Capítulo 8: La verdad para tus amigos
-“Interesante, muy interesante”
-“¿Mi señor?”
-“Esto cambia algunas cosas…”
-“¿Amo?”
-“Avisa a nuestro querido amigo, hay cambio de planes”
***
-“¡Harry nos dormimos!”
Ron corría como loco por la habitación de los escarlatas cuando Harry se incorporo de la cama. La noche anterior se habían quedado estudiando hasta tarde y cuando al fin se había metido a la cama no había podido dormirse de inmediato. La imagen de dos hombres le daba vueltas en la cabeza; sí, Sirius Black y Derek Kruspe.
¿Qué tanto se había enganchado con su padrino? Al principio lo tomo como algo pasajero, una anécdota, pero después, cuando sentía ese remolino de ansiedad por que llegara la noche para verse con Sirius, cuando lo besaba y quería que el tiempo se detuviera, cuando sentía el fuerte y gran cuerpo del mayor sobre él y se sentía protegido…la noche en que le dijo “Te quiero”… Eso la había salido del alma, aunque su subconsciente le dijera que lo arruinaría todo le dio lo mismo. ¿Es que se había enamorado de Sirius?
Derek Kruspe, ¿Qué le producía este chico? ¿Qué tanto había cambiado su visión del chico después de enterarse de que era gay? Bueno en realidad siempre lo había encontrado guapo, desde la noche de su llegada, había sido uno de los pocos alumnos que se había quedado con la boca abierta, disimuladamente claro, al verlo entrar al Gran Salón y aun no se le olvidaba la sensación en su estomago aquella noche. Luego de tener al gusto de conocerlo ¿quién lo diría? gracias a Sirius, y poder hablar con el… de conocerlo mejor, observar de cerca sus ojos, sus labios y la perfección en su rostro. ¿Qué tanto le gustaba Derek Kruspe?
En todo eso estaba pensando cuando al fin se durmió, como a las dos de la mañana, pero aun así, Derek y Sirius entraban y salían de sus sueños…
…Llegaron con el tiempo justo de tomar unas tostadas y un poco de jugo de calabazas y salir pitando a su primera clase.
***
En algún rincón apartado del castillo dos figuras se encontraban ocultas, una de ellas estaba atrapada entre la fría pared de piedra y el cálido cuerpo de su acompañante y hacia grandes esfuerzos por salir de esa prisión.
-“Déjame… déjame salir”
-“Por favor tienes que escucharme”
-“¡No quiero! ¡Déjame salir!”
-“¿Es que nunca entenderás?”
-“No tengo nada que entender”
-“Tu sabes lo que está en juego”
-“¡No me interesa, hace tiempo que dejo de importarme!”
Tras un gran empujón la figura atrapada logro zafarse y huir de aquel lugar, era mucho tener que aguantar su presencia en el castillo, una vez más quiso desaparecer.
***
En la Sala Común de Gryffindor, el trió de oro se encontraba sumergido en un mar de pergaminos, Snape y Remus los habían llenado de deberes aquella mañana.
-“Pensé que ibas a tener alguno listo Harry, como te juntas con Derek a estudiar”
-“Ehm, pues la verdad es que conversamos más que estudiamos”
-“¡Pues deberías aprovechar mejor ese tiempo Harry, los EXTASIS están a la vuelta de la esquina y tú te dedicas a conversar!” – Dijo Hermione
-“Amor, tranquilízate, hace solo dos meses que llegamos y ya te estás estresando” – Dijo Ron acariciando la espalda de su novia.
-“Ehm chicos, nunca les pregunte si les molestaba que estudiara con Derek”
-“Y no tienes porque hacerlo, somos tus amigos, no tus carceleros. Ahora si es verdad que nos tienes un poco abandonados…”
-“Lo siento”- Dijo Harry -“Chicos…”
-“Si Harry…”
-“Gracias por siempre entenderme”- Harry estuvo a punto de contarle sobre el torbellino de pensamientos que tenía en la cabeza, pero algo en su interior se lo impidió, aun así las palabras que salieron de su boca fueron de total honestidad.
-“Lo hemos hecho por seis años, no lo dejaremos de hacer ahora”
-“¡Bien sigamos con esto o Snape nos mata!”
