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Errores encadenados por Paz

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Notas del fanfic:

No es que vaya a dejar de lado mis otros fics, solo que últimamente estoy en baja forma, él motivo que en casa no escribo nada porque no acaba de gustarme el nuevo programa que lleva mi nueva PC, prefiero el antiguo. En fin, solo puedo escribir los fines de semana cuando voy a mi casa y allí tengo el portatil, por ello voy tan lenta actualizando.

Este es uno de los muchos fics que tengo a medias, asi que he preferido empezar a subirlo, espero que esta nueva historia sea de vuestro agrado.

Notas del capitulo:

Tal como he venido haciendo últimamente serán capítulos cortos.

Tal como he puesto en el resumen esta historia es completamente independiente de lo que Inoue ha escrito sobre ellos.

 

Errores encadenados

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 1: Primer error, implantación

 

En una sala de espera de una reconocida clínica de fertilidad coinciden dos jóvenes, uno es el famoso basquetbolista japonés, Rukawa Kaede, el otro es un periodista freelance, al que le han hablado de posibles irregularidades respecto a la fertilización de donantes anónimos para fertilizar a madres solteras usadas como receptores de posibles embarazos para familias desesperadas y dispuestas a entregar grandes sumas de dinero a cambio de un hijo. Él está allí para averiguar qué hay de cierto en eso.

 

Aprovechando un instante que ninguna de las enfermeras de recepción estaban a la vista, se levantó y se dirigió hacia un pasillo, su altura le impedía pasar desapercibido, así que no intento actuar como si estuviera ocultándose. Con paso decidido atravesó en pasillo mirando los rótulos de las puertas a ambos lados. Finalmente, al fondo vió lo que buscaba, el archivo. Miró a su alrededor, no se veía a nadie, era como si estuvieran facilitando su labor. Dio un suave golpecito en la puerta, no fuera que hubiera alguien dentro, al no recibir contestación, tomó el picaporte y lo giró, la puerta se abrió silenciosa, dio un agradecimiento mental a Kamisama y se introdujo rápido dentro antes que alguien le fuera a sorprender cuando había alcanzado su objetivo.

 

Un tragaluz a la altura del techo, permitía ver lo que allí había, estanterías metálicas repletas de cajas, de colgadores con carpetas repletas de documentación. El no tenía tiempo ni ganas de revisar aquello uno por uno, demasiado laborioso, echó una mirada por los pasillos entre estanterías, hasta encontrar lo que buscaba, algo así no podía faltar allí: Un ordenador.

 

Se acercó rápido y lo encontró encendido. Al parecer alguien estuvo consultándolo y había dejado abierto el sistema, dándole la oportunidad de echar rápidos vistazos a los archivos que contenía. Sacó de su bolsillo un pequeño disco y lo introdujo en la ranura correspondiente, ganaría más tiempo si copiaba todos los archivos y los estudiaba tranquilamente en su casa. Sabía el riesgo que corría si le pillaban, aun así copió todo lo que pudo. Allí había carpetas con diferentes asuntos y podía ser que los datos que buscaba estuvieran enmascarados bajo alguna de ellas. También podía ser que estuvieran en otros archivos bajo claves secretas. Arriesgarse era su lema preferido, un par de veces escuchó voces al otro lado de la puerta, casi obligándole a cortar la información que estaba grabando, sin embargo, cuando se alejaban respiraba tranquilo. Diez minutos después de haber entrado estaba saliendo del archivo. Sorpresivamente, unas voces al otro lado del pasillo, le obligaron a entrar en la primera puerta que encontró abierta, cerrándola tras él.

 

Se encontró dentro de una salida aséptica, paredes pintadas de blanco, mobiliario de cuero blanco, un televisor sobre uno de los muros, bajo él se veían estanterías con una buena variedad de películas, se acercó para echar una mirada a los títulos, le faltó poco para caerse de espaldas, todas ellas eran porno y no es que no estuviera al tanto de esos temas, sobre todo, considerando que estaba en una clínica donde debían estimular la libido de sus donantes.

 

Se volvió al escuchar que la puerta se abría.

