Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LA ROSA por deidaracaritochan II

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

ahh va de nuevo T_T

en fin gracias por leer mi fic espero les guste ^^

 

La rosa

 

El gran príncipe, con si mirada de hielo y su rostro impasible, el gran Uchiha, el que nunca duda de sus acciones y al que no le dicen lo que tiene o no que hacer, Itachi, mejor caballero no puede existir, valiente y admirable, pero…

¿Dónde queda todo esto cuando ve a aquel rubio?

Itachi Uchiha, ¿Cuándo empezaste a dudar de tus acciones?, Cuándo dejaste que él te dijera lo que tenias o no que hacer?, ¿Dónde queda la valentía del noble caballero que decían que eras?, o ¿todo esto se quedo enredado en rubios cabellos?, solo una de esas miradas azulinas que reflejan el mismísimo cielo, esas manos que cuando te tocan te hacen temblar, haciendo que toda esa valentía se convierta en miedo a perderlo, o a morir en una de tus tantas conquistas dejándole a ese ángel perfecto una herida en su puro corazón.

Y otra vez, otra de esas situaciones que tanto temes llega, te anuncia de otras tierra por conquistar, que tienes que estar frente a frente con la muerte, ¿Qué harás?, otra vez llega la imagen de tu ángel y con ella la duda, ¿Qué harás?, tu padre te pide una decisión rápida y sigues dudando, a la final aceptas pides permiso para retirarte y vas a tu cuarto, una vez adentro d este vez la puerta del balcón abierta y te asomas, lo vez allí sentado en un rincón del balcón, al chico que decidiste llevar a vivir contigo, tan tierno y angelical, sentado, viendo al horizonte, con esa gran sonrisa que tanto lo caracteriza, con esos ojos llenos de brillo y esperanza, con sus hermosas manos sosteniendo una rosa, blanca y pura, como el alma del ser tan perfecto que esta ante tus ojos, ese ángel llamado Deidara.

Te acercas y voltea a verte sonriendo aun, regalándote toda su felicidad e inocencia, te le acercas y el se levanta de su asiento para mirarte a los ojos, lo tomas de la cintura y lo besas, se sonroja, piensas que se ve tan lindo pero llega a tu mente el viaje, y se lo comentas, su rostro cambia, se llena de preocupación y terror, sus lagrimas empiezan a correr y desesperadamente te dice que no te vayas que no soportaría perderte y te abraza sin soltar su rosa blanca, le dices que no hay vuelta atrás que ya todo está decidido, y el, resignado, toma su mano y con una de las espinas de la rosa se rasga un poco su dedo índice, tu preocupado tratas de ver su herida pero el te aleja, hace que su sangre caiga a la rosa tiñéndola de rojo, te la da, y dice que con ella te promete su eterno amor y que te esperara para siempre, tu le prometes que volverás y el te sonríe , ¡ oh si! Una de esas sonrisas que te vuelven vulnerable, que te debilitan, que tienes miedo a no volver a ver

Tienes que partir a la mañana siguiente, sales del cuarto seguido de tu ángel, llamas a uno de los criados y le pides que te traigan dos cofres y que uno de ellos lo llenen con joyas y oro y el otro que se más hermoso que el anterior pero vacio, el criado pide permiso para retirarse y enseguida te trae los cofres.

A la atenta mirada de tu amado, una vez teniendo los dos cofres, coges el que está vacío lo abres y pones la rosa para luego cerrarlo, bajas rápidamente al establo con los dos cofres, alistas a tu mejor caballo y pones los dos cofres en él.

Deidara se te acerca un poco y tu rápidamente lo abrazas por la cintura, se sonroja y tu sonríes al mejor estilo Uchiha, el aun  es tan inocente, le besas y lo arrinconas contra una d los corrales vacios del establo, le quitas su hermoso vestido blanco que por  la única razón que lo usa es porque tu se lo pediste, aunque al principio no le gustaba la idea a la final le toco acostumbrarse, además no le diste muchas opciones, o se vestía con los hermosos vestidos que le dabas de color azul dorado y blanco con diferentes diseños, o  andaba desnudo en tu cuarto y pobre de él si tu llegabas le dolería su trasero por semanas, aunque ahora eso no hace mucha diferencia de todos modos lo tomas a tu antojo y el después te reclama de lo pervertido que eres y que finges ser serio, que solo te escondes con tu mascara de frialdad.

Lo llenas de besos y en un momento ya están desnudos, lo preparas y lo proclamas como tuyo, el solo sonrojado gime para ti, entre besos y carisias ambos llegaron al orgasmo tu dentro y el entre los pechos.

