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Sombrilla por aussy-chan

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Notas del fanfic:

Un Taito si!!! -se aplaude a si misma- nunca habia podido escribir nada de ellos, no queria que algo de una pareja tan linda me fuera a quedar cutre, asi que bueno... hice el intento, es el primero que hago asi que no me maten XD

Último fic del año, bueno lo escribí "el año pasado" pero hasta hoy es que tengo inter para subirlo e.e, es mi regalo de despedida al 2010 ¡bye bye 2010-san~! yo lo disfruté, reí, lloré (y mucho) escribí e hice amigos preciosos a los que adoro, asi que este fic esta dedicado... al que lo lea, gracias por formar parte de mi 2010 n.n

Bueno, espero que les guste, a mi me gustó -w- esta así todo dulsito (no les vaya a dar una subida de azúcar XD) so... los veo luego si Dios lo permité n.n ja nee!

Notas del capitulo:

Digimon no me pertenece señores :')

Solo una pregunta cruzaba por su cabeza en ese momento ¿Por qué él tenía que acudir al llamado del moreno a penas este mencionaba que requería de su atención? No lo sabía, trataba de convencerse a sí mismo de que era por algo llamado amistad, pero no le convencía del todo, aquella relación de ellos era muy extraña para llamarse “amistad” pero prefería evadir el tema diciéndose a sí mismo que si lo era, y que él era un gran idiota, por tener un “mejor amigo” como aquel.

El rubio suspiro, se encontraba con sus sombrilla de pie frente a un fastuoso edificio, la lluvia caía a cantaros, el cielo era del gris más intenso que sus ojos habían visto en días, entendía que aquella era la época de lluvia pero eso era simplemente pasarse, eran cantaros, cantaros y cantaros de agua cayendo ese día, justamente ese día tan importante para Taichi, si no fuese tan importante, el seguramente no lo estuviese esperando debajo de aquella sombrilla, congelándose bajo el viento helado, esperando al que chico saliera de una buena vez.

Al cabo de un buen rato, pudo identificar el típico andar del chico, era un escandaloso, se podía detectar su presencia a kilómetros, el moreno le sonrió al chico que lo esperaba bajo la sombrilla y se posiciono a su lado, este al verlo suspiro y le dio una media sonrisa, el moreno fue el primero en hablar:

- Ishida, querido amigo, oficialmente soy estudiante de la universidad de Tokyo –el aludido se sorprendió, pero reconoció que se alegro por el logro de su amigo, extendió su sonrisa y lo abrazo

- ¡Vaya Taichi! ¡Enhorabuena! Me alegro mucho por ti

- Gracias –el moreno sonrió y correspondió al abrazo –y, lamento haberte hecho venir bajo esta tempestad del demonio, pero es que olvide mi sombrilla –el chico paso la mano por detrás de su cabeza mientras reía, su amigo se unió a él

- Si bueno, no hay problema, para eso están los amigos, para venir a recogerte en medio de un diluvio, todo normal

- No lo digas asi, sueno como el malo de la película –el moreno hizo un puchero a lo que el rubio golpeo sus hombros –ahora me golpeas, en serio lo siento

- No es nada, torpe

Luego de eso caminaron en silencio, la verdad no era de aquellos silencios incómodos de los que no sabes cómo escapar, era un silencio tranquilo, de los que son tolerables y hasta relajantes, aunque el bullicio de la lluvia cayendo sobre todo lo material que los rodeaba era suficiente para ensordecer a cualquiera. Durante esos minutos el rubio estuvo en trance, había algo que tenía que decirles a los chicos, algo que cambiaria la vida de él y la de los que lo rodeaba, sobretodo sus sentimientos hacia al chico que estaba acompañando.

…l lo tenía claro, aquellos sentimientos ya habían florecido más de lo que quería desde hace mucho tiempo, no es que pudiera evitarlo o detenerlo, mucho tiempo se había recriminado a sí mismo por ellos, pero ya no había nada que pudiera hacer al respecto, mientras más tiempo pasa más difícil son las cosas de ocultar, y no es que él quisiera mantenerlo en secreto.

Es que simplemente no quería perturbar la paz del moreno, era eso.

Sabía que no le correspondería de ninguna forma, eso era imposible, ellos eran amigos, punto. Aquello no podría cambiar con una declaración o cualquiera de esas patrañas escritas en libros rositas, no, ellos solamente eran amigos, aquello no pasaría de ese sentimiento y él tendría que irse con eso en claro, tragándoselo, llevándoselo a lo más profundo de su ser e intentar destruirlo para que no quedara rastro de él.

El chico suspiro, sería mejor que le dijera lo de su partida ahora que podía, ahora el dolor se iría rápido, como una inyección, y ya todo se olvidaría, él se iría, estudiaría, haría su vida y s acabo, ya nos mas sentimientos tontos hacia una persona de nombre Taichi Yagami:

- Tai… -el rubio hablo tan bajo que el chico casi no lo escucho –tengo que hablarte de algo

- Dime Matt, pero rápido que me cuestas oír el sonido de la lluvia –el menor rio mientras el otro trataba de esbozar una sonrisa, pero no le salió para nada bien –te veo mal ¿pasa algo?

