Susan Black Presenta:
“Heart of Moon”
Capitulo 1: Ellie, el presidente del consejo estudiantil.
Quizás todo comenzó cuando ideé mi maquiavélico plan, o cuando él llegó a nuestra escuela transferido desde el extranjero, o quizás fue cuando se hizo novio de la chica que yo amaba… Realmente no lo sé con seguridad, lo que si sé, es que, él cambio mi vida por completo.
- ¡Ellie, cariño! ¡Llegarás tarde a la escuela!-La voz de una amorosa madre resonó desde las escaleras.
Frente al espejo del baño del segundo piso se encontraba un muchacho de 17 años peinándose prodigiosamente su cabello castaño, lacio y adecuadamente corto (según las reglas de la escuela) hacia un lado, sus ojos castaños claros se veían aun más claros ante la luz del sol que se colaba por la ventana del baño. Poseía un pequeño cuerpo, esbelto y de poca altura, no más de un metro sesenta. De rasgos poco masculinos, pues se parecía más a su madre que a su padre. Ellie Bark, era el presidente del centro estudiantil de su escuela, hijo único y huérfano de padre. Ellie, era un chico bastante decidido, serio, responsable e inteligente, también un poquito calculador y manipulador, aunque estos rasgos de su personalidad si bien contrastaban bastante con su apariencia de ángel y también así con su autoestima, pues el hecho de estar enamorado de la misma chica desde que era un niño y que esta bella muchacha no se fijara en él ni un poquito, afectaban tanto a su amor propio como a su orgullo de hombre, sin mencionar que al parecer era más popular con los chicos que con las chicas, lo que le causaba escalofríos de solo verse en una situación demasiado comprometedora con un chico que no fuese su mejor amigo. Por otro lado, su bello nombre no ayudaba mucho que digamos a su auto confianza, tener un nombre de niña le había atraído molestos problemas en su niñez y bajo ningún motivo se había permitido repetirlos ahora en secundaria, para ello había ideado una forma distinta de leer su nombre sin tener que cambiarlo al escribirlo, es decir, en vez de pronunciarlo como “Ellie” (Eli), lo pronunciaba como “Elle” (El), lo que le daba un toque más masculino, según él.
- Eso es imposible, madre-Contesto el chico cuando, después de salir del baño, bajo a la cocina donde se encontraba su madre preparando el desayuno.
Frente a la cocina (o estufa) se hallaba una hermosa mujer de 32 años, de ondulados cabellos castaños y ojos cafés. La mujer era más baja que su hijo por unos centímetros, era delgada y de bien formado cuerpo, tenia el cabello largo tomado en una coleta de caballo. Ellie, para ser exactos era la versión masculina de su madre. Sue Tiffany, era una dueña de casa que trabajaba por turnos como gerente de un supermercado, además de ser una reconocida crítica de libros.
- ¿Ya estas listo?-Pregunto la mujer con cierta decepción en su tono de voz. Lo que molesto claramente a su hijo.- ¿Por qué no te pareces más a tu padre? Él muy pocas veces llegó a la hora a la escuela-Se quejo.
- ¡Mamá!-Exclamó Ellie escandalizado.
- Que decepcionante-Musito la mujer apagando la estufa de la sartén donde freía unos huevos.
- ¡Me voy!-Anunció Ellie de mal humor.
- ¿Y tú desayuno?-Pregunto la mujer de manera inocente.
- No lo necesito. Si lo tomo llegare tarde a clases-Contesto el chico.
- Eres TAN aburrido, Ellie-Se quejo la mujer y sin decir nada a eso, el muchacho salio de la casa despidiéndose de su madre de un beso en la mejilla, como acostumbraba.
Camino hacia la escuela quejándose mentalmente de su madre. Tenía que irse con cuidado o esta podría tenderle una trampa si solo se despistaba un poco. Como era bastante listo no caía tan fácilmente, pero ella también lo era y los días se volvían una batalla constante en no transformarse en un don nadie como lo fue su padre. Su padre, Ray Bark, un tipo rebelde que embarazo a su madre cuando esta tan solo tenía 15 años de edad y que desgraciadamente murió a los 3 años después de nacer su hijo en un accidente automovilístico. A él le gustaba hacer carreras de auto y motocicleta y la suerte no lo acompañó aquel día del accidente. Por lo cual, el mejor amigo de mi padre, se hizo cargo de darme una imagen paterna, si bien fue un gran apoyo para mi madre, esta jamás le permitió reemplazar a mi padre, pero ahora hace unos 6 años que salen juntos a insistencia mía y de él.
- ¡Ellie!-Llamo la voz de un hombre cuando este entro en las dependencias de la escuela, ante el llamado Ellie paro en seco. Como siempre había llegado victorioso y más temprano que otros a la escuela, él acostumbraba a llegar a la hora en que llegaban los profesores.
- ¡Profesor Watson!-Exclamó Ellie contento. El hombre frunció el ceño y le golpeó la cabeza con la carpeta que traía en una de sus manos.
- Llámame Harry-Repuso.
- Estamos en la escuela-Contesto Ellie mirándole fijamente.
- A mi no me importa. Eres como un hijo para mí-Porfió el hombre.
- NO en la escuela, Harry-Contesto Ellie serio.
