Hacía ya dos años que Ed y Al recuperaron sus cuerpos, pero el rubio de ojos dorados aun no le confesaba a su hermano lo que sentía por él. Ed no lograba reunir el valor para decírselo porque desde que Al había recuperado su cuerpo había estado más distante y ya parecía no importarle Edward asi q el pequeño decidió solo esperar el momento adecuando, pero la verdad cada vez parecía más imposible el poder ser correspondido.
Ya Al había conseguido trabajo ayudando a Winry con los automails, mientras Ed seguia como alquimista estatal, solo tenía que presentarse de vez en cuando para hacer informes y entregárselos al nuevo fuhrer.
-Señor, ya esta aqui el muchacho. Le avisó una mujer rubia cn el cabello recogido.
-ya llego?! Está bien… déjelo pasar Risa. Le respondió el pelinegro, tratando de ordenar un poco su escritorio ya que estava con montañas de papeles.
-Buenos días coronel. Le dijo Edward entrando a la oficina. –Aki tiene el informe, ya m voy. Le dijo apresurado mientras colocaba el documento sobre la mesa.
-Espera, no…tuviste ningún problema? Le pregunto, tratando de evitar que el menor se fuera tan rápido, normalmente se quedaban más tiempo platicando o diciéndose sarcasmos.
-ja! Quién crees que soy Roy? Ya no soy un niño, sabes? Le dijo el menor un tanto enojado, nunk le gusto q Roy lo tratara cmo a un niño.
-pues… -Le dijo Roy acercándosele cn una sonrisa. -Yo creo q es mejor parecer un niño q un anciano, no crees?
-je, en eso tienes razón. Le respondió cn una sonrisa tambn para despues fijarse n su reloj, ya iban a ser las 11 y aun no había comprado la comida para cocinar.- Ya m tengo q ir o Al se enojara, adiós coronel. Se despidió rápido y salio corriendo, tirando la puerta.
-Je, adiós full metal. Dijo el pelinegro cn una sonrisa viendo cmo la puerta fue azotada.
Debía admitir que sentía celos de Al, ya que tenia los sentimientos del pequeño rubio que Roy amaba en silencio, solo por eso no había acosado antes al menor, porque lo había pensado en muchas ocasiones, pero savia que si hacia eso Ed solo acabaría alejándose ya que además del buen salario, no tenía más motivos para seguir como alquimista estatal.
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Al salir de la oficina de Roy, Ed fue lo más rápido que pudo a comprar una libra de bistec picado y sal. En cuanto llego a la casa que había comprado con sus ahorros, los de Al y la ayuda de la abuela Pinako, entro a la cocina y empezó a lavarse las manos, cuando escucha unos ruidos que provienen de la habitación de Al. Era como algo golpeando contra la pared y unos suspiros que apenas se lograban escuchar.
-mh… Ah Al…
-nhh…
Ed cerró la llave del lava platos y salio con cuidado de la cocina, Al aun no regresaba del trabajo y no creía que un ladrón atreviera a meterse a esa casa, pero debía ir a investigar. Fue silenciosamente a su cuarto para buscar un arma, por si acaso, y se dirigió con cuidado al cuarto de su hermano, los suspiros eran cada vez más altos.
Ed no lograba imaginar que podia ser, solo se dispuso a abrir un poco la puerta del cuarto, solo lo suficiente para espiar que estava pasando. Al ver lo que generaba el ruido no podia creerlo, solo lograba ver el rostro de su hermano sobre el de Winry en la cama, parecían desnudos pero no logro fijarse bien ya que las sabanas los cubrían.
Podia parecer un niño, pero entendía muy bien lo que estava pasando, las lagrimas le empezaron a salir sin darse cuenta, se sentía solo como un juguete abandonado, sin hacer ningún ruido el rubio cerró la puerta.