¡Como deseo que no llegue el día de mañana! ¡Por Dios, es que todos los astros, cuerpos solares, galaxias y planetas han hecho un complot para que el tiempo pasara más rápido, y por fin era la mañana del 24 de diciembre!
Normalmente estaría sonriendo como idiota, pues me encanta la Noche Buena y esa sería una muy especial, ya que Izumi haría una fiesta en su casa y nos invito a todos para celebrar junto a ella. Nos pareció una buena idea, y una semana antes estábamos haciendo los preparativos para la misma… sin embargo, maldigo mil veces la “genial” idea que mi gran amigo Takuya Kanbara propuso, a quien en estos momentos deseo asesinar a sangre fría…
-¡Oigan chicos, ya que es para Navidad y como queremos algo diferente, hagamos un “Amigo Secreto”!- propuso alegre
-¿Amigo Secreto?- repetí, sin entender muy bien lo que decía. Los demás parecían tan perplejos como yo, así que tomo aire y se aclaro la garganta.
-Es un juego sencillo: Escribiremos nuestros nombres en papeles y nos los repartiremos. Deben comprar un regalo muy especial a la persona que les haya tocado, y entregárselo el día de la fiesta.
-¡Valla, suena muy divertido!- exclamo Tomoki alegremente.
-Tienes razón, y así habrá un poco de intriga para esa fecha- rio Izumi.
-Hagámoslo entonces, no perdamos tiempo- animo Junpei, trayendo lápiz y papel para anotar nuestros nombres.
Una vez lo hubo hecho, los corto y Takuya los doblo hasta hacerlos muy pequeños, para luego ponerlos en su gorra y agitarlos.
-Bien, tomen solo uno de los papeles y no los abran hasta que lo indique- explico, y todos obedecimos.
Mire mi papel con cierta curiosidad… ¿Quién me habrá tocado? ¿A quién le habré tocado? ¿Cómo será mi regalo y el regalo que me den? No pude evitar una tonta sonrisa, y le pique la espalda a mi igual para que me hiciera caso.
-Kouji ¿Quién crees que te toco?- pregunte contento.
-No sé y me da igual, no me gustan esta clase de juegos- gruño molesto.
-Vamos, no seas amargo, vele el lado positivo a las cosas- anime sonriéndole.
- ¿Qué hare si no se los gustos de la persona que me ha tocado?- espeto, e iba a responderle cuando Takuya anuncio que podíamos abrir los papeles.
Y así lo hicimos todos. Me congele al admirar el nombre que estaba escrito… decía claramente “Kouji” en letras grandes y mayúsculas… así que me había tocado mi propio hermano menor... me alegre bastante al principio pues sabía que debía ser un regalo muy especial porque se trataba de mi gemelo… pero mientras mas buscaba un presente que llegara a la talla de Kouji, mas difícil se me era encontrarlo.
Suspire y me vestí cómodo, con una camisa blanca y unos jeans poco ajustados. Sería un día muy largo… aun no se que darle y le pedí ayuda a Izumi en mi busca. Salí de casa, tome el metro y llegue a la ciudad, donde nos encontramos en un centro comercial.
Recorrimos casi todas las tiendas, y yo no me decidía a comprar nada. Era simplemente ridículo: Me sugirió el comprarle una camisa, pero mi hermano tenía una colección completa de todos colores y diseños que pudiese haber ¿De qué le servía tener otra?, luego un perfume… ¿Perfume? ¡Ni siquiera se cual fragancia es la mejor y tampoco si le gustara!, después un par de zapatos… ¿Cuál estilo usaba? ¡Si siempre que lo veía se ponía distintos tipos, desde tenis hasta botas y convers! Por último un reloj… ¿Para qué?, Takuya le dio uno en nuestro cumpleaños y no se lo ha puesto ni la primera vez, cuando el que me regalo a mi esta desgastado de tanto usarlo.
Izumi suspiro mientras nos sentábamos en un café cercano. Ya era de tarde y todavía no compraba nada.
-Valla Kouichi… eres más indeciso que Takuya- comento- a él también le costó bastante elegir, pero no tanto como a ti.
-Lo siento mucho Izumi- me disculpe, apenado- es que… no se los gustos de mi hermano.
-No hay nada de malo en eso… si te soy sincera también estaba algo indecisa, como te dije, me toco Takuya y no sabía que comprar hasta que recordé que amaba los videojuegos- note como se reía antes de seguir- y compre un montón que de seguro le hará babear de emoción.
