Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como cualquier mortal. por Nadine Eliser

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Esta es la primera historia que pongo a disposición de cualquier persona que desee leerla, precisamente por eso me aterra que no les guste. Esta historia la eh escrito para ustedes y de todo corazón espero que la disfruten.

Capitulo 1


De por si la presencia de este chico me perturbaba, y no solo por el echo de que tomara mi cuerpo con tantas confianzas, como ahora, sino por esa mirada fija y acusadora que podía ver a través de mis mentiras.
Y no era mera paranoia… Pude comprobarlo cuando se inclinó para susurrar a mi oído:
-Tú eres Seiren, ¿Me equivoco?
No. Claro que no se equivocaba. Me sentí paralizado.
Después de cientos de pistas falsas, y de cuanto me había esforzado por ocultar mi identidad lo había descubierto. Debí tomarme mas enserio aquella vieja amenaza.
Asustado, rehui su contacto sin decir una palabra, pero Mat me sorprendió una vez más cuando dijo.
-Yo puedo hacer tu sueño realidad, Matar no es tan difícil.
Hubo una pequeña pausa mientras salía de mi incredulidad.
-¿Qué dices?!- Murmuré por fin alzando la cabeza, Nuestros ojos se encontraron, los suyos confiados, los míos aun atemorizados Y se gesto en ese mágico instante un algo de complicidad que nos reuniría sin opción posible para el resto de nuestras vidas, porque ambos habíamos tomado una decisión.
Una decisión que implicaba seguir uno al lado del otro….Que idiota, ¿Cómo puede un hecho tan simple hacerme feliz?

*****************************

Ese día Mat estaba de buen humor (algo excepcional), se conectaría con Seiren a jugar, y eso siempre lograba animarlo. En su vida jamás había conocido a alguien tan inteligente, y aunque Seiren era muy reservado había encontrado en el, sin querer casi, una persona invaluable junto a la que podía jugar SLW y conversar de cosas que usualmente no se hubiera atrevido a decir.
Por eso también, Mat no prestaba atención alguna a las clases. No se percato del timbre que anunciaba el recreo y por tanto fue una sorpresa cuando se paro ante su pupitre un niño con el uniforme de primaria y le grito.

—¡¡Te estoy hablando!!


Parecía furioso y aun así se veía encantador. Su cabello era rubio, lacio y algo desordenado. Los ojos de hermoso azul cielo, piel clara y contextura fina.

—Te escucho – Dijo Mat, aparentando indiferencia, pero su visión era casi dolorosa. Por un momento llego a pensar que se trataba de Keín, su primo, y la persona que mas odiaba en el universo. Luego comprendió que eso era imposible, que ese niño no tendría más de 12 años y Keín debía tener 16. Trató con fuerza de serenarse y no mostrar sus confusas emociones…
El desprecio velado de su voz debió asustar al niño, que se revolvió algo inseguro antes de reunir valor para proseguir.

—…Eres una persona horrible. ¡Quiero que me devuelvas el dinero que le robaste a mi amigo! ¡No voy a dejarte en paz hasta que me lo devuelvas!

Mat soltó una risa burlesca.


—Oh, claro. ¿Puedo preguntar que vas a hacer? Me provoca una profunda curiosidad. — Su voz descendió una octava – Un niño como tú, en el fondo de la cadena alimenticia… Cualquier cosa que hagas, me encargare de que la pagues como es debido.

—No tengo miedo— Replicó el niño. Se quedó pensativo un momento y luego comentó—Si hicieras eso, si me hicieras cualquier daño, mi hermano me protegería. Si me haces algo podría matarte.

— ¡No intentes amenazarme!—Mat se levantó de golpe haciendo retroceder al niño por la sorpresa, asustado. La diferencia de alturas entre ambos se hizo mas que evidente; La cabeza del niño apenas le llagaba a Mat al pecho –Quienquiera que sea tu hermanito, no le temo. Yo eh matado personas con mis propias manos antes (Los ojos del niño se abrieron con temor), puedo hacerlo otra vez.