***
Sirius se encontraba en sus aposentos descansando, aun no se metía a la cama, solo estaba sobre ella con una mano en su cabeza y la otra sobre su pecho. Había sido un día realmente agotador, había tenido clases durante toda la mañana y una durante la tarde, además de tener que preparar sus clases de los días siguientes. Aun así no se quejaba, realmente le gustaba esto de ser profesor, se sentía útil y ni por un minuto se arrepentía de haber aceptado la oferta de Dumbledore, ahora si tan solo…
-“Si tan solo Harry me hablara mas… ¡Maldición! ¿Qué hare con el peque? Es verdad que nos arreglamos, si a eso se le puede llamar así, pues hablamos normalmente, ya no me contesta con monosílabos, pero no sé… no es como antes, digo como antes de antes…”
Y no era que se arrepintiera, pero cuando el chico le dijo “Te quiero” simplemente pensó que no estaba bien, que no era correcto… ¿O no? ¿Qué fue lo que le paso entonces? ¿Por qué de unos minutos otro decidió irse? ¿Por qué salió de Grimmauld Place?
***
Con lo jodido que estaba el clima, Harry y Derek habían cambiado su lugar de estudio de los jardines a la biblioteca, lo cual tenía su lado bueno y su lado malo. Dentro de lo bueno era que tenían acceso a más libros por si faltaba alguna información; lo malo, es que debían soportar las miradas de varias alumnas y aunque Harry ya estaba acostumbrado, le era incomodo en compañía de Derek. Algo malo también era tener que hablar en susurros, Madame Pince ya les había llamado la atención por hablar fuerte (según el criterio de ella). Sus charlas eran, como decirlo, más restringidas, o mejor dicho censuradas, por la presencia de Hermione o Ron.
***
Harry se encontraba en la Sala Común, eran altas horas de la noche y no había muchos alumnos, Ron y Hermione estaban en su ronda como Prefectos, sus compañeros de año ya estaban en la habitación. Estaba sumido en sus pensamientos cuando una melena pelirroja se sentó a su lado.
-“Hola Harry”
-“Hola Gin”- Harry ni siquiera miro a su amiga, sus ojos estaban fijos en las llamas.
-“¿Quieres contarme lo que pasa?”- Harry miro a Ginny ¿Cómo es que ella siempre sabía lo que le pasaba?- “¿O prefieres que te deje solo?”
Harry miro a su amiga y solo sonrió, se pego más a ella y poso su cabeza en los hombros de la muchacha. Justo en ese momento entraron Hermione y Ron, quien los miro fijamente.
-“¿Ustedes dos volvieron?”
-“¡Ron!” – lo llamo Hermione, el aludido la miro con cara de ¿Qué?
Harry se incorporo y este y Ginny solo sonrieron.
-“No Ron, Harry y yo no volvimos”
-“Entonces…”
-“Ginny solo me hacia compañía mientras los esperaba, tengo algo de qué hablarles”
-“Buenos, los dejo”- Ginny hizo ademan de levantarse, pero Harry se lo impidió.
.“No Ginny, no te vayas, tu ya lo sabes”
Cuando Ginny escucho eso, palideció. Harry se veía decidido y algo angustiado, pero le alegraba que, en caso de que Harry dijera lo que pensaba que iba a decir, fuese sincero con sus amigos. Ron y Hermione por su parte solo se sentaron frente a su amigo, los últimos alumnos ya se habían retirado.
-“Bien Harry te escuchamos”
Harry miro a Ginny esta sonrió, dándole apoyo.
-“Quizás lo que les voy a decir va cambiar su opinión de mi, aun así espero que sepan entender los motivos que me llevaron a callar ciertas cosas.”
Los chicos mostraron cierta alarma ante las palabras del morocho, Ginny tomo las manos de su amigo entre las suyas y este continúo.
-“Durante estos siete años he sido lo más sincero con ustedes, sobre todo con ustedes dos, Ron y Hermione. Llego un momento en mi vida que sentí que algo faltaba, no es que no fuese feliz, tengo amigos que cualquiera los quisiera y he formado una familia con ustedes. Por ende necesitan saber esto de mí y yo necesito que ustedes lo sepan, porque me importa más lo que ustedes opinan, que lo que dicen los artículos del Profeta.”
Ron y Hermione miraba a Harry con gesto de no entender nada, Ginny presionaba suavemente las manos del chico infundiéndole ánimos para continuar.
-“Quiero que sepan que aunque sigo siendo el mismo, hay algo en mi que ha cambiado”
-“¡¿Estás enfermo?!”
-“No Mione, no. Solo que ahora se realmente quien soy”
-“¿Y quién eres?”
-“Soy gay Ron, soy homosexual”