La vida de las personas suelen emprender caminos alejados a lo que se espera, pequeños senderos que a veces nos alejan de nuestros objetivos, a veces nos acercan. Un claro ejemplo de que la vida prefiere dar vueltas y no ir en línea recta es Heero Yuy; cuando entró a la Universidad de Nueva York con una beca completa, jamás imaginó que terminaría siendo novio de Relena Pacercraf, la chica mas popular de la Universidad, aunque la prefiere de novia, que tenerla revoloteando a su alrededor todo el día; por lo menos ahora tiene cierto control sobre ella y sus constantes “demostraciones” de afecto. Aunque eso no significa que Heero no sienta algo por ella; no le molesta su compañía, por lo menos no siempre, incluso puede decir que le tiene cierto cariño… Tal vez porque es la primera persona que se preocupa por él en mucho tiempo en mucho tiempo…
-Te veo a las tres en el café de siempre- Relena le dio un beso en la mejilla a Heero para llamar su atención
-Hn- Heero tomó un mechón de su cabello, siempre le ha gustado lo rubio del cabello de Relena. Esta sonríe, esta acostumbrada a esa falta de expresividad de Heero, sabe que debe tener paciencia para obtener su corazón, porque siempre consigue lo que quiere, cueste lo que cueste- Hoy debería ir a mi casa, mi padre va…
-No- Heero la interrumpe, el único problema con Relena era su familia que no lo aceptan por su condición económica, ya que ellos son de los mas ricos del país- Esta fuera de discusión- Agregó al ver que la joven iba a protestar, Relena es demasiado necia en cuanto a cumplir sus deseos y ahora su meta es que sus padres acepten su noviazgo y a Heero comienza a fastidiarle la situación.
-Luego hablamos de eso- Relena sonrió- Tengo que ir a clase- Se despide, dándose por vencida, por ahora.
Heero la observa alejarse, le causa cierta alegría verla tan feliz y motivada- Tal vez pueda funcionar- Piensa entrando a su clase
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Hay una cosa que puede hacer inmensamente felices a los ángeles y eso es ayudar a los seres humanos en su vida en la tierra, verlos sonreír y sentir su felicidad.
Todos los ángeles pueden observar a los humanos a través de enormes espejos que reflejan la vida en la tierra; pero no todos pueden ir allá y ayudar a los humanos, solo dos tipos de ángeles pueden ir: los llamados “puros” los únicos con el poder y las habilidades necesarias para estar en la tierra, y con cierta inocencia adicional que los hace inmunes al sufrimiento y dolor humano; y los guardianes, humanos cuya estancia en la tierra fue excepcional por ser seres buenos con los demás sin importar las circunstancias, cuya misión es guiar al ángel en su travesía por la tierra.
A uno de los ángeles puros le conocen como Duo, nadie sabe porque le dicen así, ningún otro de ellos tiene un nombre; ya que no lo necesitan, pero cuando se dio cuenta todos ya le llamaban por aquel nombre, así que decidió apropiárselo.
Ahora Duo permanece sentado frente al lago llamado de la esperanza, suspira por tercera vez aburrido, ya que ha pasado tiempo desde que se graduó de la escuela; porque a pesar de su inmunidad y poderes, los ángeles puros deben tener cierto entrenamiento debido a la particular forma de estar en la tierra; y aun no le han asignado una misión
-Yo solo quiero ayudar-Murmura, metiendo la punta de los dedos de su mano en el agua
-¡Duo! ¡Hasta que te encuentro!- Un grito saca a Duo de su ensimismamiento voltea, aunque sabe de antemano quien es: Trowa, el guardián que le asignaron y su mejor amigo; siempre se preocupa en animarlo, diciéndole que pronto les darán una misión emocionante, al principio le creyó y se entusiasmó aun más, ahora ya no esta tan seguro.
-Llevo buscándote un rato, sabes que no debes alejarte sin decirme en donde vas a estar- Trowa lo reprendió
Duo no le prestó atención, se sabía ese sermón de memoria- Ni que tuviera algo mejor que hacer- Murmuró
-¿Ah, no?- Trowa le paso por el frente del rostro un pergamino enrollado- Entonces voy a tener que hacer esto yo solo, o peor aun lo voy a tener que devolver
Duo se puso de pie de un salto y sonrió feliz - ¿Una misión? ¿Para mí?
-Para nosotros- Trowa corrigió, antes de que Duo le arrebatara la hoja y comenzara a leer la única línea que contenía: “Conseguir la felicidad de Heero Yuy con la persona que ama”
-¿Y cuando nos vamos?- Duo preguntó emocionado, por fin podría ayudar a un ser humano
-Ya deberíamos estar en camino-Trowa frunció el ceño- Por eso te dije que…-Pero su frase quedo inconclusa, porque Duo tomó su mano jalándolo para emprender el vuelo rumbo al pozo que los llevaría directo a la tierra.
