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Give Me A Sign por Skandar

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Notas del fanfic:

Holaa!

Bueno, ya habrán notado que algo anda mal y es que hace tiempo que tengo problemas con mi contraseña y no puedo acceder a mi cuenta original :(
Como sea, aprovecho de decirles que habrán dos nuevas formas de seguir la historia; la primera, en formato pdf por mi super blog (para que vean, estoy a la moda XD) y la segunda –que ya la ven– por esta nueva cuenta que he creado con el nombre de Skandar, que es uno de mis nicks (see, tengo muchos nombres, como el cuco jajaja).

Sobre las reviews! Gracias a quienes dejaron una (o más) por el anterior capítulo, aunque no he podido responderlas todas debido a lo poco (y rápido) que me conecto a internet últimamente. No podré responder hasta la próxima conexión; ahora me las llevo para leerlas y responderlas con calma, porque soy una tortuga y ahora no alcanzo XD

Entonces, gracias a:

moonlover, sasket17, Bj Murray, gloribel, Aniela, OrixdD, crimsonShadow, Lulu_Heart y tsuki 2293.

PD: Bj Murray y sasket17 dejen de pelear! XD no leí todo, pero vi que están como el perro y el gato jajaja. Y crimsonshadow claro que te recuerdo!! Mi primera review T-T

Para este capítulo no habrá imagen, simplemente porque tendría que buscarla ahora y aplicar photoshop, que no está en este compu... y ya les dije que soy medio tortuga jajaja
PD2: Feliz navidad y año nuevo atrasados para tod@s!

Y por último: si hay algún(a) nuev@ lector(a) que no entienda nada, le pido que se pase por aquí http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=50737 , donde están los 29 capítulos anteriores :)

Notas del capitulo:

 

Friedrich regresó a la habitación con un humor de perros. Después de contarle a Ali que tenía novio, éste lo felicitó con una voz que evidenció su decepción. Sin embargo, Friedrich lo conocía demasiado bien como para saber que estaba mintiendo y que, muy probablemente, aún pensara de la misma forma que la última vez que se vieron. A Ali le había dolido enterarse de esa noticia, haciendo que Friedrich se sintiera frustrado y enojado consigo mismo por ser incapaz de hacer algo al respecto.

Si tan sólo pudiese convencer a Ali de que aquello era un error...

Su teléfono sonó, sacándolo del mar de amargura en el que se había metido. Contestó y escuchó: era su padre y lo estaba esperando afuera.

- Hola.- Dijo secamente al subir al auto de su padre. Éste lo miró extrañado.

- ¿Por qué estás tan enfadado?- Preguntó su padre, encendiendo el motor. No era extraño que él manejara su propio auto; al chofer lo tenía para ocasiones en las que él no podía ir al volante, ya que le gustaba manejar.

- ¿Desde cuándo te interesan mis estados de ánimo?- Repuso Friedrich con sarcasmo.

- ¿Qué pregunta es esa?- Su padre mantenía la vista al frente, pero lucía molesto.- Realmente tienes una muy mala opinión de mí, ¿no es así?

A Friedrich lo tomó por sorpresa aquella declaración. Su padre nunca le había dicho algo así.

- Eh...- Balbuceó, pensando en alguna forma de librarse de aquel tema.- Eso no importa. ¿Puedo conseguir lentes antes del viernes?

Su padre no respondió de inmediato.

- Es probable.- Murmuró simplemente. Después no dijo nada más.

 

 

 

 

- Bueno...- Murmuró Evan, ya no tan seguro de que aquello fuese buena idea; Ashley no lo había mirado ni una sola vez desde que se quedaron solos.- Yo quería...- De verdad no lo alentaba la recepción de Ashley.- Quería saber si debo rendirme contigo, Ashley.

Ella se movió, incómoda.

- Evan...

- Mira, sé que me rechazaste la vez anterior, pero la verdad es que no me lo creo del todo; si en realidad no te gustara no me habrías alejado así.- Dijo él.- Podríamos ser amigos si tú lo quisieras.- Agregó, aunque ser sólo amigos no lo ilusionaba para nada.- No entiendo por qué tienes que evitarme.

Tras escuchar todo eso, Ashley pareció más calmada.

- Lo lamento, en serio que lo lamento.- Dijo ella un poco triste.- Pero yo creo que no podemos ser amigos... si tú todavía...

- ¿Y tú? ¿Qué hay de ti?- Evan siguió intentándolo.- Nunca me diste una respuesta clara.

Ashley lo miró por un momento y luego bajó la vista. Ella jugueteó con su corbata, que como siempre no estaba dentro del suéter.

- Eso no...

- Vamos, ¿por qué te cuesta tanto decirme sí o no?- Presionó él, sintiendo ganas de abrazarla de una vez.

- Es que...- Ashley no parecía dar con las palabras adecuadas.- Tú no entenderías, no es tan fácil para mí y...

- Dime, Ashley, ¿qué te asusta tanto?

Ashley volvió a mirarlo.

- No lo sé....- Dijo confundida.- Es que es raro... Yo no creo que sea buena idea salir con alguien; me gusta mi libertad y...

- Pero ¿yo te gusto?- Evan estaba impaciente por saberlo.- Eso es todo lo que quiero saber. No te obligaré a nada, Ashley. Si no quieres salir conmigo lo entenderé y te dejaré en paz; aunque eso no haría mucha diferencia porque ya ni siquiera hablamos...

- Está bien...- Ashley lo miró y asintió, tras oír lo que Evan acababa de decir. Parecía un poco más decidida que antes.- Voy a responderte.

 

 

 

- ¡Gabe!

Gabriel se sobresaltó y miró a su lado. Adam lo miraba con el ceño fruncido.

- ¿Qué pasa?- Balbuceó Gabriel.

- Estás muy pensativo.- Explicó Adam.- ¿Pasó algo?

- Eh...- Gabriel dudó. No creía que debía preocuparse, pero el ver a Friedrich tan distraído antes de que se separaran hace un rato lo dejó intranquilo.- No es nada, sólo son tonterías.

- Hmm...- Adam se veía escéptico.- Sabes, últimamente me has tenido muy abandonado, Gabe.- Dijo luego, fingiendo llorar.

- Lo lamento, es que...- Se disculpó Gabriel, sintiéndose culpable; nunca pensó que a Adam le agradara escuchar sobre su vida amorosa ni los problemas que esta conllevaba, ya que él no era gay.

- ¿Por qué no me dices qué pasa?- Preguntó Adam de repente.- Este año te han pasado muchas cosas, pero lo único que sé es que terminaste con O'Roark.

Gabriel bajó la vista, culpable.

- No te preocupes por eso...- Murmuró.

- ¿Cómo que no?- Replicó Adam, con la voz más seria de lo normal, pero sin perder su característico tono perezoso.- ¿Somos o no somos amigos?

- Claro que sí.- Se apresuró a confirmar Gabriel, asintiendo enérgicamente.

- Vamos, entonces cuéntame todo.

- Pero... Es que no creo que sea cómodo para ti, ya sabes que yo...- Se sinceró Gabriel.

- Vamos Gabe, si tuviera problemas contigo no seríamos amigos.- Dijo Adam, poniendo cara de decepción, pero luego rió.- Deja de dar rodeos y suéltalo todo.

Gabriel dio un suspiro y empezó a hablar. Adam debía ser como la cuarta persona a la que le contaba toda su historia con Friedrich...

 

- Bueno, yo ya sabía que te gustaba Rosendorff.- Dijo Adam.- No parabas de hablarme de él, sería idiota si no me hubiese dado cuenta.- Agregó. Gabriel se quedó boquiabierto; ¿Hasta Adam lo sabía?- Incluso lo comenté con Danielle un par de veces.

- ¿En serio?- Preguntó Gabriel, anonadado ante la información. ¿Ese par había estado confabulando a sus espaldas?- Pero...

