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Lo que deja la marea por yaoiana

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Notas del fanfic:

Les deseo a todos y todas una feliz Navidad¡¡¡¡

Notas del capitulo:

No pensaba publicar aun este fic... jij queria llevar un poco mas adelantad la historia XD...  Espero que les guste, es con mucho amor ;)

 

 

 

-           Por fin… por fin pude ingresar a la academia Hayama,  el prestigioso colegio elite de toda la ciudad.   *mirando la enorme estructura frente suyo* 

 

 

Inuyasha Takuma era un joven de clase media,  pero no por eso era un joven menos listo que los demás; con sus 15 años pudo ingresar becado a la mas prestigiosa academia de la ciudad, a la cual solo podían ingresar los hijos de los mas altos funcionarios o de estatus alto… sin dudas era todo un logro para el.

 

 

-          Eres transferido?    *pregunto alguien a sus espaldas*

 

-          Ehh si, mucho gusto Inuyasha Takuma 

 

-          El gusto es mío, soy  Miroku Miyagi

 

 

Ambos jóvenes se encaminaron a la dirección, donde les asignaron a cada cual su horario y su aula de clases.  En el recorrido antes de llegar a sus clases, se conocieron un poco mejor, quedando en versen después de clases para contarse que tal les había ido.

Estaba nervioso, miro el papel en su mano y luego el de la puerta, ambos concordaban… ese era el salón correcto; toco tres veces la puerta, escuchando un “adelante” desde adentro.

 

 

-          Buenos días *dijo nervioso*

 

-          Tu debes ser el nuevo estudiante… mucho gusto, mi nombre es Totosai y seré tu profesor de química.

 

-          Mucho gusto, sensei

 

-          Jóvenes, quiero presentarles a un nuevo estudiante

 

-          Mi nombre es Inuyasha Takuma, espero que nos llevemos bien

 

-          Muy bien, joven Takuma siéntese detrás del  joven Taisho.  * señalando al estudiante*

 

 

Inuyasha camino por todo el salón hasta llegar a la parte trasera, ahí, un puesto antes del asignado, pudo notar a un joven de aparentes quince años,  cabello plateado, ojos ámbar y tez blanca… se parecía mucho a él.  Tomo asiento y atendió atento a todas las clases, siendo el objeto de miradas de todo el aula.

 

Al salir suspiro un poco mas tranquilo, se sentía como un bicho raro, pero no le importaba, tenia que acostumbrarse.   En la salida del colegio, vio a su nuevo amigo Miroku, corrió hasta el y lo saludo.

 

-          Hey Miroku, que tal te fue?

 

-          Bien Inuyasha y a ti que tal?

 

-          Creo que bien, aunque todos me miraban extraño

 

-          Hhaha… en tan solo un día y ya eres popular?

 

-          No te burles *sonriendo*

 

-          Viene una limosina por ti?

 

-          Limosina, hahaha claro que no, caminare hasta coger el autobús

 

-          Ahh ya veo, prefieres aire libre

 

-          No, tomo el bus porque es el único medio de transporte al que puedo acceder

 

-          Ehh?... espera tu no eres… ehhh rico?

 

-          No, tu si?

 

-          Ehh, se supone que este es un colegio para ricos

 

-          Ahh, lo olvidada, estoy aquí por una beca

 

-          Vaya… debes ser muy listo

 

-          Hhaha no presumo

 

 

Ambos jóvenes se despidieron;  Miroku se monto en su limosina e Inuyasha camino hasta la parada de buses.  Mientras esperaba su transporte, fue interceptado por una curiosa mirada ambarina, quien lo detallo minuciosamente.

Luego de treinta minutos de transporte, pudo llegar a su trabajo aunque un tanto retrasado por el tráfico que azotaba la avenida principal.

 

 

-          Jefe, disculpe el retraso

 

-          No te preocupes Inuyasha, entiendo que fue tu primer día de estudio y dime como te fue?

 

-          Supongo que bien, pero todos me miraba como si fuera un extraterrestre o no se que

 

-          Hahah, Inuyasha, es un colegio de elite, todos son de categoría alta, es obvio que te vean de esa forma

 

-          Pero no es justo Kouga, soy una persona igual que ellos

 

-          Lo se Inu, solo que el dinero compra la mente de las personas y por eso se alejan de la realidad

 

-          No sabia que fueras tan inteligente Kouga *sonriendo divertido*

 

-          Y como crees que me volvi el dueño de este lugar?  * mirándolo de igual manera*

 

-          Tiene razón jefe

 

 

El peli plata se dispuso a organizar y limpiar las sillas de aquel restaurante;  Shikon era un lugar muy visitado por su excelente servicio y su calidad de comidas todo gracias a la mente maestra de Kouga.

Aun recordaba la vez que había ido a pedir trabajo en aquel restaurante, su padre llevaba semanas de fallecido, por lo cual, el tenia que encargarse de su madre y su hogar.  Sabia que por ser menor de edad las vacantes serian mas complicadas de encontrar, pero el hizo uso de su persistencia y le demostró a el peli azabache que podía con aquel trabajo.

 

 

-          Inuyasha?

 

-          Si jefe?

 

-          Ayúdale a Bankotsu con algunas cajas que hay en la bodega

 

-          De inmediato

 

 

Después de una ardua jornada laboral, llego a su casa a mediados de las diez de la noche.  Se sentía tan cansado, que solo pudo llegar hasta el sofá, quedándose dormido al instante.

Su cuerpo se movía… alguien movía lenta pero cálidamente su cuerpo; pero no quería abrir sus ojos… estaba tan exhausto, solo quería dormir.

 

 

-          Inuyasha, hijo, son las cuatro de la mañana, sino te alistas llegaras tarde al colegio

 

-          Mmm… ya me levanto  *parándose del sillón*

 

-          Ve y toma un baño, yo preparare tu desayudo y el almuerzo  para que lleves

 

-          Gracias mamá

 

Medio sonámbulo se metió al baño; puso el agua en estado frio para poder despertar mejor.  Se sentía muy cansado, pero poco a poco tenía que acostumbrarse a su rutina de trabajo y estudio; no quería que su madre se preocupara, bastaba con la enfermedad que tenia para agregarle una preocupación mas.

Al salir de la ducha, pudo ver en la cama de su cuarto su uniforme listo y planchado.  Su madre era lo más maravilloso de ese mundo; bajo a desayunar y vio la comida servida… cuanto agradecía a su madre por aquel apoyo.

 

Desayunó prontamente, se despidió de su madre y se montó en su bicicleta, ahora que sabia con exactitud la ruta del bus, la seguiría para llegar a la institución.   

Guardo su bicicleta a la entrada  y luego se encontró con su nuevo amigo.

 

 

-          Hola Miroku

 

-          Hola Inuyasha… ¿estas bien?

 

-          ¿Porque lo preguntas?

 

-          Te ves… no se, algo cansado

 

-          Ni que lo digas… Salí de trabajar a las 9 de la noche y llegue a mi casa a las diez… estoy exhausto

 

-          Tu trabajas?

 

-          Si… en un restaurante

 

-          Pero no estas muy joven para eso?

 

-          Tengo que hacerlo, mi padre falleció hace un mes, por lo cual ahora soy el hombre de la casa, además mi madre se encuentra muy enferma para trabajar.

 

-          Vaya… creo que te admiro mucho amigo… jamás creí que la vida fuese tan complicada 

 

-          Y créeme que hay muchos que están en peores situaciones

 

 

El timbre que anunciaba la entrada a clases sonó,  los dos jóvenes se dirigieron a sus respectivos salones, quedando en almorzar juntos en el descanso.

Inuyasha se sentó en su puesto, ignorando aquellas miradas furtivas que le propiciaban; pensó en recostarse un rato mientras llegaba el maestro pero olvido esa idea al ver como alguien se paraba delante de el.

