DECEPCIONES
-.Tienes hambre bebe-
Le decía a su ya abultada pancita, mientras la acariciaba con ternura. Debía ser cuidadoso, ese era su secreto o al menos hasta que llegara el enclenque de su prometido que inexplicablemente aun no regresaba a su reino. Apenas se percato del cambio de su cuerpo se hizo ver lejos del reino, mientras se encontraba en plena misión, bastante le había costado convencer a sus hombres a dejarlo solo tras acabar con ella, para luego disfrazarse e ir con un medico, el veredicto fue solo uno, felicidades, esta usted embarazado. Estaba feliz, el mundo por primera vez en su vida brillaba con colores destinados solo para el, no podía aguantarse las ganas de llegar a palacio y contárselo.
Pero los días pasaban, las semanas y ya llevaban tres meses sin nada mas que pronto regresare, ¡pero que diablos pensaba ese enclenque, acaso se le olvidaba que tenia un prometido!, ¡acaso no entendía que ya no podría seguir ocultándolo mas a sus hermanos!, si el rubio tenia algo que temer era a la reacción de estos, les había jurado que entre el moreno y el no pasaría nada hasta la boda, pero como decirle que no a su amado y mas siendo que el había dado el primer paso, después de tanto soñar con que le demostrara un poco de amor, llegar a ese punto lo dejo sin habla.
Como todas las noches se dirigió a hurtadillas a la cocina, tenia hambre, no, su bebe tenia hambre y a diferencia suya a el no le negaría nada.
Estaba sirviéndose algo cuando escucho que entraban, dos muchachas de servicio cuchicheaban de lo lindo mientras el, oculto bajo la mesa de a poco iba perdiendo la paciencia, al fin se retiraron dándole libertad al rubio de abandonar la cocina. No podía dejarse ver en esas fachas, es que con aquel camisón, aun con una bata, ya era notoria su abultado vientre, poco pero bastante para levantar sospechas.
Pasaba fuera del cuarto de su aniki cuando escucho que este discutía con alguien, el no era curioso pero al notar que con quien hablaba era Conrad, puso la oreja firme, que habría hecho para molestarlo de tal manera. La discusión iba para largo y por más que intentaba entender de qué hablaban no podía entenderles nada, estaba a punto de retirarse cuando escucho el nombre de su amado, fue solo ahí cuando se atrevió abrir un poco la puerta para escuchar con mayor claridad a sus hermanos.
-Gwendal no sacas nada con ponerte así-
-¡Como debería ponerme, dímelo!-
-Ya esta hecho, debemos apoyarlo-
-Apoyarlo, ¡apóyalo tú si quieres porque conmigo que no cuente!-
El rubio sintió como su corazón se paralizaba por fracción de segundos, lo saben, lo saben, era lo único que se le pasaba por la mente con desesperación.
-Piensa en Wolfram, nos necesitara-
-¡Esto es tu culpa!, ¡de seguro estabas de alcahueta de ese rey bueno para nada!-
-¡Yo no lo sabia!, lo supe por el gran sabio-
Como, el gran sabio lo sabia, entonces eso quería decir que Yuri ya estaba enterado que seria padre, pensaba el rubio contento para luego entristecerse al darse cuenta que el no regresaba, aun sabiendo la noticia.
-¡Lo mataría si no fuera porque es el Heika!-
Ahí estaba la respuesta, por Shinoun, como pudo enamorarse de un enclenque y para colmo cobarde.
-Nos lo explicara con mayor calma cuando regrese-
-¡Que nos va explicar!-
-Es por eso que hablo conmigo primero, contigo no se puede hablar Gwendal-
-Hablar, quiere hablar, de que sirve eso ahora-
-Se que cometió un error…pero-
-Ni tú sabes como defenderlo, es obvio porque hablo contigo y porque tú lo haces conmigo, el muy cobarde quiere que nosotros se lo digamos, pero que ni crea que yo me meteré en eso-
-¡Gwendal, por favor el nos necesita!-
-¡No!, ¡yo no le diré a Wolfram que su prometido no regresa porque se caso con una mujer de su mundo y que ni siquiera tuvo la valentía de romper el compromiso!-
-Por favor, no me dejes solo en esto-
-¡Ese mocoso es tu protegido, no el mío!-
-Es el Heika de quien hablas-
-Heika, mocoso, para mi no hay diferencia en esas palabras y el nombre de Yuri Shibuya-
En shock, congelado, así estaba el rubio, mentira, todo eso era mentira, lo descubrieron y deseaban castigarlo, eso era, solo una broma de mal gusto, las lagrimas caían sin control, sus sollozos se hicieron cada vez mas fuertes provocando que los dos hombres que discutían se dirigieran a la puerta, para ver a su pequeño hermano llorando desconsoladamente. Apenas uno de ellos quiso poner una mano en su hombro, el otro se percato de un cambio físico que hasta ahora no había notado en el demonio, pero antes de que pudiera decir algo el muchacho salio corriendo del lugar como alma que lleva el diablo.
Por mas que gritaron su nombre este no se detenía, el mayor ya se estaba dando por vencido, dejarlo en paz seria lo mejor le decía a su otro hermano, pero este le rogaba que siguieran. No tardaron ni un par de minutos cuando vieron al rubio sobre la baranda del balcón de una sala, ambos gritaron, mas uno en particular le llamo la atención por no recordar al ser que llevaba en el vientre, fue entonces que un peli gris se puso pálido y junto a Conrad le rogaba que bajara, que no valía la pena.
Continuara...............................................