Los rayos de un nuevo día alumbraron la casa de los Uchiha. Sasuke se encontraba preparándose para un nuevo año de escuela.
Sasuke era un chico completamente normal, sus notas en la escuela no eran la gran cosa, pero tampoco era bajas. Sin embargo, esta normalidad era lo que más disgustaba al ojinegro. ¿Acaso era tan difícil tener algo de acción en su vida?
-Itachi… ya me voy- Anunció mientras tomaba sus cosas- Nos vemos cuando vuelva.
-¿Ya te vas? ¿No piensas despedirte como se debe de tu dulce, sexy y amable hermano mayor?- Lo molestó. Itachi no podía evitar molestar a su hermano, simplemente le encantaba verlo enojado.
-¿Podrías dejar de molestar? Ya no se cómo te soporto…- Alegó con el ceño fruncido.
-Mmmm… ¿Será porque me amas y no puedes vivir sin mí? – Se burló nuevamente- Espero que hayas dormido bien, es tu primer día y debes relajar esa cara de estreñido que tienes.
-¡Yo no tengo cara de estreñido!- Gritó- Sólo… sólo pienso intensamente, por eso tengo esta cara- El moreno trató de defenderse, pero era una excusa bastante mala.
-Si claro… yo creo que deberías relajarte más y no hay nada mejor que una buena y larga paja para lograr eso- Se burló.
-Tú de verdad que estas buscando que te mate- La paciencia de Sasuke, como siempre era puesta al límite por su hermano ¿Por qué siempre tenía que salirle con eso?
-Pero… ¿Por qué? ¿No me digas que nunca te has tocado?- Agrandó los ojos con sorpresa- ¡Muy bien! Como soy tu hermano tengo la obligación de enseñarte, como si fueras mi padawan y yo tu maestro Jedi- Los ojos del moreno tomaron cierto brillo que a Sasuke lo puso realmente nervioso.
-¡No seas tonto! ¡Por supuesto que sé tocarme! ¡Tengo 17 años!- Su paciencia se había agotado.
-Je, je, je… ¿Te hice enojar?- Preguntó con inocencia.
-¡Deja de molestarme!
-Ok, ok… pero será mejor que te apures, porque llegaras tarde… je,je,je…- No podía evitarlo, hacerlo enfadar era demasiado divertido.
-¡¡¿¿QUÉ??!! Maldito… ¡Por tu culpa llegare tarde!- Sin decir una palabra más, Sasuke tomó sus cosas y corrió hacia la puerta, pero antes de que lograra salir de esa casa de la tortura…
-Sasuke- Lo llamó.
-¡¿Qué quieres ahora?!
-¡Tú me quieres!- Sonrió.
-¡¡BAKA!!- Gritó cerrando la puerta y corrió hacia la escuela.
-Que sensible…- murmuró.
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-¿Estás listo para tu primer día, hijo?- Preguntó la pelirroja.
-¡SI! Este año nada podrá salir mal- Sonrió de forma zorruna.
-“Espero que no…”- Pensó Kushina- Bueno hijo, recuerda… olvídalo. Sólo se como eres- Le habló tiernamente. La verdad es que estaba muy nerviosa, no quería que Naruto tuviera los mismos problemas que en su antigua escuela.
-¡Sí! Ya lo sé, no te preocupes por eso. Sabes que nunca me porto mal.
-Naruto…- Lo miró preocupada- Recuerda que no debes enojarte ¿Está bien?
-Pero mamá yo nunca me enojo ¡Yo soy feliz como una lombriz!- Rió. Naruto siempre se encontraba sonriendo, él no conocía la palabra enfado.
-“Si tan sólo supieras” ¡Muy bien! Yo debo hablar con el director y tú debes ir a tu primera clase.
-¡SIIII!- Exclamó emocionado.
Ambos se bajaron del auto y se encaminaron en dirección a la escuela. Kushina de dirigió a la oficina del director, mientras que Naruto era guiado hacia su primera clase. Pero la pelirroja no podía dejar de estar preocupada por su hijo, le dolía demasiado tener que mentirle, pero lo único que quería era que el rubio tuviera una vida completamente normal.
Kushina llegó hasta la oficina del director. Tocó la puerta y esperó hasta que le respondieron.
-Con permiso- Saludó- Mi nombre es Kushina Usumaki y soy la madre de Naruto Usumaki- Habló tomando asiento.
-Buenos días, claro… recuerdo a su hijo, se ve que es un muchacho muy alegre- Sonrió amablemente el albino- No había tenido el placer de conocerla a usted, ya que hablé con su esposo. Mi nombre es Hayate Kakashi.
-Es un gusto conocerlo- le sonrió- Director, necesito hablar con usted acerca de un tema muy importante y se trata de mi hijo- Poco a poco el rostro de la pelirroja se lleno de preocupación y angustia.
-Por su rostro puedo notar que es algo serio- La miró- si me permite… Lo que usted quiere decirme, ¿Tiene algo que ver con la expulsión de Naruto de su otra escuela?
