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¡¿Tú...?! por UchihaNeekoRaawwrr

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Notas del capitulo:

HeyHey! aqqi, publicando mi 1° fic ORIGINAL :p espero i sea de su agrado.

Ryunosuke: ;D sigo disponible! 

Daisuke: ¡Sigues engañandome! ¡Te odio! (Sale corriendo de la habitación)

Ryunosuke: ¡No, pichonsito! ¡Espera! (Corre tras él)

u_U bien, disfruten xD

Un mundo donde los que están destinados a ser ukes, tienen orejas, colmillos y  cola de neko. Mientras que los destinados a ser semes son realmente sensuales, atractivos, casi perfectos, aunque siendo llamados “semes” extrañamente se pueden enamorar de chicas.

–¡Espera, Luka-chan! –Pedía una chica de aproximadamente 12 años de edad corriendo detrás del susodicho.

–¡No! ¡Aléjate monstruo pervertido! –Se negó cierto chico pelinegro huyendo de la pequeña que le había probado ése cosplay de maid femenino que llevaba puesto mientras se llevaba a cabo la persecución.

–¡Pero falta la braguita! –Mientras corría sacó de su bolso una braga femenina, que hizo voltear al mayor, quien, al verla, palideció su rostro e hizo que acelerara a  todo motor. –¡Espera! –Trató de seguirle, pero el otro ya iba muy lejos.

Llegó a un pequeño parque, donde las personas lo observaban, unos con asombro, otros asustados, otros pervertidamente, y las señoras cubriendo los ojos de sus pequeñuelos. A decir verdad, estaba más que avergonzado lo cual hizo notar con un rubor enardecedor que adornaba inocentemente sus pálidas mejillas, dando un brillo de más inocencia a sus ojos oscuros como la noche que se acercaba en un par de horas más.

Malditas sean, Samantha y Elizabeth Akimoto… por su culpa… ahora estoy aquí pasando una vergüenza total –Pensaba maldiciendo a sus hermanas quienes lo vistieron de esa forma según ellas para ver como quedaba su cosplay. Por cierto, su familia era parte europea por su padre y parte japonesa por su madre.

Siempre, absolutamente, siempre. Su hermana menor junto con su hermana mayor lo vestían de chica ó algún cosplay que resaltara el hecho de que es un uke. Así es. Tenía; orejas, colmillos y cola de neko como cualquier otro uke en la ciudad, pero lo que resaltaba en él era que tenía una gran belleza de parte hereditaria de su madre al ser japonesa. Cosa que aprovechaban sus hermanas para hacerlo como quisieran.

Decidió sentarse en una banca del parque, esperando a que sus hermanas estuvieran en algún paseo en la calle para regresar a casa y cambiarse el infierno que llevaba como atuendo.

Cogió su celular, marcando un número que tal vez y lo podría salvar…

–“El número que usted marcó…”

Apenas y sonó ese mensaje y cerró el aparato para apretarlo con coraje y enfurecimiento.

Dijiste que las únicas llamadas que nunca rechazarías… Serían las mías ¡Baka Mentiroso! –Pensaba completamente molesto. –No asegures nada que no cumplirás… –Susurró como si aquella persona lo fuera a escuchar.

El sol se ocultó. Dando paso a la oscuridad de la noche ya no estrellada como lo era antes, el clima había cambiado. Ahora era un poco más helado que el anterior

Me estoy congelando… y estoy con éste pequeño uniforme… Acaso… –Pausó mientras sus ojos se abrían sorprendidamente. –Acaso… ¿Tendré que acudir a él? –Sus pensamientos estaban confundidos… por un lado estaba regresar a casa con la vergüenza del mundo a que su padre lo regañara por el cosplay que llevaba y aguantar la estúpida risa de sus hermanas. Y por otro… ir a casa de él… –Rayos… –Se retiró del lugar el cual ya no estaba rodeado por tantas personas.