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La celda era apenas de unos cuantos metros cuadrados, no había mueble alguno, ni siquiera una cama en donde acostarse, aunque con diez años en aquel lugar Quatre ya esta acostumbrado y no es que se queje de la situación, debe estar agradecido de estar en la parte “bonita” del infierno, si es que puede existir algo así en aquel lugar; sabe que puede estar en una situación infinitamente peor, recibiendo quien sabe que horrible tormento.
Para su buena fortuna fue asignado como emisario del mal o algo así, porque hasta ahora no sabe como llamarse exactamente, cuyo principal objetivo es corromper las almas de los humanos que se le asignan, a pesar de que los ángeles sean su principal obstáculo, algunas veces era tan fácil como susurrar en el oído de las personas, convirtiéndose en esa voz que les dice que no es tan malo hacer tal o cual cosa, que no lastimara a alguien aunque sea mentira para lograr que cometan los actos mas atroces, otras es mas complicado y tiene que moverse entre los humanos como uno de ellos y engañarlos para lograrlo.
De repente, una llama apareció en una de las paredes y un segundo después desapareció, Quatre sonrió acercándose a la pared.
-Por fin voy a salir de esta cárcel- Quatre murmuro mientras leía el mensaje grabado en la pared. Sonríe al ver que su encomienda no es tan complicada aunque debe ir a la tierra, y se facilita aun mas al ver el ángel que tendrá que quitar de su camino es, según la información que ha llegado a su conciencia, un novato, pero su sonrisa se desvanece al leer quien es su guardián
-Trowa- Pasa sus dedos por el nombre grabado- Debe ser una broma- Murmura incrédulo, aquel guardián es el ser a quien mas odia y se lo ha dejado claro cuando se han enfrentado- Y esta vez no va a ser la excepción- Quatre aprieta los puños molesto-¡Maldición!- masculla, pasando su mano por el mensaje que al contacto se desvanece, esta vez eliminará a Trowa a como de lugar; un minuto después desaparece, para aparecer frente a un enorme edificio vestido con un caro traje negro, Quatre sonríe mirándose en el reflejo del cristal de una de las ventanas, su apariencia inocente que le da su sonrisa, sus ojos acqua y su cabello rubio ligeramente despeinado le van a ayudar mucho, como siempre, para ganarse la confianza de las personas
-Hora de actuar- Murmura antes de entrar…
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-¿Crees que aun tarde mucho?- Duo se movió en su silla aburrido, y miro la puerta, llevaba solo diez minutos en aquel salón, pero a él se le hacia una eternidad.
-¿Quieres tranquilizarte?- Trowa bufó fastidiado, porque era la decima vez que Duo preguntaba
La única forma en que los ángeles pueden ayudar a los seres humanos es convirtiéndose en uno de ellos, para después convertirse en su amigo y así guiarlos en la resolución de sus problemas y encontrar su camino por si mismos. Y los ángeles puros son los únicos con el poder de transformarse en humanos y los guardianes, por su naturaleza humana, pueden adquirir de nuevo la forma que tuvieron en vida; por esa razón son los únicos capaces de ir al mundo humano, y por eso los ángeles puros tienen que ir a la escuela, para conocer el mundo humano y poder infiltrase sin problemas, con ayuda de su guardián que es un guía. Y por eso Trowa decidió que la universidad era el mejor lugar para conseguir la confianza de Heero y ayudarle a ser feliz, el ángel aceptó emocionado por conocer a su primer humano…
Duo solo quiere ver a Heero Yuy, aunque sabia todo de él, su pasado, presente, sus defectos y virtudes… con solo leer el pergamino, gracias al poder divino, vio en un segundo, como si de una película se tratara, todos los aspectos de su vida, y por eso sentía tanta curiosidad de verlo de verdad, de tocarlo y saber que era real…
Iba a preguntar de nuevo, cuando vio a Heero entrar, a Duo le pareció aun mas fascinante que la imagen en su cabeza, el corazón de Duo comenzó a latir con fuerza, por fin ayudaría a alguien, por fin podría ver la sonrisa de una persona cuando es feliz de verdad, su sueño se haría realidad…
En un impulso, y antes de que Trowa pudiera hacer algo para detenerlo, Duo se puso de pie y corrió a abrazar a Heero con fuerza y cariño
-Prometo hacerte la persona mas feliz del mundo- Duo le murmuró besando las mejillas de un sorprendido Heero que le mira sin saber que hacer…