- Pero nada.- Adam se echó a reír, claramente divertido ante la reacción de Gabriel.- Deberías verte la cara, Gabe.- De pronto se puso un poco más serio.- Oye, ¿Qué harás en las vacaciones? ¿Volverás a Francia o te quedarás en Cambridge?

- Eh... No estoy seguro.- Admitió Gabriel.- Mi papá quería hacer un viaje, pero… normalmente regresamos a Francia.- Explicó.

- ¿Y tú?- Adam sonrió pícaro.- ¿Quieres quedarte con Rosendorff?

- Sí.- Reconoció Gabriel en voz baja.

- ¿Por qué no me extraña?- Bromeó Adam.- Entonces, podríamos hacer algo la próxima semana, si es que estás aquí todavía.

- Vale.- Aceptó Gabriel.- ¡Por cierto! El viernes saldremos en la noche y quiero que vengas, ya que eres tan abierto de mente...- Bromeó Gabriel, sonriendo.

- No bromees, que con unos tragos demás no sabré ni dónde estoy y terminaré bailando con algún tipo...- Dijo preocupado.- Ade...

- ¡Shergold! ¡Lafferriere!- Les llamó la atención el profesor, mirándolos como si hubiese visto a una aparición.- ¿Podrían dejar de hablar?- Ambos se pusieron derechos y miraron hacia el frente.- Me extraña, señor Lafferriere, me extraña.- Comentó luego.

- Y a mí que me den.- Bromeó Adam, haciendo que Gabriel riera.

- ¡Señor Lafferriere!

- Lo siento, profesor.- Se disculpó de inmediato.

Cuando el profesor se dio vuelta, negando con la cabeza, Adam volvió a hablar.

- Acabas de entrar en su lista de vándalos.- Dijo divertido.

 

 

 

- Bien, ya cumplí con la apuesta.- Anunció Evan cuando la clase terminó. Leo había salido y se encontró con el hippie esperándolo.

- ¿Te declaraste de nuevo?- Se sorprendió Leo.- ¿Y cómo te fue?

- No me respondió, pero la invité a salir y aceptó; dijo que debe pensarlo.- Explicó el hippie, evidentemente animado; eso le dio a entender que esta vez habían más posibilidades.- Será el sábado.- Agregó.- Ahora... ¿Qué pasó con Danielle?

Leo se puso un poco rojo, pero no tuvo de otra más que hablar... Al fin y al cabo, el hippie había cumplido su parte.

 

- Y eso es todo.- Finalizó el pelirrojo, más rojo de lo que estaba cuando comenzó a hablar.

- Pero mira qué romántico saliste, zanahoria.- Evan se estaba partiendo de la risa a su costa.- Pero está bien, está bien.- Agregó, tratando de ponerse serio.- Ya sólo falta que se pongan de novios; ¿Qué estás esperando?

- Eh...- Leo se rascó la nuca.- No sé, es que...

- Vamos, tonto, no tienes nada que dudar; está claro que los dos quieren.- Dijo Evan.- ¿O te vas a sentar a mirar como ella se aburre y se larga con una zanahoria más valiente?- Al terminar de decir eso volvió a reír estrepitosamente.

- Ya cállate.- Bufó Leo, pensando en lo que acababa de escuchar. La verdad era que él tampoco entendía por qué no se animaba a dar el siguiente paso. Quizás era algo así como "pánico escénico"...

 

 

 

Kale se había quedado inmóvil tras recibir en plena cara lo que hasta hace un momento formaba parte de su almuerzo. El jugo escurría por su rostro, pecho y parte del cabello. Claire se apresuró a buscar más servilletas.

- Ten.- Dijo cuando regresó a su lado. Kale tomó las servilletas y se limpió la cara. Se sentía extrañamente tranquilo ante lo sucedido, sin saber si estaba enfadado, asumiendo que lo merecía o dolido. Además, los alumnos que habían presenciado aquello no habían parado de cuchichear desde que Henry salió airadamente del comedor.

- Gracias...- Murmuró Kale, cuando estuvo un poco más concentrado en la realidad y se dio cuenta de que Claire estaba preocupada.

- ¿Estás bien?- Preguntó ella.- No quiero ser indiscreta, pero supongo que él no es el chico con el que vas en serio...- Se atrevió a decir.

Kale esbozó una ligera y nada feliz sonrisa.

- Pues no, no lo es.- Dijo con sarcasmo, comenzando a aceptar el hecho de que se merecía cada palabra de Henry.- Precisamente por eso me...- Señaló su rostro.

- Entiendo.- Dijo Claire, cerrando el tema con eso.

 

Kale decidió faltar a la siguiente clase por dos sencillas razones: primero, ya estaba atrasado y su uniforme estaba sucio, y dos; necesitaba pensar y no quería ver a Matt, no en ese momento. No sabría qué responderle si preguntaba algo, además, tenía el presentimiento de que no sería bueno mencionar lo que Henry había hecho.

De todas maneras, lo tenía merecido.

 

- Oye...

Kale sintió que lo agarraban por la cintura y lo jalaban hacia atrás.

- ¿Qué mier...?- Protestó indignado, pero se calló al ver a Matt frente a él. Estaban en un lugar relativamente oculto de la mirada pública.

- No fuiste a la clase pasada, ¿está todo bien?- Matt lo miró preocupado.

Kale desvió la vista.

- Sí, no pasa nada...- Mintió.

- Mmm...- La voz de Matt evidenció el hecho de que acababa de soltar una pésima mentira.

- De verdad, es sólo que ensucié mi camisa y tuve que ir por otra a la lavandería.- Explicó, diciendo en parte la verdad, por lo que sonó más convincente.

Matt lo miró detenidamente.

- Está bien, me lo tragaré.- Dijo serio. Estaba claro que no le hizo gracia que Kale le escondiera algo.- Sólo pensé que ya no habría más secretos entre nosotros...- Agregó, alejándose de allí.

- Maldición...- Farfulló Kale, sintiéndose frustrado. Sin embargo, por muy merecido que tuviese lo de Henry, no iba a permitir que empañara lo que había logrado con Matt.-¡Matt!- Gritó, corriendo hasta alcanzarlo. Matt se detuvo y lo miró en silencio, esperando.- Eh...- Kale titubeó.- Te diré lo que pasó.

- Bien.- Aceptó Matt, cuya expresión perdió aquella seriedad y pareció calmarse.

- Vamos a nuestro cuarto.- Dijo Kale, dándose cuenta al segundo siguiente de que "nuestro" tenía un nuevo significado.

- Eso sonó bien.- Dijo Matt sonriendo, antes de ponerse en marcha. Kale sonrió también y lo siguió.

 

- Mi camisa estaba sucia de verdad.- Dijo Kale cuando estuvieron en la habitación. Matt se sentó en su cama.- Estaba hablando con Claire en el comedor y llegó Henry.- Continuó. Matt puso cara de sorpresa.- Nos había escuchado, aunque no dije tu nombre él sabía que hablaba de ti; sólo dije que iba en serio con alguien...- Dijo más bajito, no muy seguro de si a Matt le haría gracia que ya fuese diciendo por ahí que estaban juntos, pero Matt no se molestó y se mantuvo en silencio, escuchando.- Y bueno... Luego me dijo algunas cosas y me lanzó el jugo a la cara.- Finalizó, encogiéndose de hombros para restarle importancia al asunto.

- ¿Es un chiste? ¿De verdad hizo eso?- Matt se había puesto de pie y lo miraba atónito.- ¿Qué se cree ese hi...?

- Cálmate.- Lo atajó Kale.- Tampoco me gustó esa escenita, pero no tengo derecho a quejarme.

- ¿Por qué dices eso?- Masculló Matt.

- ¿Se te olvida que técnicamente yo sigo saliendo con él? Aunque, bueno... No era algo tan serio, pero...

- ¿Eran novios?

- No exactamente...- Dijo Kale.

- Entonces no tiene derecho.- Protestó Matt.

- Sí lo tiene.- Contradijo Kale.- Es mi culpa por no haber acabado correctamente las cosas con él...

Matt se quedó callado un rato.

- De todas maneras es un idiota.- Concluyó.- Pero ahora que ya no tienes nada que ver con él, no tiene derecho a nada.- Puntualizó luego.- Ni siquiera se te ocurra aguantarle otra vez algo como esto.

- Vale.- Aseguró Kale, tranquilo por el desenlace de todo ese incómodo asunto. Al menos Matt había reaccionado de una manera bastante racional, porque si se le ocurría buscar una pelea con Henry, este último no tendría oportunidad.

- Ahora ven aquí, porque ya no aguanto las ganas de besarte.

 

 

 

Gabriel se había instalado en su escritorio apenas salió de clases. No pensaba salir de ahí a menos que hubiese repasado la materia que evaluarían al día siguiente. Sin embargo, cuando la puerta se abrió volteó inmediatamente.

- ¡Hola!- Saludó, contento de ver a Friedrich de nuevo.

Friedrich sonrió.

- Veo a alguien muy feliz justo aquí.- Dijo, abrazando a Gabriel.- ¿Tienes prueba mañana?

- Sí, pero sólo estoy repasando.- Explicó Gabriel.

- Tan responsable...- Friedrich le dio un largo beso antes de volver a hablar.- ¿Te queda mucho?

- Más o menos.- Admitió Gabriel.

- Pero dijiste que estabas repasando, no creo que haga falta que trasnoches.- Dijo Friedrich.

- No lo haré.- Prometió Gabriel, fortaleciendo el abrazo.- ¿Cómo te fue?

- Ah...- Friedrich se rió.- Mañana tendré los jodidos lentes.- Contó.- Será incómodo... ¿Si inclino la cabeza se caerán, no?

Gabriel contuvo la risa.

- No lo creo.- Dijo con calma, acariciando el lado izquierdo del cuello de Friedrich.- ¿Y no puedes usar contactos?

- Sí, pero eso será después, cuando tenga más tiempo.- Explicó Friedrich besando la mano con la que Gabriel lo acariciaba.- Bueno... No importa...- Dijo suspirando.

- ¿Pasa algo?- Preguntó Gabriel, mirando con cuidado a Friedrich.

Friedrich lo miró fijamente por un momento y luego cerró los ojos.

- Es el viejo.- Dijo finalmente.- Creo que... No lo sé, está raro.

- ¿Raro por qué?- Preguntó Gabriel con curiosidad.

- No sé... Él...- Friedrich parecía confundido y molesto a la vez.- Es como si intentara llevarse mejor conmigo, no tengo idea...

Entonces Gabriel entendió; era obvio que Friedrich estuviera confundido, aunque a él le parecía lógico que su padre quisiera arreglar las cosas tras todo lo que ocurrió. Sin embargo, con la poca importancia que sabía le daba Friedrich al accidente, no le extrañaba su reacción.

- No seas así, dale una oportunidad.- Dijo Gabriel, sonriéndole.- ¿No crees que es mejor si se llevan bien?

Friedrich se quedó mirándolo, como calibrando sus palabras.

- Supongo, pero no es tan simple.- Dijo luego.- Como sea, no hablemos sobre eso.

Gabriel suspiró.

- De acuerdo, pero piénsalo.- Le pidió.

- Lo prometo.- Aseguró Friedrich, besando su mano de nuevo.- Ahora... Creo que me acostaré...- Murmuró, aún con ese aire pensativo que había llamado la atención de Gabriel hace unos momentos.

- Bien...

- Y tú no te demores demasiado, ángel.- Friedrich le dio un beso y se alejó de él.- No puedo dormir bien si no te tengo al lado.- Agregó, guiñándole un ojo.

- Siempre diciendo esas cosas...- Gabriel sonrió y volvió a sus estudios.

 

Cuando terminó de repasar, cuidando de no tardar demasiado, Gabriel cerró los cuadernos y se dispuso a dormir; pero se llevó una sorpresa al ver a Friedrich despierto y esperándolo.

- ¿Aún despierto?- Preguntó sonrojado.

- Por supuesto.- Dijo Friedrich, claramente cansado, pero sonriendo.

- Me daré prisa.- Dijo Gabriel antes de entrar rápidamente al baño. Se lavó los dientes y salió. Una vez tuvo el pijama puesto, luego de cambiarse bajo la atenta y maliciosa mirada de Friedrich, se metió a la cama y Friedrich se las arregló para taparlos a ambos con la mano sana.

- Así está mucho mejor.- Aprobó Friedrich cuando Gabriel se acurrucó en su pecho desnudo.- Ángel...

- Mmm...- Gabriel estaba demasiado cómodo allí.

- ¿Qué harás en las vacaciones?

Gabriel bajó de la nube por un momento e hizo memoria.

- Depende, mi padre quiere viajar, pero no estoy seguro.- Contestó.

- ¿Y si viajan... tú irías?

- Claro que no; no si tú estás aquí.- Dijo Gabriel muy seguro, besando el cuello de Friedrich.

- Desde luego que estaré aquí, excepto la segunda semana porque está el paseo de curso.- Dijo sonriendo.- Y bueno, creo que la primera tampoco cuenta, porque estaré en casa y tengo que estudiar. El viejo dijo que no me dejará salir hasta que haya terminado con los exámenes.

- Oh...- Gabriel se sintió un poco decepcionado, aunque estaba de acuerdo con el señor Rosendorff.- ¿Y después del paseo de curso? ¿Tienen planes en tu casa?

- Eh... No lo sé. Después del paseo es la graduación.- Murmuró Friedrich, pensativo.- Y en casa nunca hacemos nada en especial... El año pasado me fui con Wil a Hamburgo. ¿Y tú, ángel? ¿Estarás aquí todas las vacaciones?

- Tampoco lo sé.- Dijo sin ánimo, dándose cuenta de que probablemente no lo dejarían quedarse solo en Inglaterra.- Siempre pasamos una o dos semanas en Cambridge y luego nos vamos a Francia.

- Eso no suena bien...- Musitó Friedrich, frunciendo el ceño y los labios.- ¿Hay alguna posibilidad de que se queden aquí un poco más?

- No lo creo.- Dijo Gabriel, cada vez más deprimido.- Papá tiene que atender los negocios que tiene allá... y mamá trabajará en Paris durante las vacaciones.

- Hmm... Si las cosas son así sólo nos quedan cuatro días juntos...- Resumió Friedrich.- Pero ahora que Hannah sale con Isaac... quizás tampoco quiera viajar...

Cierto... Gabriel no había pensado en eso.

- Puede ser...- Murmuró, un poco más animado. Si Hannah estaba con él, tal vez lo dejarían estar allí un poco más.- Le preguntaré... Aunque, ahora que recuerdo, ella dijo que quería hacer algo diferente este año... Como será el último del colegio... puede que se quede aquí...

- ¿Y qué planes tienen los demás?- Preguntó Friedrich.

- Eh... bueno, Isaac vive aquí y por lo general no viaja durante las vacaciones; Claire se va a Bélgica a visitar a sus abuelos; Christopher vive en Manchester, aunque sólo está allá por unos días, porque acompaña a sus padres en las giras; Kale va a su casa en Oxford; y Matt pasa las vacaciones en Irlanda.- Contó Gabriel.

- Ya veo...- Dijo Friedrich, con una ligera mueca de sorpresa.- A todo esto... Tengo la impresión de que en este colegio hay más alumnos extranjeros que ingleses...- Comentó.

Gabriel se echó a reír ante esa observación.

- Eso parece.- Dijo divertido.- ¿No leíste el folleto de admisión?- Como suponía, Friedrich negó con la cabeza.- Ahí explican que el colegio se especializa en dar una "educación internacional".- Explicó Gabriel, prácticamente recitando lo último.- Eso es porque se imparten clases de muchos idiomas y las asignaturas tienen varias subdivisiones orientadas a la nacionalidad de cada estudiante. ¿No has notado que en la clase de historia habían pocos alumnos y mucha materia referida a Alemania?- Gabriel le sonrió.

- Vaya... Supongo que ya no puedo culpar al accidente por mi estupidez.- Resopló Friedrich, riendo.