-Ni siquiera es necesario imaginárselo, es tan predecible… dirá “¡Izumi, esto es justo lo que quería que me regalaran! ¡Eres la mejor del mundo”!- dije, imitando su voz de contento, y ambos nos reímos.
-Es verdad… y eso es porque Takuya es más fácil de leer que un libro- expreso algo sonrojada- pero Kouji… no es sencillo… si él me hubiese tocado estaría aun más desesperada que tu… pero pensé que el hecho de ser gemelos creaba un vinculo muy especial, a tal punto de saber todo sobre el otro... no se si tenga razon.
Me quede callado un instante, no sabía bien que contestar… lo que decía era cierto, los gemelos tenían una conexión única e invisible, tan especial que nadie podía entender pero… ¿Por qué yo y Kouji no la compartíamos?, seguramente porque nos separaron desde pequeños y no nos dio tiempo de unirnos… sonreí con tristeza, me jactaba de conocer bien los sentimientos de mi igual y de que éramos como el pan y la mantequilla… ahora veo que viví en una ilusión todo este tiempo…
-Esto… Kouichi…-la voz de Izumi me saco de mis pensamientos.
-¿Qué sucede?- conteste, al ver su cara preocupada.
-Son las cinco de la tarde… la fiesta comienza a las ocho… te queda poco tiempo para comprar algo y yo debo irme a preparar todo…-dijo con tristeza.
-Ah… bueno… no importa, me las arreglare solo- anime- siento mucho que hayas perdido tanto tiempo por mi culpa.
-No fue molestia, me la pase muy bien contigo, espero que encuentres algo para el- y levantándose, me dio un beso en la mejilla para después marcharse, despidiéndose con su mano.
Hice lo mismo, y una vez que se alejo, me levante de la silla del café para salir a caminar sin rumbo fijo. Estaba sumamente triste… aquello que se supone debíamos disfrutar se convirtió en una pesadilla que me dejo darme cuenta de algo: Mi hermano gemelo, mi igual, mi viva imagen en el espejo… era un completo desconocido para mí. ¡Al diablo con el maldito regalo, ya eso no me importaba en lo absoluto! ¿De qué me serviría seguir buscando? ¡Igualmente no encontrare nada! ¡Y todo es únicamente mi culpa, por no conocer a Kouji! ¡Qué vergüenza siento… la gente dice que somos gemelos cuando yo siento que ni siquiera somos familia propia!
Y mis pensamientos me llevaron a la banca de una plaza cerca de la casa de Izumi. Me di cuenta que era de noche y al mirar la hora suspire… las 8:30pm… la fiesta ya comenzó y yo sigo aquí, como un tremendo idiota…
-Que navidad del asco…-me dije a mi mismo sonriendo.
-Ni siquiera has visto la fiesta, Izumi no decora tan mal- comento sarcásticamente una voz a mi lado. Al reconocerla, gire mi cabeza y allí estaba él, la persona que mas amaba y menos conocía… mi gemelo, Kouji.
Se veía muy bien… una camisa negra junto a unos jeans ajustados y una chaqueta azul. Me sorprendí al no verle la pañoleta en la cabeza, generalmente nunca se la quita…
-No lo decía por eso, se que todo le ha quedado bien a Izumi- conteste, y él se me acerco para sentarse a mi lado.
-¿Entonces qué te pasa?- pregunto preocupado- te he visto muy desanimado estos días ¿Fue por lo del supuesto “Amigo Secreto”?
-A-algo así…-musite cabizbajo.
-Todo es culpa de Takuya… ese bastardo… lo moleré a golpes por sugerir ese maldito juego- bufo Kouji, haciéndome reír.
-Realmente… no es el juego el problema… sino la persona a la que le regalo…-dije, y él me miro con duda- siento… que a pesar de ser muy cercanos, no nos conocemos bien.
-Le paso a todo el mundo, incluso Tomoki se complico con eso- explico- si, somos amigos, y convivimos a diario juntos, pero cuando se trata de esas cosas es distinto porque…
No pudo seguir hablando, porque me levante, furioso. Apreté los puños… sentía como la ira y la tristeza hacían colorar mis mejillas.
-¿Kouichi?- me llamo Kouji, sorprendido.
-¡El problema es que no me toco ningún amigo sino alguien más especial! ¡Tenía que regalarle a mi propio gemelo y no sabía que comprarle!- grite, sintiendo como mi voz se entrecortaba- ¡Se supone… que debemos conocernos bien! ¡Por algo nos dicen GEMELOS… y nosotros… estamos muy lejos de esa definición! ¡Me siento estúpido, y cualquier persona a quien le cuente me daría la razón, no debería costarme tanto si me tocabas tú!
