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A medias por Aquarius No Kari

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Notas del fanfic:

Hola!! Pues no se si alguien se acuerda de mi, pero amenace con regresar cuando mis problemas personales estuvieran un poco en calma; y ahora para mi es todo un placer poder exponer mi nuevo proyecto, escrito en conjunto con alguien a quien quiero y admiro mucho... alguien que es tan fan de camus y de milo juntos como lo soy yo: Neomina!

Si no la conocen, creanme que se han perdido de mucho. Es una escritora extraordinaria y yo la aprecio bastante; ademas, fue la segunda en animarse a escribir un fic conjunto conmigo *w*... y para quien me conoce ya sabe que ese ha sido mi mas grande sueño!!

Como sea... esperamos que nuestra historia sea de su agrado ^^

Notas del capitulo:

El primer capitulo corre a cargo de aquarius no kari, su servidora ^^... yo interpreto a Milo ;)... espero hacerlo bien porque ya saben que lo mio es Camus -o-

 

A medias

El pianista

Pov of Milo:

Respeto cualquier tipo de expresión, aunque yo los clasificaría en corporales y aquellos que proceden del alma. El enojo, la alegría y la tristeza pueden emanar de nuestro cuerpo mediante el llanto, un berrido o una hermosa sonrisa; pero la música puede conectar a dos entes y delatar el odio, la agonía o la dicha. Yo encontré en la combinación de un Do y Sol, el ánimo para gritarle al mundo cuanto me dolía perder a mi madre; en un Fa, Re, Mí, el valor para decirle a ella 'te amo'; y en un Si, La, Do, la forma en que él me traicionó.

La música se convirtió en mi desahogo, en mi máxima pasión, mis dedos se convirtieron en el instrumento interpretador, y mi piano el amigo confidente que hablaba por mí. Más que un objeto se convirtió primero en parte de la familia, posteriormente un órgano de mí. Podría respirar sin mis pulmones pero jamás sin sus teclas. Practicar a diario se ha convertido en mi necesidad. Hacerle me inspira y reta a evocar una nueva melodía y la manera en que quiero hablarle al mundo. Con palabras no me entienden, quizá las notas puedan explicarles mi acongoja o mi felicidad.

Hoy no puedo tocar. Estoy bloqueado. Las noticias del mundo exterior no suelen afectarme, a menos que sea yo quien sea vea inmerso en ellas, y esta es una de esas que se convierte en mi pared de concreto mientras sueño pasar al siguiente lado…

-"Explícame por qué…"- Le insisto, después de su cuarto argumento. Mis dedos largos y delgados se posan en los dientes de mi piano, aunque sin el éxito de conseguir que 'articulen palabra'.

-"Elevará a otro nivel tu carrera"- Contesta después de haberse hecho el cabello lavanda hacia atrás, y suspirar con fastidio. Mis ojos azules se despegan de mi elemento de expresión, para situarse en él, mi manager, conocido desde la infancia, un joven delgado, pálido como la leche, de estatura más baja que la mía, cara afilada, ojos olivos y el cabello largo, lila, amarrado siempre por una liga negra.

-"Creo que eso me queda claro. Mi duda es otra… ¿Enserio necesito ese tipo de publicidad?"- Apoyo las manos en la barnizada madera, cerrando su estuche, a la par que me apoyo y me pongo de pie, sin dejar de admirarlo como la primera vez que llegó a mí. Mis pupilas dejan la contemplación para posarse en el semblante de mi escucha. –"El silencio en ti nunca es buena señal, Mu."

-"Jamás he dado un paso sin zapato, y si acepté…"

-"¿Aceptaste?"- Le pregunté con una ceja arqueada.

-"Camus Chauvel es el mejor escritor de nuestro tiempo, y Aldebarán es el mejor director del mundo. Si tú participas los espectadores obviamente se incrementarán, y las criticas sobre tu música…"

-"Lo dices como si de verdad me importara formar parte del mundo, de tú mundo."

No juzgo su decisión. La mayoría de las veces he contado con su apoyo en todo lo que he querido hacer, pero no quiero dar este paso; y es que Mu pretende que participe en la nueva película que se esta armando, componiendo el tema principal, con el escritor que él acaba de mencionar. Básicamente tendríamos que unir nuestro trabajo para crear una máxima expresión; sin embargo, Mu se olvida que no conozco al susodicho, trabajo SOLO, y NO CANTO. Vocalizar es una cosa, pero cantar en público… Básicamente es como pedirle a un pavo que se meta por si solo al horno en plana navidad…

-"Si, si, los pianistas son solitarios y raritos…"

-"Ya sabes lo que se dice: más vale solo que perro con rabia…"- Sus ojos se posaron en mi con sorpresa, incluso juraría que la boca se le despegó unos centímetros. Solté una carcajada debido a su expresión, y con ello él sonrió.

