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Underneath My Christmas Tree por YukaKyo

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Notas del fanfic:

Underneath My Christmas Tree

 

 

 

Debes de saber que, 鋼の錬金術師o también ハガレン,  es © de Hiromu Arakawa, Square Enix, MBS, ANX, Bones.

 

Y que yo soy YukaKyo la creadora de este escrito y el © es de mi Propia Autoría. Pero la idea es de Super Drive0

 

Con la pareja RoyxEd por defecto xDDDD

 

También que quiero que recuerden la  LIE (Ley de Intercambios Equivalentes) aquí y por única ocasión ¡Vale madres! este es un fic de regalo y ya! Por lo tanto no es necesario que dejen revi, pero si quieren hacerlo no me quejare xD

 

Justificación: Este es el especial de regalo de navidad de Single Lady, pero no había forma de justificar la navidad en un tiempo relevante en la historia, así que he creado otra aparte D:  Espero no se molesten por ello Dx y les agrade aunque sea un poquitín esta. Es un minific, así que ni crean que va a durar mucho, termina para navidad C=

 

 

 

Ahora si a leer se ha dicho!

Notas del capitulo:

Underneath My Christmas Tree


 


Debes de saber que, 鋼の錬金術師o también ハガレン,  es © de Hiromu Arakawa, Square Enix, MBS, ANX, Bones.


Y que yo soy YukaKyo la creadora de este escrito y el © es de mi Propia Autoría. Pero la idea es de Super Drive0


Con la pareja RoyxEd por defecto xDDDD


También que quiero que recuerden la  LIE (Ley de Intercambios Equivalentes) aquí y por única ocasión ¡Vale madres! este es un fic de regalo y ya! Por lo tanto no es necesario que dejen revi, pero si quieren hacerlo no me quejare xD


Justificación: Este es el especial de regalo de navidad de Single Lady, pero no había forma de justificar la navidad en un tiempo relevante en la historia, así que he creado otra aparte D:  Espero no se molesten por ello Dx y les agrade aunque sea un poquitín esta. Es un minific, así que ni crean que va a durar mucho, termina para navidad C=


 


Ahora si a leer se ha dicho!


 

:3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3 :3


 


Tu si vas a escucharme ¿Verdad Santa?


 


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1 de 3.- Mi único deseo


 


Había soltado un bufido desesperado que rápidamente se convirtió en una voluta de vapor blanco. Estaba haciendo un frio de los mil diablos y el automail comenzaba a calarle, pero prefería mejor esta afuera que dentro de su habitación del hotel completamente solo. Al había salido y no había querido llevarlo con él, una cosa rara pero no imposible y él no había insistido.


 


Además tenía una buena compañía sobre su cama. Mínimo dos hileras de libros que eran interesantes. Pero solo uno había querido tomar de todos y el mismo lo había puesto tan nervioso y estresado que simplemente como acto de reflejo lo saco para las calles nevadas que recorría.


 


Edward se detuvo a mitad de la calle. Las aceras no estaban vacías aun y cuando el frio calara fuerte, parecía que la incomodidad y la nieve no eran problema alguno para aquellos tontos enamorados que caminaban tomados de las manos en todas las direcciones posibles. El rubio gruño jalándose los pelos hastiado y con furia.


 


¡Aquello era el colmo!


 


Había dejado la maldita habitación del hotel porque justamente en eso en lo que no había dejado de pensar desde que Al había salido y que el único libro que le interesaba realmente le podía dar la única solución a todo aquello. Aun y cuando fuera tonto, estúpido y sencillamente infantil.


 


Volvió a levantar la vista contemplando a una pareja aminada que iba delante de él. La risa empalagosa y dulce de la chica le lleno los oídos y la amabilidad y caballerosidad del chico le hizo volar los sentidos. Él quería algo así, necesitaba algo así. El rubio negó una y otra vez mientras los observaba alejarse dirigiéndose tal vez a algún lugar más cálido y acogedor donde podrían conversar tranquilamente.


 


¿Por qué simplemente no podía tener una pareja como todos ellos?


 


Edward se dejó caer en la nieve sobre la acera, llenándose del húmedo hielo el pantalón de cuero y su capa roja. Siempre viendo por los demás. Siempre preocupado por cumplir los deseos de alguien mas olvidándose de si mismo. Ya era suficiente. Ahora que deseaba realmente algo iba a tenerlo a como diera lugar.


 


Aun y cuando los feriados nunca le traían nada bueno. Pero ese libro decía que aquella fecha era diferente. Más que un cumpleaños, más que el San Valentín, mucho más que cualquier otra. Tan solo tenia que creer y ciertamente ya lo hacia.


 


Aun y cuando fuesen más los niños quienes se dirigiesen a Santa para pedir un regalo en una noche como esa. Ed volvió a sacudir la cabeza. No importaba, pues ya estaba creyendo en el espíritu de la navidad.


