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DOS BODAS por KING-OF-THE-DARK

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Notas del fanfic:

Bueno, soy nuevo, soy chico, me encanta el yaoi y Gravitation, pero no con el eterno YUKI Y SHUICHI que sinceramente ya aburre un poco.

Notas del capitulo:

No hay lemon y se comenta muy de pasada un embarazo, es el primer fic que escribo, si dejan review bien, sino también.

Y VUELVO A AVISAR NO ES UN YUKI POR SHUICHI

-POV YUKI-

Todos los invitados presentes, vestidos con sus mejores galas, incluso mi padre a mi lado, padrino de mi boda se había vestido con sus mejores galas, vi a la hermana de mi futuro esposo sentada al lado de la mía, Maiko luciendo un hermoso vestido de tirantes de color dorado y con su cabello castaño recogido en un complicado moño.

Y Mika, bueno, con un despampanante vestido azul oscuro que dejaba poco a la imaginación, a su lado, un Seguchi con uno de sus más caros trajes de color gris oscuro, mirándome con cara de “¿por qué me haces esto?”, yo siempre lo he sabido, mi cuñado me amaba, pero no podía corresponderle, nos parecemos demasiado en el carácter, y sinceramente, yo tengo a alguien mucho mejor al que amar.

Vi a mi hermano pequeño luciendo un traje negro que a pesar de todo le hacía lucir más guapo, mientras entrelazaba sus manos con el loco de Ryuichi Sakuma y ambos se miraban con un profundo amor en los ojos, yo sabía que el cantante de Nittle Grasper dedicaría una canción a los novios, y aunque seguía sin aguantar al loco del conejo rosa, me alegraba bastante saber que amaba tanto a Tatshua, incluso yo podía darme cuenta de que eran felices, y que posiblemente, su boda sería la siguiente a la que acudiríamos.

A la derecha estaba el loco americano amante de las armas, también vestido con un curioso traje de color café, no me molesté ni en imaginarme cuantas armas llevaría debajo del mismo, después de todo K…bueno, era simplemente un hombre que no sabía el significado de la palabra cordura. Sujetaba también entre sus manos, la mano más pequeña de Suguru Fujisaky, el teclista primo de Thoma que tocaba junto con mi Shuichi en el grupo Bad Luck, la verdad es que ese chiquillo de dieciocho años tenía tanto o más talento que su primo, el mismo carácter y por eso cuando Shuichi me comentó que se había emparejado con Claude K Winchester yo solo pude pensar “pobrecito mío”.

Vi a la teclista de Nittle Grasper, Noriko y a su marido, al padre de Shuichi y a mi madre, a mi editora, a familiares míos y de Shuichi que yo no sabía ni que teníamos, varios “amigos” aparecidos de la nada, a algunos reporteros cuidadosamente seleccionados por el presidente de NG Records, incluso la madre de Shuichi, vestida con un elegante traje de chaqueta y falda en colores crudos, sujetando, como madrina de su hijo, el que era el pequeño almohadón blanco donde descansaban las dos alianzas que nos unirían a mí y a Shuichi en matrimonio.

“mi vida por un cigarro”-pensaba yo, y sin embargo, no me arrepentía, Shuichi me había cambiado por completo, haciendo de mi un ser infinitamente mejor de lo que yo era, ahora tenía mucha más paciencia, era menos frio y cínico, no me concentraba en mis novelas hasta el punto de olvidarme de lo que me rodeaba, cuidaba mi salud bastante más, he increíblemente para mí y para todos, expresaba mis sentimientos de la manera correcta y sin hacer daño.

Por eso le pedí a mi “baka” que se casase conmigo, porque le amaba, porque él se merecía lo mejor de mí después de aguantar mis egoísmos, mis malas formas, mis desprecios y mis desplantes durante tanto tiempo, él luchó por mi aguantando que cada dos por tres le echase de casa, que le gritase, o que en algunas ocasiones, le utilizase única y exclusivamente para el sexo, y ahora, yo le hacía el mejor regalo del mundo, su ansiado y deseado te amo y nuestra boda.

-¿aniki?-oí que mi hermano pequeño me susurraba al oído, haciendo que me despertase de mis ensoñaciones y me preguntase a mi mismo el por qué de que mi hermano se hubiese levantado de su asiento, se acercase al altar para hablarme, a pocos segundos de que empezase mi boda.