-"Mira, piensa bien si realmente estas interesado en esta oferta. Habla con Aioria, él quedó como protagonista…"- Me miró, dándome la impresión de que se comía algunas palabras.

-"¿Lo dices enserio?"- Le pregunté incrédulo.

-"Claro. Aldebarán es un director muy estricto, y realizó personalmente el casting. Charla con él, con Aioria, te llevarás una MUY grande sorpresa…"

o.o.o.o.o

Aioria es la tercera persona que puede presumir de conocerme, ya que nos socializado desde hace un tiempo no muy lejano; sin embargo, él ha encontrado la forma de seguir en mi vida…

Él utiliza el modo corporal para expresar lo que siente, y aunque es fingida de acuerdo a su profesión, sus ojos esmeraldas son llamativos y una ventana a su alma; difícilmente podría mentir sin que estos lo delataran.

-"Ya sabes que no me gusta alardear, pero si. ¡Me dieron al protagónico! Y adivina quien será mi pareja…"- Alzó las cejas, como lo hacia cada vez que quería presumirme algo.

-"No sé, desconozco el contenido completo de la película"- Sus manos se posaron en mis hombros, para zarandearme y provocarme una exclamación de queja.

-"¡Salió en todos los medios!"- Recuperando mi compostura, coloco las manos en las suyas y lo aparto.

-"Tengo cosas que hacer, no puedo ver la televisión tanto como tú…"- Rueda los ojos.

-"¡Actuaré con Kanon! ¡Con Kanon!"- Al observar el brillo en sus pupilas y esa expresión jubilosa noté que se trataba de una noticia 'maravillosa', aunque yo, al recordar a esa persona, no evité preocuparme por él; explicarme la razón a este sentimiento ameritaría sumergirme en un baúl cerrado ya con llave. –"¿No te da gusto?"- Interrogó, seguro por mi mutismo.

-"Supongo que Radamanthys y él ya terminaron, o tú no estarías tan… entusiasmado."

-"…"- Escucho una réplica de sus labios, en tanto observo que el brillo en sus pupilas desaparece. Coloca sus brazos entrelazados mientras me da la espalda y se aleja unos pasos. –"Él actuará también. Será un estelar entre los tres…"

Esta vez me veo en la necesidad de recordar porque mi interés en protegerlo…

-.- Flash Back -.-

Mientras colocaba los dedos e interpretaba su desazón, anotaba en una partitura. La puerta se abrió en tanto colocaba la nota de Sol, y el dedo anular replicaba en Mi bemol; pero la persona que entonces apareció no se anunció con anticipación. Milo se levantó en cuanto distinguió a un hombre alto, delgado, y a la vez corpóreo, de tez morena, cabello corto, ondulado y castaño claro, entrar en la sala de ensayos.

-"Perdona la intrusión… yo sé que eres un hombre ocupado…"- El rubio notó que traía encima varias copas de más, y no sólo por el mal uso de la palabra anterior, sino por su aspecto desalineado, el olor penetrante a alcohol, el enrojecimiento en los ojos, y las interminables veces que aspiraba con dificultad, para luego pasarse la mano por la nariz.

-"Siempre tengo tiempo para… ensayar…"- Se corrigió, antes de usar el término amigos, pues no lo eran. –"Además, no me visitas a menudo."- Milo tenía un corazón cálido, generoso en el sentido espléndido de la palabra; razón motora para caminar hasta el castaño, quien derrapó en la alfombra y se fue a sentar en a un escalón. El músico se metió la mano en el bolsillo derecho del pantalón, del cual sacó un pañuelo blanco, que le ofreció. Por último se sentó a su lado.

-"Gentil eres… Gacias…"- A pesar del aspecto somnoliento y tan fuera del común, logró sonreír. Milo le palmeó la espalda y apoyó la mano en el hombro contrario al que el propio rozaba.

-"Espero que nuestra relación no se vuelva rutinaria."- Lo palmeó, pero no se quitó aún cuando el olor le picaba la nariz.

-"No pude evitarlo…"- Se disculpó el oji esmeralda, agachando la cabeza y sonándose la nariz.

–"Podrías si decidieras hablar con él y ver si pueden llegar a un arreglo… o lo mejor es terminar…"- Hizo una pausa en la que observó de reojo al moreno, quien se llevó una mano a los ojos, seguro, para cubrir un rastro de líquida afición.

