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Start all over por Nami Sonozaki

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Notas del fanfic:

Un nuevo fanfic salido de las profundidades de mi retorcida mente, inspirado ligeramente en el libro "Sin despedida" de linwood barclay el cual les recomiendo, es muy interesante... y trágico sobretodo trágico pero descuiden que mi historia no lo sera -o al menos no demasiado- jeje

De  un día para otro me sorprendió la rapidez con que cambian las cosas, es decir cuando sientes que te encuentras en el mismísimo infierno es difícil de creer que en solo unos meses ahora estés en el que podría ser el mejor de los paraísos.

Por ahora tan solo me dedicaba a disfrutar de las pequeñas maravillas que me rodeaban, la tranquilidad que se respiraba en el ambiente, la nueva vida que jamás pensé yo podía obtener.

Mi tranquilidad se vio repentinamente interrumpida por un sonido familiar que provocaba gran ansiedad y alegría a la vez. Me encontraba caminando pacíficamente en una pequeña plaza tan solo gastando el tiempo mientras la ansiada hora llegaba, justo en frente se hallaba una escuela secundaria lugar en el cual se encontraba la persona a la que yo esperaba; instantáneamente al escuchar el sonido del reloj situado en el edificio principal me apresure a atravesar la calle que me separaba de aquel lugar.

Decidí mantener un poco de distancia pues una gran cantidad de estudiantes comenzaron a salir presurosos, ansiando el poder disfrutar del día que marcaba el inicio del ciclo vacacional. Espere pacientemente hasta que lo vi justo detrás de toda la multitud eufórica, el tan solo caminaba lentamente y sin prisas con esa típica expresión suya tan despreocupada y gozosa de la vida, pude notar cómo me divisaba a lo lejos ante lo cual apresuraba el paso ligeramente ansiando poder estar cerca de mí, así como yo también quería estar cerca de él.

—Hola­­— su tono de voz sonaba ligeramente tímida al igual que la sonrisa que se dibujaba en su rostro.

 

—Hola­­— me acerque un poco más hacia él para darle un ligero abrazo ante lo cual él me correspondía aferrándose y acomodándose en mi pecho, mientras yo pasaba mis dedos entre sus   cobrizos cabellos despeinándolo un poco ­­—¿Y qué tal tu ultimo día de clases Matt? ­­—

 

 

­­­—ah… estuvo bien­­—me decía simplemente aun acurrucado en mi pecho y aparentemente sin intenciones de separarse, normalmente no era tan acaramelado al expresarse conmigo pero supongo que comenzaba a desarrollar una muy temprana nostalgia.

 

Aun cuando en verdad disfrutaba de este enternecedor momento con mi amado novio debía apurarme un poco, el hermano mayor de Matt, Ryuzaki me había pedido que lo recogiera de la escuela y lo llevara de inmediato hasta su casa y no era que él me asustara pero desde un principio siempre se había mostrado un poco incomodo por el hecho de que su hermano menor y yo tuviéramos una relación. Aun así nos apoyaba, muy disimuladamente pero lo hacía.

—tenemos que irnos o tu hermano me matara sino llegas pronto ­­—le hable tiernamente intentando que dirigiera su mirada hacia mí pero mis intentos parecían ser en vano – Matt… vamos­­— por fin había podido separarme de él, cuando pude notar como en su mirada se reflejaba una notable tristeza su cabeza permanecía baja y sus labios ligeramente abiertos  ante lo cual no pude resistirme y nuevamente me acerque a él esta vez tomando delicadamente su barbilla y alzando su rostro, me dirigí hasta sus delgados pero deliciosos labios acariciándolos suave y consoladoramente con los míos sentí como me correspondía ansioso mientras volvía a abrazarme y a envolverme con sus brazos, me sentía al borde del desmayo por lo cual empuje un poco a Matt para quedar apoyados en una de las paredes que rodeaban a la escuela, pero justo antes de que intensificara aun mas nuestro cálido contacto escuche una conocida voz llamándome de mi derecha.

—ahh disculpen jovencitos— se trataba de una de las profesoras de la institución, una de la cual tenía muy frescos recuerdos pues a pesar de que solo había estudiado un año en aquella escuela sí que me había ganado fama debido a mis problemas de conducta.

 

— ¿ah que tal va todo srita. Ridner?— intentaba no parecer muy nervioso a pesar de la situación tan comprometedora en la cual nos había atrapado.

 

 —Pues no me quejo  Mihael todo va muy bien especialmente porque ya no tengo problemas con niños revoltosos como tú, y en cuanto a Mail crees que podrías dejar de pervertirlo, aquí en público, en medio de la calle— en ese momento note como Matt se había sonrojado completamente e intentaba esconderse detrás de mi aunque no estaba funcionando muy bien ese plan suyo.

—Yo no estaba pervir…pervirtiéndolo nada mas estaba besándolo, eso es lo que hacen las parejas— sin querer también me había ruborizado en verdad quería que me tragara la tierra.

