En su conciencia estaba que lo había intentado, la prometió a Castiel que mientras estuviera con él perdería su virginidad, si, le prometió eso, y es que mañana ambos se enfrentarían al Arcángel Rafael, y probablemente su compañero moriría, y no lo iba a dejar ir sin antes brindarle el placer del sexo y la lujuria.
No podía creerlo, cuando le pregunto a Castiel si ya había derramado su semillita en las nubes, y esté le dijo que no, ya sabía que era algo raro, pero no se imaginaba que tanto, por eso decidió ayudarlo, y lo llevó a un burdel para que se acostara con una puta, no se le ocurrió que otra cosa hacer, pero fue allá que descubrió algo, cuando Cas se fue con la chica llamada Castidad, sintió una especie de celos, o algo así. Fue extraño, primero le causo mucha gracia los gestos y cara de susto de Cas cuando miraba a todas esas mujeres semidesnudas, pero después que él se retiró con la chica, sintió como si lo desprendieran de algo que le pertenecía, y no era así, si lo miraba de esa forma él le pertenecía a Castiel y no al revés, pues ese Ángel lo sacó del infierno, y aún tenía su marca en el brazo derecho. Para su fortuna ese tonto lo único que logro fue asustar y enfadar a la mujer al hablarle de su padre, y ambos tuvieron que salir corriendo antes de que los golpearan.
No podía dejar de reír mientras huían, y pensó que la noche para ellos ya había terminado, ahora se encontraba acostado en esa cama de motel, intentando dormir, pero no podía dejar de pensar en Castiel y no sabía porque, ¿desde cuándo se había hecho tan importante para él? Aparecía en todas partes, cierto, siempre opinaba, cierto, lo miraba extraño, cierto, era el único Ángel en el que podía confiar, cierto, le salvo la vida varias veces, cierto, pero… ¿eso era suficiente para tenerlo en su mente de esa forma? Acaso, ¿acaso le gustaba? NO, en su larga lista tubo muchas mujeres, unas normales y otras no, pero ¿cómo es que ahora le interesaba un ángel? Más bien, ¿por qué le interesaba un ángel varón? Pues se acostó con Ana, que también era un ángel… maldito Cas ni cuando no estaba lo dejaba en paz.
Estaba recargado sobre su costado derecho e intentó dormir de nuevo, cerró los ojos y entonces empezó a relajarse, más con esa caricia sobre su pierna, espera, ¿alguien acariciaba sus piernas? Abrió sus ojos rápidamente mientras se enderezaba y vio a Castiel sentado en su cama.
-¿Qué haces aquí?-preguntó sorprendido.
-No lo sé, creo que me estoy dejando llevar.
-Bien por ti Cas, pero ¿no te puedes dejar llevar a otra parte…-no lo dejaron terminar, sus labios fueron cerrados por otros labios tiernamente con un beso inexperto que lo pusieron muy nervioso, se miraron, la mirada de Dean delataba incredulidad, pensó por un momento que estaba soñando, pero la mirada de Cas delataba…delataba que si era Cas, simplemente eso, pues sus ojos eran inconfundibles, otro beso, Dean seguía acostado pero ahora con ese ángel sobre él que lentamente acariciaba su rostro con la mano derecha, mientras que con la izquierda apoyaba su peso por estar inclinado. Dejó caer un poco más su peso sobre Dean, sus bocas aún no se separaban pero su mano izquierda empezó a acariciar bajo la ropa, escalofríos, esas manos estaban heladas, la camisa comenzó a estorbar y se la quitaron, entonces Dean notó que Castiel traía toda su ropa puesta, ¿a quién carajos se le ocurre meterse en la cama de alguien más con un abrigo? Sólo a Cas, definitivo, así que también se deshizo de él, y del saco, y de la camisa, cuanta ropa, mientras iba quitando cada prenda sentía esa profunda mirada sobre él, tal vez nervios, pero sentía por parte de su compañero miedo, miedo de hacer lo que iban a hacer, pero aún con eso lo harían, por supuesto, de nuevo sus labios se volvieron a unir en otros besos, mientras lo acostaban, no eran muy profundos, pero le gustaban, y su pecho y su costado empezaron a ser acariciados, no sabía cómo describirlo, pero sentía como si quisieran recordar esas caricias por siempre, decidió participar y con la yema de sus dedos comenzó a acariciar la espalda de Cas, de arriba a abajo lentamente, sintió como se arqueaba mientras aún lo besaba y eso le saco un gemido.
Estaba en la posición de abajo en la cama, eso no era lo suyo, así que tomó un poco de control y puso ambas manos sobre el pecho de Castiel haciendo que este dejara de besarlo, y entonces lo empujo para que quedara este sobre la cama y ahora Dean arriba, y empezó a besarlo, más profundo, con su lengua comenzó a explorar la otra boca, no quería ser muy desesperado, pues caía en cuenta que eran los primeros besos de su amigo, la primera vez que estaba en la cama con alguien, su primer todo, haría que lo disfrutara, quería darse y darle ese gusto.
Bajo su cara al cuello, y empezó a impartir besos a diestra y siniestra, cálidos, estaba dejando marcas, pero no importaba, con sus manos acariciaba el pecho y los pezones, mientras seguía disfrutando con su boca esa piel suave, ahora de los hombros. Cayó en cuenta de que había una prenda que tanto él como Castiel aún no se quitaban, los pantalones, así que se quitó el suyo junto con la ropa interior, pero cuando quiso quitárselos a su compañero este no se dejo, lo tomo por los brazos y lo devolvió a su antigua posición, un pequeño beso en la boca y luego poso sus labios en el cuello, estaba repitiendo lo que Dean le había hecho, sus manos también acariciaban el pechos y los pezones, solo que sus labios no solo se quedaron en los hombros, sino que fueron más abajo, besando cada parte de esa piel, pezones, pecho, estómago, ombligo, estaba dispuesto a ir más abajo, pero no lo hizo, y siguió por donde ya había pasado, de arriba hacia abajo, Dean gemía un poco, solo un poco, pues su orgullo no daba para más, pero lo que quería era escuchar gemir a Cas.
-No sé cómo hacerlo- le soltó Cas de repente.
Estaban excitados ambos, y nerviosos también, -sólo entra- le respondió-pero desabrocha tu pantalón- Cas obedeció mientras Dean abría más sus piernas, se posesionó y miro a Dean y entonces entró, sintió como el cuerpo de abajo se estremeció y observo la mueca de dolor así que no se movió nada, no quería lastimarlo, espero hasta que Dean le dio con su cabeza la señal de que podía moverse, y haci lo hizo, primero lentamente, y luego las embestidas se volvieron un poco más rápidas y profundas, haciendo ritmo con los gemidos de los dos, terminaron, uno dentro del otro y otro sobre ambos, se quedaron en esa posición un breve momento, sus miradas se encontraron de nuevo y Cas después salió cuidadosamente, se acostó a un lado sin decir nada, ninguno, hasta que Dean rompió el silencio “Ves Cas, te dije que mientras estuviera yo dejarías de ser virgen”