Nadie como tú
La tormenta que reinaba fuera no era comparable ni mucho menos al tifón de sentimientos que estaba en su interior, reflejado en el torrente de lagrimas que caían por sus ojos.
Un trueno resonó por toda la base, la tormenta estaba empeorando, el cielo lloraba la pérdida de su guardián acompañando a los miembros de la familia en esta tarea.
La noticia les había impactado a todos, para ellos era como si les hubieran arrancado una parte de su propio cuerpo, les habían arrebatado a su jefe. Todos en silencio, en una misma sala derramando las mismas lágrimas de dolor, todos expresando a su propia manera la tristeza que les embargaba. Hoy toda la familia Vongola lloraba la pérdida del decimo capo.
No supo cómo, tampoco le intereso saberlo, pero ahora estaba tumbado en su cama mirando al vacio y a la oscuridad reinante en el. No podía terminar de creérselo, debían haberse equivocado, si… debía ser una equivocación, el no podía haber muerto tan fácilmente... no podía… haber faltado a su promesa
-Tsuna-nii…
El nudo en su garganta se hizo más grande y las lagrimas volvieron a recorrer el camino ya marcado por sus mejillas, se abrazo así mismo encogiéndose, el nunca le traicionaría, nunca podría faltar a una promesa, porque Fuuta creía en el, creía en su hermano mayor, y el siempre cumplía sus promesas.
-Mentiroso…
Pero esta vez no era así, cada vez que lo negaba sabia la verdad, no iba a volver, se sintió enfadado, traicionado y a su mente acudió la promesa que el castaño le había hecho antes de partir.
Flash Back
-De verdad vas a ir Tsuna-nii? – Pregunto mirándole mientras el mayor terminaba de arreglarse el traje- es muy peligroso
Tsuna dejo de colocarse la corbata y suspiro mirando el reflejo del menor en el espejo, sonrió un poco y se dio la vuelta yendo hacia él para arrodillarse en frente suya, cogiéndole las manos.
-Tengo que ir Fuuta, es muy importante que se arreglen las cosas con la familia Millefiore, hay muchas vidas inocentes en juego
“Incluida la tuya” lo peno, pero no se lo dijo, apretó los puños y bajo la cabeza, Tsuna le miro con cariño, si bien no eran hermanos de sangre llevaban tantos años juntos que su lazo era más fuerte que cualquier otro, el castaño consideraba parte de su familia a cada uno de los miembros que componían su mafia, pero ese chico siempre tendría un hueco especial como su hermanito.
-Fuuta- llamo poniendo su mano en la mejilla del menor haciendo que le mirara- no te preocupes, volveré pronto y cuando vuelva lo primero que hare será ir a verte, te lo prometo.
-Tsuna-nii…- sintió sus ojos aguarse, los cerro fuertemente y volvió a abrirlos- si, te estaré esperando
Unos golpes en la puerta captaron su atención, esta se abrió relevando al guardián de la niebla que miraba a los dos ocupantes de la habitación.
-Es hora… Vongola
Tsuna asintió, el ilusionista le acompañaría en esa reunión “solo por seguridad” había dicho el decimo, se levantaron y siguieron al mayor rumbo a una de las escotillas de la base, allí esperaban los miembros restantes de la familia.
-!Decimo! ¿De verdad no quiere que le acompañe alguien más?
-No te preocupes Gokudera-kun, no pasara nada, regresaremos pronto.
Fin flash back
Pero Tsuna se había equivocado, no había vuelto pronto, y ya no volvería, Mukuro estaba en paradero desconocido, por tanto no podía darles una explicación de lo ocurrido.
Fuuta se cubrió el rostro, no podía, no podía enfadarse con él, era egoísta, pero tampoco podía tomárselo bien. Le echaba de menos, durante más de diez años había estado a su lado enseñándole y cuidándole, ahora aunque no estuviera tenía que dar cuenta de ello. Se limpio las lágrimas y se llevo una mano al pecho, cogiendo un collar que le había regalado por su cumpleaños.
-Te prometo que me esforzarte Tsuna-nii…
Porque nunca le olvidaría y haría que aunque no pudiera verle, Tsuna estuviera orgulloso de ser su hermano, porque el si podía decir con gran orgullo que era el hermano pequeño de Tsunayoshi Sawada, el Decimo capo Vongola.
Fin