Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamorarse por Necoco_love

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bien… Sé que no es la gran cosa, y que es un drabble muy corto, pero Aye-chan, tendrás que disculparme, no he tenido muy buenas ideas últimamente e__e Pero igual traté de escribir algo bonito para que te gustara x3
Dedicado a ti con todo mi amor, hermana (:
Espero te guste y me dejes un review ^^

Notas del capitulo: Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Mashashi Kishimoto.
¿Crees que se puede uno enamorar de alguien que en un principio no te gusta?



Rebuscando en mi memoria, muchas veces me di cuenta que aquella simple pregunta había vagado demasiado por mis pensamientos a lo largo del tiempo desde que te había conocido hasta la fecha. Era algo intrascendente, una de esas preguntas que te haces en un momento de aburrido ocio y al instante olvidas por algo más cuya importancia opaca cualquier tipo de pensamiento anterior. Era algo que inconscientemente me preguntaba constantemente, pero cuya respuesta nunca tenía tiempo o ganas de encontrar.



Quizá, la razón más creíble que podía explicarme a mí mismo, era la simple verdad: aparecías tantas veces en mis pensamientos que tu solo recuerdo borraba de mi mente cualquier otro pensamiento ajeno a tu persona.



Mucho tiempo después conté con el tiempo suficiente para plantearme muchas veces la pregunta y buscar la respuesta, pero me negaba rotundamente a hacerlo porque aquello significaba darte la razón en muchas cosas que tiempo atrás me habías dicho, las cuales yo negaba por el simple y dulce placer de llevarte la contraria todo el tiempo.



La primera vez que te vi, te odié. No lo negué en aquél entonces y no lo hacía ahora tampoco. Te observé tan frío y popular entre las chicas pese a tu indiferencia, tan deslumbrante, tan hermoso y odioso al mismo tiempo, tan cretino y tan admirado que no había mucha ciencia para describir lo que sentía: envidia. Te odiaba por que eras precisamente el tipo de persona que me habría gustado ser—tan admirado, tan perfecto y tan académicamente preparado—, y el cual seguro estaba jamás llegaría a ser.



Eras mi ejemplo a seguir en algunos aspectos, pero eras también el blanco de mis comentarios más irrisorios.



A veces resulta irónico como la vida puede girar de tantas formas que nunca sabes como esperar que las cosas terminen. Ridículamente te habías puesto a mí nivel y, sin haberlo previsto, me odiaste casi tanto o más como yo lo hacía. En el momento no llegaba a entenderlo, y de cierta manera me irritaba, pero era una paradoja al mismo tiempo; mientras consiguiera que por unos efímeros momentos tu existencia se viera centrada en mí, aún si fuese para denigrarme con el más hiriente de tus comentarios, con eso bastaba para mí. Con que notaras mi presencia más allá del bufón de la clase que veían los demás, ya era más que suficiente para mí.


No me veías con tú típica indiferencia. Me veías como a un rival, como a un igual que tarde o temprano tendrías que enfrentar. Y, aunque no lo sabíamos en aquél entonces, en el trasfondo de nuestras miradas desdeñosas se ocultaba la esperanza pura del amor.


Suena estúpido decirlo—pensarlo siquiera hasta me hace sentir ridículo—, pero sé que, inevitablemente, era una verdad. Más allá de nuestras discusiones sin sentido, se albergaba en mí la esperanza de que sin importar lo que fuera, siguiéramos peleando como nunca dejábamos de hacerlo, porque solo en aquél acto hostil nos olvidábamos del mundo y tan solo tú existías para mí como yo lo hacía para ti. En aquella vida solitaria que nos había tocado vivir, ambos éramos, para el contrario, una razón de existir que nos reconocía más allá de lo que cualquiera a simple vista veía.



Nos hicimos amigos de una manera poco convencional con el tiempo. Ninguno admitía que tanto o más que el contrario, la compañía mutua era como encontrar esa utopía donde, aunque nada era perfecto, carecía de importancia al estar juntos, en silencio, dejando el tiempo volar como si no hubiera nada mucho más importante en la vida. Incluso pese al odio, logramos formar aquél lazo tan fuerte por el cual sería capaz de dar mi vida entera.



Suelen decir las personas que del odio al amor hay solo un paso. Una noche de verano, bajo los fuegos artificiales de algún festival de la temporada, no fue un paso lo que nos llevó a aceptar que del odio habíamos pasado al amor. Para mí, del odio al amor había solo un beso, y fue aquél gesto inesperado, tan corto pero tan anhelado que sencillamente me pregunté si lo habías hecho con la intención de dejarme con ganas de más, o era la propia aceptación de tus sentimientos lo que hizo actuar bajo uno de tus impulsos.



Al final de cuentas, no importaba mucho. Te sonreí y sin palabras, bajo la noche tibia, comenzaste a discutir conmigo y yo, habiendo sido provocado, incluso te pegué un suave puñetazo en el hombro. Nuestra poco ortodoxa forma de tratarnos no cambió incluso cuando ambos admitimos los sentimientos reprimidos que crecían por el otro irremediablemente. No obstante, aún así, al final del día, sin importar cuanto peleáramos, terminaba yo a tu lado y tú ahí, mirándome con un amor que a veces te costaba admitir con las palabras, pero que siempre era más fácil de decir con una mirada.


Un día entonces me puse a reflexionar, llegando a la conclusión de que sí, uno, incluso contra sus propios deseos, se puede enamorar de alguien que en un principio no le gusta.


¿O que piensas tú, Sasuke?
Notas finales: ¿Y ustedes que dicen? ¿Se puede uno enamorar de alguien que en un principio no te gusta?
No tengo más palabras. Besos & abrazos, Necoco.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).