueno... no es del todo un código... – miró la sonrisa – la verdad es que no es algo tan asombroso e importante como lo tuyo... – se sonrojó – lo único es que papá no me comprará ropa hasta que llegue a cierta estatura y peso porque dice que puedo usar esta. – Suspiró – es ropa de otros marinos que han estado con nosotros desde muy jóvenes y crecieron, así que no importa. Tarde o temprano podré usar ropa nueva... o al menos de mi talla.

Vio como Mercury le miraba lleno de ternura y, acto seguido volteaba al horizonte.

- Me parece muy noble de tu parte aceptarlo de esa forma.

Molooj sonrió suavemente y una pequeña risa como la brisa que acariciaba sus rostros escapó de sus labios. Le parecía curioso que el otro pensara que había aceptado aquello de una forma tan sencilla.

- De todas formas no importa – murmuró – deberíamos apresurarnos, parece que esta tarde lloverá y no quiero que después me culpen de enfermar a alguien de ese condenado consejo...

- No creo que si me enferme dejen las cosas con solo un enojo.

- Ni yo, así que mejor subamos más deprisa. – dicho esto comenzaron a caminar más rápido para poder llevar a cabo su pequeña fiesta de hasta luego. En aquel momento y, con tan poco tiempo de conocerse ninguno sabía cómo afectaría la existencia de uno al otro y la forma en que sus destinos estarían atados por muchos años.

Mercury nunca sospechó que desde aquel instante en que se vieron por primera vez Molooj se había tomado la libertad de acariciar suavemente su rostro. Que aun con el conocimiento de que era un chico nunca dejó de pensar que era alguien sumamente hermoso y que con el paso de los años esto desencadenaría muchos problemas.

 

Notas finales:

Bueno, eso es todo por ahora...

Por cierto ^///^ no tengo muchos dotes de artista pero al menos se intenta; es una historia y cada quien tiene derecho a segun las descripciones imaginar los personajes como lo deseen sin embargo hice unos dibujos de situaciones en los primeros capis que hice asi que si desean ver el primero ya editado y todo aqui esta para que lo vean... sino no hay ningun problema.

http://browse.deviantart.com/?order=5&offset=24#/d2swyfj

Hasta la proxima! Espero actualizar pronto, bye!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).