- Es que… veras –callo un momento y luego prosiguió –me aceptaron en Harvard… ya sabes, para la cosa de estudiar física…

- ¿QUE? –el chico se sobresalto tanto que casi se mete de lleno en la lluvia -¿HABLAS EN SERIO?

- Claro, tu sabes que yo no bromeo con esas cosas Taichi

- Wow, no tengo palabras para expresarte cuan orgulloso estoy de ti, y cuan profunda es mi envidia hacia tu persona –el ojiazul cerró los ojos y sonrió, mientras el otro le daba palmaditas en la espalda -¡Felicidades Yamato! ¡te lo mereces!

- G-Gracias –carraspeo un poco mientras su semblante mejoraba –aunque hay algo malo en todo el asunto

- ¿Cuál?

- Que no te veré… digo, que nos lo veré en varios años –el chico bajo la mirada, triste –digo, tal vez venga una que otra vez en vacaciones pero… no estoy seguro

- Ya –el moreno paso las manos por detrás de la cabeza –sabes Matt, no es como que te fuéramos a olvidar o algo, yo te escribiré siempre que quieras, sabes que tienes nuestro apoyo, tú tienes que seguir tus sueños, no es algo fácil pero, aun asi debes ir tras ellos, y eso es lo que tú quieres, no puedes renunciar a eso por nadie –el moreno sonrió volteando a ver la cara de su acompañante, quien ahora llevaba los ojos como platos

- Wow, eso es tremendamente profundo viniendo de ti Tai, gracias

- ¿Qué quisiste decir con eso? Bastardo

- Tómalo como quieras –esta vez rio con ganas, recordó porque le gustaba tanto, era un tonto, pero más importante que todo, eres su tonto, su mejor amigo y a quien más quería

Le haría mucha falta

Ambos decidieron resguardarse bajo el techo de un restaurant, estaba cerrado, no era de extrañar por la hora y el diluvio que caía, se quedaron mirando el agua, y luego se miraron a ellos mismos. A pesar de la sombrilla se mojaron un poco las camisetas y el cabello, pero no le dieron importancia, en aquel momento de los ojos del rubio salió una pequeña lágrima delatadora, el moreno la seco con su mano

- ¡Matt no llores!

- No estoy llorando –el chico se sentó en un pequeño muro, conteniéndose un poco –es que la verdad no quiero dejarte… no quiero dejarlos, he pasado casi toda mi vida aquí con ustedes, no lo sé… se siente raro

- Matt… -el moreno se sentó a su lado, poniéndole una mano en el hombro -¿no será otra cosa?

- ¿Qué? –Matt le puso atención a un sonriente Tai -¿Qué cosa?

- Ya sabes, que extrañaras a alguien más que a los demás

- Ah… eso, bueno, si, puede… decirse que si

- ¿Y me dejarías saber quién es? –lo miro con ojos suplicantes, el rubio se mordió el labio inferior, pero se dijo a si mismo que, a estas alturas del camino, era mejor decirlo, ya que él insistía en saberlo

- Eres tú –el moreno lo miro estupefacto, luego, hizo la pregunta idiota del día

- ¿Yo?

- Si, tú –el chico lo miro con cara seria -¿contento?

- Pues… -Tai bajo la mirada, hay Matt supo que la había cagado, que buena forma de confesarse, pero ya no había vuelta atrás –yo… yo también te extrañare mucho Matt

- ¿Qué? –el rubio no daba crédito a sus oídos ¿en serio le estaba diciendo que el también…?

- Lo que oyes rubio tonto, que te extrañare, mucho… te quiero –él moreno escondió su rostro en el pecho del rubio, este quedo de piedra

No podía creerlo, se estaba convenciendo a sí mismo de que no podía ser cierto pero ¡demonios! ¡Se lo dijo! Allí mismo se lo había dicho, la persona a la que más quería en este mundo… le correspondía, no podía dejarlo pasar, sintió como su interior se lleno de un cálido sentimiento, un sentimiento que le gusto mucho.

- Tai… -lo levanto de su pecho y lo miro a la cara estaba un poco rojo –te llevare conmigo

- ¿Qué?

- Espera que pase un poco el tiempo, tienes que venir a estudiar conmigo, a Estados Unidos ¿no te parece buena idea? –el moreno lo medito un rato, luego asintió

- Yo… me esforzare, para el otro ciclo presentare para estudiar leyes allá ¿Qué te parece?

- Por mi está bien –el rubio le sonrió y lo tomo de las manos –no quiero separarme de ti, juro que no quiero

- Ni yo de ti Matt, nunca de los nunca

Y allí, con su sobrilla en el suelo y pequeñas gotas cayendo en sus cabezas, sellaron su promesa con un beso, un beso lleno del amor guardado por años, del abrazo que ambos necesitaban y de la esperanza de que algún día, ambos estarían juntos para siempre

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