 


Con nuevos bríos se levantó del suelo. Iba a hacerlo definitivamente lo haría. Había entregado parte de su infancia para tener un poco de madurez y ser tratado como un adulto y ahora cuando mas lo necesitaba pensaba en reclamar aquel tiempo de vuelta. Además estaba mas que justificado y siendo así.  Él podía ser infantil todo lo que quisiera.


 


Echando a andar hacia el hotel de nuevo, sonrió ilusionado como en mucho tiempo no lo había estado. Si recordaba bien, tenia papel, sobres y variados bolígrafos que le servirían. No había mucho que pensar. El rubio emitió una risita mientras sonrosaba levemente sus mejillas. Sabía exactamente lo que pediría.


 


Quería a alguien a su lado.


 


Alguien a quien amar, alguien a quien abrazar.


 


Ese era su único deseo y Papá Noel no tendría ningún problema con ello, de eso estaba mas que seguro. Tenía que darse prisa y escribir su carta. La mandaría por correo al Polo Norte, no tenía ni la más mínima idea de donde quedaba eso, pero seguro y estaba más allá del fuerte Bringgs. Pero tenia que darse prisa en redactarla y en encontrar un buzón cercano lo mas pronto posible, antes de que Al volviera y que tuviese que responder a sus preguntas extrañas.


*A* *A* *A* *A*


 


— ¿Navidad? — Preguntó incrédulo Maes mientras la armadura frente a él asentía y  se llevó una mano a la barbilla pensando en aquello. ¿Navidad? ¿Cómo era posible que aquellos chicos se acordaran de ella en esos días?


 


— Nii-san esta muy obsesionado con ello últimamente — La voz infantil de Alphonse con el eco de su armadura vacía resonó en la habitación — Aunque no me ha dicho nada al respecto, pero me di cuenta de ello por un libro que ha sacado de la biblioteca durante semanas. Le he echado una hojeada mientras duerme, pero tengo entendido que es una celebración que ya no se festeja más en Amestris —


 


— ¿Qué es navidad Papi? — la pequeña Elysia no pudo evitar preguntar aquello sentada desde el regazo de su madre.


 


— Si no mal recuerdo, mi abuela me conto alguna vez que su propia abuela la celebraba pero fue una costumbre que fue olvidándose en el trascurso del tiempo. Cuando una nueva religión surgió y cambio a la que la celebraba. Pero fue una época bonita donde se celebraba el nacimiento del salvador — Maes ante esto alzó una ceja incrédula ¿Edward creía en el hijo de dios? Aquello si que era extraño a menos que… — Pero no es eso lo que esta leyendo Edward ¿Verdad Alphonse? —  


 


— No — soltó rápidamente Al pues el personaje central de la Navidad que Edward tanto leía no tenia nada que ver con el sentido religioso de esta fiesta — Mas bien se esta concentrando en Santa Claus —


 


Maes soltó una carcajada abierta. Ahora si las cosas le quedaban ya mas claras.


 


— ¿Quién es Santa Claus Papá? — Elysia volvió a preguntar y su padre no tardó en contestarle.


 


— En Navidad, Santa un viejito rechoncho vestido en un llamativo traje rojo le trae regalos a los niños que se han portado bien en todo el año. O al menos eso era lo que se creía — Aunque bueno todo aquello había sido ficticio y mas que nada una táctica comercial. Lo curioso era que aunque aquella era una buena táctica de venta, no había pido seguir cuando la religión había concluido.


 


— ¿De verdad? — Los ojos de la niña se abrieron emocionados — Entonces me traerá muchísimos regalos, he sido una niña muy buena —


 


— Elysia — Graciel quería sacar del error a su hija, pero la niña ya se había más que emocionado y mirando preocupada a su marido, la mujer no pudo evitar pedirle ayuda silenciosamente con la vista.


 


Pero el hombre no negó aquello al contrario.


 


— Muchísimos cariño, porque has sido la más buena de todas las nenas — chilló Maes observando a su beba con adoracion y sacando de Dios sabe donde una camara que no tardo en flashear a su hija que ni sin una pizca de verguenza incluso poso para su padre, aquella escena solo hizo sonreír nerviosamente a la pobre de Graciel.


 


— ¡Qué bien! — casi grito Al levantándose del sillón donde había estado — Entonces podrán ayudarme con lo que voy a pedirles —


 


Ambos adultos se observaron perplejos ante la efusividad del chico, idéntica o tal vez un poco más efusiva que da de su propia nena. Sonrieron casi al unísono antes de girarse de nuevo hacia el menor de los Elrics asintiendo lentamente oyendo la clara risa del más pequeño de los hermanos.



*A* *A* *A* *A*


 


Edward se dejó caer en el escritorio pesadamente, su capa roja había terminado desordenada en el suelo y las hojas y las plumas estaban puestas desordenadamente en la madera de la mesa. Suspiró iba a escribirle una carta a Papá Noel. A su único salvador, al único que podría brindarle lo que más había deseado.