 

 

- ¿Tommy, está todo bien?- Dave se quedó mirando a Tom, quien estaba sentado con su guitarra en la orilla del pasillo, tocando distraídamente. Como era viernes por la tarde, y el último día de clases, muchos alumnos ya se habían ido del internado. Stevie había dicho que pasaría por él bastante tarde, así que no tenía prisa.

- Sí.- Contestó éste, con una sonrisa que no lo convenció.

Dave se sentó a su lado, en el suelo.

- No sé por qué, pero no me lo trago, ¿puedes creerlo?- Ironizó, cogiendo la guitarra y tocando lo primero que le vino a la mente. Tom no dijo nada, así que optó por cambiar el tema.- Entonces... ¿a qué hora te vas?

- Ah... Eh...- Tom definitivamente estaba demasiado distraído.- Mi padre pasará por mí a las nueve. ¿Y tú? ¿Tu padre va a ve...?

- No y no me importa.- Dijo Dave de inmediato.- Stevie me deja quedarme en su casa, así que él vendrá por mí.

A Tom no pareció gustarle esa respuesta.

- Pero deb...

- Dije que no importa.- Lo cortó Dave, quien no tenía ganas de hablar sobre James en ese ni en ningún momento.- Además, ¿cuándo nos reuniremos? No creo que a tu padre le haga gracia que no pases las vacaciones en casa.

- Tal vez...- Murmuró Tom.- Pero no quiero estar en casa.

Dave comenzó a afligirse; ¿Qué tenía a Tom tan melancólico? Aunque ya sabía la principal causa, algo no cuadraba con respecto al padre de Tom, sino ¿por qué éste no quería estar en su casa?

- Tommy Gun, en serio; ¿qué tienes?- Preguntó Dave, frunciendo el ceño.

- Nada, en serio.- Tom le sonrió y se puso de pie.- ¿Salgamos un rato? ¿A qué hora vendrá Stevie por ti?

- A las ocho y media.- Respondió Dave, devolviendo la guitarra a Tom. Ambos fueron a dejarla al cuarto de su dueño y luego salieron. Dave cedió sin poner objeciones sólo porque pensaba intentarlo más tarde.

- ¿A dónde vamos? Todavía no me ubico bien en esta ciudad.- Dijo Tom.

- A comer.- Dijo Dave con los ojos fijos en un café que parecía tener muy buenos pasteles.- Tengo hambre.

Tom accedió y se instalaron a comer. Sin embargo, sólo tuvieron poco más de una hora de paz.

- Oye, Dave...- Tom llevaba rato mirando hacia afuera, donde había un pequeño parque lleno de árboles y gente.

- ¿Qué?- Dave ya iba por el tercer trozo de pie.

- Ese tipo...- Tom hizo un leve movimiento de cabeza para señalar.- Está ahí desde que llegamos y no ha parado de tomar fotografías...

Dave miró con disimulo, lo que en realidad significaba que volteó la cabeza impulsivamente, y no tardó en encontrar al sujeto del que hablaba Tom. Era un tipo de unos treinta años, flacucho y con una gorra; tenía una cámara profesional, pero bastante pequeña... y efectivamente estaba fotografiando en dirección a ellos. Hasta pareció sonreír cuando Dave lo miró.

Una idea pasó por su mente, pero la descartó de inmediato. Se fijó en que Tom no dejaba de golpear la mesa con los dedos, en un claro gesto de impaciencia; su cara mostraba una ligera mueca de molestia. Tal vez aquella situación lo estaba poniendo nervioso...

Una alarma de peligro se disparó en su cabeza y dejó lo que quedaba en el plato a un lado.

- La cuenta, por favor.- Pidió al primer camarero que pasó.

- ¿Vas a dejar eso?- Tom lo miró extrañado, sin dejar de dar golpecitos.

- Sí, es mejor que nos vayamos. ¿Te gustan los cines, Tommy Gun?

Tom se encogió de hombros.

- Depende de la película, supongo.- Dijo más tranquilo; por lo menos ya no tamborileaba con los dedos.- Y de qué tan oscuro esté.

Dave se quedó mudo tras oír esa declaración. Parecía un chiste; él se preocupaba y Tom le salía con eso.

- ¿Estoy hablando contigo o con lo que tienes bajo los pantalones?

Como respuesta, la tensión en el cuerpo de Tom desapareció y rió.

- Con los dos.- Dijo Tom.

Luego de eso el camarero trajo la cuenta. Ellos pagaron a medias y salieron. Dave notó que el sujeto, después de que se alejaran unos metros, comenzó a caminar. Unos minutos después ya era oficial que los estaba siguiendo.

- Nos está...- Murmuró Dave, nervioso y enojado a la vez. Aquella idea que tuvo, cuando Tom le habló sobre el sujeto que los seguía, volvió a él; esta vez no le pareció tan disparatada.

Cuando tenía nueve años, él, Stevie y el idiota de James fueron a dar un paseo, pero la diversión no les duró mucho por culpa de unos estúpidos paparazzis que buscaban captar algún "tierno momento entre padre e hijo", que obviamente no consiguieron...

Sin previo aviso, Dave agarró a Tom de la mano y corrió hasta encontrar un escondite. Se metieron en un concurrido negocio y observaron.

El fotógrafo pasó cerca de ellos, deteniéndose a un par de metros y mirando en todas direcciones. Después de unos minutos soltó una grosería, sacó un móvil y habló, sin molestarse en bajar demasiado la voz.

- Hola... No, lo perdí hace un minuto...- Dijo el sujeto con voz agria.- Sí, se dio cuenta, pero eso no importa... ¿Qué? Sí, sí, tengo algunas fotos...- Continuó, aún mirando a su alrededor, buscándolos.- No, no estaban juntos; estaba con un chico... ¿Una entrevista? ¿Blanchard? ¿En serio?- El sujeto realmente parecía sorprendido por lo que sea que estuviese escuchando. Dave se puso nervioso al oír ese apellido. El sujeto sonrió despectivo.- ¿Y qué va a decir? ¿Que es adicto? Eso no es novedad...

Pese a que él mismo despreciaba a James por ser un adicto, no le hizo gracia escuchar esas palabras. Se sintió extrañamente ofendido y dejó de prestarle atención al idiota ese.

- Dave...

- Vamos, Tom... Todavía quiero ir al cine.- Dijo Dave con toda la naturalidad de la que fue capaz, aunque de igual forma le tembló la voz. Mientras decía eso el sujeto se fue.

- No le des importancia a lo que dijo.- Dijo Tom. Dave lo miró.- Él no sabe nada sobre ti y tu padre.- Agregó muy serio.

Dave bajó la vista para evitar la mirada de Tom y derrumbarse frente a él.

 

 

Friedrich apenas resistía las ganas de agarrar a Gabriel y salir corriendo de allí. Al fin era viernes por la noche e irían a bailar con todos los demás, como antes. Esa era la primera vez en que saldrían como novios junto al resto, ya que cuando ellos supieron sobre su relación ocurrió el accidente y todo se fue al diablo.

Gabriel se estaba vistiendo y Friedrich, aparte de contar los minutos, miraba la escena con una sonrisa indecente; aunque veía un poco borroso, Gabriel estaba lo suficientemente cerca como para verlo bien. Cuando una maravillosa idea iluminó su mente sacó el celular y buscó el mejor ángulo; algo difícil, porque el ángel le parecía una belleza desde todos los ángulos... y había que tener en cuenta que él le conocía bastantes.

- Ángel...- Lo llamó a propósito, con el celular en posición. Gabriel, que estaba de espaldas a él y sólo en pantalones, volteó ligeramente y lo miró con la inocencia de siempre. El cabello platino, que estaba un poco mojado, le rozaba la piel del cuello con sutileza.

Mierda... ¿Por qué Gabriel era tan lindo?

“Click”.

- ¿Qué haces?- Preguntó el ángel, enrojeciendo rápidamente.

Friedrich le guiñó un ojo y revisó la fotografía.

