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En medio de la tempestad. por Meli Grimmjow Uchiha

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Notas del fanfic:

Bleach no es mío, es del gran Tite Kubo-sama :F

Notas del capitulo:

Es un Oneshot de Shirosaki y Tensa Zangetsu. Es algo raro, pero, aqui se los dejo para que me digan que opinian.

Disfruten la lectura!!:D

La tempestad no cesaba en el mundo interior del shinigami sustituto. Parecía que algo estaba agobiando al pobre chico de cabellos naranjas. Más bien, había alguien, que estaba angustiando y desordenando los sentimientos del de ojos marrones. Bueno, por lo menos eso era lo que lograba sentir el hollow interior del vizard.

Aparentemente Ichigo se encontraba en la Sociedad de Almas, realmente no le importaba mucho lo que hiciera ese maldito.

Le molestaba esa insoportable lluvia que inundaba esos hermosos rascacielos. El agua no paraba y Zangetsu… No era el mismo de siempre.

Era extraño, porque generalmente el viejo se quejaba constantemente del frecuente diluvio. Pero en esa ocasión… Su esencia era distinta, además de que su apariencia también lo era. Una capucha cubría su cabeza, era más bajo que de costumbre, y para colmo, no llevaba consigo la famosa forma shikai de la espada de Kurosaki, más bien sostenía una katana de tonos oscuros, de tamaño “normal”, con una empuñadura roja y negra con una cadena rota en un extremo. Ahora que la observaba bien, era… ¿Zangetsu en bankai? A decir verdad, nunca había visto a el viejo Zangetsu en forma bankai. Supondría que cambiaría de aspecto o algo así, y al parecer no estaba tan errado.

 

-¡Oye! ¡Viejo Zangetsu!- Le gritó, pero el susodicho no le dirigió la palabra en lo más mínimo. Ni siquiera volteó a verlo. Así que, se fue acercando con cuidado, claro, era para no resbalarse con el suelo mojado, porque si de no asustarlo se trataba, no le importaba en lo más mínimo.- ¡Oe, te estoy hablando!- Encima que no tenía mucha paciencia el otro jugaba con ella de una forma más que detestable.

 

Tanto griterío no le gustaba para nada. Ese chico de piel blanca era un ruidoso. ¿Qué no podía callarse un momento? Solo quería un poco de paz, y definitivamente no la tendría si el alvino seguía haciendo tal escándalo. ¿No se daba cuenta de qué no quería hablarle? La explicación más simple sería que como es hollow, no es muy inteligente. Pero para entender algo tan simple, estaba el sentido común. Y no creía que no tuviera algo tan sencillo como eso.

Giró un poco la cabeza, para darse cuenta de que el molesto se dirigía hacia él, con una sonrisa sádica, que muy pocos saben esbozar. Se resignó a la idea de no hablarle, también a la idea de golpearle. Ya que aun que le  molestase admitirlo, el muy maldito era fuerte, muy fuerte.

Qué más daba, tendría que ahuyentarlo de algún modo, la mejor manera sería responderle lo que quisiera saber, tal vez así dejaría de molestarlo. Se levantó de su improvisado asiento y le dirigió un intento de mirada asesina a Shirosaki. Y digo un intento, porque al verlo bien, frente a frente, no resistió el pensar en lo apuesto que era aquel hombre. Ese pensamiento se le hizo algo extraño, pero a quien le importaría que a él, una simple espada, un espíritu sin cuerpo, le pareciera lindo o hasta le gustara otro ser del mismo sexo.

 

-¿Qué quieres hollow? Me molestas.- Su expresión se tornó algo enfadada. Pero el otro solo respondió con una risa burlona y una mirada desafiante.- Te eh preguntado que, qué quieres.- Que tipo más raro. Ahora Tensa estaba más fastidiado que antes. Está bien que le pareció lindo, pero comenzó a pensar que lo único que tenía de lindo era el rostro, tal vez su cuerpo, pero su actitud era un asco y eso no lo soportaría. Ni en sueños.

Pasaron segundos mirándose. Pero luego el mayor hizo un repentino movimiento que dejó paralizado al de ojos marrones por tan solo unos segundos. Por medio del shumpo, el alvino se las arregló para llegar hasta el niño y bruscamente le arrebató la capucha que llevaba puesta hasta ese instante.

 

-Mm… Así que después de todo no eres el viejo Zangetsu… Entonces dime… ¿Quién eres?- Otra vez esa sonrisa desquiciada que pondría nervioso a cualquiera, se asomaba en los labios del de ojos amarillos.