-Si… es un asunto muy delicado y usted debe estar al tanto de esto- Kushina comenzó a relatar los problemas que había vivido su hijo, problemas que muy pronto llegarían a esa escuela.
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Sasuke se sentó en su lugar completamente cansado, había corrido todo el camino desde su casa para no llegar tarde- “Maldito Itachi, llegara el día en que me las pagaras”
-¡Sasuke!- Gritó el moreno acercándose a su peculiar amigo- Vi que recién llegaste. Je, je, je… déjame adivinar… Itachi te volvió a molestar y por eso estás con esa cara de estreñido- Se rió Sai.
-¡¿Otra vez!? ¡Que mi cara no es de estreñido!- Otro más. Simplemente su vida estaba fuera de control.
-Jajajajaja… vamos Sasuke, no te enojes. Sólo era una pequeña broma- Le colocó el brazo sobre su hombro, ahora cálmate que él no está aquí, así que puedes relajar ese ceño- Le tocó entre las cejas.
-Buenas… - Saludó Gaara- Veo que ya te están molestando Sasuke.
-Al fin llegó alguien con un cerebro en su lugar- Soltó con malicia mirando a Sai.
-¡¡Ouch!! Eso dolió- Bromeó- ¡Hola Gaara! Tú sigues tan lindo como siempre.
Gaara se sonrojó inmediatamente y sin decir una palabra, se sentó en su puesto.
-¿Cuándo será el maldito día en que le dirás lo que de verdad sientes?- Preguntó Sasuke.
-El día en que él me haga caso- Respondió con desgana. No lo entendía, siempre le tiraba indirectas a ese sexy pelirrojo y él como si nada. Sólo lograba sacarle uno que otro sonrojo, pero creía que sólo era por vergüenza. Ya no sabía qué hacer.
-No seas tonto, lo mejor es que se lo digas de una vez- Sasuke no era muy bueno dando consejos, pero Sai era uno de los pocos amigos que lo soportaban, sin dejar de lado a Gaara que, al igual que el moreno, siempre estaban con él para calmar su ira en contra de su hermano.
-Se lo diría, pero no sé si le gustan los hombres- Se agarró la cabeza con desesperación- Oye… ¿Por qué no le preguntas tú?- Lo miró con esperanzas.
-¿Quieres que le pregunte a Gaara si le gustan los hombres?- Abrió los ojos- ¡Estás loco!
-Pero loco de amor- Sonrió- Yo no me atrevo a preguntarle, vamos Sasuke… por favor- Suplicó.
-Bien… pero no ahora, ya veré cuando le pregunto.
Sai lo abrazó con todas sus fuerzas- ¡Gracias!- y completamente feliz se fue a sentar en su lugar.
A los segundos Iruka- sensei entraba para darles la noticia a sus alumnos de que un nuevo alumno llegaría.
-Buenos días chicos- Saludó- Hoy tenemos un nuevo compañero. Puedes pasar- lo llamó
Naruto, completamente confiado, entró a la sala y se paró al lado de su profesor. Observó a todos sus compañeros con emoción. Sinceramente era un poco extraño estar en una escuela de hombres, pero no creía que fuera tan malo.
-Buenos días, mi nombre es Naruto Usumaki y seré su compañero, espero que nos llevemos bien- Su forma de hablar y su sonrisa cautivaron a cada uno de los chicos que se encontraban en la sala de clases.
Sasuke estaba con la boca abierta- “¡Por dios! Miren a ese angelito”- Para el moreno la sonrisa de Naruto fue cautivante ¡Y cómo no iba a serlo! Él era precioso, cabello rubio como el mismísimo sol, ojos azules como el cielo despejado en verano, su rostro era brillante y fresco.
-Naruto puedes sentarte en frente de Sasuke- Le indicó Iruka, señalándole el lugar.
-¡Sí!- El rubio se dirigió al lugar indicado y se sentó. A los pocos segundos se dio media vuelta y le habló al moreno.
-¡Hola! Me llamo Naruto ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó sonriendo.
El moreno estaba en shock, ese angelito le estaba hablando y él no podía dejar de mirarlo embobado- “¡Dios! Me está hablando ¿Qué hago? Miren esos ojitos y esa boquita. Creo que tengo nuevo material que usar para relajarme esta noche”.
-Me llamo Sasuke Uchiha- Contestó lo más serio posible.
-¿Sasuke? Me gusta tu nombre, espero que nos hagamos amigos.
-“Yo te haría otra cosa- Pensó con perversión- Emmmm… yo también lo espero.
Naruto le sonrió una vez más antes de volver a su posición para escuchar la clase que recién comenzaba.
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Las clases ya había terminado y Sasuke recogió sus cosas para marcharse a su casa.
-Sasuke- Lo llamó el moreno- oye, ¿Te irás con nosotros?- Le preguntó acercándose.
-No, mejor vete tú con Gaara y así pasas más tiempo con él- Le dijo tomando su bolso.
-Etto… bueno, si tú insistes- Contestó con cierto nerviosismo en su voz ¡De verdad que ese pelirrojo le descontrolaba las hormonas!
