DREAM´S
Naruto
Capitulo único.
Tintineo.
¿Dónde estoy?... – Abrió los ojos y lo nebuloso del espacio lo confundió, no le dio la certeza de saber si en verdad había abierto los ojos ó continuaban cerrados, llevó su mano hacía el frente y pudo diferenciarla entre la oscuridad, observó el resto de su cuerpo, pero nada mas allá podía distinguirse.
Tintineo.
Sasuke agudizó el oído, tratando de encontrar algo más en el lugar, pero sólo le llegaba el apenas perceptible sonido del caer de gotas de agua, se quedó quieto, quizás era un sueño infrecuente que lo atrapaba, podía sentir ese presentimiento que le dice a la cabeza que todo lo que ve y escucha no es real, no tenía que participar en nada, ni en ser espectador de nada, cerró los ojos de nuevo para intentar dormir en ese sueño y despertar en la realidad, se vio sumergido en una quietud silenciosa, carente de tiempo.
Tintineo.
Una extraña risa perturbó su descanso, pero las carcajadas que hacían eco de forma estrepitosa le resultaban conocidas, abrió los ojos para apenas percibir una sombra de cabello rubio que desaparecía, se quedó quieto, a la espera, quizás si pretendía volver a dormir otra cosa aparecería, dentro de su mente lamenta el hecho de que, a su pesar, aquella visión distorsionada había llamado no solo su atención, sino también el anhelo de verla de nuevo.
Vamos… sé que estas ahí… puedo sentirlo…– No esperó demasiado, todo su entornó se transformo de pronto a la imagen viva del rio cerca del barrio Uchiha, vio una figura pequeña sentada en la plataforma que hacía de muelle, se reconoció automáticamente, pero no fue su vista de cuando era un niño lo que capturó la mirada de sus ojos, sino el rubio cabello de un niño que caminaba por la sendera, a un lado suyo.
– Naruto…– Susurró con la mirada directa en las facciones aniñadas y tristonas de él, el niño paró en medio del camino, viendo la solitaria figura de Sasuke sentado en el muelle y contemplando el agua moverse, comprendiendo internamente la misma soledad que experimentaban, Naruto tenía tantas ganas de acercarse, de hablar con él, pero, era Uchiha Sasuke, aquel que los maestros alababan y que se mantenía callado, distante e indiferente a todos, aun así, algo sentía en su pecho, algo cálido cada vez que pensaba en que posiblemente era el único igual a él, Sasuke podía percibir todas esas emociones que ese niño proyectaba, como si fuera capaz de leer su pensamiento en medio de ese sueño extraño, vio la imagen comenzar a desaparecer.
Tintineo.
Así que… él sentía todo eso… desde antes…– ¿Desde antes? ¿Qué había sentido desde antes?, su mente comenzó a crear una tormenta de dudas, ¿Por qué estaba ahí?, él no recordaba haberse recostado a dormir, frunció las cejas, no recordaba nada antes de ese sueño, él estaba en el campo de batalla y de pronto…
Tintineo.
A su alrededor todo comenzó a cambiar, distrayéndolo, vio espejos de hielo, sangre, agujas, Naruto estaba en el suelo con Sasuke en brazos, ambos estaban heridos y Haku se levantaba del suelo, no podía oír nada de lo que decían, pero percibía otra vez los sentimientos de ambos, Haku sentía simpatía por Naruto, tristeza y lastima, mientras que Naruto sentía dolo, mucho dolor, una tristeza infinita y furia, Sasuke desde su distancia en esa escena percibió las lagrimas del rubio, el temblor de sus brazos y la desesperación con la que lo sostenía, negación, rencor, esos sentimientos comenzaban en crecer en el pecho de Naruto, quería a Sasuke vivo, con toda aquella rivalidad y enojo que en ocasiones le causaba su presencia, había algo que necesitaba de él, quería a Sasuke vivo otra vez, la imagen desapareció.
Sasuke bajó la vista, ¿Por qué ese sueño le mostraba todo aquello?, ¿Remordimiento?, quizás, Naruto solía mostrarse abiertamente solo frente a él, aún cuando discutían, aún cuando peleaban, aún cuando competían, solo cuando las misiones acababan se separaban, Naruto creaba en él una atracción vital que le hacía permanecer siempre a su alrededor, igual le pasaba al rubio, ambos sabían que a pesar de lo diferentes que llegasen a ser, solo ambos podrían crear ese balance que sus vidas habían perdido, la compañía mutua les hacia bien, las personas más desoladas, eran las que solían valorar aún más la compañía, al menos que algo se interpusiera en esa necesidad, como en esa lucha, Naruto gritaba, algo… le dijo…, abrió los ojos, él antes de dormir estaba en medio de una guerra, se iba a enfrentar con Naruto, entonces…
Tintineo.