 

—Aja, bien no tengo nada en contra de que los jovencitos tengan su propia vida amorosa pero podía pedirles un poco de respeto en las áreas  de la escuela.

 

—Oh vamos srita. Ridner que hay de malo con un poco de libertad además yo ya no soy un alumno así que no puede castigarme y de hecho tampoco tengo que llamarla señorita que tal solo Haley— intente defenderme un poco usando mi siempre altanera personalidad la cual me había salvado un par de veces cuando estudiaba aquí.

 

—No Mihael, no puedes llamarme así— me decía mirándome fijamente con una sonrisa un poco forzada.

 

— ¿Y por qué no?— tan solo me atreví a decir.

 

—Porque mi primer nombre es Halle—parecía algo molesta lo cual me estaba divirtiendo de sobremanera. Note entonces que Matt se alejaba un poco obviamente esto le incomodaba demasiado.

Preferí dejar los juegos de alumno contra maestro y enfocarme en lo que de verdad me preocupaba.

 

—Mi error lo siento. Y que puede decirme sobre Matt, ¿Qué tal le ha ido? —esta vez intentaba sonar un poco más serio, en verdad me preocupaba como había estado estos últimos días.

—Pues académicamente le va muy bien como siempre pero, últimamente parece algo decaído. He hablado con él pero realmente no me dice demasiado y tan solo se guarda para sí mismo sus frustraciones— ella también parecía preocupada y como no iba a estarlo, Halle…la señorita Ridner siempre había sido la clase de maestra que se involucra demasiado con sus estudiantes, podías confiar en ella tal como si se tratara de una segunda figura materna o en mi caso la única que pude conocer.

 

—Creo que eso es por mi culpa, en unas semanas me iré de la ciudad para comenzar la universidad y creo que no lo ha tomado muy bien—mi mirada permanecía observando el suelo al decir esto, Matt me había dicho varias veces que no importaba mucho, que estaba feliz por mi pero yo sabía que en realidad eso lo entristecía demasiado.

 

—Claro, uno de mis colegas en la preparatoria me conto que fuiste aceptado en la universidad de Londres, en verdad me alegro por ti Mihael— su rostro parecía muy sincero al decirme esto a pesar de los problemas que tuvimos ella siempre me aprecio como alumno y me ayudo demasiado cuando fui su estudiante —Bueno creo que debo irme, ya son vacaciones pero los profesores aun tenemos mucho trabajo, felicitaciones y cuídate mucho, también a Mail cuídalo— mi asustado pelirrojo se encontraba un poco distante de nosotros recargado contra un auto estacionado en la acera, reacciono un poco cuando noto que la mujer rubia le dedicaba una sonrisa y un ademan con la mano a manera de saludo y despedida, el tan solo sonrío tímidamente aun ligeramente sonrojado.

 

Me despedí de ella y me aleje lentamente para dirigirme hasta donde Mail se encontraba.

 

—Quieres que comamos algo—pensé que tal vez si lo llevaba a pasear un rato le regresarían los ánimos.

 

—Que no dijiste que tenías que llevarme con mi hermano—Matt se mantenía un poco inexpresivo y con la mirada perdida.

 

—No sería la primera vez que te “secuestro”, ¿verdad? —me coloque a su lado sonriéndole, intentando que me mirara parecía que trataba inútilmente hasta que el accedió a devolverme la sonrisa, una dulce sonrisa que apreciaba completamente. Me acerque y lo bese en la frente al tiempo que pasaba mi mano sobre su fleco despeinándolo un poco consiguiendo que soltara una muy sutil risita.

 

Ambos nos encaminamos hasta el otro lado de la calle para abordar en mi auto el cual había estacionado frente al parque en cual había estado esperando hasta que Matt saliera de sus clases. Abrí la puerta del copiloto para que el entrara, una vez estuvo dentro volví a cerrarla suavemente y me encamine del otro lado para esta vez entrar yo. Encendí el motor para poder iniciar el trayecto, ambos nos mantuvimos en silencio durante un rato hasta que tuve que detenerme en una luz roja, decidí aprovechar entonces para al menos romper un poco la tensión del ambiente pero antes de pronunciar siquiera una palabra el soltó un ligero suspiro y manteniendo la vista al frente comenzó a hablar temblorosamente.

 

—Sabes… cuando te vi en la entrada, ahí esperándome no pude evitar pensar en lo mucho que voy a extrañar tus sorpresas—nuevamente dio otro pesado suspiro el cual más bien parecía un sollozo—después de todo esta fue la última vez en que te veré cuando salga de la escuela, ¿cierto?

 

La luz del semáforo había cambiado en ese momento por lo cual tuve que avanzar y reprimir las ganas que tenía de abrazarlo y besarlo, de verdad me sentía terrible, intente buscar un lugar donde estacionarme y finalmente divise un punto muy cerca de un pequeño restaurante me acerque y hábilmente conseguí acomodar el auto en ese espacio.