 

Saliendo de su trance, lo único que atinó a responder fue su nombre.- S-soy Tensa Zangetsu…- El nerviosismo lo traicionó y su voz falló, haciendo que él mismo tartamudeara. Pero no era porque el hollow le gustara o algo, sino que la distancia que había entre ellos, no era la apropiada. Además que el endemoniado lo sorprendió, haciendo que su organismo se asustara un poco. Raro en él. A parte, ese tipo estaba demasiado cerca de su rostro. Inclusive podía sentir como el aliento caliente del  peliblanco golpear suavemente sus mejillas. Le incomodaba, mucho, y lo más exasperante era que el otro lo sabía, y por eso era que lo hacía. Además de que sus cuerpos estaban demasiado próximos entre sí.

 

-Ah… Entonces, esta es la apariencia de Zangetsu en forma bankai, ¿Eh? ¡Ja!-Jamás dejaba de sonreír, era realmente insoportable. Sus ojos, amarillos y negros, no dejaban de ver a un Tensa Zangetsu al borde de un tremendo sonrojo, la incomodidad era tal, que estaba a punto de quedar tan rojo como un tomate. Llegó a un punto que el menor tuvo que desviar la mirada para evitar el contacto visual con el otro, pero éste no dejó que eso pasara, puesto que con su mano agarró fuertemente la barbilla del de cabellos castaños incitándolo a girar  la cabeza y quedar nuevamente frente a frente. Lo que el menor no se espero es que el de cabellos blancos, luego de hacer eso, lo besara. Sus labios se fundieron en un roce apasionado y tosco. Inconscientemente, el menor abrió su boca dejando que la lengua del alvino se filtrara dentro de su cavidad. Recorriendo absolutamente todo de ella.

 

El hollow estaba como loco, nunca había probado algo igual. Su sabor era exquisito. Su lengua, azul, no dejaba ni un espacio sin explorar de aquella deliciosa boca. Intensificó el beso tomando por la cintura al menor, y solo cuando necesitó aire, ese fastidioso oxigeno, se separó del aturdido niño, pero, sin soltarlo de su agarre.

 

-¿¡Pero qué rayos te pasa!?¡¿A caso te volviste loco?!- Apenas si pudo cuestionarlo antes de perder el poco aire que había recuperado, sonrojado hasta la medula, así estaba. Jamás pensó que ese psicópata tuviera tanta experiencia en eso. A decir verdad, a primera vista parecía un vil mujeriego, así que no debía sorprenderse mucho. Supuso que besar a una mujer, y besar a un hombre sería lo mismo. Ya que no le encontraba la menor diferencia.

Lo volvió a mirar, con intención desconocida, ya que de verdad que lo odiaba, aunque recién lo conocía pero, contradictoriamente, le parecía muy sexy y atrevido. Frunció el seño en desaprobación a lo que recién habían empezado. Si, empezado, ya que el mismo sabía que ese maldito no se detendría hasta tenerlo de rodillas bajo su propio cuerpo. Se imaginaba lo que venía, era obvio. No era ningún tonto o desinformado. Aun así, no quería… o por lo menos no en ese momento.

 

-Ajajá- Rió. Le divertía lo que Tensa decía.- No bromees… Tensa-chan…-Dijo en tono burlón.- Sabes por qué y para qué, hice lo que hice.- Volvió a esbozar la maldita sonrisa tan característica de él y retornó su postura, en la posición en la que estaba hacía unos minutos atrás. Muy, pero muy cerca del rostro, ahora sonrojado, del bankai de Zangetsu.-Sabes…- Susurró a su oído.-Realmente… Deseo violarte.- Luego de esa retorcida confesión, se echó a reír a todo pulmón a su lado. Pero no estaba bromeando, de verdad quería hacerlo y no se privaría de eso. Así que reforzó sus manos en la cadera del chico y en ágil un movimiento lo lanzó al mojado piso. Para después quedar sobre él.

 

Se relamió los labios, de seguro sería divertido hacerle eso al chico. Comenzó besando con lujuria los labios del menor, luego descendió a su cuello. Mordiendo, besando y lamiendo. Despacio, inició el despojamiento de ropas del de ojos marrones, que no dejaba de lanzar gemidos ahogados seguidos de quejas e insultos, que excitaban al alvino. Pero lo más estimulante era la resistencia que el espíritu de la katana ejercía. Eso le gustaba. Ese era el objetivo, violarlo. Si no se oponía, no le encontraba diversión. Y el solo quería divertirse un rato.