Caminó y caminó hasta lograr llegar a una enorme casa muy conocida para él.

–Aquí voy… –Se acercó nervioso al timbre de aquél hogar y lo presionó, haciendo que éste emitiera un sonido que avisaba su llegada.

Las orejitas negras del joven se tensaron al pensar en la imagen de aquella persona que le enamoraba. Su colita negra se escondió entre sus piernas como sumisión. Mientras que sus colmillos blancos apretaban con fuerza para no soltar la emoción.

Abrieron la puerta, y la figura de justamente la persona a la que no quería ver en un 100% apareció frente a él.

–Humm… ¿Luka? –Cuestionó no reconociendo a la persona en ese cosplay.

–¿J-Joey? –Llamó dudoso. En realidad su plan era que le abriera la puerta la hermana menor de Joey, ya que ella siempre le apoyaba y conocía perfectamente a las hermanas de Luka, para después salir de ahí rumbo a su casa sin ser visto por el peli plateado que tenía enfrente.

–T-Tú… –Balbuceó. En realidad lo había visto antes así, espontáneas veces. Pero jamás con un cosplay de maid.

–Y-Yo… emm… e-es m-m-mejor que m-me v-vaya –No podía ni siquiera hablar, un carmesí adornó sus mejillas enardecedoramente como antes lo hizo en el parque. Dio media vuelta e iba a tomar camino fuera de ahí, pero una mano tomó fuertemente su muñeca. –¡Gh! –Se quejó ante el repentino toque.

–Lo siento… pero… no puedo dejar que tu padre te maltrate aún más por esto… –Aclaró sin soltar aquel agarre que él creó.

–Eso… ya no me interesa del todo… Mi padre me odia desde hace tiempo… y no puedo hacer nada al respecto. –Agachó el rostro aún sonrosado recordando cierta discusión entre sus padres hace algunos años.

FlasBback

–¡Ahora te quejas de él porque tiene destinado el ser un uke! ¡Mientras que antes de que naciera, cuando anuncié mi embarazo, cuando supiste que era un varón estabas completamente feliz! –Gritaba desesperada una mujer, de la cual se escuchaban sollozos y la voz quebrada.

–¡¡Sí!! Porque él debería tener de destino ser un ¡¡Seme!! ¡¡SEME!! ¡¿ME ESCUCHASTE?! ¡No un marica! ¡Me debería de dar nietos! –Gritó remarcando la última palabra.

Mientras seguía la discusión, un pequeño de apenas 6 años, con sus rasgos de uke apenas empezando a desarrollarse lloraba desconsoladamente detrás del muro.

Fin FlashBack

–Por eso mismo no quiero que te metas en más problemas con él. –Lo jaló de la muñeca y lo arrastró hasta llevarlo al interior del recibidor del hogar.

–Mh… –Hizo una mueca en desaprobación. –¿Dónde rayos me cambiaré? –Preguntó un tanto fastidiado.

–En mi cuarto. Por supuesto. –Aseguró creando una media sonrisa con sus pálidos labios. –Teníamos reunión familiar, así que tengo primos, abuelos, tíos, padres, blah blah… Por eso es mejor mi cuarto. Aparte todos ocupan una habitación y ahora ya están dormidos. –Comentó con una confianza revelada en sus ojos grisáceos.

–¿Qué hora es? –Preguntó curioso ante tal información.

–11:45 pm –Respondió observando su reloj.

–Maldita sea… me matarán cuando me vean en casa. –Maldijo yendo a la habitación del heredero de la casa.

Aquél sólo pudo seguirle hasta su espacio privado.

Una vez dentro del espacioso lugar, cerraron la puerta y encendieron la luz.

–Si todos están dormidos… ¿Por qué tú sigues en ropa casual y despierto? –Preguntó el pelinegro razonando la situación al ver al mayor vestido de una remera negra sin mangas, unos jeans de mezclilla negra y calzado deportivo color negro y suela junto con cintas blancas.