-¿qué?-le susurré para contestarle mientras veía el principio del pasillo por donde aparecería Shuichi.

-falta Nakano-me comentó como si nada.

Y entonces fije mi vista en los invitados presentes, que charlaban entre ellos en tono bajo para no llamar la atención, y volvía a hacer un repaso interno en mi cabeza.

Sakano, el productor nervioso, presente, vestido de traje azul y camisa blanca y llorando emocionado desde el mismo momento en el que pisó la iglesia.

K, (sin armas, espero), presente y haciéndole carantoñas en ese momento a Suguru, vestido con una camisa blanca, un chaleco gris claro como los pantalones y una corbata de color negro.

Seguchi (con la misma cara de pocos amigos), presente al lado de mi hermana mayor.

Ryuichi Sakuma (por primera vez sin su conejo de peluche rosa), presente y vestido con un pantalón negro una camisa fina de color morado oscuro y corbata negra, mi hermano Tatshua, presente a mi lado mientras mi padre le preguntaba en voz baja que ocurría.

Mi madre, presente con un vestido de color verde que le sentaba muy bien, la madre de Shuichi presente sujetando el ramo del novio, la hermana y el padre de Shuichi, presentes, e incluso al final de la iglesia, Ayaka, mi ex prometida, vestida con un bonito traje de falda y chaqueta en color azul claro, había venido a mi boda acompañada por el hombre que ahora era su pareja, un empresario, pocos años mayor que ella, con el que comenzó a salir cuando Hiroshi Nakano, mejor amigo de mi koibito y guitarrista de Bad Luck, terminó su relación con ella de la noche a la mañana y sin explicación alguna, y puedo decir que a Ayaka se la veía feliz y enamorada de ese hombre de pelo castaño y ojos verdes llamado Theo Nagano.

Pero ni rastro de Nakano, y eso me preocupó un poco, si Shuichi se enteraba de que su mejor amigo no había acudido a su boda, armaría un escándalo delante de todo el mundo, o peor, se negaría a casarse conmigo hasta que no apareciese Hiro, además, yo sabía que eso le dolería bastante.

-Tatshua-me incliné un poco hacía detrás para llamar la atención de mi hermano.

-¿qué?-me preguntó acercándose a mí un poco.

-¿has mirado si la moto de Nakano está aparcada afuera?-le pregunté.

-no lo está, y Suguru y K ya le han llamado diez veces al teléfono móvil y otras diez al de casa, pero no contesta-me comunicó.

Vi como Thoma se levantaba y venía hacía mí, al mismo tiempo que el americano loco, era extraño, miré unos segundos mi reloj de muñeca y comprobé que Shuichi se retrasaba cinco minutos, no quise darle importancia, ese “baka” estaría nervioso, comprobando otra vez su vestuario o vete tú a saber que cosa, y era su día, si quería llegar tarde para darle “emoción” a la boda, podía hacerlo, no pensaba regañarle.

-¿qué ocurre?-preguntó Seguchi al llegar a nuestra altura.

-Nakano no está-les respondí ya cansado de toda esa situación y deseando, nuevamente, tener un cigarro a mano.

-¿Is the red-headed boy is not here?-dijo K asombrado (n/a: ¿el chico pelirrojo no está aquí?).

Comencé a preocuparme de verdad cuando pasaron quince minutos y seguía sin haber rastro ni de Hiroshi Nakano ni de mi Shuichi.

La melodía de un teléfono comenzó a sonar, los presentes ya nerviosos y aburridos por la espera, comenzaron a mirarse los unos a los otros buscando a quien se había dejado un teléfono encendido en una iglesia, miré fijamente a Ryuichi Sakuma cuando reconocí una de las canciones de Nittle Grasper, él simplemente enrojecido desde los pies a la cabeza, cogió del bolsillo de su pantalón el negro aparato y se lo llevó a la oreja.

-¿moshi, moshi?-dijo en voz baja.

-…………

-hai-contestó a quien le hablaba desde el otro lado de la línea.

-………..

-¿QUÉ?- dijo de repente en un grito, poniéndose de pie completamente blanco mientras todo su cuerpo comenzaba a temblar espasmódicamente.

-………….

-no….¡no es verdad¡…¡no, no¡-siguió chillando mientras las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas, y Tatshua se acercaba a él a ritmo acelerado.