-"Se me adelantó… "- Hizo una pausa para calmarse y respirar. Milo se quedó donde estaba, sin cambiar su posición, pues era consiente de cuanto bien podría hacerle el contacto físico para confortarse. Él mismo lo había necesitado en un tiempo remoto. –"… y como él y Radamanthys trabajan en el mismo proyecto, ahora resulta que 'el amor ha traspasado la pantalla'…"- Se le quebró la voz, y por un momento pareció que perdía fuerza al apoyar por completo la cabeza en el cuerpo de su confidente.

Milo comprendía su dolor, frustración y el tormento por el que estaba pasando, pues él había estado en ese lugar más de una vez… Y Aioria lo sabía bien. No supo que decirle, pues sintió que cualquier palabra sonaría a burla.

-"¿Eso te dijo?"- El castaño asintió.

-"Me pidió que lo fuera a esperar al set, de ahí nos fuimos a un bar cercano y me lo contó todo… Él y Radamanthys tienen tiempo viéndome la cara de buey…"

-.- End of Flash Back -.-

Insisto en pensar que una conjunción entre los tres armaría la tercera guerra mundial, pero el que yo lo crea no hará que Aldebarán desista en su interés por este trío para protagonizar su cinta; lo cual me incita a querer conocer el argumento.

-"¿Te han hablado de la película?"- Me pregunta después de unos momentos de silencio.

-"No. Mu sólo mencionó que serías el estelar, y que yo, en trabajo compartido con el escritor Camus Chauvel haríamos el tema principal…"

-"¿¡Qué?!"- Su repentina sorpresa me causa espanto. –"¿Tú y él…?"- Parece que de pronto se queda sin habla debido a la sonrisa en sus labios. Yo encorvo una ceja y asiento con la cabeza. –"¡No lo creo! ¡Trabajarás con él! ¡Trabajaremos juntos!... ¡Son tantas buenas noticias que no sé por cual comenzar a gritar…!"- Mené la cabeza, a la par que le tapaba la boca

-"Créeme que por un día lo has hecho de más…"- Sonreí con nerviosismo y me acerqué al espejo: mi cabello estaba desordenado.

-"¿Conoces a la persona con la que vas a trabajar?"- Me preguntó. Lo observé a través del reflejo.

-"No."

-"¿No?"

-"No."- Me irrité.

-"¿¡NO?!"

-"Aioria, por amor a Beethoven, deja el escándalo. No lo conozco, ni siquiera he hablado con él, y tampoco entiendo porque tenemos que trabajar juntos."- Al decirle lo anterior, se dirigió hacia un taburete donde normalmente guardaba su mochila. Mientras oía el sonido del cierre, noté en el espejo que bajo mis ojos el delineador negro casi se había borrado. Tomé un poco del que él usaba en sus presentaciones y me lo coloqué; al mismo tiempo escuchaba como repasaba sus cosas una y otra vez y decía frases como: «aquí no está, no pude haberlo olvidado, y no debería cargar tanto». Luego escuché un beso. Al regresar mis ojos hacia donde se encontraba, noté que sostenía un libro de pasta escarlata, con letras doradas.

-"Es un tesoro para mi, pero te lo presto."- Se acercó, extendió la mano y me lo ofreció. Yo lo miré sin mucho interés, y pretendí distraerme con mi maquillaje para evitar tomarlo, pues en verdad no me interesaba; aunque luego de un rato no pude ser tan grosero, así que lo toqué instante, y lo dejé en la madera del tocador. Mi acto lo ofendió.

-"¡No lo dejes así nada más! Pudiste decir que no lo querías…"

-"¿Para qué me lo prestas?"- Lo interrogué, virando sobre mí mismo para quedar caraa cara. Aioria no me respondió enseguida, en su lugar tomó el libro, lo abrió por el principio, repasó un par de páginas y luego lo volteó para que yo notara la imagen: la mirada caoba, seria de un muchacho más o menos de mi edad fue todo lo que encontré.

-"Camus Chauvel, escritor francés, mi ídolo, y posiblemente algún día, escritor del guión a la película que me haga ganar un Oscar; Camus, ex amor de mi vida, te presento a Milo Vanzetti, músico, pianista, retraído, solitario, y ganador del premio 'revelación del año', y ex novio mío…"

-"No creo que a una fotografía le interese saber eso…"- Murmuré, apretando los dientes. No me gusta que haga mención al defecto de mi vida.

