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Nunca encontrarás el amor si escuchas al corazón. por Arima_Shiro

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Capítulo 1: La paciencia es la madrastra de la ciencia.

Watari cogió el cuentagotas y dejó caer una gota transparente en el erlenmeyer. Parecía ser que la solución estaba lista, pero no quería darse falsas esperanzas. En un momento se fabricó un filtro con papel especial y pasó el líquido azulado por él, para tenerlo totalmente libre de impurezas. Para ese momento ya estaba muy nervioso. “Creo que esta vez lo logré.” Cogió el vaso con el líquido y se lo acercó a los labios. Entrecerró los ojos y se lo bebió de un trago.

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Era una mañana soleada. Hisoka entró en el despacho y se sentó en una silla. No había nadie, lo que le pareció muy raro al muchacho. “De Tsuzuki ya me lo esperaba,” pensó “pero que Tatsumi y Watari lleguen tarde pasa en contadas ocasiones. ¿Qué estarán haciendo?” Entonces sintió una presencia detrás suyo. De repente, lo invadieron sentimientos terribles: un gran sobresalto, confusión y un odio descomunal. Se giró bruscamente para ver quién fue el que se le acercó... y se encontró con la cara sonriente de Tatsumi.
− ¡Hola Hisoka! Perdona, te di un susto. Estaba en la habitación de al lado, ordenando algunos papeles y, cuando entré, te vi a ti. Tsuzuki llega tarde, como siempre. Lo que no entiendo es ¿dónde está Watari? ¿Lo has visto?
− No, no lo ví. De hecho, acabo de llegar.
− Tenemos un nuevo encargo importante. Espero que lleguen pronto, debemos empezar cuanto antes, pues el caso parece complicado.
En aquel instante se abrió la puerta y entró Tsuzuki dando saltitos. Su bondadosa sonrisa era un claro indicio de que acababa de desayunar una cosa muy dulce.
− ¡Buenos días!♥ ¿Cómo estás Hisoka-kun? ¿Has dormido bien?
− ¡BAKA! ¿Cómo puedes ser tan irresponsable? Siempre llegas tarde.
− Pero... es que ...yo...
Se volvió a abrir la puerta para dejar paso a Watari.
− Hola. − dijo el último sin ánimos.
− ¡Qué vergüenza Watari! Mira que llegar más tarde que Tsuzuki... Y tenía que ser precisamente hoy, cuando tenemos tanto trabajo que hacer.
− Lo siento, Tatsumi. T.T La verdad es que me acabo de despertar.
Hisoka se le acercó con cara de preocupado:
− Watari, ¿te pasa algo? Tienes mala cara y te noto muy cansado.
− No es nada (aunque cansado sí que estoy). Ayer estuve experimentando hasta muy tarde y, al beberme lo que había logrado fabricar, me desmayé. Se supone que tenía que cambiar de sexo al beber ese líquido, pero lo único que pasó fue que perdí la conciencia.
− Deberías ir con más cuidado − dijo Hisoka. Se notaba su preocupación en su voz.. − Es probable que te hayas equivocado de ingrediente y te haya salido mal. Pero creo que no deberías probar tus experimentos contigo mismo. Es peligroso: te podrías intoxicar.
− ¿Por qué no los usas antes con un animal? Siempre es mejor que se muera un conejo o una rata que que tú no puedas cumplir con tus obligaciones. Sin ti no podemos hacer el trabajo, y buscar a un sustituto es complicado hoy en día. El futuro de millones de almas está en nuestras manos.
− ¡No tienes corazón, Tatsumi! ¿Cómo puedes decir esas cosas? Prefieres que sufra un pobre animal inocente a que yo esté de baja. ