Estaba un chico de 13 años, llamado Mihael Keehl, se encontraba dormido en el suelo de una habitación obscura y maloliente, únicamente tenia una vieja cobija, y la habitación estaba serrada con cadenas y un candado, y el único que podía abrir esa horrible habitación era un maldito viejo malo, horrible y con problemas de sobrepeso, y a ese abominable señor, Mihael lo llamaba tío.
-ESCUINCLE YA TIENES QUE DESPERTAR.- Le grito el viejo al rubio mientras abría la puerta.
-Si, tío.- Contesto el oji-azul mientras que se levantaba del suelo y salía de su horrible habitación.
-Apresúrate a hacerme de desayunar, y no tardes mucho, maldito escuincle, y recuerda que no debes comerte nada del refrigerador, ya sabes lo que pasa si se te ocurre.
-Si, tío.- contesto de nuevo el rubio con una cara de tristeza, ya que estaba muy arto de que fuera siempre lo mismo con su desgraciado tío, sufriendo maltratos y recibir ordenes de el.
Mihael se fue a la cocina mientras que su tío fue al comedor para esperar el desayuno, y el oji-azul mientras cocinaba también pensaba algo.
-maldito viejo, tengo que comer algo, ase dos días que no como algo, y si me das de comer algo, solo me das lo que esta a punto de caducar, maldito viejo... pero... no creo que se de cuenta si agarro un poco de comida, si el tiene demasiada comida en el refrigerador, el maldito la compra con el dinero de mis padres.
Mihael decidió agarrar unas salchichas y se las metió en los bolsillos, luego fue al comedor a dejarle la comida a su abominable tío.
-Espero que lo hayas echo bien, maldito escuincle.- Reclama el tío y después prueba la comida, y le pareció bien.- Pero no te quedes hay parado como un idiota, ya sabes que tienes que ponerte a ordenar la casa.
-Si, tío.
El tío se puso a desayunar mientras veía la televisión, y el oji-azul se puso a limpiar el chiquero de su tío, estaba muy sucio, aunque Mihael se pone a limpiar todos los días, su tío siempre es muy desordenado y no le importa ensuciar su casa, ya que su sobrino siempre la limpia. Y después de una hora y media, el agotado rubio termino, y realmente estaba agotado, y no solo por el trabajo, si no por que también necesitaba comer algo.
-Ya puedes ir a tu cuarto a descansar, y tal vez te lleve algo de comer.- Dijo el viejo de una manera muy burlona.
-Si... tio.- Respondió Mihael para luego poder irse a descansar y comer las salchichas que avía agarrado secretamente, pero cuando iba a salir de la cocina, sus temblorosas piernas le fallaron y se callo.
-Hahahaha, ten cuidado escuincle, hahahahaha.- El tío se burlo de el, pero dejo de reírse cuando vio que al caerse, unas salchichas se salieron de los bolsillos del rubio.- MALDITO ESCUINCLE, ¿Cómo TE ATREVES A TRATAR DE BURLARTE DE MI?- Le gritaba mientras se levantaba de la silla y lo jalaba del brazo y lo volvía a tirar al suelo.
-L-lo lamento tío.- Se disculpaba con una gran cara de espanto.
-MALDITO ESCUNCLE, COMO SI TE FUERA A PERDONAR UNA BURLA ASI.- Le grito nuevamente mientras que le pateaba el rostro, el estomago, y las costillas. Y Mihael sintió la gran necesidad de llorar, pero no quería dejar que su tío vea alguna lágrima suya, así que trato de aguantar.
-Maldito, te odio demasiado, te detesto con toda mi alma que quisiera que te quemaras en el infierno.
Después el tío se lo llevo arrastrando de los cabellos a esa fea habitación en la que el rubio acostumbra a dormir. Después regreso con una soga y un látigo.
- MALDITO MOCOSO, AHORA SI ME LAS PAGARAS.- Grito mientras se acercaba a el y le quitaba la remera y luego le amarraba las manos y le empezaba a dar fuertes latigazos en la espalda.- MALDITO ESCUINCLE, QUIERO QUE LLORES Y ME SUPLIQUES.
- HAAAAAA.- Al oji-azul le dolía demasiado, pero no quería llorar, no quería que su tío se burlara de el como lo ha hecho muchas otras veces.
- MALDITO MOCOSO, SI NO TE PONES A LLORAR, JAMAS TE DEJARE.
- HAAAA, N-NO BOI A LLORAR
- HAHAHAHAHA- Se río-. ERES DEMASIADO RIDICULO, NO PUEDO CREER QUE AUN TENGAS SIERTO ORGULLO POR TI MISMO, SI TU ERES UNA GRAN BASURA.- El rubio al oír esas horribles palabras, de verdad se sintió como basura, y le paso a la mente que ya ni valía la pena tratar de mantener en alto su orgullo y valoración por si mismo.
- YA BASTAAAA.- Grito mientras se le salía una lagrima.- YA FUE SUFISIENTE, POR FABOR DEJEME TRANQUILO, EN VERDAD LO LAMENTO.