El valle del fin se hizo presente, en el momento en que la banda de Sasuke caía al suelo, vio como caía arrodillado al suelo, hipnotizado en el rostro de Naruto inconsciente, en ese momento había estado confundido, preguntándose si había hecho lo correcto, si debía arrepentirse, dejar todo atrás y redimirse por el daño que había provocado, Sasuke se levantó y a paso lento comenzó a adentrarse en el bosque, deteniéndose un momento solo para poder volver la vista atrás y contemplar a Naruto una vez más, el radical giro casi le hizo marearse, Sasuke presenció entonces la ocasión en la que ambos volvieron a verse en el escondite de Orochimaru, Naruto iría tras él, sin importar que ó quienes se interpusieran, aún sin considerar los mismos sentimientos de Sasuke ó lo que llegara a pensar al respecto, lo arrastraría de ser necesario a Konoha, Sasuke se marchaba a través del fuego mientras Naruto lo veía impotente, vio como caía al suelo, llorando, todo volvió a tornarse oscuro.
Tintineo.
Tú sabes lo que ocurrirá el día en que volvamos a enfrentarnos, Sasuke…
Sasuke escuchó aquel murmullo proveniente de la oscuridad, sin embargo, recordaba bien cuando había oído esas palabras.
La decisión es tuya Naruto… ó me matas y te conviertes en el Héroe de Konoha, ó yo te mato y serás solo una más de mis victimas…
Si, Sasuke lo recordaba, recordaba aquel encuentro en donde ambos se habían jurado una cosa, aun cuando no la dijeran en palabras, ambos podían llegar a entenderse tan bien que se leían la mente, Naruto estaba decidido a triunfar ó morir, él igual, así que esa era la única solución.
El día en que nos encontremos… los dos moriremos…
No tenía miedo, había estado esperando ese encuentro con impaciencia, la oscuridad desapareció haciéndole ver entonces ese momento, la guerra Ninja había iniciado, le daba igual el motivo de ella, no compartía las ambiciones de Uchiha Madara, simplemente corría en la busca de él, su vista se paseaba a todas direcciones tratando de localizar alguna cabellera alborotada y blonda, hasta que por fin, lo vio.
Tintineo.
Naruto también había esperado verlo, estaba listo, porque sería el resultado de esa lucha, lo que definiría el futuro de los dos, Sasuke había llegado a convertirse en alguien muy poderoso, pero los sentimientos oscuros que lo dominaban eran más fuertes que su razón, Naruto que nunca pudo llegar a cumplir como debía su promesa consigo mismo de regresar con su amigo, buscaba desesperadamente el poder que le hiciera lograr su más grande anhelo, entonces estaban ahí, frente a frente, en el momento en el que estuvieron combatiendo, Sasuke se dio cuenta de que algo verdaderamente había cambiado, lo había visto en la mirada de Naruto, pero jamás llegó a imaginar que sería algo tan grande, que en el momento que pudo escucharlo, lo aturdió.
Tintineo.
Penumbra, Sasuke se tomó la cabeza entre las manos, una migraña irrevocable lo atacó de pronto y sin piedad, ¿Qué había pasado después? ¿Cuál había sido el resultado?, abrió los ojos angustioso, ¿Había muerto entonces? ¿Había sido derrotado por Naruto?, no, no era eso, algo… importante le había dicho Naruto, se lo dijo antes de que él…, gritó de dolor, antes de que él… ¿El… que había hecho?, su mente estaba nublada, trataba de sonsacar los recuerdos a la fuerza, pero aquello solo le producía más dolor, y no solo físico, algo había ocurrido, algo monumental que le hacía derretir el corazón dentro del pecho, como si una lava ardorosa y agonizante pasara por él. ¿Qué cosa fue… lo que le dijo Naruto?
– Déjalo-ttebayo… no tienes que lastimarte más…– Sasuke levantó la cabeza y vio a Naruto algo lejos de él dándole la espalda, intentó a pesar del dolor ponerse de pie.
