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Mi nombre entre tus labios por blackrain

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Notas del fanfic:

Lo que leyeron en resumen fue un pasado a la historia, se supone que sería un drable (perdonen, no recuerdo como se  escribe) pero me pase y se volvió one-shot.

Perdonen los errores, me la pase algunas horas haciéndolo, pero como ya es media noche estoy muy cansada para revisarlo.

Notas del capitulo:

Bueno, desde ayer tenía ganas de escribir algo que incluyera "master", y hoy me apure hasta terminar...

Es un ShikaSai, para sacarme la espinita (si leen The Four Season lo entenderan)

No había notado que Shikamaru no viene en personajes...

 

Naruto es de Kishimoto...

-¿Llamó usted, master?

El joven pelinegro se hincó frente al trono que adornaba el gigante salón, en esos momentos no había nadie a excepción de la persona sentada en el trono y el joven frente a él.

-Levanta la mirada, Sai-ordenó al ver que el pelinegro sólo miraba al piso de mármol.

-Como deseé, master-los ojos oscuros y sin vida se dirigieron al  trono, encontrando la figura del castaño de coleta alta, en sus oídos habían dos pendientes de oro con la figura de una cruz, ambos codos estaban apoyados en los reposamanos del trono, su mejilla se encontraba apoyada s du puño, mirando con curiosidad al pelinegro.

-Tengo una duda, Sai, ¿Me la resolverás?

-Si lo mandas, master.

El castaño dibujo una sonrisa en sus labios, dejando al descubierto sus colmillos ligeramente largos.

-¿Por qué un caza-vampiros tan poderoso como tú está al servicio de un vampiro?

-Mi raza, los que consideraba mis hermanos me han traicionado…

-Una lástima para ellos, ya que me he quedado con su joya más hermosa-poniéndose de pie se acercó a Sai, le ofreció una mano que el pelinegro tomó, siendo jalado ligeramente se puso de pie-pero ¿por qué quedarte conmigo?

-Porque tú salvaste mi vida, master-el joven agachó su vista para volver a mirar el suelo, el vampiro se sorprendió al notar que las mejillas del joven insensible se tornaron rojas.

El castaño no soltó la mano del joven, por el contrarió, la apretó con suavidad, ganando que el pelinegro levantará su vista para verlo al rostro.

-¿Master?

Con su mano libre el castaño tomó al menor de la barbilla, clavando sus ojos en los delgados labios del caza demonios.

-Sai, llámame por mi nombre-comentó sin apartar sus ojos de los labios.

-Shikamaru-el mayor no pudo contenerse más, acercó sus labios a los del pelinegro, empezando a besar al pelinegro, lo hacía con desesperación, mordiendo los labios y haciéndolos sangrar un poco.

-Mmm-Sai se alejó del castaño, algo asustado por lo brusco de su acción, de sus labios corrían delgados hilos de sangre debido a las heridas que el castaño le había ocasionado.

-Me sigues temiendo-no preguntaba, el castaño se dio la vuelta y se dirigió a su trono, volviéndose a sentar, se veía algo desanimado.

-No, master, no te temo-el pelinegro se acercó a él a paso lento subió los dos escalones que lo elevaban- a lo único que temo es al dolor.

-Deberías de aprender que hay dolores que te llevan al placer.

-No creo que eso exista, master-en los labios del joven se mostró una sonrisa fría.

-Esa  sonrisa es lo más horrible que conozco, su falsedad…no la soporto.- Sai se detuvo cuando estuvo frente a Shikamaru.

-Master, ¿me odias?-el joven subió a las piernas del castaño, quien pasó las manos por su cintura.

El joven pelinegro vestía con un corto short color negro, un poco flojo, sus largas piernas estaban al descubierto, mientras que sus piernas calzaban con botas negras que le llegaban por debajo de su rodilla, usaba una camisa negra de manga corta y le venía bastante cortita, dejando al descubierto su blanco y delgado abdomen. El castaño empezó a acariciar la piel desnuda del menor, con lo que las mejillas del joven se empezaron a volver rojas.