-"¡No puedo creer que trabajarás con él!"- Se quedó callado, luego pareció mucho más asombrado e impactado que antes. –"¡Pero qué digo! ¡LOS TRES TRABAJAREMOS JUNTOS!"- Su emoción dio paso a una expresión seria y pensativa.

-"¿Qué te pasa?"

-"¿Crees que querría hacer un excitante trío…?"

o.o.o.o.o

Soy una persona libre de convicción, y, normalmente, cuando se trata de las ideas otorgadas por Aioria me hago de oídos sordos; sin embargo, después del golpe que le di por su propuesta del trío, logró decirme que el libro me lo prestaba para que pudiera conocerlo un poco, y no sólo por la breve biografía que la editorial había incluido en ese volumen, ni por la pintura que el artista español Shura Galván obsequió para ilustrarlo, sino por el estilo que el poeta elegía para completar sus obras.

Si algo debo reconocer a su idea es que no fue descabella, y que si leía un poco de él, podría conocer su estilo y comprobar si era tan difícil igualarlo al mío o por lo menos interpretarlo.

Sé que es un escritor francés al que no le gusta escándalo, es serio, reservado y gusta de la buena música; tiene un estilo libre, fluido, y romántico que me agrada; sin embargo, para el trabajo que tenemos que llevar a cabo me parece que requiere algo más simple, no tan rebuscado, ni entregado. Ya veremos que sobre la marcha.

Apoyo la espalda en la silla, sorbiendo un poco de mi té y sosteniendo el libro en mi pierna cruzada; en cuanto oigo sonar el timbre del teléfono, dejo la taza sobre el plato, y sin despegar mis ojos del texto respondo

-"Diga…"- Es una línea privada, por lo tanto, pocos tienen mi numero.

-"¿Te convenciste?"- La voz que me responde me hace poner los ojos en blanco.

-"Estoy bien, gracias. Tuve una desagradable charla de nuevo cortesía de Kanon…"

-"Lamento no haberte dicho que él también participaría, pero creí que ya habías superado la fase en la que te puso el cuerno…"- Odiaba no sólo que alguien me pasara por la cara mi error con Aioria, sino también el motivo de que lo nuestro terminara. Y como yo no iba a permitir que se burlara de mí, le colgué el teléfono y proseguí con mi lectura.

Si yo aceptaba o no trabajar con el escritor no era por hacerle un favor a Mu y que él quedara bien con su entrañado amigo, más bien lo haría por el grado de dificultad que para mí iba a representar; es decir, me lo tomaría como un reto profesional, pues no soy de los que huyen ante alguna complicación.

Ya me veía frente al piano, tecleando los acordes correctos a las palabras de él, o Chauvel plasmando en papel las confidencias de mis dedos…

Aunque, luego de pensarlo y caer irritado tras el tercer timbrazo de teléfono, me doy cuenta que aunque presume de componer infinitas melodías, jamás me pregunté en el pasado lo que era crear una canción.

¿Primero llega el sonido y luego la letra, o se debe componer de acuerdo a lo que dicte el texto?

Mu aún continuaba al teléfono cuando yo dividía opiniones.

-"¿Qué?"- Respondí con desgana y enfado.

-"Fue una broma. No seas tan sensible…"

-"Pon tu nariz frente a mi puño y veremos quién es sensible…"

-"Correcto. Ya capto la analogía, disculpa el pésimo comentario. Como tu manager te la ofrezco, y como tu amigo te ruego aceptarla…"

-"Si lo he pensando Mu."- Corto, pues él tampoco era cercano a mí como para nombrarlo así. –"… Y creo que no podría tomar una decisión hasta…"

-"Conocer a Camus Chauvel…"- Me interrumpió. Yo exhalé. –"… porque ya que hablamos al respecto, su editor me llamó esta tarde para avisarme que tomará el primer vuelo a Inglaterra, y como sé que no te importará recibirlo, también es un placer decirte que tendrás mucho tiempo para…"- Volví a colgar, pues obviamente él no estaba dispuesto a escucharme.

Me apoyé completamente en la silla, con la nuca incluso en ella. Dejé el libro en la mesa y busqué reconfortarme. La puerta sonó, y yo en voz alta me pregunté si no podrían ser ya suficientes malas noticias por un día. Para mi mala suerte, en cuaato me levanté y abrí, descubrí que era Mu quien estaba del otro lado. Por nada es nacido bajo el signo de Aries.