 

Desprendía lentamente la túnica negra que Tensa Zangetsu llevaba. Se detuvo al llegar debajo del ombligo. Antes de dejar ver el sexy pantalón ajustado que portaba. Empezó a descender con su boca, por el cuerpo del otro. Lamiendo su pecho, jugando con sus pezones, estimulándolos, mordiéndolos, rodeándolos con su lengua, aspirándolos y volviéndolos a lamer… Era simplemente desesperante para el pobre Tensa, que no dejaba de sufrir y al mismo tiempo disfrutar. Aun así no deseaba tener sexo con Hichigo, y se resistiría hasta el último momento. Pero sospechaba que eso era lo que quería el otro.

 

Mientras, el hollow seguía con su malvado plan. Ya se encontraba por la zona abdominal de Zangetsu bankai, ya se había deshecho absolutamente de todo rastro de la inoportuna prenda que el otro traía encima, y ahora iba en busca de su pantalón, que no durarían mucho tiempo más sobre ese delgado cuerpo. Poco a poco, fue descendiendo más y más por el estómago del chico. Acercándose al área de su entrepierna, ya despierta y lista para recibir un poco de atención. Comenzó a desabotonar la prenda inferior de Tensa Zangetsu. No era ninguna ciencia hacerlo, así que lo siguiente fue bajarlo. Durante el deslizamiento, Shirosaki aprovechó para besar, y dejar pequeñas marcas, en el bajo vientre del ojimarrón.

 

El torturado solo gemía. Ya no había nada que pudiera hacer. Lo había intentado todo. La resistencia ya no podía ser ejecutada por su cuerpo, ahora tan frágil y débil, como la más delicada porcelana. El agotamiento lo había vencido, Shirosaki lo había vencido. Humillante… Él jamás se había resignado. A nada. Sin embargo, esto era más fuerte que él y que su fuerza de voluntad. Y a todo eso se sumaba que lo que le estaba haciendo, no era nada que su organismo no quisiera o rechazara. El placer lo carcomía por dentro. Y la agonía lo hacía por fuera.

 

Ya no tenía su prenda inferior. Ni pantalones, ni boxers. Su hombría estaba plenamente al descubierto, siendo observada por aquel intento de hombre que osó tocarlo ese día. El agua recorría cada centímetro de su piel. El frío suelo de vidrio no era nada agradable. Ya no sabía que sentir. Su mente ya no quería funcionar, no quería que lo que estaban haciendo ocurriera de ese modo. Todo fue muy brusco, sin sentimiento… Solo sexo vacío y sin espíritu. No daba más, quería que todo eso terminase de una buena vez, quería…

 

Una punzada en su entrada le causó un dolor tan profundo que pudo sacarlo de esos pensamientos tan tristes y desconcertantes. Shirosaki estaba dilatando su interior para poder entrar… El problema era que inició con los tres dedos necesarios, sin preámbulos, ni avisos. Podía sentir como se movían en círculos, haciendo espacio… Donde claramente no había. Desgarradores minutos pasaron hasta que el hollow empezó a sacar esos infernales intrusos del cuerpo de Tensa. Pero algo mucho peor estaba a punto de reemplazarlos.

Percibía el calor del miembro del peliblanco acercarse… Ni siquiera lo vio sacarse el hakama, no le había prestado atención… Tampoco le interesaba hacerlo. Le daba mucho miedo lo que pudiera llegar a pasarle a él… pero le aterraba más lo que pudiera llegar a dolerle. Ya casi estaba listo para que el otro lo invadiera, cuando una voz se escuchó… Opacando todo rastro de los sonidos que anteriormente predominaban en ese espacio. Las gotas de la lluvia que golpeaban el piso, la respiración agitada del de cabello castaño, el soplar del viento… Todo… Absolutamente todo se congeló, al segundo en que esas cuerdas bocales se movilizaron para darle lugar al chillón vocablo de ese chico de ojos amarillos.

 

 -No sabes… Las ganas que tengo de estar dentro de ti… Tensa-chan…- Y esa sonrisa volvió a aparecer… Como la detestaba, como lo detestaba a él, y como detestaba que estuviera disfrutando de su sufrimiento. En cualquier momento quebraría en llantos. No se retendría… Ni siquiera lo intentaría.  

 

En un instante, su cuerpo se llenó de un agudo dolor. Sin el más mínimo cuidado Hichigo ya estaba dentro del menor, de una sola estocada. Seco y cortante, tal y como el más siniestro y profesional asesino mataría a su víctima. Instantáneamente unas cristalinas comenzaron a salir de los brillosos ojos llenos de angustia del pequeño y joven bankai de Zangetsu. Lo único que podía era rogar para que ese horroroso momento terminara de una vez por todas.