- Guardo provisiones...- Repuso, luego de crear una carpeta de imágenes con el nombre "Ángel", porque ya tenía en mente otras fotografías... Aunque no tan castas como esa.

- ¿Para qué?- Preguntó Gabriel, alarmado.

- Adivina.- Friedrich guardó el celular y se quedó mirándolo intensamente, hasta que Gabriel comprendió y terminó de ponerse rojo.

Friedrich sonrió, satisfecho con esa reacción. Era consciente de que estaba mucho más "ansioso" que antes, pero no le sorprendía; antes de ponerse de novio con Gabriel solía mantener su libido bajo control, pero después las cosas se complicaron y pasaron meses en los que, en total, sólo logró tener a Gabriel dos veces.

 

Sólo dos veces...

 

La verdad era que no lamentaba del todo la forma en que habían pasado las cosas entre los dos; al principio fue necesario guiar a Gabriel, o eso era lo que él creyó y creía; aunque después de eso Gabriel fue a parar al hospital y él quedó hundido en la culpa. Sin embargo, cuando estuvo mejor, su propia estupidez le hizo pasar a llevar a Gabriel e ignorar lo que él quería por miedo a las consecuencias... y cuando las cosas finalmente se arreglaron le pasó un auto encima y como resultado ahora estaba a punto de saltar sobre Gabriel a cada segundo.

Esa semana se habían dedicado a estudiar y no aprovecharon demasiado, pero las clases habían terminado, al menos para el ángel...

Ya no había razón para contenerse.

- Bien, creo que ya es hora.- Dijo al mirar su reloj.- ¿Vamos, ángel?

- ¿No se te olvida algo?- Gabriel lo miró.

- ¿Qué?

Gabriel fue hasta el escritorio de Friedrich y cogió el estuche de los lentes.

Ah… Los malditos lentes...

 

- ¿Ya están todos?- Preguntó Hannah. Se habían reunido junto al muro hace pocos minutos.

- No, falta Claire.- Dijo Danielle, quien había traído a un chico, aunque Friedrich no pudo verlo debido a la oscuridad y a que no se había puesto los lentes; prefería que Gabriel lo llevara cogido de la mano.

- ¿Vendrá con Caswell?- Preguntó Christopher, tomando por sorpresa a Friedrich.

- ¿Por qué con Cas...? ¿¡Claire y Caswell están...!?

- Así es, Sloth y yo tampoco podíamos creerlo.- Dijo Isaac.

- Y aquí van las viejas cotillas...- Murmuró Hannah, riendo.

 

Cuando Claire y Caswell llegaron, se pusieron en marcha y cruzaron el muro. Al estar en la calle, donde había luz, Friedrich pudo ver al acompañante de Danielle: era un chico pelirrojo que le parecía haber visto una que otra vez. Le producía mucha curiosidad el hecho de que Gabriel se enfurruñara luego de que su melliza se lo presentó. No tenía idea de que Gabriel fuera un hermano celoso.

- Ángel, ¿te enojaste?

Gabriel dio un respingo y levantó la vista del suelo. Tenía el ceño fruncido.

- No. ¿Por qué?

Friedrich contuvo una risita ante esa mala mentira.

- Por nada.- Mintió, pasándole un brazo a Gabriel por los hombros.- ¿Y tu amigo? ¿No va a venir?- Preguntó, para cambiar el tema.

- Sí, pero nos encontraremos en el pub.

- Ah...- Friedrich se quedó callado por un rato.

- ¿No te pondrás los lentes?- Preguntó Gabriel de repente.

- ¿Alguien dijo... "lentes"?- La voz de Christopher tenía una nota burlona.- Vamos Fred, ponte los lentes.- Lo animó.

Friedrich dio un bufido; Isaac y Christopher lo miraban atentos, seguramente listos para reírse.

- No les hagas caso.- Dijo Gabriel, mirando a ese par con aprensión.

- ¡Aaaaay...!- Isaac y Christopher se partían de la risa.

- Vamos Fred, hazlo o en casa te regañarán...- Bromeó Isaac, guiñándole un ojo a Gabriel, quien sonrió y negó con la cabeza.

- Deja de molestar.- Hannah miró a Isaac con reproche.

- ¡Y ahora te toca a ti!- Christopher estaba en una fiesta a costa de Isaac y Friedrich.- Vamos Fred, los lentes.

Riendo, Friedrich cogió los jodidos lentes y se los puso.

- Eso es Fred, siempre obediente.- Agregó Claire, quien muy probablemente se abstuvo de decir algo antes por la presencia de Caswell. Ella también reía.

- Por supuesto que sí.- Afirmó Friedrich, dando un beso a Gabriel en la mejilla. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo, al ver la atónita cara de Caswell.

Oh... Había olvidado que él no sabía sobre su orientación. Seguro el pobre estaba en shock mientras suponía que Friedrich lo había espiado en las duchas o algo así.

- Te dije que te verías igual de atractivo...- La susurrante voz de Gabriel lo distrajo.

- Oye... no hagas esas declaraciones en público...- Friedrich sonrió.- O podría desentenderme de las consecuencias.

Gabriel rió, aunque mantenía el ceño fruncido.

- No serías capaz.- Dijo luego.

- Oh, ángel, no me pongas a prueba...- Friedrich usó uno de sus tonos más sugerentes.

- Hey, ustedes dos, tortolitos: dejen de cuchichear y muévanse.- Los llamó Claire, conteniendo la risa; Caswell los miraba con recato. No se habían dado cuenta de que el resto se les había adelantado por varios metros.

- No seas mala, estuvimos casi un mes separados.- Dijo Friedrich, siguiéndole la corriente a Claire.

- ¿Entonces qué hacen aquí? Regresen a la habitación.- Bromeó Claire ya sin contener la risa.

- No es mala id...

Friedrich fue interrumpido por un suave codazo de Gabriel, que se había puesto rojo. Claire sonrió y se adelantó, jalando por un brazo a su anonadado acompañante.

- Ese chico nos miraba muy raro, no hacía falta que lo espantaras más.- Lo reprendió Gabriel.

- ¿Seguro que es eso?- Friedrich definitivamente se estaba divirtiendo.- ¿O tal vez lo de ir a la hab...?

- Parece que tienes mucha energía esta noche.- Gabriel le dio un beso rápido y tiró de él.

"No tienes idea...", pensó un ansioso Friedrich.

 

- ¡Hey, al fin llegan!- Dijo Hannah, haciendo señas a Kale y Matt, quienes acababan de llegar a la plaza en la que solían reunirse; el amigo de Gabriel, Adam, había llegado hace unos minutos. Friedrich se fijó en que Kale traía el cabello sospechosa y levemente desordenado y que Matt se veía contento, aunque algo nervioso. No le extrañó que lo estuviera, si tenía en cuenta que la última vez que estuvieron casi todos juntos él y Matt pelearon.

Cuando Kale y Matt estuvieron más cerca, no tuvo dudas: esos dos estaban juntos e incluso olían a sexo.

- Bien, ya estamos todos así que ¡en marcha!- Exclamó Christopher.

Tras esas palabras fueron hasta el pub y entraron. Friedrich echaba de menos beber vodka con los otros; y al parecer no era el único, porque Christopher, Isaac y Kale pidieron lo mismo cuando el camarero se les acercó.

- ¡Por lo que sea!- Dijo Isaac, brindando con los otros tres al mismo tiempo, ante la curiosa y resignada mirada de los demás.- ¡Al seco, desgraciados!

Y se bebieron el vodka en sus vasos de un trago. Después de eso pidieron otro más.

- Bueno, luego de esta primitiva exhibición...- Bromeó Claire, poniendo cara de "ustedes son idiotas" y luego riendo.- No se preocupen.- Dijo a Caswell, Adam y el pelirrojo acompañante de Danielle, que se llamaba Leo.- Una vez borrachos no molestarán más.

- Eso quisieras...- Christopher le revolvió el cabello a Claire y luego se dedicó a hablar con Kale y Hannah.