 

Pero antes de que ambos saliéramos decidí, o al menos quise tratar de decirle algo consolador, con ese ánimo seguramente ni siquiera sentía hambre así que era mejor hablarle ahora.

 

—Oye, nada va a cambiar cuando me valla aun así seguiremos hablando—le hablaba tan tiernamente como me era posible, y no era que siempre fuera frío o malo con el pero no me acostumbraba al hecho de portarme así con alguien aun con mi amado pelirrojo—Si estaré lejos pero no por eso lo nuestro va a cambiar—acerque una de mis manos hacia su mejilla y la acaricie delicadamente, pase hasta su mentón logrando que me dirigiera una muy brillosa mirada producto de las lagrimas acumuladas en sus bellos ojos esmeralda.

 

—Además, si es cierto que ya no podre buscarte después de clases ni podremos fugarnos para que tu hermano se moleste pero, si voy a estar aquí para cuando te gradúes—al momento de decir esto el levanto un poco su rostro debido a la sorpresa, había logrado que su mirada se iluminara un poco.

 

—De veras—su voz  sonaba aun muy tímida pero con un gran toque de alegría.

 

—De veras—me acerque un poco más a él manteniendo fijas nuestras miradas—Ese será un día muy especial para ambos  y además estoy ansioso por ver lo tierno que te veras cuando uses un traje en tu baile, te veras adorable— y nuevamente las mejillas de mi dulce pelirrojo volvieron a pintarse de sutil rubor carmesí, a el de veras le gusta provocarme.

 

—Tu… también te veras bien usando uno— su mirada ahora se dirigía al lado contrario a la mía, intentando esconder un poco su rostro después continuo hablando con su voz ahora un poco insinuante y sin rastro alguno de tristeza —y…bailaras conmigo— me miro de reojo casi suplicando por que contestara afirmativamente.

 

—Por supuesto— esta vez ya no pude resistir más los impulsos provocados por mí adorado novio y me acerque para besarlo efusivamente, no tuve que hacer demasiado pues aparentemente él pensaba  lo mismo que yo y también se aproximo hacia mi abrazándome por el cuello y permitiendo el tan ansiado contacto de nuestros labios, dirigí una de mis manos a sus sedosos y rojos cabellos acariciándolos con gran ansia mientras que mi otra extremidad lo atraía más hacia mí abrazando su espalda  y recorriéndola traviesamente. Sin embargo pronto tuvimos que detener nuestra hermosa muestra de amor pues, por segunda vez en el día, nuestras “caricias” fueron interrumpidas pero ahora no por alguien sino por algo y eso era el molesto sonido producto del timbre de mi celular ya podía imaginar de quien se trataba así que sin más por hacer me separe a fuerzas de mi amado para contestar amargamente al llamado de “la ley”.

 

—Hola—dije pesadamente, esperando mi regaño del día.

 

—Mello, ¿Dónde rayos estás? ¿Y Matt? Te pedí que lo trajeras de inmediato que demonios le vas a hacer ahora— se trataba de nada más y nada menos que de Ryuzaki, el hermano mayor de Matt y mi pesadilla número 1 con ojos de panda y adicción al azúcar, bien sabía que su odio y aparente desprecio por mi persona eran debido a lo sobreprotector que era con su hermano pero, aun así no podía evitar hacer cualquier pequeña tontería con tal de hacerlo enojar eso se había vuelto, después del chocolate, mi pasatiempo favorito.

 

—Relájate, Ryu— le decía muy descaradamente—Matt está bien, solo decidimos salir un rato—así, sin más que una gran e insolente sonrisa me atrevía a contestarle a mi “suegro” por así decirlo.

 

—Mihael más te vale que lo traigas pronto o si no…—no tenía demasiado ánimo para seguir con mi juego así que decidí terminar con esto antes de empeorarlo aun más.

 

—Te lo devuelvo al rato— sin más por decir corte con la llamada dejándolo más que furioso y obviamente con uno o dos sermones los cuales no estaba dispuesto a escuchar de momento.

 

—ah ese era mi hermano, ¿verdad? —tan solo atino a preguntar Matt con un poco de nerviosismo.

 

—Si—conteste mirándolo con una sonrisa un tanto burlona.

 

—Bien—se volteo para abrir la puerta del auto no sin antes dirigirme una mirada de complicidad—Quieres pasear un rato—una gran sonrisa se dibujo en su rostro.

 

—Por supuesto—por ahora tan solo me dedicaría a pasar el tiempo con el, aun mientras ambos podíamos estar juntos, aunque si estaba seguro de algo era que por nada del mundo podríamos separarnos, ni las distancias, ni la gente, ni siquiera mi aterrador amigo alias hermano mayor de mi novio, como sea estaba seguro que Mail y yo aun teníamos mucho por vivir.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero cualquier comentario o crítica constructiva n_n


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