 

 

-          Takuma… cierto?

 

-          Si, soy yo

 

-          Vaya, no creí que existieran personas como tu

 

-          Como yo?

 

-          Si, pobretones que quieren aparentar lo que no son * decía un peli azabache de tez nívea*

 

-          Mira, no soy un hombre de problemas, pero si quieres meterte conmigo tendrás problemas, además, me importa un comino lo que pienses, yo solo estoy aquí para estudiar, no para rendirle cuentas a nadie de mi situación, entiendes?  *parándose frente al albino*

 

 

Cuando el azabache disponía a golpear a Inuyasha, una varonil y grave voz se escucho por todo el salón.  Ambos giraron a mirar de donde provenía aquella voz y vieron al joven de hebras plata.

 

 

-          Naraku,  no olvides que estas en clases

 

-          No te metas en esto Sesshoumaru, esto es entre Takuma y yo

 

-          Si tienes que arreglar algo, hazlo fuera de clases

 

-          Tsk, nos veremos luego Takuma  *mirando con odio a Inuyasha* 

 

 

Inuyasha tomo de nuevo asiento, solo a el le sucedían este tipo de cosas.  Miro al sujeto que había detenido su enfrentamiento y cayo en cuenta que era el chico con parecidos a los suyos.

 

 

-          Estas bien?

 

-          Si gracias, pero no debiste meterte, ahora el la cojera contra ti

 

-          No te preocupes,  no lo hará… lo olvidaba, soy Taisho Sesshoumaru, mucho gusto

 

-          Takuma Inuyasha y el placer es mío  *estrechándole la mano*

 

 

Sesshoumaru se disponía a sentarse al lado del otro peli plata para hablar,  aquel nuevo estudiante lo intrigaba demasiado y el no era personas que andarán con rodeos, tan solo iba al grano a satisfacer sus dudas;  al momento de retomar la conversación, el maestro ingreso al aula,  haciéndole perder así su oportunidad.

 

Presto atención a cada clase, evitando quedarse dormido en las explicaciones.  Tuvo clase de química, física y matemáticas hasta que por fin llego su tan anhelado receso.

A la salida del aula se topo con su amigo Miroku, quien lo esperaba para ir a comer.

 

 

-          Ahh… estoy agotado… sabes, hoy un imbécil quiso pasarse de listo conmigo

 

-          Te hizo algo?

 

-          No pudo,  un compañero de clases lo detuvo… mmm creo que su nombre es Taisho Sesshoumaru

 

-          Taisho Sesshoumaru? … vaya el es el heredero de la multinacional Taisho Corp, además es el chico mas popular de esta academia

 

-          Bueno, en mi opinión, no le veo lo especial

 

-          Hhaha, eres único Inuyasha y dime que comida compraste?

 

-          Compre?...  esto lo traigo desde mi casa, mi madre lo hizo esta mañana… quieres probar?

 

-          Ehh… bueno 

 

 

Miro con algo de desconfianza la comida, tomo un poco y lo llevo a su boca; degusto el sabor y se sorprendió de la delicia que probaba… en ningún restaurante había probado algo tan delicioso.

 

 

-          En serio lo hizo tu mamá?

 

-          Si… sabe bien cierto?

 

-          Bromeas?... esta estupendo

 

-          Me alegro que te guste

 

 

Luego de comer, regresaron a sus respectivos salones de clase; Inuyasha caminaba hacia su asiento pero cayó al suelo por una zancadilla que le había puesto nada más y nada menos que Naraku.

 

 

-          A las sabandijas les encanta mantenerse en el suelo

 

 

Notas finales:

Espero con ansias sus comentarios, son mi recompensa ^^.   Ne.. alguien que me ayude y me diga como montar imagenes en el fic... buahh tengo unas tan lindas de Inuyasha pero no soy capaz de agregarlas... T.T


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