Tu ángel exhausto te abraza y tú con la fuerza que te queda lo vistes y te vistes, como a una princesa lo cargas y el te hace un puchero y quedas encantado. Lo llevas a tu cuarto ya siendo de noche lo recuestas en la hermosa y muy grande cama tendida con sabanas de seda roja y negra, tu hermoso ángel las quería de otros colores para que se viera con mas luz pero tú, decidiste pintar las paredes de negro con cortinas rojas, le diste un aspecto muy lúgubre, pero era que para cuando entraras al cuarto lo primero en que te fijaras fuera en Deidara.

Cuando lo vez recostado en tu cama con su carita de ángel, sonrojado con los ojos cerrados y quieres volverlo a hacer tuyo, pero piensas en tu viaje as qué prefieres descansar, te pones tu ropa para dormir y alistas tu traje y armadura para el otro día, te acuestas y piensas en abrazar a Deidara pero antes que puedas hacerlo se levanta le quedas viendo extrañado se voltea y te sonríe inocentemente, se quita su ropa frente a ti, lo admiras, con tu fuerza d voluntad te contienes de tirártele encima, te sigue sonriendo y se pone su pijama, es un camisón azul cielo bordado de dorado que le llega hasta la mitad de la rodilla, se acuesta a tu lado te abraza y antes de caer dormido te dedica un muy tierno te amo seguido d un pequeño beso.

 

Le abrazas y tú también caes dormido. Empiezas a soñar, el día en que lo conociste vestido de blanco en la montaña, estabas cazando con tu hermano Sasuke, te acercas al rio para beber un poco de agua y tu hermano y tu lo ven, sentado en la orilla del rio con una bata blanda bordada de azul oscuro, su cabello dorado y largo y esos ojos azules que muestran toda la belleza del mundo reunida en ellos, sus labios rosa, su sonrisa quedas embobado soñando que solo están tu y el.

Te acercas con cuidado, pisas una ramita y él se da cuenta de que estas allí se asusta por tu arma pero segundos después cambia su expresión, muestra una mirada decidida y pregunta quién eres, tu mostrando falsa molestia mesclada con arrogancia te presentas como el príncipe Itachi Uchiha, sorprendido se sonroja y te pide disculpas y te da la espalda para luego empezar a caminar.

No querías dejarlo ir quedaste tan encantado, corriste hacia él y lo atrapaste en un abrazo se sonrojo y pidió que le soltaras pero tú no le hiciste caso, lo volteaste para que te mirara y le preguntaste su nombre, a lo cual respondió con una gran sonrisa y dijo “un gusto, Deidara” no pudiste pensar mejor nombre para alguien con tanta belleza.

Le pediste que fuera contigo al castillo tu hermano que todo el tiempo había estado detrás tuyo se sorprendió pero no dijo nada, Deidara soltándose de tu agarre te dijo que no podía tenia a un hermano que cuidar y salió corriendo, lo empezaste a perseguir pero lo perdiste de vista en el bosque fue algo que no podrías alcanzar y te desesperaste, aunque,  ya después lo buscarías de nuevo.

En ese momento despiertas y vez que ya es hora de partir, sientes que te están abrazando y lo vez junto a ti, aun está dormido, te levantas soltándote cuidadosamente de su abrazo para no despertarlo, pero es un intento inútil, se despierta, estira sus brazos y bosteza un poco, según tu se ve adorable, se restriega sus ojitos pareciéndose a un niño, ya tu levantado sueltas una risita, ¡que milagro!, el es el único que te hace reír o hacer este tipo de cosas, te mira y sonríe para luego bajar su mirada, sabes perfectamente que es por el viaje.

Te acercas, le besas y él se levanta y se dirige al baño, lo empieza a preparar para ti y tu le dices que lo deje y llamas a cualquier criada que te prepare el baño.  Mientras la criada prepara tu baño Deidara sale y tu ni cuenta te das.

Te bañas, te cambias y sales a la puerta del palacio, tu caballo ya está listo y observas tus cofres, tu ejército está formado y te inunda la tristeza por no poder despedirte de tu amor.

¡Sorpresa!, lo viste en un caballo blanco, tenia puesta una armadura, te mira y baja del caballo diciéndote que ira contigo, lo piensas un segundo y te llega una imagen de él muriendo en tus brazos, te pones serio y le dices que no ira, ordenas que lo entren al palacio entre varios lo agarran y lo llevan a la puerta del palacio, vez como trata de zafarse.