 

-Ya está aquí… -la enfermera, una joven alta y muy bella le entregó un frasquito, que él tomó en silencio, sabiendo lo que se esperaba de él- Si tiene problemas, puede poner la televisión, también hay revistas para ayudarle.

 

Asintió incapaz de hablar.

 

La enfermera con una cálida sonrisa le dejo solo.

 

Ahora sí que estaba en problemas. Si les decía que no era la persona que creían se vería metido en un buen embrollo, ese malentendido podía costarle caro, le preguntarían que hacia allí, bueno, podía decir que… ¡Un momento! Para poder entrar les dije que iba a hacer una donación de esperma, les di un nombre falso y no me pidieron la documentación para confirmarlo, lo que en si es grave, una irregularidad que ahora me favorece, empiezo a creer que mi contacto tenía razón, aquí hay algo extraño. Aunque aparentemente los archivos que estuve viendo no presentaban anormalidades, todo parece correcto y dentro de la legalidad. Esta confusión es debido a que yo estaba en el lugar equivocado, seguramente que acabaran dándose cuenta y aquí no ha pasado nada se dijo para apaciguar su conciencia.

 

Diez minutos después reapareció la enfermera, encontrándole ojeando distraídamente una de las revistas, mientras se preguntaba que era mejor si esperar allí hasta que volviera o arriesgar a salir y que fuera otra quien se hiciera cargo del frasco y supiera que él no era quien debía ser.

 

Al verla, la dejo de lado levantándose. Nada en sus gestos indicaba impaciencia.

 

-Es suficiente… -miró hacia una repisa donde había dejado el frasco.

 

-Si… -dijo recogiéndolo y poniendo una etiqueta para identificarlo- Puede volver a la sala de espera, se reunirá con usted apenas el doctor acabe con la implantación.

 

Todo lo que él quería era marchar de allí lo más rápido que pudiera, por ello apenas si presto atención a las palabras de la enfermera.

 

Dejo la clínica y se dirigió al aparcamiento donde estaba su coche, se sentó en el asiento de la izquierda, aún después del tiempo que llevaba viviendo allí le costaba acostumbrarse a conducir de ese lado.

 

Cinco minutos después se encontraba bastante lejos del lugar. Fue entonces que recordó el sentido de las palabras de la muchacha.

 

-Implantación… -dio un volantazo para detenerse en el arcén- ¡¡Shimata!! –Lanzó la sonora exclamación al comprender que con toda seguridad en esos momentos su esperma estaba siendo preparado para fecundar un ovario. –se dio un cabezazo contra el techo del coche, como si así pudiera resolver el problema que se le presentaba, en ese mismo instante una sonrisa iluminó su rostro- Les di lo que me pidieron, fui amable, puede haberles dicho que me había arrepentido, y marcharme tranquilamente, podía haber encontrado cualquier excusa para justificar mi presencia allí. Una confusión la tiene cualquiera –se justificó a si mismo- No lo hice y ahora me preocupo. Aunque pensándolo mejor, no tengo porque hacerlo, nadie sabe quién soy, realmente se trataba de una donación anónima, porque si cumplían con las normas, el nombre del donante permanece en el anonimato, excepto que por un detalle, los datos que allí había dejado no eran totalmente falsos, siempre tenía en cuenta que no era conveniente mentir, uno se enreda en sus propias mentiras y luego se olvida lo que dijo, por eso cuando necesitaba perfilar unas características físicas eran las suyas, más no su identidad, esa vez había dado la de su amigo Sendoh, quien nunca lo sabría porque continuaba viviendo en Kanagawa, era muy remota la posibilidad de que fuera necesario ponerse en contacto con él. Además si cumplían con las reglas de adopción del país, esos datos eran secretos para la familia de adopción. Nunca sabrían que su ADN no se correspondía con Sendoh. Definitivamente era improbable que llegaran hasta él.

 

Con una sonrisa de satisfacción retornó a la carretera y más tranquilo se dirigió a su casa. Allí estudiaría el disco grabado y le diría a su cliente si tenía o no razón en sus sospechas.

 

No se hubiera sentido tan tranquilo de haber recordado que existían cámaras de seguridad y que seguramente su imagen estaba grabada en alguna de ellas.

 

Continúa en el próximo capítulo…


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