 


¿Por qué ya era el único que quedaba verdad?


 


No sabía exactamente en que momento el odio que había sentido durante mucho tiempo por su Coronel, se había convertido en algo más. Ni siquiera supo en que momento había dejado de gruñir al tenerlo cerca para suspirar y sonrojarse vergonzosamente cada que sus ojos oscuros le miraba. Le había costado aceptarlo pero se había enamorado. Y para joderla él ni siquiera lo notaba.


 


Seguía de mujeriego, burlista y arrogante, sacándolo cada vez un poco mas de sus casillas de lo que ya lograba hacerlo antes y que justo en el momento en que deseaba golpearlo, la intención se le iba si el muy idiota le sonreía. E incluso había terminado balbuceando como un imbécil cuando le echaba una de esas miraditas sugestivas que tan bien conocía.


 


Lo seguía odiando y a la vez lo quería por todo ello.


 


Había tratado en numerosas ocasiones de confesarle lo que sentía pero había fallado. Y había terminado ideando planes para declararse en alguna festividad amorosa que hubiera.


 


Pero seguía siendo lo mismo.


 


San Valentín no le había ayudado en lo absoluto. Pues sus flechas no habían arrojadas sido lo suficientemente certeras para robarle el amor de quien deseaba y el chocolate que había hecho con sus propias manos había terminado hecho un asco bajo su bota cuando se había dado por venció antes de querer entregarlo siquiera.


 


Y cuando Roy había cumplido años, no había hecho estupidez tras estupidez hasta arruinarle la fiesta sorpresa que todos le habían preparado con tanto esmero. Llevándose una tremenda regañiza que termino aderezada con un castigo cruel por semanas enteras.


 


Ahora solo le quedaba la navidad y con ella el mentado Santa Clos del que hablaba aquel libro. Había algo diferente en ella. Algo que lo llenaba de paz y de una esperanza como ninguna. Pues tal vez y Santa si pudiera traerle lo que él tanto deseaba. Podía lograrse el milagro y que Roy apareciera la mañana de navidad bajo su árbol como la tradición lo indicaba.



Aunque para ello primero necesitaba escribir la carta… o conseguir el árbol… tal vez adornar el cuarto… cantar algún villancico… conseguir un muérdago… trasmutar algunas esferas… Prender alguna vela o…


 


— Arggggg… ¡Esto se me esta complicando demasiado! — gritó el rubio sacudiéndose el cabello suelto con ambas manos dejándolo hecho un desastre — ¡Ya! Haré primero la maldita carta —


 


Tomó con violencia el primer lápiz que encontró y escribió como saludo lo primero que se le vino a la mente. Dejó que la punta de la pluma avanzara suavemente por la hoja y no pudo evitar sonreír estúpidamente mientras lo hacia. Iba a conseguir a Roy para navidad.



La sonrisa se acrecentó cuando termino de escribir su deseo y no le gusto para nada el espacio en blanco que quedo hasta antes de llegar a su firma. Así que escribió algunas cosas más que tal vez Santa podía cumplirle.


 


No estaba de mas… puede que incluso le cumpliera su capricho de ser mas alto.


 


¡Nunca se sabe!


 


Con cuidado doblo el papel y lo guardo en el sobre donde garabateó su dirección y la del destinatario, sin olvidar pegar los timbres correspondientes. Ahora solo tenia que llevarla derechito al buzón.


 


Aún estaba a tiempo de mandarla y se había portado muy bien en ese año…


 


Bueno, casi.


 


El rubio sudo una gota mientras recordaba todo lo que había hecho y que simplemente no podía catalogarse de buen comportamiento. En lugar de traerle a Roy Santa le iba a dejar un cargamento completo de varios camiones de carbón bajo su árbol que terminaría como una diminuta ramita entre todo aquello.


 


¡Edward lloriqueo dramáticamente!


 


Ok, no se había portado bien en el año. ¡Pero en esa semana lo había intentado! Y a duras penas lo estaba logrando, así que aquello tenia que contar y más que el doble del año.


 


Porque Santa era su única salvación y su única esperanza.


 


El rubio tomó la carta entre sus manos y la llevó al pecho donde la apretó contra su corazón. Con los ojos dorados miró hacia donde estaba el libro abierto y mostrando una colorida imagen que logro sacarle una sonrisa, como si le regresara la misma que el rechoncho hombre de mejillas sonrosadas le regalaba.


 


— ¡Por qué tu si vas a oírme! ¿Verdad Santa Clos? —


 


*A* *A* *A* *A*

Notas finales:

N de la Y: Hola! Aquí yo xD, bien no tengo mucho que decir solo que, si lo seee es malisimo, pero espero les haya gustado aunque sea un poquito y nos vemos en unas horas para el siguiente capi C: cualquier cosa, duda, sugerencia, aporte o reclamo! Díganmelo para responderles en el siguiente ^^ Besitos!


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