-Si te odiara nunca te hubiera salvado, no te tuviera a mi lado- los labios del mayor se dirigieron al cuello de Sai, mordiendo con mucho cuidado para no lastimarle- ¿Estás seguro que deseas continuar? Una vez que empiece no me detendré.

-Si es lo que tú deseas, master.

El vampiro se puso de pie, tumbando al cazador al suelo. El menor lo vio confundido.

-Hay momentos en los  que no te soporto.

El vampiro se levantó del trono, sus elegantes zapatos resonaron en el piso de mármol al alejarse de Sai. El pelinegro no pudo entender que sucedió, por lo que se levanto apurándose a correr tras él.

-Master, master, ¡Master!-Sai lo tomó del brazo para detenerlo.

-No me molestes ahora- Soltando su agarre con brusquedad.

-Shikamaru, muéstrame que dolor te lleva al placer.

Al escuchar su nombre en los labios del pelinegro el vampiro se detuvo, su odio desapareció de inmediato, se hinco frente a Sai, tomando su mano derecha deposito un beso en esta

-Tú mandas ahora, amor mío- ante esas palabras el pelinegro se sonrojó otra vez.

El castaño pasó sus manos por las desnudas caderas, acercándolo a él, empezando a besar su abdomen, sacando la lengua empezó a humedecer el ombligo de Sai, quien gimió ante la sensación.

-¿Te gusta?-preguntó alejándose lo menos posible, y continuando al instante.

-Si-logró responder llevando la mano a su boca para tratar de controlarse.

-No lo hagas-el castaño lo tomó de la mano, alejándola de sus labios—los deliciosos sonidos que escapan de tu boca serán mi recompensa- la seductora sonrisa en los labios del vampiro obligó al joven a pasar saliva, nervioso.

-Como mandes, ma… ¡aah!-las uñas del vampiro se clavaron en la espalda del menor, causándoles unas pequeñas pero dolorosas heridas.

-Sólo quiero oír mi nombre en tus labios, ¿De acuerdo?

-Co…-Sai calló al ver los ojos rojos del vampiro que adivinaban que iba a decir-Si te hace feliz, Shikamaru.

-Mi preciosa joya- el mayor tiró al suelo al joven de piel blanca, teniendo cuidado de no lastimarlo se posó sobre él, empezando a quitarle la ropa, besando toda parte de su cuerpo que empezaba a quedar al desnudo- No existe obra más divina que tú.

-¡SHIKAMARU!-Sai gritó al sentir que el vampiro besaba su miembro al desnudo.

-No te asustes-el castaño engulló todo el miembro del pelinegro, quien gimió con fuerza al sentir la húmeda lengua del mayor.

-Para…

-Te lo advertí, una vez que iniciara no me detendría-El chico de la coleta había levantado su rostro para mirar al pelinegro a la cara, sus mejillas estaban rojas, y su respiración agitada debido a la excitación. Sus ojos entornados se clavaron en los suyos, el vampiro sintió una punzada en su entrepierna ante la imagen.

-Pensaba hacerte disfrutar primero, pero no podre soportarlo mucho, te mostraré ahora mismo.

Shikamaru tomó por la cadera a Sai, levantándolo lo suficiente para pasar su mano por su trasero, hasta llegar a donde planeaba, introduciendo un dedo en el interior del menor, para comenzar a prepararlo.

-¡Duele!- de los bonitos ojos negros comenzaron a correr abundantes lágrimas, abrazando el cuello del moreno, ocultó su rostro entre su cuello.

-Te gustara, te lo prometo, sólo relájate.

Notó como las lágrimas aumentaban al entrar el segundo dedo. Tomando la mano del pelinegro con su mano libre la guió para que tomara el lugar de la suya.