– Así está mejor, ¿O no-ttebayo?... que no recuerdes nada… así podrás vivir de la manera en la que quieres… yo no te detendré…– La voz de Naruto salía natural, no parecía guardar ningún sentimiento ó palabras ocultas además de lo que le estaba diciendo, pero seguía dándole la espalda, por alguna razón eso le molestó, dio un paso al frente y Naruto dio el mismo alejándose más.
– Ya no te perseguiré mas… no iré tras de ti-ttebayo… te dejaré solo… como tanto lo buscaste…– Sasuke caminó tres pasos y los mismos los avanzó Naruto, el pelinegro apretó la quijada, frustrado, sin entender por qué motivo Naruto le decía aquello, palabras que antes le hubieran hecho sentir mejor, pero que ahora, a consecuencia de eso que Naruto le había dicho antes de…, cerró los ojos por una punzada dolorosa, ahora esas palabras le daban una furia incomprensible.
– Olvida todo, Sasuke… olvida todo lo que pasó en Konoha-ttebayo… todo lo que pasó entre nosotros… olvida el vinculo que hicimos una vez… olvídate de mi…– Naruto comenzó a caminar lentamente lejos de él, y Sasuke quedó estático en su lugar, dolorido por sus palabras.
– No volveremos a vernos jamás-ttebayo…– ¿Por qué?...
– No te detendré incluso si intentas huir…– ¡Espera!...
– Adiós-ttebayo…– ¡No te vayas!...
– ¡Espera, Naruto!... – Sasuke corrió hacia él, tomándolo de una muñeca para verle a la cara, pero Naruto no giró su cuerpo para enfrentarlo, permaneció en su misma posición, pero al menos se había detenido.
– ¿Por qué?... ¿Por qué me dices todo eso?... ¡Algo anda mal! ¡Lo sé! ¡Dime qué fue lo que ocurrió! ¡¿Qué me dijiste, Naruto?!... – Silencio, Sasuke no se dio cuenta hasta que su vista se volvió borrosa, que sus mejillas estaban mojadas por dos gruesos caminos de lagrimas, el dolor en su pecho le daba aviso de que el motivo por el cual dolía, el motivo por el cual se encontraba ahí, le seria revelado, Naruto siguió dándole la espalda, pero se giró solo un poco como para poder distinguir parte de su cara, el flequillo de su cabello le cubría los ojos desde esa posición.
– ¿Lo has olvidado-ttebayo?... sería lo mejor… tu no necesitas… esa clase de cosas…– Sasuke enfureció.
– ¡Al demonio con eso! ¡Tú no sabes que es lo que necesito! ¡Dime qué rayos me dijiste!... – Los labios del rubio se quedaron quietos solo un momento en un gesto serio, aunque el temblor en ellos le hizo ver que intentaba no llorar.
– Te dije… “Te amo”… – Los ojos de Sasuke se abrieron sorprendidos, pero la quemazón de su pecho aumentó, acompañado por un golpeteó frenético de emoción, un placer sincero que le acarició al escucharle decirle eso a él, pero también enojó.
– ¡¿Entonces porque dijiste esas cosas, Naruto?! ¡¿Qué no me vas a perseguir más, que no me volverás a ver?! ¡¿Por qué demonios no volverás a verme?! – Le tironeó la muñeca logrando hacerle retroceder un paso, vio como unas lágrimas caían de las mejillas de Naruto, lágrimas que después se transformaron en sangre, aquello le descolocó por completo y tomó al rubio por lo hombros para ponerlo frente a él, al instante Sasuke retrocedió un paso con la mirada horrorizada.
– Porque… no puedo-ttebayo…– La voz se le había quebrado por el llanto, mientras Sasuke estaba incrédulo, atemorizado, Naruto lloraba sangre por que en el lugar en donde debía estar aquella mirada azul que recordaba, estaban dos pozos vacios y sangrantes, sus ojos estaba ausentes, como si alguien se los hubiese arrancado del rostro.
– Ya no… te podre ver… no te podre perseguir… como tú lo querías-ttebayo… te pregunté en ese momento que podría hacer para hacerte volver… y tu dijiste… “Muere”… – Naruto se cubrió los ojos con las manos y trataba de acallar el llanto, haciéndolo silencioso, tenue, solo comprobado por las lagrimas que caían y la sangre que escapaba entre sus dedos cerrados.