–Hm… tuviste suerte. Me encontraba leyendo un libro y lo de la ropa… siempre me ha dado flojera cambiarme. –Explicó sonriente hacia el ojinegro. –Mejor cámbiate… –Le dio un cambio de ropa.

–S-Sí –La pieza no tenía excusado, así que tenía que cambiarse ahí mismo. Comenzó a sonrosarse. Iba a empezar cuando… –¡Rayos! –Pensó al recordar que por la espalda tiene botones de los cuales abrocharon sus hermanas.

–¿Te ayudo? –Nunca se dio cuenta, pero Kurogane Joey lo observaba desde hace un buen rato.

No recibió alguna respuesta, pero sabía que debía hacerlo, porque su amigo nunca le diría que sí a algo tan vergonzoso.

–Bien… –Se acercó caminante hacia su compañero, quien seguía aún más nervioso que antes. Hizo un ademán para que se diera vuelta, y así lo hizo.

Rozó el primer botoncito que hizo tensar al menor de los dos, cosa que hizo notar en sus orejas las cuales en ése instante estaban como tablillas, y su cola sumisa entre sus piernas.

El peli plateado hizo caso omiso al detalle y continuó desabrochando los botones, hasta que llegó al último y lo desabrochó lentamente.

–Listo… –Avisó dejando el área, tomando lugar sobre su gran y cómoda cama.

–Gr-Gracias… –Susurró con sus mejillas rojitas como tomate.

Luka Akimoto deslizó los tirantes de sus hombros, primero el de la derecha, para después hacer lo mismo con el de la izquierda, así mostrando sus hombros color nívea. Y así, suave y vergonzosamente deslizó todo el uniforme, el cual cayó sobre el alfombrado suelo.

Si tan solo fuese una chica… Joey en este momento me hubiera hecho suyo… demo… simplemente soy un uke más en este planeta. –Pensaba deprimente mientras tomaba las prendas que su amor le había prestado antes, colocándosela una por una. Hasta que terminó. Volvió a ver al oji gris, quien nunca había quitado la mirada sobre su amigo.

–Hum… ¿Qué le dirás a tus padres? –Preguntó indiferente encendiendo su lujosa laptop.

–No sé. De todos modos, diga lo que diga. Mi padre me dará un gran castigo. –Suspiró desilusionado mientras se observaba las prendas en el espejo.

–Tsk. –Tomó el teléfono de su cuarto y marcó cierto número.

–¿Qué haces? –Preguntó curioso a la acción del chico mayor.

No recibió respuesta alguna. El otro esperaba que le contestaran detrás de la línea. Y lo consiguió.

–¿Moshi Moshi? –Contestó una voz femenina del otro lado de la línea.

–Konbawa, señora Akimoto. Soy Joey. –Se presentó para que lo reconocieran.

–Ahh, eres tú. ¿Qué sucede? ¿Sabes algo de Luka? –Comenzó a interrogar un tanto preocupada por su hijo.

–Sí. No se preocupe. Decidió quedarse en mi casa. Es que al atardecer, jugábamos en la fuente que está en el parque y caímos dentro de ella. –Explicó con una gran mentira en boca.

–¡Pero qué distraídos son ambos! –Les reclamó con cierto deje de molestia en su suave voz. –Hum… está bien. Solo porque está contigo. Si fuera con otro chico o peor aún. Con una chica nunca lo dejaría. –Aclaró más su femenil voz con un tono pervertido que logró captar el joven más alto de los que estaban en la habitación, al cual le subieron los colores al rostro.

–S-Señora… Je. Creo que es mejor irme. Me está dando sueño. –Mintió para tratar de alejar el tema.

–Sí, claro. Está bien. Sólo te recomiendo que abraces a Luki-chan mientras duerme. Últimamente tiene muchas pesadillas –Bromeó pícaramente soltando una larga carcajada para después colgar.