-"¡Sabía qué harías eso! Por eso vine en perso…"- Alcé mi puño, tal cual se lo advertí. –"¡No por favor… te juro que seré razonable…!"- Exclamó, cubriéndose la cara con el portafolio.

-"Mira, Mu, eres mi representante y me conoces desde que aprendí a decir 'piano', pero a veces sobrepasas limites. Y esta noche rompiste una regla, y esa va a costarte tu amistad con el director brasileño. Y tu relación con el editor ese…"

-"Pero mi beneficio es el tuyo, ya te lo expliqué."

-"Pues a veces parece que trabajo por ambos"- Me hice a un lado y le permití entrar.

-"Bueno, Milo, eso no es cierto, en su mayoría yo doy la cara por ti, y en los imprevistos emocionales de tu vida yo he sido quien te ha disculpado con los medios. Lo quieres o no, soy tu amigo."- Fruncí el ceño, incluso alcé el puño, pero él me conocía y había tocado la nota defectuosa en mi composición. Lo miré, le di la espalda y me fui al sillón más amplío del recibidor, en mi departamento, donde me recosté plácidamente.

-"¿Qué quieres?"- Me aventuré a preguntar. Mu, que ya había cerrado la puerta, se fue a sentar al único sillón disponible.

-"Escucharé tus peticiones"- Sonrió. –"… pero cuando lo haga ya no podrás negarte."

-"¿Cuál es tu verdadero interés que participe?"

-"Bien… pues… sólo fue una idea que se nos vino a la mete después de una noche de sexo…"- Abrí los ojos con sorpresa, aunque luego de su risita burlona entendí que era una broma.

-"¿Alguna vez te pones serio?"- Sonrió suavemente.

-"El editor ese (como lo llamas) cree que es una buena oportunidad para Camus de buscar otras cosas, y yo, en lo personal, estoy de acuerdo y deseo lo mismo para ti."- Al parecer él también sufre de hacer lo que su editor le diga, así que no somos tan diferentes; creo…

-"¿Y él aceptó?"- Pregunté. Alzó los hombros, a la par que meneaba la cabeza.

-"Francamente no tengo idea de si lo hizo, o si Saga tuvo que pasar el mismo martirio que yo; sin embargo, esta tarde me llamó para asegurarme que su escritor estrella vendría mañana por la tarde…"

-"¿Y supongo que piensas que debo ser yo quien lo reciba en el aeropuerto."- Asintió.

-"Se me ocurrió que de esta forma ustedes podría conocerse mejor, porque quien sabe… ustedes podrían… tú sabes…"- Arqueé una ceja.

-"¿Qué quieres decir?"

-"Bueno, que Camus podría ser tu otra mitad"- Solté una carcajada estruendosa, aunque sin mucho ánimo.

-"Se me olvidaba que además de manager eras celestina…"

-"Él podría ser tu tipo…"

-"O no."- Le aseguré. Mu, como autoproclamado amigo, me había conseguido citas infinitas; y aunque en su mayoría fueron divertidas, no olvidaba que todas tuvieron el mismo trágico desenlace; a excepción de Aioria, con quien aún tengo contacto.

-"O no."- Repitió, sonriendo. Raramente sin insistir. –"De todos modos es un hecho que debes tratarlo, y al hacerlo creo que podrían combinar su estilo…

-"Como sea, pero no iré a recogerlo al aeropuerto, enviaremos a tu chofer…"- Hizo un ademán de protesta, mi puño se adelantó amenazante.

-"Tomaré el bus…"- Murmuró con desgana.

-"Y nos veremos en algún restaurante…"

-"En realidad, Milo, no sería justo que él viniera y que tú te quedaras plácidamente en tu casa, así que te reservé un cuarto en el hotel Lanham, en Londres…"

-"¿Qué? ¿Quieres que yo también viaje?"

-"Es lo justo, además, ahí serán las grabaciones de las primeras escenas, y a Aldebarán le encantaría poder hablar con ambos al mismo tiempo."

-"Bien."- Tajé de al humor. Parecía que había más, pero Mu no dijo nada.

-"¿Tienes alguna petición?"- Lo miré con una sonrisa maligna.

-"Y quiero mi piano, tú sabes cual…"

-"¿Qué? ¿No puedes tocar con el que está en el hotel?"- Fruncí el ceño. –"De acuerdo, ese piano."- Exhaló. Se levantó del sillón, y yo lo seguí con la mirada hasta la puerta. –"Mañana a las diez kiki y yo pasaremos por ti. Ten listo tu equipaje, yo mandaré que alguien venga por tu piano antes que nos vayamos."- Asentí. –"Hasta mañana…"



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