-¿Estás nervioso?- Se burló. ¡Al fin! Su venganza.
-¿Y-yo? ¿Y cómo no voy a estarlo?- Le dolía el estómago de sólo pensar en él.
-¿Nos vamos?- Interrumpió el pelirrojo.
-Emmmm… si, Sasuke no se irá con nosotros, así que nos iremos solos tú y yo- Lo abrazó por los hombros. A veces no entendía de dónde sacaba tanto valor para tocarlo.
-Mmmm… de acuerdo. Nos vemos mañana Sasuke- Se despidió con sonrojo en sus mejillas. Sai siempre lo ponía nervioso con ese tipo de bromitas extrañas, aunque… él creía que sólo eran bromas ¿Verdad?
Gaara y Sai se despidieron del moreno y se fueron. Sai estaba muy nervioso y esperaba no espantar con algún comentario bizarro al pelirrojo.
Sasuke los observó marcharse, debía ser increíble sentir aquello por otra persona, pero él no estaba acostumbrado a expresar sus sentimientos. Sin embargo, deseaba tanto cambiar su normalidad y vivir aquello que tanta curiosidad de daba.
-¡Sasuke!- Lo llamó Naruto- ¿Te molesta si nos vamos juntos?- Le sonrió con ternura.
-¿Eh?- Respondió saliendo de sus pensamientos- Si tú quieres- Aunque ese rubio sexy le comenzaba a gustar, no podía dejar de verse “serio”
-¿En serio? ¡Vamos!- Gritó emocionado. Estaba realmente feliz, ya tenía un nuevo amigo ¡Y en el primer día!- “¡Genial! Yo sé que seremos muy buenos amigos, lalalalala… Yo soy tu amigo fuel, yo soy tu amigo fiel…”
Los dos salieron del salón mientras Naruto llenaba los oídos del moreno con una agradable conversación.
Sasuke estaba encantado, nunca había conocido a alguien con tanta alegría, con tanta energía. Era como si el hecho de vivir fuera uno de los mayores regalos.
-Sasuke ¿Con quién vives?- Preguntó curioso.
-Emmm… cof, cof… con mi est… digo, con mi hermano mayor. Habló con un tono amenazante. El tan sólo recordar a ese hombre hacia que su vena se hinchara inmediatamente.
-¿Con tu hermano? ¿Y cómo es él? ¿Simpático? ¿Agradable? ¿Cómo?- Lanzó una pregunta tras otra.
-¿De verdad quieres saber cómo es él?- ¿Por qué tenía que hablar de Itachi justo cuando estaban los dos solitos?- Bueno… Mi hermano es un baka pervertido, odioso e insoportable que lo único que hace es molestarme todo el maldito tiempo- Nombró con furia.
-¿Eh?- El rubio lo miró sorprendido- Se nota que lo quieres mucho- Se rió. Sasuke si que era honesto.
-¿Quererlo? ¡Lo único que quiero es ahorcarlo!
-Jajajajaja… eres divertido, me agradas mucho- Le sonrió.
Sasuke creía que le iba a dar algo. Cada vez que el ojiazul sonreía de esa manera, él se quedaba mirándolo como un completo idiota.
-Etto… ¿Por qué te cambiaste de escuela?- Trató de cambiar el tema.
-Mmmm… sinceramente nunca entendí el por qué me echaron de mi antigua escuela- Se tocó el mentón pensando- No recuerdo haber hecho algo malo.
-¿No recuerdas?- Preguntó extrañando.
-No, hay veces en que pierdo la memoria y nunca recuerdo lo que ha hecho en ese lapsus de tiempo
-Eso es extraño…- Lo miró- Tal vez te acusaron de algo injustamente y no lo recuerdas.
-Puede ser. Mi madre nunca me ha dicho la razón- Su voz algo preocupada- Pero ya no importa, ahora somos compañeros y estoy viviendo otra vida- Habló con energía.
-Pero… ¿No te preocupa estar en una escuela de chicos?
-No ¿Debería?- Lo miró con inocencia.
-Creo que no…- Mintió. ¿Cómo no debería preocuparle? ¡Era un bombom!- “Es tan inocente, eso lo hace mucho más deseable.”
-¡Oh! Ya llegamos a mi casa- Anunció. De tanto conversar se le había olvidado todo- Gracias por acompañarme, nos vemos mañana- Se despidió.
-Sí, no vemos- Sasuke lo miró hasta que éste entro a su casa. Esto de verdad que no se lo esperaba, ese rubio de verdad que le estaba gustando y no iba a dejar que nadie, absolutamente nadie se le acercara con impuras intenciones.
El moreno siguió con su camino con una sonrisa en sus labios. Pero tuvo que borrarla al llegar a su casa. No le daría a Itachi una razón más para molestarlo.
-¡Ya llegué!- Anunció cerrando la puerta.
-¿Sasuke? ¡Por dios, te extrañe tanto!- Gritó abrazando a su hermano.
-Mierda…- Gruño.
Continuará…