Sasuke dejó caer lagrimas también, ahora lo recordaba, se fue acercando al rubio para poder apegarlo hacia sí, tocándole las mejillas, era su culpa, Naruto le había dicho que le amaba, le había preguntado que podría hacer para que volviera, prometió cumplirlo sin importar que, y lo único que salió de sus labios fue su sentencia fatal, si, la imagen cambiaba ahora en la penumbra, el rubio estaba frente a él mirándolo tristemente, asintió decaído, obediente, mientras se dirigía hacia Sasuke y de pronto le tomó de los hombros para abrazarlo, volteó a verlo a los ojos, esa mirada, aquella mirada clara que siempre le veía fijamente, la mirada fuerte que le hacía sentir como el menos digno para observarla, llevó sus manos al rostro de Naruto y este cerró los ojos, le acarició las mejillas y después puso los pulgares en sus parpados, los apretó con fuerza, al mismo tiempo que el rubio lo besaba haciendo saltar su corazón, mientras se escuchó en el espacio el sonido que creaba la carne al abrirse.
Tarde se dio cuenta cuando la imagen desapareció y todo a su alrededor se volvía realidad, despertando del sueño que él mismo se había provocado con el Tsukiyomi al sentir de pronto tanto dolor, que solo quería aislarse y olvidar, abrió los ojos llenos de lagrimas viendo a la persona frente a él, Naruto mantenía una sutil sonrisa en los labios sin importar que de ellos corriera un hilillo de sangre, su cuerpo estaba aun recargado contra el suyo y sus dedos pulgares estaban dentro de las cuencas empapadas en el liquido tibio y carmín, arrodillados en medio del campo vacio, retiró las manos de los ojos para poder acercar el rostro por la nuca y besarlo como antes él lo había hecho.
– ¿Qué hice?... – Susurró con un nudo en la garganta sobre los labios fríos del rubio, rodeó el cuerpo con sus brazos sintiendo entonces el mango de su Kusanagi enterrado en la espalda de Naruto, sintió el pinchazo de la punta presionar su estomago después de salir por el del rubio, ahora entendía, él había matado a Naruto, justo en el momento en el que él lo había besado, demasiado tarde para descubrir lo que sentía realmente, demasiado tarde.
– Naruto…– Cerró los ojos mientras pegaba su frente con la de él, trató de controlar su cuerpo que se convulsionaba en el llanto contenido, pero fue inútil, comenzó a llorar, cientos y cientos de lagrimas salir una tras otra de sus ojos y caer en el rostro de Naruto, en el cuello de su cuerpo inmóvil, no podía pedir perdón, no había manera de que fuera perdonado jamás por ello, tomó un trozo de la tela de su manga rota, recorrió con sus dedos con sangre la blancura y la dejó caer al viento, sujetó desde su posición el mango de la espada y lo apretó con fuerza.
– Naruto… yo…– El viento sopló escandaloso y un chirrido metálico inundó de nuevo el espacio con silencio.
– ¡Naruto! ¡Sasuke-kun! – Sakura, Kakashi y Sai, corrieron hacia el campo preocupados, la chica se detuvo al poder encontrarlos a lo lejos, cerca de las grandes rocas que levantaron en medio de su lucha, se lanzó hacia ellos seguido de su antiguo Sensei y su compañero de equipo, saltando por entre la tierra y escombros que parecían montañas, rodearon una de ellas para poder estar ahí, se escuchó el grito estridente de la mujer, Sakura estaba arrodillada en el suelo cerca de ellos, llorando con una mano en la boca que inútilmente amortiguaba sus gritos de dolor, Kakashi los veía tristemente, mientras que el otro chico trataba de poder asimilar lo que pudo haber ocurrido, Sasuke y Naruto estaban de rodillas en el suelo, juntando ambas frentes, manteniendo una sonrisa sutil por estar juntos, unidos por el filo de la Katana.
Naruto… yo… no puedo ser perdonado… así que… si nos encontramos otra vez… seré yo quien sin importar que… dé la vida para hacerte feliz… te lo prometo…
Sasuke se sentó de golpe en la cama, agitado, con la frente perlada en sudor, el sonido de los autos y alguna ambulancia que deambulaba atravesó el vidrio de la ventana, vio a través de ella a la ciudad inquieta y la avenida a un plagada de autos a pesar de la hora, dejó caer la cabeza contra el vidrio y suspiró aliviado, ignorando todo lo externo y concentrándose en la oscuridad del departamento.