Kurogane quedó boquiabierto. ¿La madre de Luka enserio había dicho tal cosa?

–Hey, ¿Qué sucede? –Lo sacó de sus pensamientos el peli azabache menor que lo estaba observando.

–N-Nada. –Respondió colocando el teléfono en su lugar y volviendo en sí. –Es tarde. ¿No te gustaría dormir? –Le preguntó amablemente.

–Tengo sueño. Pero… –Pausó un momento. –Quiero pensar unas cosas un rato –Aclaró tomando asiento sobre el suelo, no sin antes colocar un cojín suave donde sentarse.

–¿Pensar? –Cuestionó intrigado, posando su grisácea mirada sobre su mejor amigo.

–Sí.

–¿Quisieras platicar? –Se sentó al lado de su acompañante serenamente.

–¿Tú me querrías escuchar? –Hizo una mueca de confusión dirigida hacia el mayor.

–Claro. ¿Acaso no recuerdas cuando éramos aún más pequeños? Que nos contábamos absolutamente todo. –Comenzó a hacerle memoria para que soltara la sopa.

–Bien. Sólo y únicamente porque eres tú… y te puedo confiar absolutamente todo. –Aseguró un poco serio.

–Adelante. –Permitió el chico de cabellos plateados sonriente.

–Yo… –Pensaba un poco por donde comenzar. Ya que eran un sinfín de cosas. De las cuales solo 1 le iba a ocultar. –Me gustaría contarte algo que me sucedió anteayer.

–Dime. –Su rostro marcó un gesto de curiosidad a la noticia.

–¿R-Recuerdas a Nico-kun? –Le preguntó haciendo memoria.

–¿Nicolas? Sí. Sí lo recuerdo, ¿Por? –Preguntó aún más intrigado.

–M-Me dijo que… me amaba y que una vez terminados sus estudios… me p-propondría… que me fuera a v-vivir c-con él… –Explicó tembloroso y titubeante. No gustaba hablar de esos temas, pero se trataba de Joey… Él sabe su historia desde que nació hasta hoy en día.

–¿Y qué dijiste? –La intriga era poderosa en la vida. Sobre todo con grandes noticias.

–Le dije… que pensaría bien las cosas. Y me dio tiempo hasta el 25 de Diciembre. –Explicó con sus orejas abajo y su colita escondida, dando a entender que estaba triste.

–Faltan varios meses. –Comentó al calcular rápidamente el tiempo.

–Sí.

–En realidad te quiere y le gustaría que lo pienses bien.

¡¿Es lo único que tienes por decir?! ¡Maldito seas, Joey! ¡Te odio! –En su mente tan sólo podía pensar en eso. –Acaso… Acaso… sólo… quedaré… –Pausa. –¿Cómo un Amigo? –Sin pedir permiso, saladas lágrimas brotaron de sus oscuros ojos, obligándolo a agachar el rostro para que no lo notara Joey. Pero sus sollozos lo delataron.

–¿Eh? ¿Qué sucede, Luka? ¿Acaso lo quieres pero tienes miedo de aceptarlo? –Preguntó preocupado al observar el estado de su mejor amigo desde la infancia.

¡Baka! ¡Es a ti a quien quiero! ¡¿No has entendido las indirectas desde hace 3 años?! –Comenzó a llorar inconsolablemente, soltando gritos desesperados desde su garganta.

–Calla. Tranquilo –Trató de calmarlo, pero era inútil. A este paso todos despertarían preocupados.

El llanto no cesaba, y el mayor no sabía que hacer. Hasta que…

Tomó de sorpresa al neko, envolviéndolo en un protector abrazo que de inmediato calló al pelinegro.

–J-Joey… –Susurró sorprendido. Jamás le habían abrazado así. Ni su propia madre.

–Por favor… tranquilízate y dime el por qué de tus lágrimas… –Cerró sus ojos sintiendo la suave piel de su protegido.

–Yo… –Se aferró a la remera de él para después sentir la masculina y suave piel de su amado.

–Dímelo… y lo sanaré… –Susurró un tanto acaramelado.

–No prometas cosas que no podrás cumplir… –Se alejó del abrazo aún con sus orejitas negras agachadas.

–¿Hm? –Ladeó la cabeza en forma de duda.

–Sí. Como lo hiciste con las llamadas… –Comenzaron a recordar aquél día.

FlashBack

–Tú… ¿Acabas de rechazar la llamada de ésa chica? –Le preguntó al ver que el mayor presionaba la opción de “Rechazar”.

–Sí.

–Qué malo… Entonces si te llamo… ¿Las rechazarás? –Le preguntó inocentemente, posando sus ojos negros sobre él.

–Hum… –Pensó un momento. –Tus llamadas jamás serán rechazadas por mí. Es una promesa. –Sonriente unió su dedo meñique con el de su mejor amigo.

Fin FlashBack

–Y ya van más de 56 llamadas que me rechazas en el transcurso de 2 años. –Le reclamó casi haciendo pucheros.

–Wao… las tienes contadas –Comentó asombrado.

–Hm…

–Amm… ¿Por qué llorabas? –Preguntó serio, tomando su lugar anterior, aunque todavía podía escuchar secos sollozos de Luka.

–N-No im-porta… fue un desahogo… –Mintió notablemente desviando su mirada.

–Te conozco y no lloras frente a nadie sólo por un desahogo. Dime. –Insistió con una voz completamente seria.

–Ya te dije. Fue un desahogo. Aparte… eres mi amigo, contigo si puedo llorar. –Volvió a mentir. –Te quiero… Te quiero… Te quiero…

–Mentiroso. No confías en mí para decirme el por qué de tus lágrimas… –Se cruzó de brazos y le dio la espalda a Luka.

–N-No es eso –Odiaba que hiciera sus caprichos y lo tuviera como perro suplicando. Pero así lo amaba. –Sino que… ¡Bah! Me acordé de lo que sucedió con mi padre y… pues… me llegó el sentimiento. –Mintió de nuevo. Pero ésta vez le fue un poco más creíble al mayor, quien volvió con él enseguida regalándole otro abrazo igual al de antes. –J-Joey… –Si por él fuera… empezaría a acostumbrarse a éstos abrazos repentinos con gusto.

El pelinegro ronroneó, causando una risa al más alto.

–Pareces una mascotita así. –Comentó entre risitas.

–Baka… –Susurró tranquilo.

A decir verdad. Se quedaron por ciertos minutos así. Sintiendo el aroma de uno y otro.

–Hueles deliciosamente a chocolate. –Comentó con un toque de atrevimiento el peli plateado.

–Apestas a loción de hombre. –Comentó bromista haciendo que los 2 cayeran en la risa.

Se separaron después de cierto tiempo y retomaron sus lugares sobre el suelo.

–Oi…

–¿Hm?

–¿Ya tienes algún chico el cual te interese? –Preguntó de nuevo con la curiosidad de un niño jugando al científico.

–Y-Yo… –Esa pregunta lo tomó por sorpresa. Esa noche estaba llena de incomodidades para él. –¿A ti te gusta una chica en especial? –Preguntó tomando el tema sobre sus manos.

–¡Oi! ¡Yo pregunté primero! –Infló sus mejillas en reproche, sacando una sonrisa por parte del otro.

–Demo… por ser uke, tengo más derecho de que tú me respondas primero… –Puso ojitos de gatito abandonado, convenciendo a su amigo tiernamente.

–Okay okay. Sólo porque eres uke. –Suspiró resignado. –Te contaré que sí. Me encanta una chica linda de mi instituto. –Reveló con una enorme sonrisa adornando su sensual rostro.

–¿Eh? –Abrió sus ojos tal y como platos. Según lo tenía entendido, Joey no amaba a ninguna chica y nunca lo haría. Pero por lo que veía ahora… El amor llega cuando menos lo esperas. –¿E-Enserio? ¿P-Por q-qué rayos estoy triste?... Sabía que llegaría este día…demo… –Su corazón se partía en miles de trozos, no podía llorar de nuevo, aunque sus ojos se estuviesen humedeciendo no quería dejar salir de nuevo lágrimas como lo hizo hace unos minutos. Sino serían evidentes sus sentimientos hacia el mayor.

En ése momento el celular del oji grisáceo comenzó a sonar para la entrada de una llamada.

–Mira. Es ella. –Avisó observando en el celular una imagen de aquella chica peli castaña mientras que debajo decía “Llamada de Natalie… Contestar… Rechazar” La imagen era de una chica de tez blanca completamente hermosa, de ojos verdes como las hojas.

Q-Qué linda… –Pensó observando celosamente la imagen de aquella chica que le robaba el amor de su querido Joey.

–Moshi Moshi –Contestó dibujando una enorme sonrisa. Más grande que la anterior con esos labios palidezcos.

El pelinegro tan solo podía observar cómo con cada frase de aquella chica, el peli plateado soltaba carcajadas alegres y de vez en cuando se dibujaba un sonrojo en su sensual rostro.

¿Q-Qué es esto q-que siento…? M-Maldita sea… –De la nada. Sin haber hecho una orden. Su brazo se estiro hacia el teléfono celular. –Quiero… demo… ¡No, no! –Su brazo tocó el celular, llamando la atención del oji gris. –No puedo controlarme… mis pensamientos son más poderosos que mi control… –Apretó fuertemente el aparato, jalándolo hacia él y de la nada lo lanzó contra la pared haciendo que se destrozara en pedazos al igual como sucedió con su corazón, dejando al recibidor de la llamada completamente sorprendido y más aún el atacante de celulares por lo que acababa de hacer. –Y-Yo… –Las palabras no salían. Ninguno se movió de sus posiciones anteriores.

–L-Luka… –Seguía observando el celular ya inservible sobre el suelo alfombrado.

–E-Etto… ¡E-Es mejor que me vaya! –Propuso corriendo de ahí apenas, con las enormes ropas del alto chico. Tomó su vestimenta maid, mejor dicho la vestimenta maid de sus hermanas, y corrió como pudo, se colocó el calzado del cosplay a fuerza. Ya que no tenía más que colocarse y se las arregló para aprender a correr en tacones en minutos.

–¡Espera, Luka! –Corrió tras el chico. Pero por obvias razones era más rápido que aquél, y logró lamentablemente alcanzarlo, empujándolo contra el muro mientras las cosas caían hacia el suelo brillante del pasillo.

–¡Suéltame! –Ordenó comenzando a inquietarse y moviéndose rebeldemente tratando de escapar.

–¡Rayos! ¡Para! –Tomó las manos del ojinegro y las colocó sobre su cabeza, acomodando su rodilla en la entrepierna del pelinegro.

–¿Q-Qué ha-haces? –Ésa situación solo se le había dado en sueños. En realidad era muy incómoda.

–Mh… una duda, ¿Por qué hiciste pedazos mi celular?, ¿Eh? –Acercó acosadoramente su rostro al de su acompañante.

–Y-Yo… –Se podría decir que sus alientos chocaban entre sí, haciendo que el ambiente se volviera provocador y caliente.

–¿Me dirás? –Puso cara de pucherito, la cual siempre funcionaba.

–M-Me caía mal… –Una respuesta estúpida por obvias razones, pero no le quedaba remedio.

–Mentiroso… – Acercó aún más sus labios al de su amigo y…

Notas finales:

e______________e me qedo cursi, pero asi me sentiaa ese diaa x) estoy abierta a sugerencias, dudas i criticas constructivas.

bien. ¿Podrán Ryunosuke y Daisuke reconciliarse? ¿Qué sucederá entre Joey&Luki-chan? :D en el prox capitulo e.e


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