Subes a tu caballo, le das la última mirada a tu ángel y te vas. Te adelantas un poco mientras tus soldados se despiden d sus familiares, te adentras en el bosque y llegas a una pequeña cueva la cual fue adaptada para parecerse a una casa, te bajas del caballo y tocas la puerta que fue hecha improvisadamente con retazos de madera y el viejo ermitaño de cabello largo blanco te abre, te saluda amablemente lo saludas igual te pregunta por sus nietos, le respondes que Deidara y Naruto están bien, te hace seguir pero dices que no y le dices que necesitas un favor el se sorprende pero igual acepta, vas a tu caballo coges los cofres y se los das, el los mira extrañado dijo que desconfiaba de ellos, podrían tener alguna brujería o maleficio, así que te pidió abrirlos.

Abriste el primero el que tenia joyas y oro, no querías abrir el segundo, temblaste y te sudaron las manos sacaste valor y lo abriste, una hermosa rosa roja estaba allí, se veía hermosa y viva, el ermitaño la miro intrigado pero igual acepto guardarla, le dijiste que guardara los cofres en un lugar del cual tu también supieras su ubicación, el acepta y te da unas referencias, le dices que no importa lo que pase que no entregara el cofre con la rosa y si algún bandido quería robar los cofres entregara el de las joyas, Jiraiya te dijo que no te preocuparas que las únicas riquezas que buscaron hace un tiempo y el tenia a su disposición se las habían llevado ya tú y tu hermano, desde allí los bandidos no volvían por este lugar, sonreíste en tus adentros sabiendo de que riquezas hablaba.

Jiraiya pregunta la importancia de la rosa, le respondes diciéndole que es un regalo de Deidara, querías llevártela a la batalla pero no soportarías dañarla ya que está teñida de rojo por la sangre de tu ángel, la promesa del eterno amor representada en ella la pureza de su color original a un rojo, el recuerdo de alguien que te espera.

El ermitaño te sonrió, al fin y al cabo era de su querido nieto del que tú hablabas. Empezó a cavar para luego enterrar los cofres te deseo buena suerte se despidieron y subiste a tu corcel y partiste a la batalla.

 

Tres largos años luchando, muerte, dolor, angustia y desesperación. Ahora vuelves con una gran victoria pero eso no te importa solo quieres ver tu rosa, ver la promesa de tu ángel, vas o más rápido que puedes al bosque donde está el ermitaño, llegas y tocas a su puerta, él como siempre te saluda amablemente sacando una pala, parecía que ya te estuviera esperando, empezaron a cavar y el te felicito por la guerra ganada, no le contestaste nada. Después de un rato sacaron el primer cofre, reconociste que era el de las joyas y el oro, desesperado seguiste cavando, unos minutos después encontraste el segundo cofre, te tranquilizaste y pensaste que qué caso tenia desesperarse por una rosa la cual ya debería haberse marchitado, aun así viste el cofre lo que viste te impresiono. La rosa estaba intacta y el ermitaño empezó a reír. Le miraste interrogante y el con una sonrisa te dijo que no creías en el verdadero amor, o al menos no sabias su poder, en ese momento entendiste que la sangre de Deidara haría que la rosa estuviera viva mientas el te amara. Te alegraste, le regalaste los cofres a Jiraiya y te llevaste solo la rosa, fuiste lo más rápido a tu castillo. Llegaste viendo a los soldados que sobrevivieron, eran casi la mayoría, y todos estaban reuniéndose con sus familias, todos te abrían el paso para que tú y el caballo pasaran, veías a las familias d los soldados muertos llorando desconsoladas, se veía su sufrimiento en los rostros.

Y entre todo ese dolor y desconsolación lo viste, una ángel calmando a las pobres familias y además buscándote, tenía un hermoso vestido dorado con encajes azules, en su rostro se veía la preocupación, te bajaste del caballo y alzaste la rosa a la altura de tu pecho, te seguían abriendo paso, el no te veía por k estaba mirando hacia el otro lado dándote la espalda y lo abrazaste, dio un pequeño salto y volteo a verte, sorprendido te dio una gran sonrisa, te abrazo y empezó a llorar, te preocupaste y delicadamente tomaste su barbilla para mirarlo bien.

Aunque sus lagrimas corrieran sin parar su sonrisa no se borraba, te dijo que te extrañaba mucho, le diste esa sonrisa que solo los Uchiha saben dar y lo besaste, un beso tan dulce, de esos que extrañaste tanto, de esos que te hacían viajar a otro lugar donde solo estaban tu y el. Le diste la rosa, le limpiaste las lagrimas y el te volvió a sonreír.