Un… sueño…– Pensó a la vez que se apartaba el flequillo de la frente con la mano, podía sentir aun ese sentimiento de pérdida tan apabullante, la tristeza y el arrepentimiento, si a él le pasara…, le dio un escalofrío, él no sería capaz de soportar un golpe semejante, si llegara a ver los ojos de esa persona cerrarse para siempre y por su causa, no bastaría dar su vida para compensarla, se llevó una mano al pecho, mientras el temor a que hubiera en el mundo esa posibilidad lo dominaba, sintió una mano rozar su hombro, giró la cabeza hacia el otro lado de su cama.
– ¿Por qué… estas despierto, Sasuke?... son… las dos de la mañana-ttebayo…– Bostezó Naruto mientras se tallaba un ojo con la mano algo adormilado, Sasuke suspiró al verlo, le pasó el brazo tras los hombros y se recostó de nuevo mientras lo abrazaba.
– No pasa nada, Dobe… es solo que… tuve un mal sueño…– Susurró suavemente a la vez que intentaba arrullarlo entre sus brazos.
– ¿Otra vez?... te dije que dejaras de leer ese estúpido pergamino-ttebayo... solo me haces levantarme en las madrugadas, Teme…– Infló las mejillas con reproche.
– Ya te dije que no es estúpido… es muy antiguo, alguien cercano a mi familia lo escribió… es un milagro que las polillas no lo hayan acabado…– Explicó por veintava vez mientras rodaba los ojos.
– Si, si… la historia de según tú… tu pariente muerto-ttebayo… ojala venga a jalarte los pies en la noche para que sientas lo que yo… hoy el trabajo me dejó agotado y tú sigues con tus cuentos de fantasía, ¿De verdad crees toda esa tontería de los poderes y los ninjas?... ya duérmete… – Se hizo una bola mientras cerraba los ojos tercamente.
– Es legitimo… investigué el símbolo en mi trabajo, y el apellido es el mismo: “Uchiha”, al parecer hubo un error y habían creído que el linaje se había extinguido, pero se equivocaron, aunque no había detalles de dónde y cómo re surgió…– Sasuke sonrió de medio lado mientras le pasaba las manos por la cintura, el rubio abrió los ojos para verlo con cierta molestia.
– ¿A mí que me importa-ttebayo?... se supone que deberías trabajar en serio, no usar tus contactos para tu Hobby, si fuiste el maldito presumido y graduado con honores de la universidad, demuéstralo… de lo contrario iré con mi suegro para que te ponga en tu lugar…– Sasuke le frunció el ceño un poco y el rubio le sonrió retadoramente, haciéndole ver que si lo haría.
– Usuratonkachi… pero no puedo evitarlo, me intriga mucho, ¿Sabías que hablan de un rubio ruidoso y molesto como tú?... además ese sujeto se llamaba… Sasuke…– Naruto lo vio de manera burlona.
– Hay, Teme… no me saldrás ahora con que crees que somos la reencarnación de ellos, así como según dice el pergamino que se reencontrarían… no te creas tan especial, por tu culpa ya se me fue el sueño… no creo que ellos quisieran reencarnar en nosotros, si dices que fueron amigos, les traumaría verse ahora…– Naruto se estiró en la cama, al menos mañana era domingo, pero no significaba que estaba feliz de que su maldito esposo lo haya despertado, Sasuke suspiró decepcionado, quizás Naruto tenía razón y sus sueños solo eran producto de leer tan seguido las historias ligadas al pergamino, miró a Naruto y sonrió.
– Si estamos despiertos… ¿No se te antoja darle un uso al insomnio?... – Naruto rodó los ojos pero aun así sonrió y le rodeó el cuello con las manos, se besaron de forma entregada al tiempo que el pelinegro los hacía girar para quedar arriba, en la mesa de noche descansaba en su estuche el pergamino, el símbolo del clan Uchiha parecía indeleble, acompañado de un espiral rojo a un lado suyo, la historia y leyenda de dos hombres entregados en un vinculo único e indestructible, a pesar del final, al igual que su cita de conclusión, escrita con sangre en un trozo de tela conservada por algún extraño poder a través de los años, el único recuerdo vivo que aquélla historia en realidad había ocurrido.
Cierro los ojos junto a él… porqué he decido comenzar a buscarlo… confío en que nos encontraremos… el destino se encomendara a ello… y esta vez… no lo dejaré ir…
Uchiha Sasuke.
Fin.