Anoche no dormí nada por estar pensando en… no, de hecho la razón por la que no pude dormir es que no podía pensar, nada me venía a la mente, ni siquiera el sonido de la voz de las personas a las que quiero, últimamente estaba sufriendo de esos periodos de inactividad cerebral que envolverían en todo un enigma profesional a cualquier psicólogo, no me hallo a mi mismo en este lugar ni siquiera me hallo a mi mismo en mis pensamientos, soy como una sombra lejana totalmente ajena a mi o a cualquiera.
Esa mañana me dormí en el pupitre, la geometría analítica no es algo que me apeteciera saber en esos momentos en los que ni siquiera le hallaba sentido a mi vida ¿de qué me serviría el teorema de Pitágoras cuando me sintiera solo? ¿Qué demonios me importaba a mi cuánto mide el ángulo de un estúpido triangulo ficticio?
Sentí como una mano me despeinaba, pero no quería despertarme, no había dormido absolutamente nada y el tema solo me daban ganas de dormir por mí la escuela se podía ir hoy al infierno, esa mano seguía y seguía tocando mi cabeza cada vez con más rapidez, sabia a quien pertenecía, solo él tenía la capacidad de impartir calidez simplemente con ese gesto, pero yo era un necio que no quería levantarse, si la profesora venia y me regañaba por mi podía levantar cuantas actas ella quisiera, me daba exactamente igual.
Mi compañero dejo de tocarme la cabeza y pude escuchar en mi sub-consciente como este suspiraba, asi que levanto el cabello que cubría mi oreja izquierda y me susurro al oído:
- Kouichi, la maestra hace cinco minutos que no habla esperando a que despiertes
Aquello si me preocupo, yo no tenía la osadía de ser tan egoísta como para que los demás no vieran clases por mi culpa, me levante y vi como la profesora estaba escribiendo sin siquiera prestarle atención a lo que sea que pasara con el resto de la clase, fulmine con la mirada a Takuya ¿Por qué me hacia esto? ¿No entiende que tengo sueño y estoy deprimido? Era tal mi enojo que en menos de cinco minutos copie los diez ejercicios que había explicado la maestra en el pizarrón, a pesar de que no sabía ni donde estaba sentado por haber dormido más de la mitad de la clase.
Gracias a Dios esa era la ultima hora porque sentía que estar en aquel lugar no me ayudaba en lo más mínimo, de hecho en cualquier momento explotaría contra cualquiera ¿pero qué diablos pasa conmigo? Esta maldita tristeza no se iba, ya no quería ni podía soportarlo, solo quería ir a casa tal vez si lloraba un rato se pasaría, eso sonaba realmente patético pero en días asi era lo único que se me antojaba
- Kouichi no hagas eso de nuevo, si sales mal este lapso Kouji pensara que es por mi culpa y me golpeara –Takuya caminaba a mi lado en dirección a la salida, tenia los brazos tras la cabeza y su sonrisa habitual, ese día simplemente no era capaz de soportarlo, él tan alegre y yo al borde de una crisis emocional, no compaginábamos… al menos ese día no
- ¿Qué razones tienes para pensar que Kouji te regañaría a ti por mi causa?
- El año pasado estudie con él, cuando tu quedaste con Izumi, él sabe cuán distractor puedo llegar a ser –y allí estaba de nuevo con su exceso de confianza y auto-estima, otro día podría parecerme adorable, pero hoy definitivamente no
- Tal vez lo generes en él, pero conmigo no –lo corte tan frio como el hielo, yo no soy asi pero es que… en mi pecho se hacia un agujero negro, quería irme de allí, la soledad me sonaba como el más tentador de los conceptos
Y en la entrada estaba Kouji, joder ¿Por qué hoy? Hoy quería estar solo, SOLO ¿es que no podían entenderlo? Y lo peor del caso es que mi hermano estaba de buen humor, luego se junto con Takuya y ahh… no sé ni qué demonios hago con ellos, hablaban animadamente sobre quien sabe que, mi cabeza ni siquiera me permitía concentrarme en su conversación ¿Cómo hacia para irme sin parecer grosero?
- Hoy quede de verme con alguien en el parque, hablamos luego
Ambos me miraron y ni siquiera les di tiempo de decirme adiós, no quería ver sus caras más, me tenían cansado y fastidiado y… ¿para que voy a mentirme a mí mismo?, creo que en el fondo mi tristeza se debía a un alto grado de celos, si yo estoy celoso, celoso de su desgraciada conexión ¿Por qué yo no tenía a mi hermano como Takuya lo tenía? Takuya vivía cerca de Kouji, yo no, ellos siempre hacían las tareas juntos, los tres años anteriores habían quedado en el mismo salón, yo jamás había estudiado con Kouji y en la escuela se negaban a cambiarme al salón en el que él estuviera, este año los separaron por quien sabe qué razón y Takuya no pidió el cambio, aun asi mi hermano lo esperaba siempre a la salida ¿Por qué a él? ¿Por qué siempre era él? Estos celos me estaban carcomiendo ¡se supone que era mi hermano, no el de Takuya!
Al final si me fui al parque a sentarme en el columpio un rato, tal vez mientras miraba un rato el atardecer se me pasaría un poco, no sé cuánto tiempo pase allí, tal vez una hora o tal vez dos, el punto es que ya empezaba a ver la luna, creo que lo mejor sería irme de ese lugar mi madre se preocuparía y ella no se lo merece, pero luego vi una sombra tras de mí, instintivamente me voltee y allí lo vi, era Kouji con los ojos realmente rojos y aguados como si estuviese a punto de llorar, yo lo mire con sorpresa
- ¿Estás triste no es asi? –se arrodillo frente a mí y me tomo las manos –dime qué puedo hacer algo, por favor
- ¿Cómo sabes que estoy asi?
- Una vez casi te vi morir ¿ya lo olvidaste? Creo que desde ese día… simplemente puedo leerte, no me preguntes como
- Ya –no soportaba verlo asi y a pesar de estar igual de roto por dentro me arrodille junto a él y lo abrace –eso quiere decir que…
- Cállate, solo dime que no te deprimirás asi de nuevo ¿sí? Yo te amo tonto, más que a nadie en el mundo
- ¿Qué? ¿cómo sabias que yo estaba asi por eso? –el se separo de mi abrazo para verme a la cara y sonreírme, como si fuera algo obvio
- No te dije ya que no te puedo explicar cómo es que lo siento, solo lo siento y lo sé, te leo más fácil que un libro –cerro los ojos y pego su frente a la mía -¿te lo repito de nuevo?
- Si por favor, repítelo hasta que me la crea
- Te amo
- De nuevo
- Te amo
- Kouji dilo sin parar ¿sí?
- Te amo, te amo, te amo, tonto hermano mayor te amo –reíamos aun con nuestras frentes pegadas uno frente al otro, era fácil estar con él y decirnos cosas asi, yo también lo amaba a decir verdad, no quería compartirlo ni siquiera con Takuya, el es MI hermanito y punto.
La luna bañando la silueta de mi hermano y que este tomara mi mano mientras íbamos a mi casa (mama sería feliz de tenerlo una noche allá) había hecho que mi tristeza desapareciera, hoy lo abrazaría hasta que me duelan los brazos, esta conexión generada por celos era lo más genial que me hubiese podido pasar.
Amor Yaoi
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