Todos los presentes lo mirábamos confundidos, ¿quién le llamaba en ese momento?, ¿qué le decía para que le alterase tanto?.

De repente, el móvil de Sakuma cayó al suelo al soltarlo él de su mano, quedando hecho pedazos en el mismo momento en el que caía al suelo embaldosado. Poco después, el mismo cantante caía de rodillas, apoyando sus manos entre los restos del aparato mientras lloraba desesperado.

-¿Ryuichi?-preguntó mi hermano pequeño al tiempo que se agachaba a su lado.

-……….

-¿Ryu?-preguntó Seguchi aún a mi lado.

-ro…ichi-balbuceó sin que ninguno le entendiésemos.

-¿Sakuma-san?-pregunté yo de repente, presintiendo algo, algo malo.

-Hi…Hiro-dijo sin prestarnos atención.

-¿Nakano, le ocurre algo a Nakano?-pregunté yo nuevamente.

Y entonces Ryuichi Sakuma nos miró a todos fijamente, con las lágrimas recorriendo sus mejillas rápidamente, mientras se notaba que le costaba muchísimo respirar.

-está…él está…con…Shuichi-nos dijo produciendo que un silencio se esparciese rápidamente entre los allí presentes.

Entonces las puertas de la iglesia si abrieron de repente con un gran golpe, todos centramos la mirada en un reportero que entraba desde el exterior, un hombre joven de pelo corto y rubio.

-¡HIROSHI NAKANO Y SHUICHI SHINDOU¡-gritó de repente.

-¿Qué ocurre?-empezaron a oírse varias voces de los invitados.

-¡LOS HAN VISTO JUNTOS¡, ¡EN EL AEROPUERTO DE NARITA¡-dijo el mismo reportero.

-¡BESANDOSE¡.

Fue ahí cuando mi vida, mi boda, y mi futuro se vinieron abajo, Shuichi, mi Shuichi, me dejaba plantado en el altar, fugándose con su mejor amigo y compañero de grupo, Hiroshi Nakano.

-FLASH BACK-

Dos horas, dos horas tardamos en llegar a mi apartamento, dos horas en que no pararon de hacerme fotografías y preguntas para las que no había respuesta alguna, pués ni yo mismo sabía lo que estaba ocurriendo.

K tiró la puerta prácticamente de una patada, mientras yo comenzaba a buscar a mi amante de pelo rosa por toda la casa, en cada rincón, sin hallarlo en ningún sitio, perdí la cuenta de las veces que lo llamé al teléfono, todas ellas sin respuesta, desesperándome por completo por ello.

Era una pesadilla, tenía que serlo, o al menos, una broma macabra de alguien, Mi Shuichi jamás me haría esto, él me amaba, y Nakano era como un hermano mayor para él, no, todo esto tenía una explicación, y Shu aparecería en cualquier momento, o llamaría desde la iglesia preguntándonos donde estábamos todos, se habría dormido seguro, o incluso posiblemente se perdió por el camino, su sentido de la orientación siempre había sido pésimo.

Y en algún momento, llamó a Hiroshi, llorando a lágrima viva y armando un berrinche para pedirle ayuda a su mejor amigo.

-Eiri-san-oí la voz de Seguchi llamándome.

Me giré a mirarle y vi que tenía tres sobres blancos en las manos, me acerqué rápidamente hacía mi cuñado y se los arrebaté de sus manos, abrí el primero y comencé a leerlo en voz alta.

-“Carta de renuncia.

Yo Hiroshi Nakano, mayor de edad y en plenas facultades mentales, renuncio por voluntad propia y de manera irrevocable al contrato que me mantiene vinculado con NG Records y con su presidente Thoma Seguchi.

Así mismo, presento mi dimisión inmediata e incondicional a mi puesto como guitarrista en el grupo de música Bad Luck en el que hasta el día de hoy formaba parte.

Atentamente:

Hiroshi Nakano”-terminé de leer sin entender nada de lo que estaba sucediendo.

-¿cómo que renuncia?-dijo Sakano comenzando a dar vueltas por la habitación frenéticamente.

-¿He has gone mad?-preguntó K sacando una mágnum de no se sabe donde (n/a: ¿él se ha vuelto loco?)

-¡trae aquí¡-dijo mi cuñado arrebatándome otro de los dos sobres que aún quedaban entre mis manos temblorosas, ¿porqué temblaban?, fácil, porque en un segundo fui consciente de que aquello ni era una broma, ni un mal sueño.