Mientras tanto, Friedrich se había acercado a Matt, dejando a Gabriel con Danielle y Leo.

- ¿Y bien? ¿Me equivoco al pensar que ustedes pasaron a un motel antes de venir?- Friedrich se estaba conteniendo para no reírse.

Matt frunció el ceño y tosió un poco.

- Algo así...- Admitió.

- Ajá.- Friedrich sonrió.- ¿Entonces todo salió bien?- Preguntó, dejando las bromas de lado.

- Sí, aunque no fue fácil.- Matt se relajó un poco más.- Él de verdad creía que no me gustaba y me costó mucho convencerlo.

- ¿Y ahora? ¿Va todo bien?

Matt bebió un poco de cerveza y asintió.

- Va excelente.- Aseguró.

- Me alegra oír eso; parecías alma en pena cuando fuiste al hospital.- Dijo Friedrich.

Matt guardó silencio y se dedicó a beber.

- Gracias.- Dijo de pronto, mirándolo directo a los ojos.- Realmente te odié cuando Gabriel me dijo que le gustabas, pero antes de que eso pasara no me caías mal.

- Oh... Pues...- Friedrich no encontró las palabras correctas para responder, por lo que se encogió de hombros y sonrió.

Dudaba que él y Matt pudiesen llegar a ser amigos debido a lo que tenían en común, pero al menos le parecía un buen tipo; algo explosivo, pero un buen tipo al fin y al cabo.

 

Cuando Friedrich, Christopher, Isaac y Kale bebieron el último sorbo de vodka de sus respectivos vasos, se pusieron de pie: Isaac se llevó a Hannah a bailar; Christopher coqueteó un poco con una chica y se fue con ella; y Kale se alejó diciendo que había visto a un chico interesante, pero no sin antes mirar disimuladamente a Matt, quien no tardó en perderse entre la gente un poco después. Friedrich había estado charlando con Hannah y al quedar solo se acercó a Gabriel, quien se había mantenido pegado a Danielle.

- ¡Oh, aquí está Fred!- Dijo Danielle. Friedrich notó el alivio de la chica.- Mira Leo, él es Fred, el novio de Gabe.- Danielle obviamente no se preocupaba por la posible incomodidad del chico después de escuchar aquello.- Fred, él es Leo.

- ¿Tu novio?- Friedrich levantó las cejas y le sonrió a Danielle, quien se puso un poco roja. Era impresionante el parecido que tenía con Gabriel.- Encantado.- Le tendió la mano a Leo y éste se la estrechó con bastante naturalidad, lo cual le sorprendió gratamente.

- Lo mismo digo.- Repuso Leo, cuya voz era algo tosca.- ¿No eres de aquí, cierto?- Preguntó luego.

- ¿Hmm?

- Lo digo por tu acento.- Aclaró el chico. Pese a su ligeramente agresivo tono de voz, no le parecía malo; no realmente agresivo.

- Ah, claro.- Friedrich sonrió.- Soy alemán.- Explicó.- Y el inglés se me da muy mal...

- Te entiendo.- Dijo Leo, inesperadamente, sonriendo también.- Yo tampoco soy de aquí y al principio también me costó aprender el idioma...

Friedrich se sorprendió, ya que consideraba que Leo hablaba perfectamente.

- ¿De dónde eres?- Preguntó con curiosidad.

- Finlandia.- Contestó Leo.- Aunque llevo bastante tiempo aquí.

- ¿En serio? No lo hubiese cre...

- ¿Vamos a bailar?

Friedrich tardó una milésima de segundo en procesar aquella pregunta, el tono con que fue hecha y la persona de la que provenía: el ángel estaba celoso.

- Por supuesto.- Dijo muy tranquilo, intercambiando una mirada cómplice con Danielle, que también se había dado cuenta y apenas lograba disimular una risita.- Con permiso.- Dijo a ella y Leo, que al fin podrían estar solos. Le dio la mano a Gabriel y se lo llevó.- ¿Todo bien, ángel?

- Sí.- Dijo Gabriel con rapidez.

Friedrich sonrió.

- ¿Leo no te agradó?

- No es eso...- Gabriel pareció desanimarse.- Es que Ellie...- Suspiró.- No importa, no es nada...

- Vamos, ángel... No dejabas de mirar mal a Leo.- Dijo Friedrich.

Gabriel volvió a fruncir el ceño.

- No era mi intención.- Refunfuñó.- Es sólo que no me acostumbro a la idea de que ella salga con alguien...

- ¿Por qué no?

- Porque...- Gabriel titubeó.- Ellie ha pasado la mayor parte de su vida en el hospital y nunca tuvo novio, por eso yo... no quiero que se decepcione...- No dijo más y bajó la cabeza con tristeza.

- Ángel...- Friedrich lo atrajo hacia él y le acarició la espalda.- Es bueno que cuides a Danielle, pero si ella quiere estar con alguien tienes que dejarla; si resulta decepcionada o no, es un riesgo. ¿O tendrá que quedarse sola por no intentarlo?- Usó un tono convincente y suave a la vez.

- Te entiendo, pero...- La voz de Gabriel se hundió.- Está bien...

- Ese es mi ángel.- Friedrich le dio un beso y le guiñó un ojo.- Verás que Danielle estará bien.- Gabriel dio un largo suspiro y asintió, sonriendo por primera vez desde que vio a Leo esa noche.- Ahora a lo que vinimos: ¿bailamos?

Gabriel volvió a sonreír.

 

 

 

- Señor Blanchard.

Dave se puso de pie de un salto y cogió sus cosas, listo para irse; De Hooft se había ido hace una hora, por lo que finalmente había tenido la pieza para él solo, aunque no le sirvió de nada porque Tom también se había ido. Se había ido y no alcanzó a preguntarle nada…

- Hola.- Saludó Dave a la mujer con una sonrisa gigante. Ya estaba aburrido de esperar a Stevie, que llevaba varias horas atrasado.

- Hola.- Ella lo miró, extrañada, ya que él nunca era tan educado.- Lo esperan en la oficina de recepción.

- Vale, gracias.- Dave se echó la maleta al hombro y corrió lo más rápido que pudo hasta el lugar señalado. No era tan fácil con lo oscuro que estaba. Cuando llegó, abrió la puerta muy contento.- ¡Ste...!

James lo miró desde el único sillón que había allí.

- Hola, Dave...

- ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Stevie?- Preguntó Dave agresivamente. James era la última persona que quería ver después del mal rato que le hizo pasar aquel estúpido paparazzi.

- Le dije que yo vendría por ti.- Murmuró James.

- Pues no hacía falta, me puedo ir solo. Sé perfectamente cómo llegar a su casa.

- No vas a ir a la casa de Stevie.- Dijo James con su habitual nula autoridad.- Vendrás conmigo.

Dave se quedó callado por unos segundos, tratando de entender lo que James estaba haciendo. Nada de eso tenía sentido.

- ¿Por qué? ¿Para qué?

- Porque así es como debe ser.- James, pese a su poco firme voz y expresión, parecía hablar en serio.

Dave sonrió con sarcasmo.

- ¿Ah sí?- Farfulló, conteniendo la creciente ira. Decidió seguirle la corriente.- ¿Hay espacio para mí en tu departamento?- Ironizó. El lujoso departamento de James, al que solía evitar como la peste, era un lugar desordenado y apestoso diseñado para un hombre soltero.

- Claro que sí.

- Qué bueno.- Masculló Dave, ya cansado pese a lo poco que habían hablado.- En serio, James, ¿Qué quieres? ¿Necesitas una foto familiar que te haga quedar bien o algo así? Sólo dilo, no necesitas joderme tanto con tu presencia.

Por primera vez le pareció ver algo de emoción en el rostro de James, al menos fuera del escenario. Parecía ofendido, qué irónico.

- No me hables así.- Le espetó James, temblando ligeramente y sorbiéndose la nariz: hasta ahí llegaba su pobre autocontrol. Sin embargo, le pareció raro, ya que James nunca se privaba de su amada porquería.- Soy tu padre.