Permanecieron mirándose a los ojos un instante al cabo de cual la mirada de Mat ya no parecía tan terrible.

—Pero…. ¡Lo necesito!, necesito que me lo devuelvas! –Insistió el niño

Mat intentó reprimir esa oleada de simpatía.


—Ya me harte de esta conversación—Y lo empujo…No con demasiada fuerza –Apártate de mi camino.

El niño callo sobre unos pupitres y le quedo mirando con los ojos muy abiertos…
Mat fingió que esa mirada le traía sin cuidado, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la entrada de la sala, aun era recreo.
De pronto oyó un estruendo seguido de pasos y un instante después una mano sujetó su manga en un gesto casi suplicante. El niño jadeaba cuando Mat volteo, tenia su cabeza baja para ocultar el rostro.

—Oye…Por favor—Murmuró casi inaudiblemente.

— Que… ¿Que dices?—Inquirió Mat, solo para obligarle a repetirlo, Para humillarlo y ponerlo donde le corresponde, asumiendo esa misma actitud imponente que siempre funcionaba, pero algo en el temblor de su voz lo delato.
Había estado equivocado al pensar que ese niño se parecía a Keín, no era así, más como Sei quizás, pero eso era imposible.
El niño fue conciente de ese cambio, su tono se suavizo, al igual que su mirada. Había en ella contradicción y pesar, pudo ver Mat, y mil cosas mas, ocultas en una extraña fachada.

—Por favor—Su voz fue mas segura esta vez—Tu no tienes miedo de mi hermano, pero yo si. A veces no se que hacer, no lo entiendo, me persigue todo el tiempo, aleja todos mis amigos…El dinero es mió, se lo pase a mi amigo y estoy seguro de que si lo pierdo mi hermano se va a enterar y entonces…

— ¿Te va a hacer daño?

El niño no pudo evitar que algo de ironía acudiera a su rostro.
—No me importa el dolor, estoy acostumbrado. Lo que me preocupa es que otra vez provoque la muerte alguien. Cuando se trata de mi, él es así.

Mat frunció el ceño. ¿Qué no le importaba el dolor? ¡Ja!
Solo para demostrar lo equivocado que estaba, hizo amago de darle un puñetazo. Con una repentina oleada de terror el niño se cubrió la cara. El reflejo había sido tan rápido y fuerte que Mat estuvo seguro de que no seria la primera vez que le amenazaban de esa forma, con la diferencia, claro, de que Mat había detenido el golpe.
Quiso comprobarlo porque el niño se esforzaba en mostrarse demasiado diferente de lo que en realidad era. Con sus palabras, probablemente sin darse cuenta, defendía a su hermano, trataba de justificarlo y a pesar de que lo intento, Mat no pudo hacerse una idea de cómo seria la relación entre ellos dos.
Lo que si comprendió, fue lo solo que estaba ese niño.
—Tranquilo —Dijo abrazándolo por instinto. En sus brazos el niño se removió inquieto.

—Perdón –Murmuraba –Por favor… regréseme el…
—Lo haré –Contestó Mat. –Entiendo lo que te pasa.
—No, no lo entiendes—Corrigió el niño con desesperación –¡Nadie lo entiende!

Mat apartó con delicadeza al niño y rebuscó en su mochila para sacar el monedero. Pensó en contar el dinero antes, pero al final decidió dárselo todo, era robado de todos modos y el no lo necesitaba. El niño lo tomo como algo preciado.
—El monedero…
—Quédatelo—Dijo Mat
—Muchas gracias, de verdad—Le regalo una sonrisa radiante. —Nos vemos, Mat
— ¿Me conoces?
El niño no contestó, se dio la vuelta y desapareció corriendo por la entrada del salón mientras se despedía con la mano y dejando a Mat con la palabra en la boca.