-¿pero qué?-dijo al abrir el segundo sobre.

-¿qué ocurre?-preguntó mi hermano, mientras cogía de la mano a un Sakuma ausente.

-“Carta de Renuncia:- comenzó a leer Seguchi en voz alta.

Yo Shuichi Shindou, mayor de edad y en plenas facultades mentales, renuncio por voluntad propia y de manera irrevocable al contrato que me mantiene vinculado con NG Records y con su presidente Thoma Seguchi.

Así mismo, presento mi dimisión inmediata e incondicional a mi puesto como vocalista y compositor en el grupo de música Bad Luck en el que hasta el día de hoy formaba parte.

Atentamente:

Shuichi Shindou”-finalizó Seguchi de leer.

-¿pero qué está pasando?-preguntó Fujisaky bastante alterado.

-se han ido…juntos-dijo entonces en voz baja Ryuichi, haciendo que todos nosotros le mirásemos.

-Ry…Ryuichi…-preguntó entonces mi hermano menor mientras yo, por una vez, le prestaba toda mi atención al cantante del conejo rosa.

-yo…él…Shuichi últimamente estaba raro, parecía distante, creía que eran los nervios de la boda, y aquella mañana, no le presté mucha atención cuando me habló-nos dijo.

-explícate-le ordené.

-FLASH BACK-

Acababa de terminar con sus ensayos cuando vio a Shuichi parado en un estudio de grabación vacio, no cantaba, simplemente miraba un punto fijo en el suelo, con gesto serio y apenado.

-Shuu, na no daaa-saludo alegre el cantante de Nittle Grasper.

-Ryuichi-le contestó en tono serio y sin mirarle.

-¿nani?-le preguntó el otro curioso mordiéndole una oreja a Kumagoro.

-¿Qué ocurre cuando te das cuenta de que has hecho algo de lo que no te arrepientes?-le preguntó el del pelo rosa.

-¿Shuichi?-le preguntó Sakuma adoptando su forma adulta

-¿Qué pasa cuando te das cuenta de que lo que has hecho, llevabas mucho tiempo deseándolo?-vuelve a preguntarle sin mirarle.

Fue entonces cuando el cantante de Nittle Grasper se dio cuenta de que Shuichi miraba fijamente la guitarra que había dejado allí su mejor amigo, un instrumento de color negro con dos grabados en color plata, uno el Ying/Yang y el otro el nombre de la banda Bad Luck.

-¿Shuichi?-volvió a preguntar curioso.

-Ryu, ¿tú serías capaz de perdonarme?-le preguntó el otro aún ausente.

-¿qué has hecho Shuichi?-le preguntó el de Nittle Grasper finalmente.

-………

Pero la respuesta, nunca llegó, porque en ese momento fueron interrumpidos por un técnico de sonido que entraba para hacer algunas reparaciones en el equipo, y Shuichi, se encaminó a paso rápido hacía la salida, evitando al cantante.

-FIN FLASH BACK-

-¿Q…qué?-pregunté yo entrecortadamente sin terminar de creerlo.

-aún queda un sobre por abrir Eiri-san-me dijo Seguchi sacándome de mis cavilaciones.

Miré el sobre blanco que tenía mi cuñado entre sus manos, sin atreverme si quiera a abrirlo, temiendo lo que pudiese contener en su interior, pero mi cuñado, lejos de amilanarse con el contenido, y poco consciente de sus actos, lo abrió con cuidado y sacó lo que había en su interior, comenzando a leerlo en voz alta.

-“Yuki:

Me cansé, simplemente me cansé de mentirme a mí mismo, no puedo hacer esto.

Años, Yuki, años son los que me he pasado sufriendo, que si Kitazawa, que si tus novelas, que si las amenazas, tú sarcasmo, tú frialdad, tus insultos, palabras duras, cada dos por tres diciéndome lo idiota o inútil que soy y todo lo demás.

Supongo que cuando cambiaste ya era demasiado tarde para mí y mis sentimientos, lo descubrí cuando me dijiste te amo, ¿no lo notaste?, mi cuerpo, mi mente, mi alma, mi corazón, simplemente no reaccionaron como debían haberlo hecho, tanto tiempo esperándolo y yo, me sentí vacio, no me llegaron tus sentimientos.

