- ¡Estoy seguro de que no es un problema! Es más… podría ayudarme mucho, así cuando la encuentre ya lo sabré todo y me será más fácil conquistarla.- dije con total seguridad
- Claro, sabes Akira, lo que tienes es una adicción, una enfermedad.
- ¡No lo es!
- Cuando lo conozcas todo, nada será especial, Akira ¿Entiendes eso? Si la encuentras quizás ni siquiera la reconozcas…
- Sí…- tenía miedo, quizás ella podría aparecer frente a mis ojos y yo preferiría irme a revolcar con cualquiera
- Akira Suzuki, 22 años, adicto al sexo…- ¡Tonto, tonto! ¿Cómo caíste en esto?- Vendrás aquí, 3 veces a la semana y si de verdad quieres ayudarte a ti mismo, contrólate ¿Sabes los riesgos que tiene esto? Hay una infinidad de posibilidades de que te de alguna enfermedad de transmisión sexual, puedes provocar un embarazo no deseado, puedes…
- ¡Ya entendí!- no quería seguir escuchando a todo lo que me estaba arriesgando, yo estaba conciente de ello.
- ¿Quién te obligo a venir?- rió, haciendo énfasis en aquella palabra
- Takanori- sonreí al ver la cara de confusión del doctor o psicólogo ¿Es igual no?- es mi mejor amigo y dijo que no quería que me pasara nada, a veces me enternece su preocupación- dije sonriendo levemente- vi como el doctor arqueaba sus cejas de manera extraña
- Akira ¿Eres Hetero?- Dijo riendo con picardía, sentí los colores subir a mi cara ¿¡a que quería llegar!?
- ¡Claro que lo soy! Y-yo lo veré el miércoles- sin más salí de ahí ¿acaso era importante mi orientación sexual? No es que tuviera dudas… solo ¡ah!
Camine lentamente por el largo pasillo que separaba la sala del doctor y la sala e gente que te espera para preguntarte como te fue y si te acosaron demasiado, ósea la sala de Taka, más conocida como la sala de espera. Aun sin poder sacarme de la cabeza sus palabras “¿Eres Hetero?” ¿Acaso no se notaba? Supongo que lo decía por Taka, solo es mi amigo, pero ahora no puedo evitar cuestionármelo ¡Maldita sea! Ya tengo suficientes problemas como para ponerme a dudar sobre mi sexualidad a estas alturas ¿verdad? Llegue a la sala y ahí estaba Taka, jugando con sus dedos algo nervioso, su flequillo cubría su rostro ya que estaba con la mirada baja, bastante concentrado en lo que hacia, se veía tan adorable, podría haberlo contemplado por horas.
- ¡Akira! ¿Qué te dijo? ¿Estas bien? ¿Seguirás viniendo? ¿Puedo acompañarte? ¿Qué tienes? ¡Akira responde!
Y ese era solo el inicio del bombardeo de preguntas de Taka del cual obviamente no podría escapar y después de caminar eternos minutos hacia mi departamento termine de contarle mi largo, incomodo y por sobre todo muy vergonzoso diagnostico.
- ¿¡Adicto al –cubrí su boca con rapidez- sdahghjk!?
- Habla despacio Taka- le ordene entrando a mi departamento
- ¿Adicto al… sexo?- dijo esta vez casi en susurro, yo por mi parte estaba demasiado avergonzado para responder, por lo que solo asentí levemente.
- ¡Lo sabia! -¿Tan notorio era?- pero tranquilo Aki-chan, yo me quedare aquí a asegurarme de que no hagas nada
- No Taka, no es necesario yo…
- Tranquilo Aki ¡si quieres puedes masturbarte! – Dijo totalmente enérgico ¿Acaso sabe lo que dice?
- ¡Taka!- dije totalmente rojo- no digas estupideces…- dije evitando su mirada.
- Pero Aki-chan ¡La abstinencia te afectara! – dijo haciendo un puchero, tomo mi mano con suavidad y me guió hasta el sillón, abrió sus piernas y se sentó sobre las mías ¿Q-que intenta hacer? Rodeo mi cuello con sus brazos y recostó su cabeza en el espacio entre ellos – Por favor Aki-chan déjame cuidarte…- dijo con un deje de cansancio-
- Taka…- Susurre para mi mismo ¿Por qué era tan bueno? Siempre preocupándose más de mí que de él mismo, ¿Cómo podré agradecerte todo esto? ¿No estas cansado de mí? Ya estaba bastante confundido a estas alturas…
Un sueño enorme comenzó a invadirme por completo y note que Taka se había dormido sobre mí, no quería soltarlo… solo quería tenerlo a mi lado un poco más, lo abrace con más fuerza sin llegar a lastimarlo y bese sus cabellos.
- ¿Estarás conmigo para siempre?. Susurre inaudiblemente antes de caer rendido ante mi cansancio.