-Kouichi, tranquilízate- Kouji se levanto y me tomo de las manos. Forcejee pero no me soltó- No debes darle importancia a eso…
-¡Por supuesto que debo dársela!- espete, y las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos- ¡No conozco a mi igual, a casi mi propio yo! ¡No tenemos aquel vínculo que nos une como gemelos! ¡No puedo saber lo que te aficiona tan fácilmente como puedo saberlo con Takuya! ¡Porque no lo sé! ¡Siempre pensé que realmente te conocía y que éramos unidos, pero todo es mentira! ¡Es imposible que me haya matado pensando solo por un simple presente que era para TI! ¡¿Entiendes que significa eso Kouji?! ¡Tu propio hermano no te…!
Y no pude seguir hablando, porque entonces, fugazmente, me dio un tierno beso en los labios. Mi mente quedo totalmente en blanco luego de eso, y mis lágrimas dejaron de salir. Era, hipotéticamente, un muñeco viviente. Sentí la risa de mi hermano y acto seguido su mano, secando mis lágrimas.
-No seas tonto… nada de lo que dices es verdad- explico, en un tono de dulzura que nunca le había escuchado- entiende que… puede que seamos gemelos, iguales y más parecidos que dos gotas de agua, pero al mismo tiempo somos distintos… tú y yo tenemos mentes distintas y no nos gustan las mismas cosas, también vivimos separados y nos dificulta mucho el saber más sobre nosotros, pero nunca… y escúchame bien, nunca digas que no tenemos un vinculo especial.
-Pero Kouji…-trate de decir, cuando el pego su frente de la mí y siguió hablando.
-¿No te das cuenta que la primera persona en saber que estoy triste sin habérselo dicho eres tú?, ni siquiera mi madre puede notar esto tan fácilmente… en cambio tu, solo con mirarme, puedes entenderlo… así me pasa a mí, se cuando estás bien y cuando no… importa un bledo las estúpidas aficiones de ambos, lo único que interesa aqui es que con una mirada nos decimos todo, absolutamente todo… ¿Acaso eso no es un vinculo especial Kouichi? ¿Acaso eso no significa que somos gemelos?
Lo mire por un instante a los ojos, tan iguales a los míos, e inmediatamente me di cuenta que estaba muerto de preocupación. Sonreí, y tome las mejillas de mi hermano para darle un beso en la frente. Kouji se sonrojo y pude reírme con ganas… ahora estaba avergonzado. Que tonto he sido… yo, siendo el mayor de ambos, he aprendido una valiosa lección de mi hermano menor, que recordaría toda mi vida.
-Tienes razón- dije al fin- somos gemelos por donde se nos vea, y nadie nos lo puede negar, ni siquiera nosotros mismos.
-Por fin lo has comprendido tonto- y me dio un pequeño golpecito en la mejilla- no tenias que montar semejante escena por un regalo porque… bueno… lo que sea que me des me gustara… ¡U-únicamente porque no conoces mis gustos y no porque me lo has dado tu! ¡¿Entendiste?! ¡No te confundas!- riño con un violento sonrojo en su rostro.
-Si tu lo dices…-me burle y el se molesto.
-¡No hagas el tonto! ¡Y será mejor que vallamos a la fiesta o los demas comenzaran a preocuparse!- advirtió al ver la hora en mi reloj.
-Es verdad, seguramente Izumi nos matara por llegar tan tarde- comente, y ambos nos reímos para luego emprender marcha a casa de nuestra rubia compañera, que no quedaba muy lejos de allí.
Poco a poco me fui acercando hasta tomarle del brazo, y seguimos caminando así. Había olvidado por ese momento de desesperación la cálida sensación que recorre mi cuerpo cada vez que estoy al lado de Kouji, y que de seguro nadie más que yo la sentía… era algo único, especial e inimitable… solamente con el podía sentir tanta tranquilidad, felicidad, alegría, satisfacción, emoción… todo aquello al mismo tiempo. Y nos di razón… a el por hacerme ver la realidad y a mí por las palabras que dije: Nosotros somos gemelos, y nuestra unión va más allá de saber lo que nos gusta.
-Kouji…-le llame, y él me miro.
-¿Qué pasa?- pregunto, también mirándome.
-Te amo- dije, y él se sonrojo.