- Esa está buena.- Bufó Dave, sonriendo porque, pese a la rabia, aquello fue como un chiste; un muy buen chiste.- ¿Qué quieres? ¿No tenías una entrevista esta noche?

James se sorprendió al oír eso.

- ¿Cómo sa...?

Pero fue interrumpido por la llegada de un bullicioso grupo de alumnos. No pasaron ni dos segundos cuando un chico lo reconoció.

- ¡Es Jimmy Blanchard!- Gritó eufórico, acercándose hacia James. Los demás también lo reconocieron y se acercaron.

Dave aprovechó la distracción para escabullirse corriendo. Como no tenía dinero, no le quedó otra opción que caminar, una vez que se encontró fuera del internado y lejos del alcance de James.

 

 

- Hey, Gabe...- Adam se acercó a Gabriel con una enorme sonrisa y un vaso como compañía. Gabriel y Friedrich estaban sentados en la azotea del edificio, donde una banda hacía de las suyas en el pequeño escenario.- Las chicas de este lugar me gustan mucho.- Anunció, pasando un brazo por un hombro de Gabriel. Después miró a Friedrich.- Oye, Rosendorff, ¿a que Gabe es un buen tipo?

Friedrich sonrió divertido. Adam no había parado de beber y bailar con quien se le pusiera por adelante, incluyendo un chico bastante remilgado.

- Por supuesto.

- Ya es suficiente.- Dijo Gabriel con voz preocupada, tratando de quitarle el vaso a Adam.

- No, Gabe, un poquito más...- Protestaba el chico.

- No, Adam, ya has bebido demasiado.- Dijo Gabriel, aún forcejeando.

Entonces, Adam se fijó en la linda chica que estaba frente a ellos, bailando sola y al parecer tan ebria como él.

- Toma, yo voy a bailar.- Dijo, pasándole el vaso a Gabriel y yendo con la chica. Al minuto siguiente ya estaban bailando como si se conocieran de toda la vida.

Gabriel suspiró y dejó el vaso en la mesa.

- No debí perderlo de vista...

- Déjalo, lo peor que puede pasar es que termine con otro chico.- Bromeó Friedrich, aprovechando que estaban solos para sentarse más cerca de Gabriel.

- Supongo...- Gabriel sonrió preocupado y recostó la cabeza en un hombro de Friedrich.- Y tú tampoco deberías beber tanto.- Agregó, mirándolo.- Mientras estuve con Danielle bebiste mucho. Acabas de salir del hospital, eso no es...

- No beberé más por esta noche.- Friedrich le sonrió y le dio un beso.- No me regañes.- Gabriel rió y volvió a apoyar la cabeza en él; miró a la enérgica banda, pero no tardó en fruncir el ceño con reprobación cuando el vocalista comenzó a agitar la cabeza y saltar como loco.- ¿No te gusta la banda, ángel?

- No.- Respondió Gabriel.- Ni siquiera saben tocar.

- Oh...- Friedrich sonrió.- ¿Cómo es eso? Puede que estén recién comenzando y les falte práctica, pero...

- No lo digo sólo por ellos.- Aclaró Gabriel, sin apartar la vista de la banda.- Me refiero a este tipo de música, aunque ese chico tampoco canta bien.

Un momento.

- ¿Hablas del Rock?

- Así es.- Dijo Gabriel sin alterarse.

Friedrich no esperaba ver a Gabriel en un concierto de AC/DC, pero tampoco se esperaba eso.

- ¿Y por qué piensas eso?- Preguntó, no muy seguro de querer la respuesta.

- Sólo escucha: el chico desafina y su voz no es agradable, el sonido de la guitarra es casi ofensivo y esa definitivamente no es la mejor forma de hacer percusión... Ni hablar del bajo, se nota lo poco que sabe al tocar ese monótono ritmo...- Explicó Gabriel muy tranquilo.

- Un momento.- Friedrich buscó las palabras adecuadas.- Como dije, estos chicos no son expertos, pero ¿vas a decirme que Clapton toca mal?

- No del todo.- Respondió Gabriel.

Friedrich comenzó a creer que había llegado el Apocalipsis.

- ¿Por qué?

- Los instrumentos deben tocarse de otra manera, esta gente sólo es aficionada, por muy bien que suenen... para algunos.- Dijo Gabriel.- ¿Has oído algo de jazz? Eso sí es música; ni hablar de las orquestas...

- ¿En serio?- Friedrich estaba alarmado. Gabriel asintió.- Ángel, creo que estás equivocado: esto, y me refiero al rock, sí es buena música.- Dijo, enfatizando cada palabra.

- Claro que no.- Dijo Gabriel muy seguro.- Es sólo ruido, empezando por la voz.

- Bien... Roger Daltrey, John Lennon, Steve Tyler... ¿Son malos cantantes?- Friedrich intentaba ser razonable.

- No los conozco a todos, pero a los que sí, pues sí.

- Vamos, ángel, no sólo se trata de tener mil años de estudio, aunque no niego que eso sea bueno. Se trata de expresar.- Dijo Friedrich. Gabriel puso cara de incredulidad.- Y cantar bien no sólo se refiere a una voz afinada. Se refiere a una voz única, diferente... Expresiva. Ahí tienes a Janis Joplin.- Con eso ganaba.

- Por favor... Es como un gato arañan...

- ¡Alto ahí!- Farfulló Friedrich, interrumpiendo aquella herejía. Usó su brazo libre para rodear a Gabriel y estrecharlo contra él.- ¿Dónde está mi inocente ángel?- Preguntó afligido.

- No puedes negar que tengo razón.- Murmuró Gabriel, sonriendo.

- Claro que lo niego.- Aseguró Friedrich, con una buena idea en la cabeza.- Y te lo voy a demostrar.

- ¿Cómo?

- Ya verás.- Friedrich sonrió ante lo que estaba pensando.- Esta noche lo vas a ver, ángel...

 

 

 

- Mierda...- Kale se terminó de un trago el sexto vaso de vodka de la noche, mientras miraba impotente hacia la pista de baile, donde Matt bailaba con otro chico. Las cosas no podían haber salido peor.

Como nadie sabía sobre lo suyo con Matt habían dicho que bailarían con otros chicos. El problema fue que, después de reunirse con Matt, se habían vuelto a encontrar con Isaac y Hannah, que al verlos solos insistieron en buscarles pareja: a él lo juntaron con un tipo grandote y bastante molesto, mientras que Matt acabó con el pegajoso estúpido con el que bailaba en ese momento.

Sabía que Matt podría deshacerse fácilmente de aquel chico, pero el asunto era que no quería hacerlo a causa de lo que había visto.

Mientras Isaac y Hannah se alejaban, felices y probablemente convencidos de que les habían hecho un favor, él intentó ir con Matt, pero su grandote compañero no lo soltó. Tras unos minutos aguantando sus nada provocativas ofertas, con el fin de hacerle creer que ya no quería irse, volvió a tratar de escapar, pero esta vez el tipo simplemente lo besó y manoseó agresivamente. Borracho y mareado como estaba, no fue mucho lo que pudo hacer.

Por eso Matt estaba enojado... y bailando con ese chico. Era una estupidez, porque Kale definitivamente no quiso nada con el maldito grandote, pero... un malentendido era un malentendido.

- ¿Otro?- Preguntó el barman.

Kale asintió y le tendió el vaso.

- Hasta el borde...- Aclaró, mirando al barman mientras le servía más vodka. Estaba el doble de mareado que antes y su afectado juicio le impedía pensar en algo para arreglar las cosas.

El barman le entregó el vaso.

- ¿Por qué tan triste, si puedo preguntar?

- Matt se enojó conmigo...- Murmuró deprimido. Tomó el vaso con cuidado y lo acercó a su boca.

- Oh... Ese Matt no vale la pena...- Comentó el barman, curiosamente aún con él.

Kale dio un cuidadoso trago.

- No, Matt vale más que cualquiera...- Balbuceó.