Y comencé a sentirme incomodo, con tu sobreprotección, con ese cariño al que no terminaba de acostumbrarme, con tu actitud tan…no lo sé, no puedo explicarlo, supongo, que en algún momento del camino simplemente mis sentimientos hacía ti cambiaron.

Y una vez más y esta vez por otros motivos, volví a refugiarme en Hiro, porque no sabía cómo manejarte, que era lo que debía hacer contigo o decirte, ya no me llenaba escribirte canciones románticas, ya no me molestaba que te pasases horas delante del ordenador escribiendo tus novelas, y como seguramente notaste, cada vez me costaba más tener relaciones contigo, no me salían era como si no las necesitase, no sé si me explico.

Y un día simplemente ocurrió, igual que tú lo hicieses muchas ocasiones conmigo, yo te fui infiel, me sentí culpable, un traidor, la peor de las basuras y sin embargo, no me arrepentí de lo que sentí en esos momentos, cuando comprendí que miraba de otra manera a Hiro.

Poco a poco, me fui desentendiendo, amparándome en ensayos que nunca realicé, en conciertos que nunca existieron, cenas y reuniones y una larga lista de las mentiras que tú, por cualquier motivo, nunca supiste reconocer.

Y cuando me pediste que me casase contigo, yo…no supe realmente por qué acepté, ¿costumbre?, ¿rutina?, ¿miedo de hacerte daño?.

Si, tuve miedo, he luchado tantísimo para que te recuperases, para que olvidases tú pasado y pudieses seguir adelante, para que cambiases un minimo y te transformases en una mejor persona, que rendirme en ese momento me pareció injusto, dejar de pelear cuando estaba tan cerca de lograrlo era algo que no entraba en mi cabeza.

Pero no pude aguantar el remordimiento de saber que yo…ya no te amaba.

Yuki yo…con el paso del tiempo o quizás hace años, me enamoré, acabé amando a quien yo consideraba simplemente un amigo, y al final, terminé cayendo en los brazos de un Hiro que en poco tiempo, me demostró cuanto me amaba.

Quiero estar con él, Yuki, quiero ser amado sin presiones, sin estar pendiente de cada palabra que digo o cada gesto que hago, no quiero tener que pelear por un poco de atención o un acto de cariño, y quiero que las canciones vuelvan s salir solas de mi corazón.

Quiero amar y ser amado, no es por egoísmo pero sinceramente creo que me lo merezco, ser feliz, vivir tranquilo, pienso que me lo he ganado.

Sé que estoy haciendo mucho daño, que jamás vas a perdonarme, y que me odiaras durante muchísimo tiempo, pero prefiero mil veces seguir los dictados de mi corazón, a arrepentirme el resto de mi vida por tomar una decisión equivocada.

Hace poco me dijiste, me prometiste que harías cualquier cosa por mí, ahora, quiero que cumplas esa promesa aunque no la merezca.

Quiero que vivas, que no te derrumbes, que continúes adelante orgulloso de ti mismo y de lo que has logrado, quiero que luches por tu sueño, que seas feliz y encuentres a alguien que realmente te merezca, quiero que olvides, que perdones, que no detengas tu vida solo por mi ausencia, quiero que recuerdes, que escribas, que no te dejes vencer ni por nada ni por nadie, quiero que ames, que seas amado.

Quiero que te cuides, que no hagas ninguna locura, quiero que sonrías, que llores, que pelees o simplemente te dejes consolar por alguien, y quiero que me perdones.

Yo no te hubiese hecho feliz, no hubiese sabido darte todo aquello que te mereces, y en el fondo, tú eso lo sabes mejor que nadie.

Por eso comienza una nueva vida, y no permitas que nada ni nadie, te desvíe de tu camino, brilla con esa fuerza tuya, vive, vive, vive.

Y el día de mañana, cuando volvamos a encontrarnos, simplemente sonríe, porque podrás decirme orgulloso, todo lo que has logrado en mi ausencia y yo darte me enhorabuena por lograrlo.

Siempre he deseado lo mejor para ti, aunque mis decisiones no hayan sido las acertadas, y no tengas la menor duda de que te amé muchísimo más de lo que puedes imaginarte.

Pide disculpas en nuestro nombre por abandonarlo todo, diles a los demás que nos mantendremos en contacto periódicamente.

Y Yuki….no cierres tu corazón.

