En las noticias, los reporteros anunciaban la destrucción total de una casa hogar en Londres. Un incendio que había arrasado con todo. Muriendo así todos los que ahí se encontraban, niños y encargados del lugar.
En una habitación oscura, un joven pelinegro observaba consternado aquel desastre. La noticia lo había afectado en cierto modo, temblando. Sostenía con fuerza la parte superior del asiento frente a el. Parecía que estallaría en cualquier momento. Una mano, arrugada y servicial, apoyada en su hombro. Le hizo entender, que aquel hombre mayor estaba a su lado.
- No te preocupes, Ryuuzaki. Todo estará bien.
- Watari.
No soportaba aquella situación. El amable anciano acarició su cabeza, tratando de brindarle calma y confort.
- ¿Crees que haya sido obra de Kira?
Matsuda habló para preguntar.
- ¿Conoces ése lugar?
Watari y Ryuuzaki se miraron un segundo, cuando el más joven agachó su cabeza. El mayor habló.
- Creo que ya no tiene caso ocultarlo.
Ryuuzaki contestó a la pregunta, con voz afligida y apagada.
- Era mi hogar.
Todos quedaron sorprendidos. Matsuda, fue quien nuevamente habló, con consternación y sorpresa.
- ¿Eres huérfano, Ryuuzaki?
Justo cuando mencionó aquello, Watari pareció sufrir un repentino agotamiento y cayó al suelo. Ryuuzaki no soportó más y entre lágrimas suplicó a su anciano mentor.
- Watari, no me dejes… Watari, no me hagas esto… Watari… WATARI!!!
Las lágrimas se juntaban en sus ojos vidriosos, listas para salir. Todos miraban aquello y simplemente no lo podían creer. Light parecía tan sorprendido como todos los demás. Ryuuzaki parecía desesperado por no perder a su mentor, lo único que le quedaba en el mundo.
Minutos después, Watari yacía en una cama. Ryuuzaki había regresado a la sala de investigación. Todos lo miraron con esa expresión serena, como si nada le hubiera afectado.
- Ryuuzaki, deberías estar con Watari. No creo que seas capaz de hacer el trabajo en ése estado.
Anunció con preocupación el señor Yagami. Ryuuzaki tecleaba pero algo parecía diferente. Parecía distraído y con movimientos algo torpes.
- Mi prioridad es estar en mi trabajo. Soy capaz de manejar esto.
Matsuda entró a la habitación con una mirada desalentadora. Miró a todo el grupo y después se dirigió a Ryuuzaki.
- Ryuuzaki, Watari quiere verte, y a los demás. No se ve bien, creo que va a…
Ryuuzaki se detuvo en seco y se levantó de su asiento, quedándose estático por unos segundos antes de dirigirse a donde se encontraba su anciano guía reposando. Al entrar a la habitación, Watari lo esperaba, cansado y casi sin fuerzas para seguir. El pelinegro se acercó a el, lentamente hasta estar a su lado. Lo miró, con ese semblante triste que no mostraba jamás a nadie y que ahora, por vez primera no podía evitar dejar que saliera a la vista.
- Watari…
El chico, tomó su mano con cuidado y miedo. El anciano lo miró comprensivo.
- Ryuuzaki, quiero que sepas que todo estará bien.
- Watari, no me dejes, eres todo lo que me queda en el mundo.
- No te preocupes. Escucha, quiero que te cuides. Quiero hablar con el resto del grupo. Por favor, hazlos pasar y que esperes afuera.
- Si, lo que tu digas.
El chico salió y miró a todos antes de decir.
- Watari los espera. Quiere hablar con ustedes.
Todo el grupo, incluyendo a Light, entraron, mientras Ryuuzaki se quedaba afuera, caminando hasta la pared y recargando sus manos en el frío, con su cabeza gacha, con una pequeña lágrima asomándose sin llegar a caer.
