Detrás de la puerta
Por: Lee Lawliet Takarai
Casi todos los fotos de la mansión Hiwatari estaban ya apagados. Era lógico debido a la hora que era, pasaban ya de las dos de la mañana. Solo en una ventana de podía apreciar la tenue luz encendida en una habitación, habitación que era ocupada por un joven oriental llamado Rei Kon y su joven amante, el joven heredero de la familia Hiwatari. No podía dormir y aún llevaba la ropa puesta. No quería ponerse el pijama, él podría llegar en cualquier momento, y a pesar de llevar dos años de relación, aún le daba vergüenza que lo viera en pijama.
Todos sus amigos y conocidos sabían que tenían una relación, y lo habían aceptado gustosos, desde el principio había ocurrido algo en ellos que era perceptible por todos. Pero aún así, a ellos les gustaba tener intimidad, y a las horas del día era algo casi imposible de lograr.
- Has llegado más tarde de lo normal, Kai –
- Lo siento cariño, mi abuelo no me dejaba salir de la oficina hasta que cerráramos el contrato con los inversionistas alemanes – dijo Kai cerrando la puerta con llave
- Estaba pensando en darme una ducha y dormirme ya – comentó Rei dirigiéndose al cuarto de baño
- De ninguna manera neko – dijo rápidamente Kai tomándolo por la cintura
- ¿No estás cansado? –
- Claro que no – contestó el joven ruso mordiendo ligeramente la oreja de su neko amante
- Es muy tarde Kai, quizás es mejor dormir –
- Nunca es mejor dormir Rei – seguía diciendo Kai frotando su cuerpo con el de su pareja
- ¿Seguro que quieres hacerlo hoy? –
- Eso no se pregunta, Rei –
Kai acercó sus labios a los de su amante en su beso suave y delicado, transmitiendo todo el amor y ternura que sentía por el joven oriental. Ambos jóvenes estaban fundidos en un abrazo que poco a poco se fue haciendo más fogoso, juntando sus cuerpos que se moldeaban perfectamente uno con el otro.
El beso fue cambiado, de suave a salvaje y caliente. Jugaban con sus lenguas y sus manos comenzaban a explorar nuevamente esos cuerpos que anteriormente ya lo había hecho. Pero siempre sintiendo la misma excitación que habían sentido la primera vez que se habían entregado.
Lentamente el joven ruso comenzó a guiar a su amante hacía la cama, aquel lugar que había sido fiel testigo de muchas de esas entregas pasionales y amorosos interpretadas por ambos chicos. Mientras caminaban el beso seguía y las manos continuaban explorándose.
- Te amo tanto Kai –
- No tanto como te amo yo Rei –
Los sentimientos que sentían los chicos siempre eran expresados, palabras que se complementaban con los hechos para demostrar cuanto amor se sentían.
Lentamente, las ropas comenzaron a ser despojadas, primero la estorbosa camisa, continuando con la playera que solían usar debajo, y así poco a poco cada una de las prendas salía de los cuerpos para ser olvidadas en alguna parte de la habitación.
Kai se colocó encima de Rei tratando de no dejar todo su peso en él, besaba y lamía cada parte de su cuerpo, lo recorría con la mirada y con sus ágiles manos. No se cansaba de observarlo y tocarlo. Por su parte Rei, se dejaba hacer, le encantaba la sensación de la boca y las manos de su amante sobre su cuerpo.
Ajenos a lo que pasaba en su pequeña guarida de amor, Rei y Kai eran observados por el cerrojo de la puerta por un joven de cabellos rubios. El por qué se encontraba observado aquél acto de amor entre sus amigos, era simple de responder. Se despertó para ir por un poco de agua y al caminar por el pasillo comenzó a escuchar ciertos ruiditos extraños provenientes de la habitación de sus compañeros y la curiosidad lo invadió.
A pesar de saber que sus amigos estaban haciendo el amor, no dejaba de mirar. Sabía que Rei y Kai tenían una relación, pero nunca había pasado por su mente que hicieran eso. Su razón le decía que debía irse de ahí y dejarlos tener privacidad. Su corazón latía muy rápido y su cuerpo comenzaba a experimentar una excitación que nunca había sentido.
De pronto notó que Kai comenzaba a penetrar a Rei lentamente sin prepararlo, no había necesidad de hacerlo, seguramente no es la primera vez que lo hacen, pensó Max. Y cuando Kai comenzaba a aumentar la velocidad de las embestidas, Max comenzó a sentir cierto dolor en su entrepierna. Su miembro le estaba pidiendo atención, sin siquiera quererlo, al ver a sus amigos haciendo el amor se había excitado y había tenido una erección que pedía a gritos ser atendida.
Con un poco de nerviosismo llevó su mano hacía su miembro y comenzó a acariciarlo sin dejar de mirar por el cerrojo de la puerta, conforme Kai metía y sacaba su miembro se Rei, Max aumentaba el ritmo de su masturbación.
Los jóvenes amantes que se encontraban dentro de la habitación, cambiaban de posición para hacer más duradera su entrega, se besaban, se mordían, se acariciaban y nunca se dejaban de decir lo mucho que se amaban.
Max comenzó a acariciarse los pezones y mojaba sus dedos con un poco de saliva para pasarlo por estos y así aumentar su excitación, eso era lo que había visto hacer a Kai, por lo que no tardo en ponerlo en práctica con su propio cuerpo.
En un cambio de posiciones más, Kai quedó sentado en un borde la cama, de cara a Max, y Rei encima de éste dándole la espalda al joven rubio que los miraba por la puerta.
El clímax era inevitable, cada vez las embestidas por parte de Kai eran más duras y con mayor rapidez, además de que con su mano libre masturbaba el miembro de Rei. Los gemidos, eran parte fundamental para Max, pues eso lo excitaba más.
De pronto, un gemido muy fuerte dejo de manifiesto que Rei había logrado llegar al clímax, derramando su líquido en su abdomen y en la mano de su amante, seguido de Kai retrasado solo por unos segundo, dejando salir su líquido dentro del cuerpo de Rei. Terminando rendidos.
Por su parte Max, siguió moviendo con rapidez su mano hasta que por fin, esa sensación, aún extraña para él llegó, de su miembro salió un líquido espeso y blanquecino seguido de una sensación de satisfacción total y un cansancio notorio.
Llevó su mano hasta sus labios y probó su propio líquido. No sabía mal, y la manera en que lo había obtenido había sido plenamente placentera. Miró nuevamente y vio como sus amigos se besaban tiernamente ya acostados en la cama.
Lo que no había sentido mientras se masturbaba lo sintió en ese momento, por lo que en sus mejillas apareció un ligero tono rojo, se levantó y salió corriendo a su habitación para limpiarse bien. Quizás tomar un baño.
Mientras tanto Kai y Rei seguían en su mundo, ignorantes de que su acto había sido visto por uno de sus amigos, ¿Qué pensarían si se llegarán a enterar?
Owari