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Retando al destino por aliossha

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Notas del fanfic:

 

Los personajes no me pertenecen. Son creación de Yun Koga. Este fanfic está basado en la serie animé titulada Loveless, no así del manga. La historia se sitúa años después de la serie, y ya que es un fanfic, le he modificado cosas que ocurren el manga original. Una disculpa por eso, no se molesten, culpen a mi morbosa mente.

Notas del capitulo:

Ritsuka cumple los dieciseis años. No sólo comienza el drama de la adolescencia, sino su ferviente deseo de encontrar al asesino de su hermano, y perder sus orejas. Y claro está, Soubi sólo está dispuesto a ayudar con lo segundo


Capítulo 1.
“Feliz Cumpleaños”.
 
Ritsuka tecleaba apresuradamente unas palabras en el teclado del ordenador. Mordía levemente su labio a la vez que miraba a la pantalla como si ésta fuera el único objeto importante en el mundo.
¡Maldita sea!- pensó - ¡Si seré baka!. No puede ser que haya olvidado hacer mi reporte para la clase de Estadística, y justo ayer me la pasé perdiendo el tiempo…
 
Terminado lo más decentemente posible el reporte, hizo los arreglos correspondientes para meterlo en el usb. Pero, cuando se disponía a apagar la máquina, sintió que los fuertes brazos de Soubi lo rodeaban en un asfixiante abrazo.
-          Buenos días – saludó Soubi, con esa voz lenta pero profunda. A Ritsuka se le dificultaba controlar sus impulsos cuando Soubi le hablaba así, aunque hasta ahora lo había hecho bastante bien. Apenas sonrió, aún rehúso a que Soubi notara lo mucho que le agradaba.
-          Buenos días, Soubi. ¿Dormiste bien?.
-          Pude haber dormido mejor de estar a tu lado…
-          ¡A qué va todo eso! – espetó Ritsuka - ¡Retorcido!.
Soubi besó la mejilla de Ritsuka, lo que provocó que el segundo se relajara. El rubio descendió al cuello del menor, propinándole pequeños pero cariñosos besos. Todo iba bien, así que Soubi decidió intentar avanzar un poco más…
Y le salió el tiro por la culata. En cuanto Ritsuka sintió que las manos de Soubi descendían a niveles peligrosos, se dio media vuelta y levantándose de la silla le propinó un puñetazo, ruborizado a más no poder.
 
Soubi, lejos de molestarse, parecía muy divertido con la reacción del pelinegro. Le sonrió cínicamente.
-          ¿Te has molestado, Ritsuka?
-          ¡No, que va!. ¡Déjate de tonterías, Soubi!. ¡No…No…AHHHH!
-          Entonces castígame
Ritsuka se quedó perplejo.
-          Castígame – repitió Soubi, quitándose la camisa azul cielo. Ritsuka apartó la mirada. Aquel cuerpo escultural le agradaba demasiado, y no iba a permitir que el rubio se diera por enterado de aquello.
-          Déjate ya de exhibicionismos – miró la hora en su móvil y suspiró – me voy a preparar para el colegio, será mejor que te vayas. Te veré luego.
 
El pelinegro se disponía a comenzar a arreglarse para asistir al colegio, pero Soubi le tomó la mano.
-          Ritsuka…hoy es tu…
-          Soubi – interrumpió – no quiero que bajo ningún motivo lo menciones. Tampoco quiero objeto alguno de regalo, o alguna reunión o fiesta sorpresa. – lo miró cautelosamente – es una orden.
-          De acuerdo, Ritsuka.

2.
 
Yuiko esperaba ansiosa a que Ritsuka llegara. Le tenía preparado un regalo de cumpleaños que estaría segura, le fascinaría. Sentía que jamás estaría lo suficientemente agradecida con Soubi – kun por recordarle del cumpleaños de Ritsuka.
Ella lo divisó desde el extremo de la calle, y corrió hasta él.
-          ¡Ritsuka-  kun!, ¡Ritsuka –kun!.... – lo abrazó, para lo cual necesitó agacharse un poco. Si bien los años habían pasado, Yuiko seguía siendo la más alta entre sus amigos. - ¡Feliz cumpleaños!
-          ¡Yuiko!...¡ay!...
-          ¡Ritsuuuu….!