- Si tu querido Matt vale tanto ¿dónde está?- Continuó el barman. Kale apenas veía con claridad.

- Aquí y a punto de partirte la cara, imbécil.

Kale sintió que alguien lo tomaba por un brazo y lo volteaba un poco hacia atrás.

- Matt...- Susurró feliz. Lo abrazó como pudo y se quedó así, mientras la airada voz de Matt seguía resonando en sus oídos... Sintió que lo soltaban; luego hubo un gran estrépito y algunos gritos, pero él se estaba quedando dormido...

 

 

Dave se sentó en una banca, en la pequeña plaza aledaña a los principales centros nocturnos. Estaba solo, sin dinero, casi congelado y muy enfadado. Su primer impulso fue llamar a Tom, pero se arrepintió de inmediato: a Tom le pasaba algo, quizás estaba triste, y no quería molestarlo con sus tonterías... además de que estaba fuera de la ciudad. Pensó en llamar a Stevie, pero al pensar en que éste lo había traicionado enviándole a James le pareció una pésima idea. Por último estaba Ashley... Pero entonces se dio cuenta de que no tenía dinero en el móvil para llamar a nadie…

¿Por qué todo tenía que ser una maldita mierda?

Bufó cansado y se quedó mirando el suelo, asimilando la idea de que tendría que dormir allí mismo.

- ¿Dave, eres tú?

Dave levantó la cabeza en el acto y miró hacia el frente con ilusión al reconocer la voz de Gabriel.

- Sí.- Dijo contento.- ¡Me has caído del cielo!

- Lo mismo pienso yo...- Dijo Rosendorff, que estaba junto a Gabriel, aunque un poco más atrás, y sostenía a un chico que parecía borracho. Se fijó en que llevaba un cabestrillo y lentes; eso le hacía ver un poco extraño.

- Hola...- Saludó Dave. Rosendorff le sonrió.- Gabe me contó sobre tu accidente... Qué bueno que estés bien...

- Gracias.- Dijo éste.

- ¿Qué haces aquí? Tu equipaje...- Gabriel lo miró preocupado.

- Ah... Me quedé sin techo esta noche...- Dijo Dave en tono de broma.

Rosendorff frunció el ceño.

- ¿Ibas a dormir aquí?- Preguntó.

Dave se encogió de hombros.

- ¿Quieres venir con nosotros? Vamos de vuelta al internado.- Dijo Gabriel.

- No, creo que no; además, ya no tengo la llave de mi cuarto...- Repuso Dave.

- ¿Te llevamos a alguna parte?- Ofreció Rosendorff.- Porque no vas a dormir aquí.

- Eh... No...- Dave no tenía muy claro lo que quería hacer. Su única opción era Ashley.- Bueno... No tengo dinero.- Admitió.

- No te preocupes por eso.- Dijo Gabriel, sonriéndole.

- Pero tienes que decirnos lo que vas a hacer, o no te dejaremos ir.- Intervino Rosendorff.- Todavía tienes cara de querer dormir en la calle...

- Vale...- Aceptó Dave, sintiéndose un poco culpable.- Iré con Ashley.- Dijo a Gabriel.

- ¿Vive aquí?- Preguntó Gabriel.

Dave asintió.

 

 

- ¿No crees que estaba raro? Bueno, tú lo conoces más...- Dijo Friedrich, acomodando a Adam, que seguía durmiendo.

- Sí...- Gabriel se quedó mirando el autobús en el que Dave había subido. Algo no estaba bien, pero no le pareció un momento oportuno para preguntar. Decidió llamarlo más tarde para asegurarse de que llegó con Ashley.- Vamos...

Retomaron el camino al internado.

- No me... gusta... la biología...- Balbuceó Adam de repente.

 

Fue muy difícil cruzar el muro, ya que Friedrich no podía usar las dos manos y Gabriel no se podía a Adam, pero lo lograron; aunque hicieron algo de ruido y el guardia por poco los atrapa. Después de eso, fueron a dejar a Adam a su habitación y lo acostaron, ya que su compañero se había marchado.

- Que noche más larga...- Murmuró Gabriel, estirando los brazos cuando estuvo en su cuarto.

- Ya lo creo...- Friedrich se quitó la chaqueta y abrió su baúl.- Tiene que estar por aquí...- Masculló, mientras hurgaba en el interior.

- ¿Qué co...?

- ¡Aquí!- Exclamó Friedrich, tras revolver todo el contenido del baúl. Tenía la mano derecha levantada y, con esta, sujetaba un CD. En la carátula, escrito con un plumón y la tosca caligrafía de Friedrich, decía: "Led Zeppelin, lo realmente bueno". A Gabriel no le dio buena espina. Probablemente Friedrich le haría escuchar aquel CD completo para convencerlo de que tenía razón.

- Mi amor, eso no funcionará, aunque lo escuche entero no cambiaré de opinión.

Friedrich cerró el baúl y buscó la pequeña radio que Christopher le había prestado antes del accidente; era un vieja radio llena de pegatinas y muy maltratada, pero que sonaba bien.

- Enciende esa luz, ángel...- Pidió Friedrich, señalando la lámpara de su velador. Gabriel dio un suspiro y lo hizo.

- ¿Y ahora?- Preguntó, comenzando a ponerse algo curioso. Friedrich apagó la luz principal y puso la radio sobre su escritorio, luego conectó el enchufe y metió el CD.- ¿Friedrich...?- Friedrich presionó un par de botones y el sonido de una solitaria guitarra inundó la habitación. Entonces Friedrich dio la vuelta y le dedicó una pícara sonrisa, mientras se quitaba la camisa y una batería amortiguada por un bajo se añadía a la canción.

- Ahora, ángel...- Friedrich arrojó la camisa a un lado y se acercó hacia él.- Verás lo bien que puede tocar esta gente…

 

 

Notas finales:

See, Friedrich quiere acción... XD

Sobre lo del pdf que mencioné al principio... Es parte de mi super proyecto de edición. Aunque no hay cambios en la trama (salvo uno que otro detalle de coherencia que, espero, no hayan notado, of course), si los hay en cuanto a escritura. Subiré el pdf al blog por packs de 4 o más capítulos, pero también trataré de arreglarlo aquí en la página. Y bueno, si han leído eBooks y traducciones de libros por grupos aficionados ya sabrán a qué atenerse, porque es algo bastante parecido.

Dato freak (tal vez útil, tal vez no jajaja): si hay alguien que quiera saber cómo se pronuncian los nombres de algunos personajes le recomiendo que se pase por el traductor de Google. Basta con poner –suponiendo que quieran saber cómo se pronuncia "Friedrich"– "alemán" en las dos casillas para idioma y luego dar click en el botón de audio, a la derecha. Esop ;)

PD: me parece que quedaron unos espacios bastante feos, pero ahora no alcanzo a arreglarlo T-T

SORPRESAS

La nueva actitud (dentro de lo que cabe) del padre de Fred lo deja confundido... Ashley al fin habla... Gabe se entera de que a Adam no se le pasó nada... Las palabras de ese malvado paparazzi afectaron a Dave... Fred anda sacando fotos sin permiso... Caswell se entera de que Fred es gay y él de que el primero está con Claire... Gabriel celoso hasta del aire... James le da una "grata" sopresa a Dave... Fred descubre que a Gabriel no le gusta el rock (pecador!!)... y se encuentran a Dave en modo mendigo... 

Y en el próximo capítulo... Ja ja ja, se lo creyeron ;)

PERSONAJES

Adam Shergold

Estatura: 1.76m
Ciudad/País: Birmingham, Inglaterra.

Aquí: http://i578.photobucket.com/albums/ss223/Yamamura12/30.jpg?t=1295219984

PD: ahora sí hay personaje en el capítulo anterior:

Lawrence Nield

http://i578.photobucket.com/albums/ss223/Yamamura12/29nield2.jpg?t=1295219989

Y eso por hoy! Espero que les haya gustado el capítulo y que, si les apetece, comenten, que sus palabras son siempre bienvenidas :)


Gracias por leer, saludototes!!


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