**********************************************

El niño estudió a Mat también, solo que en su caso, había sido con mucho más cuidado, desde el mas mínimo detalle de sus ojos verde intenso, como el mas profundo e inaccesible estanque de agua cristalina, el cabello negro y desarreglado, el porte y la buena contextura corporal, hasta la delicadeza de sus rasgos que eran aun los de un niño.
El chico se llamaba Sei y a pesar de que hace mucho que quería ver a Mat los motivos distaban de ser honestos.
Durante su acalorada huida había mantenido la sonrisa, pero al dar la vuelta hacia una zona vacía del parque y cerciorarse de que Mat no lo había seguido, esta se desvaneció por arte de magia, como si solo se hubiera tratado de un espejismo.
Su hermano, Keín, tenia razón en odiar a Mat, era muy desagradable, usaba ropa roñosa y hablaba como si pretendiera ser inteligente. ¿Quién se creía? Y como si fuera poco, había osado tocarlo. Sei sacudió su ropa y alisó las arrugas que el empujón y posterior abrazo le habían provocado.
¡Estupido arrogante! Pateó una piedra con ira. Tanto desprecio acumulándose dentro de él explotaba a veces de esa forma radical.
Y lo peor es que le había dicho la verdad ¡¿Por qué le había dicho la verdad?!

— ¿Pasa algo malo, Sei?
Volteó hacia la procedencia de la voz y ahí estaba Keín mirándole placidamente sentado.
— ¡Hermano! —Sei corrió hacia él y se refugió en sus brazos ocultando el rostro en su pecho, demonios, justamente ahora no tenia muchas ganas de verlo. Keín acarició su cabello.
— ¿Que tal fue todo?
—No me agrada ese chico—Dijo Sei –Es horrible.
Keín frunció el ceño con suspicacia.
—No me estarás ocultando nada, ¿verdad?
—Claro que no, hermano. Nunca te ocultaría nada —Respondió Sei alzando la mirada para verlo a los ojos. — ¿Qué podría hacer sin ti?—“Por favor” pensó Sei “Que no se de cuenta”
— ¿No te pareció ni un poco agradable?—Insistió Keín
—Ni un poco.
— ¿No te pareció interesante?
—A decir verdad… parecía un poco tonto—Sei sonrió—No te preocupes hermano.

Sei se dejo abrazar como siempre hacia, aun cuando las manos de su hermano comenzaron a vagar por su espalda.
— ¿Que sientes por mi?—Preguntó Keín

Sei conocía la respuesta, el tono y la expresión para contestar aquello.
—Te amo hermano—Sonrió. Podía ser verdad, a medias. No le molestaba cuando “estaban juntos”, es más, algo en lo obviamente prohibido de su relación la hacia emocionante y Sei se sentía complacido con ello.

Había, no obstante, otra cosa que le incomodaba: Keín lo manipulaba, lo utilizaba, lo manejaba como a una posesión, pero Sei era incapaz de evitarlo. ¿Cómo saber cuando actuaba por propia voluntad o por influencia de su hermano? Las órdenes solían ser tan sutiles que pasaban inadvertidas.
¿Lo quería realmente? Si, Sei lo quería. Keín jamás lo abandonaría, nunca dejaría de protegerlo…Y ya no sentía miedo cuando se colaba por las noches en su habitación, lo esperaba.

—Me perteneces—Dijo Keín acariciando el cabello del niño.
—En eso pensaba—Sei se relamió los labios—El idiota de Mat me estresa. Hice bien mi trabajo—Adoptó su faceta mas dulce e inocente — ¡Me merezco un premio! Distráeme. Demuéstrame que te pertenezco.
—Es horario de clases.
— ¿Me estas diciendo que no?
—Al contrario. ¿No es así más divertido?

Notas finales:

 

Por si les interesa, actualizare tan pronto como pueda, casi con seguridad antes de la próxima semana. Prometo no dejar la historia a medias si hay por lo menos una persona que se interese en ella.

            Por favor, manden sus reviews, quiero saber su opinión. ¡Gracias por leer!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).