Te quiero mucho Eiri Uesugi, aunque nuestro cuento de hadas no tenga un final feliz, puede que no pueda quererte como amante, pero espero que me permitas quererte como amigo.

Perdóname, aunque sea difícil.

Y no culpes de nada o por nada a Hiro, las decisiones que tomé, las cosas que hice, fueron conscientes, y por voluntad propia.

Yuki.

Brilla más fuerte de lo que yo podré llegar a brillar algún día.

Siempre, siempre, siempre, recuerda que no estás solo.

Shuichi”-terminó de leer la carta el presidente de NG Records.

 

Han pasado tres años de aquello.

Primero, grité.

Luego lloré.

Me hundí en el alcohol y el tabaco.

Me encerré en mi estudio sin descansar un segundo.

Luego…reaccioné.

Y comencé a salir poco a poco del bache.

Por decisión del presidente de NG Records, Suguru Fujisaky ocupó el puesto de Seguchi en un Nittle Grasper que tras la disolución de Bad Luck brillaba con fuerza propia, que cosechaba éxito tras éxito gracias a un Sakuma en pleno apogeo, con fuerzas renovadas tras la partida de Shuichi, que se amparó en la ayuda y el apoyo de un Tatshua que siempre estuvo también a mi lado, y que pese a todo, nunca pudo acabar de perdonar a un Shuichi al que a su manera, siempre había querido, ahora mi hermano, con sus veintiún años había sentado su cabeza y madurado, estudiaba empresariales y trabajaba algunas horas en la discográfica de mi cuñado, y ambos eran una de las parejas más estables que yo jamás había conocido, se prometieron en matrimonio, un año y medio después de la partida de mi ex amante, y ahora, esperaban tranquilamente que Tatshua acabase sus estudios para casarse, por una vez en mi vida, yo me alegré de ver en el formidable hombre que se había transformado Tatshua, y gracias a él, entable una extraña pero sincera amistad con el cantante de Nittle Grasper.

Suguru y K seguían juntos, el loco americano seguía sacando sus armas a la más mínima, y ahora junto con un histérico Sakano que seguía desmayándose por cualquier cosa, además de a Nittle Grasper, también llevaban a un grupo de cinco jóvenes muchachos que se iban haciendo un hueco en las listas de ventas a pasos agigantados y que se hacían llamar “Black Angels”, la relación del manager y el tecladista era una de las más comentadas por la prensa rosa, y sin embargo ellos lo tomaban con una paciencia y resignación poco conocidas para nosotros.

Noriko la tecladista de Nittle Grasper, tuvo a una preciosa niña a la que le puso Megumi, y mantenía una agradable amistad con Maiko, la hermana menor de Shuichi, que comenzó a estudiar medicina poco después y seguía liada con el presidente del consejo estudiantil de su clase, y que de vez en cuando nos informaba de cómo estaban su hermano y Nakano.

Mika y Seguchi se divorciaron, aunque me dio lastima por mi hermana yo siempre supe que su relación y matrimonio no durarían demasiado tiempo, cuando Shuichi me abandonó en el altar, Thoma no se apartó de mi lado a pesar de mis constantes desplantes, él nunca se rindió conmigo, se llevó más de un grito, numerosas lágrimas, algún golpe, mis borracheras e incluso uno que otro golpe, pero no me abandonó. Y  mi hermana, siguió adelante con su vida, abriendo meses después una tienda de ropa de alta costura que le iba muy bien gracias al pequeño empujoncito y ayuda publicitaria que le brindaba su ex marido.

Yo, reconozco que me fue imposible que la temática de mis dos primeras novelas fuese romántica, y aunque mis lectores se sorprendieron muchísimo ante mis dos historias de acción, ambas tuvieron tan buena acogida como ventas, me mudé a otro apartamento para evitar ciertos recuerdos del antiguo, escribí algunas buenas canciones para Nittle Grasper, me cambie el Mercedes por un Audi de color negro, di tres conferencias de prensa y un par de clases de literatura en un colegio mayor cercano a mi casa.

Me recuperé, debo admitirlo, aunque también debo reconocer que guardaba con cuidado la carta de despedida de Shuichi, aprendida ya de memoria y gastada de tanto tenerla entre mis manos.

Reconozco que en un primer momento le odié por lo que me hizo, también a Nakano, quería que de alguna manera ellos sufriesen por lo que me habían hecho, pero, poco después de leer una vez más la carta de Shuichi me di cuenta de que en algo si tenía razón ese “Baka”.