Tu padre te felicito por tu victoria, Deidara estaba a tu lado sonriéndote. Se celebro una gran fiesta, ibas a bailar con tu ángel pero no lo viste por ningún lado, se acerco uno de tus sirvientes y te entrega una nota la cual era de Deidara.

Rápido subiste al cuarto en el que te indicaban en la nota, no creías que fuera verdad, abriste y te quedaste impresionado, allí estaba Deidara alzando a una pequeña niña de no más de dos o tres años, su cabello igual de dorado al de Deidara y sus ojos iguales a los tuyos, negros como la oscuridad de la noche, sin embargo aun mostraban demasiada inocencia.

Tantas emociones se te cruzan, te acercas y Deidara te la da para que la cargues, ella te llama padre y te sientes el hombre más feliz del mundo, Deidara y la niña sonríen, tienen la misma sonrisa, impresionado la abrazas, la chiquilla te corresponde, le preguntas su nombre y ella con su voz inocente y tierna te dice “me llamo Sora”, te quedas serio, Deidara cambia su cara de felicidad a una de preocupación, pensando que tal vez no te había gustado el nombre, pero tu dedicaste una pequeñísima sonrisa y les dijiste que era un nombre hermoso, pero que faltaba algo.

Llevaste la pequeña a la fiesta, para todos Deidara solo era un criado mas, aunque uno solo para ti y demasiado especial, lo trataron como si de príncipe se tratase.

Deidara siguiéndote y todos mirándote por qué tenias a la pequeña alzada, tu padre no fue la excepción y se alegro de ver a su nieta junto a ti pero no lo demostró, y como desde cuando nació y siempre que la veía pensó que era muy parecida a Deidara con algunos rasgos de Mikoto y volvió a sonreír para sus adentros, ya sabía que la ibas a presentar como tu hija.

Llamaste la atención de los que faltaban por que todos te estaban viendo, y presentaste a pequeña  Sora como tu hija y heredera, Deidara sonrió aun mas y acabaste de decir orgullosamente el nombre de la nueva Uchiha, Sora Uchiha.

Pero ahí no acaba todo, tu aun tienes algo que hacer y aprovechando que aun tenían la atención puesta en ti dijiste que tenias algo más que anunciar y como siempre tu padre adivino que sería pero no dijo palabra alguna y mostro una pequeñísima sonrisa que apenas y se notaba, después de todo el también había anunciado así su boda con su querida Mikoto que en paz descansando esta.

Tu hermano Sasuke que estaba con su esposo el hermano menor de Deidara, Naruto. Recordaste su anuncio de boda y de ese pequeño recuerdo sacaste aun más fuerza para anunciarlo. “Deidara”, le llamaste, dejaste de cargar a la niña y ella se alejo un poco, a pesar de la corta edad que tenia entendía bien algunas cosas, sin duda era muy inteligente.

“Deidara” le volviste a llamar, el se te acerco un poco más, “Deidara, ¿te quieres casar conmigo?”, le dices mientras tomas su mano y te arrodillas, tu ángel impresionado trata de procesar tus palabras, te sonríe, y te dice” a-acepto amor” de allí todos celebran y algunas chicas lloran de envidia, aunque de la buena, bueno no tanto.

La fiesta continua y tu padre se te acerca con una pequeña cajita te la da, la abres con una sola mano ya que la otra sigue sosteniendo la de Deidara, es un añillo, el mismo  que tu padre le dio a tu madre el día d su compromiso. Te levantas y le colocas el anillo a Deidara. Se abrazan y Sora se acerca, Deidara se separa y la levanta, llevan a su pequeña a que duerma, luego se van a su cuarto y se demuestra todo el amor que se tienen.

Los días pasan, llega tu boda, la fiesta, tus espectaculares noches, tu esposo e hija, todo es tan maravilloso, se diría que tu vida es perfecta y ahora que lo piensas, no habrías tenido eso si hubieses muerto. Miras a una esquina de tu cuarto en el que ahora estas con el ser que tanto amas, descansando de la noche anterior. Vez el jarrón y en él la rosa, la que te mantuvo vivo, la que representa el amor, la representación de tu vida, la vez allí como recién cortada y sonríes pensando que tu vida se la debes a un rosa.

FIN ^^  

 

Notas finales:

T_T mi cuentita

 

un RR no hace mal a nadie ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).