- Está bien, tu ganas-Suspiro el otro rindiéndose de inmediato.
Harry Watson, tenía el cabello rojizo, rebelde y corto, de ojos cafés y atractivo perfil, era un hombre de 35 años muy popular entre las mujeres y sobretodo con sus estudiantes femeninas, a pesar de que su corazón le pertenecía a su amada novia, Sue Tiffany, la madre de Ellie. Profesor de educación física y también profesor encargado de la clase de Ellie. Era un tipo divertido y relajado, como él había pocos en aquella escuela tan estricta, era capaz de competir con sus alumnos y estos le apreciaban bastante, incluso era invitado a fiestas por estos.
- Ellie, ¿por qué no te pareces más a tu padre? Me siento tan solo sin él-Se quejo el hombre haciendo un puchero. Ante aquel comentario, Ellie frunció el ceño de inmediato.
- Ni me lo digas. Me basta con que mi madre me lo repita todos los santos días-Contesto el menor mientras se disponía a caminar. Harry ante tal acción solo le siguió.
- ¡Jajaja!-Rió Harry al escucharlo.- Es que, me sorprende que puedas con tanta presión. Eres el representante de tu clase, eres el presidente del consejo estudiantil y además estas a cargo del club literario, eso es mucho para una sola persona-Añadió.
- ¡No es nada en comparación a ella! ¡La voy a superar!-Replicó Ellie.
- Tú y tu complejo de Edipo-Comento Harry haciendo sonrojar a Ellie.- Pues a ella si que te le pareces. No solo eres su viva imagen (solo que masculina), si no, que también en personalidad son muy parecidos, eres idéntico a tu madre-Comento.
- Lo sé-Contesto el chico inflándose de orgullo.
La persona que más admiraba y a la cual deseaba superar con creces era nada menos que su propia madre, una Nerd para algunos, pero para él todo lo que quería ser mientras estuviese en la secundaria: presidenta del consejo estudiantil, representante del curso, presidenta del club de literatura, auxiliar de profesor, futura profesora de literatura, trilingüe, eso y más fue ella y él estaba dispuesto a superarla.
- En serio que eres igual a ella-Rió Harry divertido.- Cuidado, no vaya a ser que me enamore de ti también-Musito agarrando al menor de la barbilla y atrayendo su rostro hacia él. Ellie se ruborizo ante lo que escucho y dándole un manotazo se separo de él.
- No bromees-Gruño Ellie como gato engrifado.
- ¡Jajaja!-Rió Harry con ganas.- No puedo evitarlo. Acostumbraba a meterme con tu madre cuando era la novia de Ray y al verte así tan serio no pude evitar querer meterme contigo también-Explico.
- Tonto-Susurro Ellie sintiendo la cara caliente.- Además, yo no cometeré el mismo error que mi madre. No perderé mi brillante futuro por enamorarme de un don nadie como papá…-Añadió.
- A veces creo que lo odias-Lo interrumpió Harry serio. Ellie no dijo nada. No era que lo odiara, solo estaba molesto con él por abandonarlo a causa de una estupidez. Harry suspiro.- Bueno, cambiando de tema. Necesito que te encargues de enseñarle la escuela al chico nuevo. Perdóname por molestarte cuando ya estas tan ocupado…-
- ¿Chico nuevo?-Se extraño Ellie.
- Si. Es extranjero, viene de América y se mudo a nuestro país hace muy poco. Piensa terminar la escuela aquí-
- ¿Sabe español?-
- Algo. Creo que lo básico-
- Que molestia-
- Se amable con él, por favor. Piensa en él como un compañerito para mejorar tu inglés-
- ¿Mejorar?-Repitió Ellie mirándolo molesto.- No necesito mejorarlo-Aseguró.
- Ellie…-Suplicó Harry.
- Está bien, señor-Acepto Ellie.
- Que cruel eres-
- Lo sé, señor-Sonrió Ellie.
- De todos modos gracias y dale mis saludos a tu madre-
- Si, señor-Contesto Ellie.
Harry se alejó hacia el salón de los profesores mientras que Ellie caminaba a su respectivo salón. Entro en este y vio con satisfacción lo tranquilo que se veía, obviamente estaba vació. Camino hacia su puesto (el tercero de la primera fila de izquierda a derecha) y dejo su mochila sobre él, camino hacia el pizarrón y comenzó a limpiarlo, pues siempre sus compañeros dejaban alguna tontería dibujada en este antes de irse. Le sorprendía su inmadurez, por ello mismo no se llevaba bien con ellos y estos le tenían cierto temor ante la mala fama que se había hecho. Era una persona de doble faz, podía ser amable, agradable y confiable con las personas que a él le interesaban, las personas inteligentes, sin embargo, con las personas que él consideraba inferiores tanto en inteligencia como en madurez, las trataba de la peor forma posible, las reprendía, las insultaba, las fastidiaba, en fin les hacia mas bien la vida imposible. Pero ante tal personalidad, solo existía una persona que no le tenía miedo, que lo quería tal cual era y que incluso se daba el gusto de divertirse a costa de él, esa persona era su mejor amigo, al cual conocía desde su niñez.
- “¿Un chico nuevo?”-Pensó Ellie frunciendo el ceño.- “Y además extranjero”-Se quejo mentalmente.
Continuará…