Le hice sufrir durante muchísimo tiempo con mi aptitud y mis acciones, negándole demasiadas cosas durante demasiado tiempo, francamente, cuando decía que se había ganado el ser feliz, yo supe que era una verdad como un templo, al final, terminé deseando en mi fuero interno que tanto él como Hiroshi, encontrasen juntos la felicidad.

Supe por Seguchi que mi ex amante y el guitarrista se fueron a América, donde les recibieron con los brazos abiertos. Junto con un tecladista americano llamado Michael Jepherson formaron un nuevo grupo musical llamado “Star Banned”, y que muy pronto su primer sencillo “Lovers” se colocó en los primeros de la lista de ventas y ganaron cinco discos de platino por su disco “Shadows of Love”.

Un día, poco después de un concierto de Nittle Grasper al que Seguchi me arrastró más bien con fines publicitarios, me encontré entre el público con Maiko, la hermana pequeña de mi ex amante, la pobre no sabía que decirme o como hablarme de puros nervios, no por nada, fue su propio hermano quien me dejó tirado en el altar ante doscientos invitados a una boda que nunca se celebró, pero tras unos minutos, nuestra conversación se hizo más distendida y amena, y supe por ella que Hiroshi y Shuichi se habían casado, aunque por motivos más que obvios, solo habían invitado a la celebración a sus seres más queridos, bajo la promesa de que celebrarían un segundo enlace, con todos sus antiguos amigos y compañeros..

Ojala pudiese decir que esa noticia me molestó, puso furioso o dio celos, pero mentiría, me alegre por Shuichi, había conseguido un sueño que yo no pude cumplir, alcanzó la felicidad que yo no pude darle, no diré y encontró al mejor compañero que pudo encontrar, pues Nakano siempre estuvo a su lado, desde el primer momento, así que supongo, que hizo la elección adecuada cuando eligió a Hiro y no a mí.

Ahora, cuando yo estoy a punto de cumplir treinta años, vuelvo a estar sentado en un coche vestido de novio, me he dejado el pelo un poquito más  largo que antes y llevo cinco premios literarios en mis espaldas gracias a los libros, no hace falta decir que las cinco colillas y el cigarro que tengo en las manos son clara muestra de mi nerviosismo, reconozco que tengo miedo de que vuelva a ocurrirme de nuevo el ser plantado en el altar, y esta vez, no son doscientos sino más de seiscientos invitados.

Veo a mi hermano menor y padrino acercarse a mí, reconozco que está vez, se ha lucido, y ahora puedo decir sin miedo lo orgulloso que estoy de mi hermano pequeño y lo mucho que lo quiero, su boda fue realmente preciosa, e incluso yo, el frio y duro escritor, derramé un par de lágrimas cuando vi emocionado como mi pequeño pervertido besaba a un Ryuichi Sakuma que ese día lucía hermoso, y que cantó en su propia boda como jamás lo había hecho, estuvo magnifico.

Salí del coche apagando el último cigarro, me acerqué a mi hermano y sin decirle palabra le di un abrazo, uno de los primeros que yo le daba en mucho, muchísimo tiempo, dejándole sorprendido, pero contento por saber que su hermano mayor necesitaba su apoyo en esos momentos.

Me agarré con fuerza a su brazo mientras él me daba un tierno codazo en el estomago, y entre por aquella puerta pisando una alfombra roja digna de una gala de los Oscar de Hollywood, miré a los invitados temeroso aún de mirar hacía el altar, no quería llevarme una decepción si el otro novio no me estaba esperando.

En las últimas filas, vi sorprendido a un Shuichi e Hiro que vinieron a mi boda, me paré unos instantes mientras Hiro me sonreía y levantaba un pulgar, y Shuichi se levantó y se puso enfrente mío.

-estás guapísimo-me dijo.

-¿celoso?-pregunté con una sonrisa, no hubo odio, ni rencor, hubo perdón entre los dos.

-no, contento-me contestó cuando nos dimos un abrazo que sorprendió a todos.

-gracias-me susurró al oído.

-gracias a ti también-le contesté también al separarme de él y seguir mi camino.

Vi a mi padre y a mi hermana en un concurso de “haber quien llora más”, mi hermana estaba guapísima con ese vestido rosa pálido y el pelo castaño oscuro totalmente suelto, y me sentí orgulloso al ver a mi padre con los ropajes de monje budista que lucía.