-Hazlo con cuidado-le pidió sacando los dedos de su interior- podrás hacerlo a tu ritmo y podre quitarme mi ropa.

Sai hizo lo que le pidió, moviendo sus dedos conforme podía soportarlo, clavó sus llorosos ojos en el vampiro que de desvestía frente a él.

-Shikamaru…

-Ordéname- habló mirándolo con una sonrisa.

-¿Te… soltarías el cabello?

-¿Te sientes más cómodo?- preguntó al notar que un gemido escapó de sus labios.

Con timidez asintió.

-Mete el tercer dedo- Sai obedeció, volviendo a escapar lágrimas de sus ojos.

Una vez desnudo, el vampiro se volvió a recostar junto al pelinegro, tomándolo de la muñeca retiró su mano.

-Ya es suficiente- en sus labios se formó una sonrisa-si realmente quieres puedes quitarme la liga.

Una bonita sonrisa se dibujo en los labios de Sai, con su otra mano tomó la liga del cabello de Shikamaru, ocasionando que los largo mechones castaños cayeran sobre el rostro, dándole un aire misterioso y seductor al mayor.

-¿Te gusta?

Shikamaru quitó algunos cabellos de su rostro, pasándolos por detrás de su oído. El menor asintió sin poder dejar de verlo.

-Te dolerá un poco, pero te prometo que pasará- tomó la blanca pierna, haciendo que la doblara se acomodó entre éstas.

-Abrázame-Sai obedeció, estaba muy asustado, pero confiaba plenamente en el vampiro.

Empezó a penetrarlo con lentitud, sin detenerse a pesar de sentir las uñas del menor clavarse en su espalda, y sus quejidos de dolor.

-Tranquilo, amor. Pasara pronto.-Shikamaru tomó el miembro, empezando a masajearlo. Pronto el cazador comenzó a gemir, volviéndose más estrecho, sin tardar el mayor empezó a dejar escapar gemidos de sus labios.

Sai fue el primero en mover sus delgadas caderas, dejando escapar de sus labios un escandaloso gemido.

-Muévete, por favor, se siente…-no logró continuar debido a los gemidos que escapaban de sus labios, el mayor había empezado un lento entrar y salir de él, sintiendo que las uñas del menor se clavaran con más fuerza en su espalda.

El joven de piel bronceada busco los labios de Sai, probándolos con voracidad, su lengua jugaba de manera sensual con la contraria de momento el menor sentía el rozar de los filosos dientes que le causaban ligeras heridas en su lengua y labios. El movimiento de la mano en su miembro se volvió más rápido, al igual que las embestidas que a pesar de que en momentos se sentían dolorosas eran bastante placenteras.

El cazador dejó de abrazar al mayor, empezando a pasar sus manos por el pecho Shikamaru, sintiendo los bien formados músculos de su pecho y abdomen, al entreabrir sus ojos notó el llamativo contraste ente sus pieles, dirigió su vista a su rostro, admirando el cambio que ocasionaban sus largos mechones. Shikamaru volvió a buscar sus labios, acariciando con sus cabellos su rostro.

-Te mole…stan?… ¡Aaha!

-No, me…gusta ¡ahaa! Mucho- Los gemidos de ambos hacían eco en el enorme salón.

Las manos de Sai continuaron acariciando la piel del mayor, al verlo a los ojos se encontró con las peculiares pupilas rojas que solían aparecer cuando iba a atacar.

-¿Me…mhm…morderás?- no pudo evitar sentir miedo, a pesar de los corrientes de placer que recorrían su cuerpo.

-No… no sólo… ahaa… sucede por esa…razón.

De los labios de Sai escapó un gritito cuando Shikamaru presionó con fuerza su miembro, sintió las oleadas de placer correr por su columna.

-No voy… a aguantar-Shikamaru entendió al sentir el liquido mojar su mano y al pelinegro más estrecho.

-No importa.

