Querido Heero:
Probablemente ya han pasado tres o cuatro años desde la
última vez que supe algo de ti. Ese último día no nos
despedimos por que no pensábamos que sería el final…
tan solo ibas a otra misión… una misión que te robo de mi
lado.
Solo tardarías una semana en la misión, y tres días más
para dejarlo claro en Prevents, sin embargo cuando pasaron
esos diez días, tú no apareciste… supuse que al día
siguiente llegarías pidiendo perdón por tu retraso… pero
no sé fue. Comenzaba a preocuparme, jamás me habías fallado
y ahora comenzabas a hacerlo. Te esperaría para recibir una
explicación…
Pero el tiempo paso, y no aparecías, te busque. Vaya que
lo hice, y metí en problemas al pobre de Quatre, de Hilde
y hasta Sally… pero ni con esa ayuda pude dar contigo.
El primer año aún tenía la esperanza de que regresarías, de
que me llamarías por teléfono, que me mandarías una carta o
que me dejarías un mensaje… pero nada. No supe nada de ti.
El segundo año… sé que es tonto y hasta inocente, pero
esa esperanza aún estaba con vida, vivía en mi corazón…
quería que regresarás y me explicaras que era lo que había
pasado… que me pidieras perdón, perdonarte y vivir como
lo habíamos hecho hasta ahora después de cuatro años… pero
no. Los trescientos sesenta y cinco días pasaron y jamás
tuve noticias tuyas… estaba triste, cansado, aburrido,
deprimido… quería morirme me sentía muy solo, no sabía que
hacer, me encontraba desesperado. Sentía como cada día que
pasaba parte de mi vida se me escapaba de las manos… ya no
era yo. Lloraba todas las noches, golpeba la almohada y le
preguntaba siempre ¿Por qué?… Quería, ansiaba, ¡Necesitaba
respuestas! Pero esas solo me las podías dar tú… pero no
estabas… serías perdido, al menos para mí.
Justo en ese segundo año, dejé de usar esa collar que me habías
regalado, con tu nombre por delante y detrás la fecha cuando
nos conocimos, tengo que reconocer que me soprendió que lo
recordarás, pero ese detalle inundó de alegría mi corazón…
sin embargo, cada vez que lo veía, que lo sentía me dolía más
el corazón… sé que te dije que jamás me lo quitaría, pero no
podía con eso… traerlo puesto hacía más dolorosa mi vida. ¿De
qué servía tenerlo puesto si ya no estabas a mi lado? Y lo peor
es que no sabía el por que de tu desaparición… pero eso sí,
cada vez que lo pensaba, por mi cabeza pasaban muchas cosas…
algunas de ellas demasiado dolorosas para contarlo…
Pocas personas sabían que te habías ido, no quería preocuparlos,
pero sobre todo no quería darle explicaciones por que no sabía
que decirles… no sabía decirles el por que te habías ido…
¿Qué les decía? Ni yo mismo podía darme una respuesta… una
respuesta que no fuera que ya no me querías….
El tercer año… ese tercer año, decidí ponerme nuevamente el
collar, y la verdad no sé por que… lo veo y sigue doliendo
pero… ya no te espero. Esa esperanza ha muerto… perdóname,
dije que estaría a tu lado siempre… tú también lo dijiste,
sin embargo has roto tu promesa ¿Por que debería yo de cumplirla?
Me duele, pero es la verdad… no puedo seguir engañándome…
eso solamente me haría más daño, y con el que me has hecho tú
es más que suficiente… estoy cansado… cansado de esta
espera… y si alguna vez regresas a esta casa y ves esta carta,
¡Tírala, quémala, hazla pedazos! Pero por favor no me busques…
No podría soportarlo… por favor, no me busques. Es lo menos
que puedes hacer por mí… no me busques nunca más Heero… en
cuanto empiece el cuarto año, guardaré ese collar en un lugar
que ni yo mismo pueda ver… y se quedará ahí para siempre…
junto con esos sentimientos que llegue a sentir por ti… los
dejaré bajo llave y jamás los volveré abrir… para mi esa será
nuestra despedida…
Duo Maxwell…
おわり
FIN.