 

Las brutales envestidas empezaron, una tras otra, sin respiro, sin delicadeza, sin alma, sin corazón, sin piedad… En cualquier momento se quebraría en dos. Esa fuerza descomunal, más que Tensa era verdaderamente estrecho, más que al de cabellos blancos eso le encantaba, y más que el menor también estaba llorando, sin dudas daba una suma de placer, y cada vez más placer para Shirosaki. El único beneficiado en todo eso.

De repente una mano fría y humedecida por la lluvia y el sudor empezó a masturbar rápidamente el erecto miembro del espíritu de la katana de Kurosaki, quién cerró fuertemente los ojos. Y quien pasó de lanzar gemidos vacíos y sin vida a gritar de gusto por el accionar del otro. Aun así, su mente estaba en blanco… Solo sus instintos lo guiarían en ese acontecimiento.

 

Al cabo de un par de envestidas y vaivenes más, el cruel mayor y el casi desgarrado menor llegaron al clímax, el punto máximos de regocijos. El primero en venirse fue el más pequeño, que salpicó todo su líquido blanquecino en la mano, vientre, pecho e inclusive en un lado del rostro del, ahora feliz, hollow. Y el susodicho lo hizo en el interior del primero.

Muy a su pesar, tuvo que abandonar las cálidas y asfixiantes paredes de Tensa Zangetsu. Lentamente fue desalojando el ahora no tan íntimo espacio que el chico tenía. Cuando al fin lo sacó, se tiró al lado del iracundo, adolorido y avergonzado joven de ojos color café. Lo miró un buen rato, y solo pudo decir unas pocas palabras.

 

-Prometo no volver a hacerte esto sin tu consentimiento. Ah…- Suspiró- Se que te hice sufrir y admito que lo disfruté. Pero solo un momento.- Su fastidiosa voz se tornó en un tono serio e increíblemente sincero. Lo decía en serio. Tal vez las estúpidas emociones del humano ya le estaban afectando… Quien sabe.

En ese preciso instante una gota de lluvia golpeó su rostro, haciéndolo recordar que si se quedaban un poco más bajo ese clima tal vez enfermarían. Aunque no lo creía posible, mejor prevenir que curar. Así dice el dicho. Se colocó el hakama y tomó a Tensa Zangetsu en brazos, junto con su túnica, arropándolo con ella. Se dirigió junto a uno de los muchos grandes muros que separaban a un rascacielos de otro… Se sentó con el pequeño niño en su regazo y solo esperó…  

 

Horas pasaron hasta que por fin el chico de cabello castaño despertó de su profundo sueño. La lluvia había cesado y un sol radiante predominaba en el cielo azul.  Al abrir sus ojos se encontró con una escena poco creíble. El mismo hombre que hacía, prácticamente menos de medio día lo había violado vilmente, ahora lo tenía en sus reconfortantes brazos como si de un bebe se tratara. Eso lo enojaba y lo ponía feliz al mismo tiempo. Pero, no podía evitar preguntar algo verdaderamente inquietante.

 

-¿Es… Verdad lo que dijiste?- Su voz sonó débil y quebrada. Realmente daba lástima. Como una niña secuestrada durante meses que fue tirada en un baldío totalmente golpeada.

 

-Claro que sí, yo no digo esa clase de mentiras.- Rió amargamente durante unos instantáneos segundos. Luego de eso solo miró al chico tendido en su suave agarre. Y preguntó-¿Puedo besarte?- Una sonrisa un poco burlona se formó en sus labios. El cuestionado solo asintió levemente con la cabeza.

Acto seguido, el hollow fue acercándose lentamente a los labios del bankai de Zangetsu, cuando un grito estruendoso de pronto lo interrumpió.

 

- ¿¡PERO QUÉ RAYOS SE CREEN QUE ESTAN HACIENDO!?- Adivinen que, era Ichigo con una cara de desconcierto tremenda, un sonrojo abrumador y el dedito acusador apuntándolos a ambos.

 

-¡Eso a ti no te incumbe!- Dijeron los dos aludidos al mismo tiempo. Fue una interrupción bastante inoportuna. Ambos tenían ganas de asesinarlo, pero definitivamente no lo harían. Por dos razones, una porque si lo mataban ya no tendrían cuerpo donde vivir. Y aunque el de ojos amarrillos se adueñara del de Kurosaki, no sería lo mismo. Y dos, porque sin el triste corazón de su rey… Ya no tendrían la oportunidad de vivir un encuentro como ese….     

                                                                                                                        Fin…

Notas finales:

Espero que les haya gustado!! Y por fis dejen reciews, solo uno aunque sea. Si no me deprimo ;o; Nos leemos pronto! Sean compasivos conmigo u.u


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