- HAJAJAJAJA, FINALMENTE ENTENDISTE QUE SOLO ERES BASURA.- Grito burlonamente mientras dejaba de darle esos fuertes latigazos que habían echo sangrar Mihael y le desamarraba las manos. Después finalmente se fue y le puso el candado a la puerta.
El rubio se volvió a poner la remera, estaba herido y tirado en el suelo mientras que lloraba y dirigía su mirada hacia el infinito.
- M-madre...p-padre... de verdad los extraño demasiado.- Después de decir esto, el débil rubio quedo inconsciente en el suelo.
+ Horas después +
- HEY, ESCUINCLE, YA DESPIERTA.- Gritó el viejo mientras abría la puerta.
- ¿Hum? ¿ya es otro día?
- No maldito escuincle, solo te he traído de comer.
- ¿Que carajo estará pasando?, después de lo que hice el quedo demasiado enojado, es absurdo que me traiga algo de comer.
- Pero comételo ya maldito esguince.- Le dijo mientras le daba el plato de comida, el cual extrañamente tenia una buena comida. El oji-azul, sentado en el suelo, empezó a comer, pero había algo que le incomodaba, su tío se sentó a un lado suyo y lo miraba de una manera muy extraña.
- ¿Savias que ya casi cumples 14 años?
- A-am...no... ¿Por qué esa pregunta?- Preguntó el rubio muy confundido.
- Pues ya estas lo suficientemente grande.
- ...
- Así que ya no tendré que gastar el dinero en prostitutas.
- ¿A que demonios se refiere con eso? - Pensó el oji-azul dejando ver su cara de asombro, ya que empezaba a entender lo que le decía su tío.
- Te di de comer por que no quería que te desmayaras mientras te follo, maldito escuincle, quiero verte pedirme piedad de nuevo.- Le decía mientras que se acercaba aun más y lo miraba muy lujuriosamente.
- N-no te suplicare, no lo volveré a hacer.
- ¿De verdad?- Preguntó sarcásticamente.- Pues lo tendrás que hacer.- Le dijo mientras que apretaba su miembro.
- Q-quítame las manos de encima.- Dijo sonrojado.
- HAHAHAHA, no lo are maldito mocoso.- Se burló mientras metía la otra mano por de bajo de la parte trasera de los pantalones de Mihael.
- A-ALEJATE.- Le grito muy espantado.
- Esto todavía no es nada, maldito mocoso, tendrás que prepararte, por que a partir de este día, también serás mi esclavo sexual, ya me arte de gastarme el dinero en prostitutas, tu me serás útil. HAJAJAJAJA.- Mientras que reía, Mihael trato de liberarse de su agarre y se logro levantar del suelo, pero su tío lo volvió a jalar al suelo, y en un rápido movimiento, el oji-azul le quiebra el plato de vidrio en la cabeza asiéndolo sangrar.- HAAAAAA, MALDITO ESCUINCLE DE MIERDA.- El rubio se fue corriendo hacia la salida, pero su tío lo agarró del pie haciendo que se cayera.- MALDITO ESCUINCLE, ESTA VEZ TE IRA MUCHO PEOR, AHORA SI TE PASATE.
- YA ESTOY COMPLETAMENTE HARTO DE TODO ESTO, NO DEJARE QUE SIGA HASI.- El rubio, con el otro pie le pego en la cabeza a su tío, justamente en la parte que estaba sangrando, y esa acción hizo que lo soltara para agarrarse la cabeza. Mihael se fue corriendo rápidamente a la salida, y una vez ahí, serró la puerta con el candado para poder ganar tiempo de correr.
- MALDITOOOO, ME LAS PAGARAS.
Mihael ya una vez fuera de la casa, se puso a contemplar el azul cielo que no había podido ver por años.
- Tengo que irme ya, no quiero que ese maldito viejo me atrape.- Y se fue corriendo rápidamente con sus descalzos pies y al fin sintiendo el aire fresco del exterior.
+ Una semana después +
Un chico pelirrojo, de ojos verdes y de 14 años estaba caminando muy feliz hacia una tienda de videojuegos mientras que estaba diciendo:
- Jeje, que bien que Roger ya me deja ir solo a la tienda de videojuegos, es muy molesto cuando me pone límites en los videojuegos que escojo solo por ser sangrientos.- Pero a pocos pasos de la tienda, vio a Mihael caminando con dificultad, ya que se encontraba muy débil por que no había comido nada desde que escapo de su casa.
- ¿Que esta ese chico caminando por aquí en esas condiciones?, se ve muy débil, muy apenas puede caminar.- Pensó el pelirrojo mientras que se detenía a ver al oji-azul.
Después, el rubio no pudo mas y callo al duro suelo.
- Ho, no.- Pensó mientras se iba corriendo hacia donde estaba Mihael. Y una vez que se puso de rodillas para ver al oji-azul, pudo notar varios golpes en su rostro.- ¿Que le habrá pasado a este chico?- Después, el oji-verde se lo llevo en brazos.