Vi a K y a Suguru, quien tocaba una suave y preciosa melodía en un piano que instalaron en la iglesia, y como ese rubio loco y americano, se abría un poco la chaquete y sonriendo me enseñaba la Mágnum que ocultaba en ella, no pude evitar el sonreírle.

Mi hermano apretó un poco mi brazo cuando llegamos a la altura de un Ryuichi Sakuma embarazadísimo, quien lucía más hermoso que nunca, y le mandó un beso a su marido con la mano, le guiñé el ojo a mi cuñado, ahora también amigo y que pronto me haría tío según los médicos, de una niña. Nuestra relación ahora, estaba a años luz de lo que un día fuese, y reconozco que el loco del conejo, me aportó la dosis de alegría que yo necesitaba cuando Shuichi me dejó.

Y por fin, alcé la vista, y lo vi a él, vestido con un hermoso traje de color gris claro y una camisa en color merengue, sus ojos mirándome dulcemente, y una sonrisa verdadera en sus labios, y todos mis miedos desaparecieron al verle.

-me has hecho esperar-me dijo dulcemente dándome un beso en la mejilla.

-tsk…no empieces-le dije irónico.

Nos cogimos de la mano mientras comenzaba la ceremonia, y no pude evitar mirarle unos segundos, ni siquiera yo supe en qué momento exacto comprendí que correspondía a sus sentimientos, pero a su lado, desapareció el miedo, la angustia, la desesperación, él consiguió que el último cambio se obrase en mí, y sinceramente ese cambio, fue el mejor de todos.

Me hizo darme cuenta de que lo que yo consideraba amargura eran celos, lo que consideraba frialdad era preocupación, lo que yo creí egoísmo era amor, me abrió las puertas y me dejó conocer a un hombre que yo jamás había conocido, y al final, un día como cualquier otro, yo lo intenté con la prueba de fuego, le besé, y simplemente, todo mi cuerpo reaccionó al instante, y ya no pude separarme de él.

Nunca me volveré un romántico empedernido, eso lo reconozco, no me sale ni el “cariño”, ni esas cositas románticas y empalagosas, nos reímos cuando nos metemos el uno con el otro, nos enfadamos cuando los dos nos ponemos igual de testarudos, hemos pasado por muchísimos baches, malos momentos que me hicieron pensar en rendirme y dejarlo como perdido, pero con una paciencia que yo no sabía que tenía, al final conseguíamos arreglarlo.

Le quería y él no me pedía más que eso y que me comprendiese y amase para mí era suficiente.

-Eiri Yuki Uesugi, quiere a este hombre como su legítimo esposo y promete amarle y respetarle hasta que la muerte los separe.

-qué remedio-dije guiñándole un ojo a mi koi y al sacerdote mientras sonreía travieso.

-tsk, ¿hasta eso me vas a negar?-me preguntó mi pareja.

-si dijese el “si quiero” dejaría de ser el hombre al que amas-le contesté levantando una ceja.

-¿Qué voy a hacer contigo?-suspiro frustrado.

-casarte-le respondí irónico mientras el sacerdote se moría de la risa ante esa extraña situación.

-mj mj, bien…prosigamos-dijo el hombre frente a nosotros.

-malo-me susurró mi pareja al oído.

-te quiero tonto-le solté dejándole en un shock absoluto.

Diez segundos, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, en silencio, con sus verdes ojos abiertos de par en par.

-¿vas a contestar a la pregunta o voy sacando un cigarro mientras te lo piensas-le dije gracioso.

-si si quiero-dijo sin dejar de mirarme fijamente con todo el amor del mundo.

-entonces yo les declaro marido y esposo-dijo el sacerdote.

Y antes de que pudiese decirlo, yo ya estaba besando a mi ahora marido con toda la pasión del mundo mientras los invitados comenzaban a aplaudir y a proclamar grititos, y a mí, sinceramente, me importaba todo un pimiento con ese hombre entre mis brazos.

-me has hecho esperar-me dijo cuando corté el beso por falta de oxigeno.

-te amo Eiri-

-tsk, ¿ya empezamos con eso Thoma?-le solté.

-malo-me respondió.

-pero este malo, te ama-le dije volviendo a acercarme y besándole de nuevo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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