El pelinegro la jaló del brazo, corriendo. Yuiko estaba bastante contenta como para darse cuenta de que su amigo quería evitar causar revuelo por su cumpleaños. Y es que, ya con los dieciséis años recién cumplidos, su número de admiradores y admiradoras había incrementado considerablemente.
A todo eso, y después de las primeras horas en el instituto, Ritsuka se sintió librado de tanta fanfarria que los demás acostumbraban a armar con respecto a los cumpleaños.
El regalo de Yuiko para Ritsuka consistía en un conjunto de guantes y una bufanda que hacían juego entre sí. El pelinegro le agradeció a su amiga el detalle (aunque insistió varias veces en que no era necesaria tal atención...¬¬)
Ritsuka deseaba que el día transcurriera rápidamente. Más que nada, ansiaba reunirse con Soubi y pasar la tarde con él, formando "recuerdos". Esa una buena manera de pasar su cumpleaños. Ritsuka sonrió al pensarlo. Soubi era lo único que deseaba para sí, él y su compañía...
El chico se detuvo. ¿Qué cosas estaba pensando?. Resopló. Cuatro años y seguía metido en este embrollo de combatientes y sacrifices. Suponía que para estos tiempos Soubi se hubiese hartado y marchado a seguir con su carrera de arte clásico japonés. Él sabía que no tenía porque pasársela combatiendo cada vez que alguien de las siete lunas se apareciese para separarlos por aquello de la traición al nombre...
Bueno, ¿Y de verdad era tan terrible que Soubi se llamara Beloved y él, Loveless?. Bufó. Siempre le había parecido una ridiculez eso del destino y los nombres...
- Ritsuka - llamó Yuiko por quinta vez, impasible.
- ¿Qué ocurre, Yuiko-san?
-Te ves desilusionado - comentó ella. Ritsuka no quiso admitirlo. Entre clases, se había marchado al lavabo a observar su físico, decepcionado. Esperaba que para hoy por alguna especie de obra divina sus orejas y la cola de gato hubiesen desaparecido, llevándose consigo los dejos de su niñez.
- Claro que no - mintió - me siento bien. Gracias por recordar mi cumpleaños, Yuiko. - sonrió - lo celebraremos después, con los demás...


3.


                                                         
Soubi no mostró su rostro en toda la tarde, lo que supuso una gran desilusión para Ritsuka. ¿Qué se creía el rubio ese?. Aturdido, le envió un mensaje de texto, sin parecer especialmente perturbado. El rubio contestó, pero no dio señales de hacerse ver pronto. El pelinegro suspiró y se quedó echado en la cama un buen rato, pensando en todo y en nada. Pronto y debido a la terrible ociosidad, aquella que es madre de prácticamente toda la filosofía, sus cavilaciones se detuvieron en lo ocurrido en la mañana, y Ritsuka pensó que quizás su comportamiento era patéticamente infantil. Vamos, no es como si el no deseara también a Soubi. Era sólo el miedo el que se lo impedía. Pero él no permitiría que el miedo le impidiera hacer lo que quisiese. De otra manera, jamás vencería al asesino de Seimei.
Sintió los frescos labios de Soubi que besaban su pecho desnudo (se había metido a la ducha y se había quedado en pantalones, sin playera y descalzo) y sonrió sin intención de ocultar su alegría. Eso le agradó a Soubi, su gatito nunca dejaba ver más allá de una sencilla mueca. Rozando su piel con sus labios, ascendió hasta que se topó con los labios del menor, que lo atrapó en un beso extrañamente ansioso, como si hubiese estado sufriendo en silencio y los labios del rubio suponieran un alivio repentino y maravilloso.
Ritsuka atrapó el alargado cabello de Soubi y tiró de él, atrayéndolo hacia sí mismo para no dejarle salida. Su respiración comenzó a agitarse y eso era algo nuevo para él. Nuevo, y sumamente placentero. Quería seguir, le estaba gustando dejarse llevar. Sus lenguas, como intrusas, introdujeron un nuevo baile a la conversación impuesta por el beso que le precedió.
Soubi acariciaba el rostro del menor, con algo de ternura, y algo de lujuria. Pronto se separaron, faltos de aire. Soubi estaba que no se cabía de felicidad. Y Ritsuka...
- Soubi - alcanzó a jadear.
- ¿Sí?
- Tú...recuerdas...lo que dijiste hace unos años, que harías cualquier cosa por mí.
- Ajam...
- ¿Era verdad?. Sé sincero.
- Por supuesto que lo era.
- Entonces...Soubi...yo...
Ritsuka se ruborizó y Soubi sintió que su corazón se hinchaba de ternura. ¡Su gatito era tan lindo!. Entonces los ojos púrpura del menor se prendieron de los azules del mayor.
- Quiero perder mis orejas, Soubi. Y eso, eso es una orden.

Notas finales:

Les dejo con unas dudas para el siguiente capítulo. ¿Soubi será capaz de cumplir la orden, o se echará para atrás?, ¿Le habrá comprado algún regalo a Ritsuka a pesar de que dijo que NO quería regalos?, ¿La madre de Ritsuka arruinará tan bello momento?, ¿Habrá lemon el siguiente capítulo?...
Paz, inteligencia y amor.


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