-¡¿Q-que dices idiota?!- Reí nuevamente porque evitaba mi mirada a toda costa.
-¿Ahora quien es el que hace el tonto?- pregunte, algo colorado- te amo hermano bocaza, te amo y no me cansare de hacerlo nunca.
-Dices cosas bastante vergonzosas ¿Sabes?- rio el- también te amo, tanto que no puedo describirlo.
Aquella simple frase logro ponernos a ambos muy felices… Kouji lo sintió en mí y yo en el… fue evidente cuando entramos a la casa de Izumi puesto que la matanza no paso de regaños por retrasarnos una hora entera. Luego de comer, reír y jugar a las cartas, llego el ansiado momento…
Takuya, al ver los juegos en la bolsa roja que Izumi le dio, se le iluminaron los ojos.
-¡Izumi, esto es justo lo que quería que me regalaran! ¡Eres la mejor del mundo!- exclamo abrazando todos y cada uno de los juegos. Ella y yo nos miramos para luego reírnos, porque dijo exactamente las palabras que yo predije que diría en la tarde- ¡Bueno, diré que mi regalo es para Tomoki!- y le dio un enorme oso de peluche.
-¡Que hermoso! ¡Gracias Takuya!- grito, saltando de contento- Junpei, yo te regalo a ti, espero que te guste- y le entrego una caja llena de las mas deliciosas golosinas.
-¡Dios, me dolerá el estomago de tanto comer!- bromeo, haciendo que todos nos riéramos- ¡Gracias Tomoki! ¡Y me complace anunciar que mi regalo es para Izumi!
-¡¿QUEE?! ¡¿EN SERIO?!- grito el castaño incrédulo.
-¡Por supuesto! ¿A quién mas sino?- y le entrego a Izumi una bolsa donde descubrió un vestido morado, su color favorito.
-Guau… y yo pensé que el que me regalaba a mi era Kouji ¡Grazie!- dijo en su amado italiano.
-E-esperen… eso significa que…-comencé, y mire a mi hermano, quien solo me tendió violentamente una bolsa, sonrojado.
-¡Por fin decidiste algo señor Idiota!- exclamo Takuya- ¡Te has matado buscando un dichoso regalo que era para Kouichi! ¡Me das pena!
-¡Cállate Takuya, bueno para nada, te pedí opinión y lo único que recomendabas eran videojuegos!- amenazo y este solo se rio.
Abrí mi regalo, bastante sorprendido, y encontré en él una gorra nueva color verde, con una “K” bordada en negro. No dije nada por un minuto porque, realmente, habíamos pensado igual. Me reí y le di mi regalo que coloque en una bolsa azul… ¡Ah, con todo el lio olvide mencionar que al final compre algo! De seguro ya sabrán que es…
Kouji la abrió y saco una pañoleta negra con un lobo bordado en azul. La miro impresionado unos instantes y se la coloco como yo hice con la gorra.
-¡Valla, se ven geniales!- alago Tomoki sin soltar su osito de peluche.
-Hay que ver…-Izumi se llevo ambas manos a la cintura- TU y TU estaban al borde del suicidio porque no sabían que regalar y al final se dieron algo bastante sencillo y útil.
-¡Es que Kouji es Minatonto y Kouichi es Kimudiota, viene de familia!- se burlo ante la mirada asesina de mi hermano.
-Mira quien fue a hablar, el que vive y respira por un juego y un televisor donde jugarlo- defendió sarcásticamente Junpei, haciendo que todos estallaramos en una alegre carcajada.
-Bueno, tu sugerencia fue un éxito Takuya, a todos nos encantaron nuestros regalos- felicito Izumi, contenta.
En eso, escuchamos el ruido como de una explosión desde afuera… al asomarnos, admiramos como el cielo se llenaba de hermosas luces de colores. Enormes fuegos artificiales explotaban e indicaban que ya era 25 de Diciembre.
-¡Buon Natale!- exclamo la rubia, abrazando a Takuya y Junpei- ¡Feliz navidad a todos amigos!
-¡Feliz navidad chicos!- dijo Tomoki sonriendo.
-Feliz navidad a todos- dijimos mi hermano y yo al mismo tiempo. Nos vimos por un instante y sonreímos. Sin que nadie se percatara, nos tomamos de las manos, posando nuestras vistas nuevamente al cielo, cada vez mas colorido.
Tal vez, aun teniendo mentes distintas, podamos pensar igual… y me retracto de mis palabras: Aquella navidad fue la mejor de toda mi vida…