Las embestidas fueron lo más rápido que pudieron, llevando al límite a ambos, los gemidos de Sai habían pasado a ser gritos de placer mientras que Shikamaru gemía con fuerza, disfrutando el cálido interior del menor.

-¡SHI-SHIKAMARU!-Sai se corrió en su mano, gritando su nombre en el clímax.

El vampiro no tardó en correrse al sentir lo estrecho que el menor se volvió, mordió sus labios para evitar gritar, derramando su esencia en el interior del cazador, quien soltó un gemidito al sentir la humedad. Al salir del interior notó como manchaba el piso, no sólo con el blanquecino liquido, sino que este había pasado a ser rojo por la sangre, que mostraba que había lastimado al menor al ser su primera vez.

Shikamaru se enderezó, poniéndose su pantalón, ante la mirada apenada de Sai. Ambos jóvenes estaban bañados en sudor, su respiración seguía  siendo irregular y su cabello estaba desordenado.

-Lo siento-los negros ojos se clavaron en él, se veía arrepentido.

-¿Por qué te disculpas?-el vampiro empezó a juntar la ropa de ambos, entregándole a Sai la suya.

-Por haber gritado tu nombre-agachó su mirada, como esperando un regaño por parte del mayor.

El regaño nunca llegó, por el contrarió, sintió el elegante saco de Shikamaru sobre sus hombros.

-Yo soy quien debería disculparse-tomó con suavidad a Sai de la barbilla, haciéndolo voltear a verlo- yo soy quien temió gritar por temor a asustarte.

-Tienes sangre  en tu labio-mostrando un gesto de dolor en su rostro, se acercó, lamiendo con dulzura la herida de sus labios.

-Me mordí para no gritar que te amaba.

Sorprendido el menor se alejó de él, un gesto de dolor paso por su mirada, tomando una manga del saco empezó a jugar con ella, nervioso.

-No deseaba asustarte.

-Shikamaru-los oscuros ojos se clavaron en los suyos- te amo.

Por un instante el vampiro dudo en sus sentidos que en toda su inmortalidad nunca le habían traicionado. Creyó que le jugaban una mala pasada, haciéndole creer algo que deseaba oír.

-¿Acaso no debí decirlo?-el miedo empezó a invadir al pelinegro, quien al volver a moverse volvió a verse adolorido.

Shikamaru tomó la barbilla del menor, besando con dulzura sus labios, alargando lo más que pudo ese cálido beso.

-Yo también te amo-le dijo una vez que se alejó de sus labios.

Sai sonrió alegre y aliviado.

-Es la segunda vez que lo haces- en los labios del mayor apareció una sonrisa de absoluta felicidad.

-¿Qué?-preguntó sin saber de que hablaba.

-Mostrar esa hermosa sonrisa sincera.

Las mejillas se tiñeron rosas, acercó una de sus manos al cabello castaño, jugando un poco con él, enredándolo en su dedo y volviéndolo a hacer cuando se desenredaba.

-Te gusta.

-Si, te viene muy bien.

-Si me lo pides me lo dejaré siempre así.

Sai negó con su cabeza.

-Me gustaría que fuera sólo privilegio mío verte  así. ¿Puedo?

Aún con la sonrisa en sus labios el vampiro tomó a Sai en brazos, levantándose y empezando a caminar.

-Como tú me lo ordenes, si sabes pedírmelo.

-Me dejas, Shikamaru.

 -Tú mandas.

-Te amo, Shikamaru-feliz Sai se abrazó al castaño, quien feliz continuo caminando.

-Yo también te amo, Sai.

Notas finales:

Bueno, ojala y disfruten esta pareja tan poco común (mi razón de vivir es juntar a Sai con todos los tipos lindos de Naruto, weno no~~)

Blackrain les manda mucho besitos y agradecería saber su opinión...


"Al final lo logre... Pude arrancarme el corazón para evitar que alguien lo lastimara... Pero por desgracia lo único que logré fue que el hueco en mi pecho duela para siempre..."


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