Todos estaban reunidos, esperando escuchar lo que el moribundo tenía que decir. Con voz débil y cansada, Watari habló a los presentes.
- Escuchen, deseo que cuiden a Ryuuzaki. No tiene a nadie en el mundo.
Todos parecían sorprendidos por tales palabras. Watari continuó.
- Puede parecer fuerte, pero es más frágil de lo que parece. Puede lastimarse con facilidad, aunque por su orgullo trata de parecer que nada le afecta.
Todos estaban estáticos. El anciano continuó hablando.
- Quisiera hablar con el señor Yagami a solas.
Todos se retiraron.
- Matsuda, tu también quédate.
El joven obedeció y caminó al lado del anciano.
- Matsuda, quiero que protejas a Ryuuzaki. Siendo el miembro más joven después del joven Light. Quiero que estés junto a el en todo momento, que trates que sean amigos. Eso le ara bien ahora que más lo necesita.
- Si, lo are.
- Muy bien. Ahora, quisiera hablar con el señor Yagami a solas.
- Si.
Cuando el joven salió de la habitación, y quedaron solos ambos mayores, el moribundo comenzó a hablar con una voz cada vez más débil y distante.
- Señor Yagami, siendo usted un padre de familia, le suplico que… Ryuuzaki está solo en el mundo, quiero que lo cuide.
Ambos se miraron y con una determinación en los ojos del mayor moribundo, habló serio.
- Dígale, que éste ha sido su último caso, que no continúe investigando. Se que lo logrará encontrar al culpable y no es por que dude de sus capacidades, si no por que se que no lo logrará, quiero que se aleje de todo esto y que viva feliz. Le diré algo que debe prometerme no decirle a nadie, en especial a Ryuuzaki.
Después de un largo rato. Todo parecía llegar al fin. Soichiro Yagami, escuchaba con atención las palabras del mentor de Ryuuzaki, quedando sorprendido por todo lo que había escuchado. Watari le habló una vez más.
- Quiero que Ryuuzaki tenga una vida normal, al menos por una vez en su vida. Protéjalo.
- Si, lo are.
Y con esa promesa, Watari murió. Soichiro salió de la habitación dispuesto a dar e triste anunció. Todos lo miraron y Matsuda preguntó.
- ¿Cómo se encuentra el?
- Ha muerto.
Ryuuzaki, parecía que no se había movido de su lugar, pero al escuchar la noticia, aquella lágrima que no quería dejar escapar, salió libre, recorriendo su mejilla lentamente. Entonces, dio la vuelta, logrando que todos vieran sus lágrimas escurrir en sus mejillas sonrojadas por el agua salada.
- Ryuuzaki. Me pidió que te dijera que éste ha sido tu ultimo caso y que no continúes. Ha sido todo.
- ¿Qué? ¿por qué razón?
Soichiro se acercó al joven y lo abrazó, primero, con cuidado, después, colocando su otro brazo para un abrazo más protector.
Ryuuzaki no lograba comprender nada. entonces, Soichiro le dijo.
- Desde ahora seré tu tutor legal.
Todos, incluso Light, estaban sorprendidos por aquella afirmación. El Yagami mayor habló, sin dejar de abrazar al chico.
- Supongo que tenemos que empezar con todo.
Se separó de Ryuuzaki y caminó con el resto del equipo de investigación. Solo Ryuuzaki y Light quedaron en el mismo lugar. Light miraba fijamente a Ryuuzaki, que parecía seguir sin entender nada.
- Entonces… ¿No continuarás con el caso Kira?
- Yo… al parecer… no.
En la habitación, donde yacía Watari sin vida, se encontraba el shinigami Ryuuk.
- Que interesante vida tienes chico. Es un secreto realmente interesante que me guardaré para mi mismo, pero será interesante. Ku ku ku.
Reía con malicia aquel shinigami por lo descubierto en aquella habitación mortuoria.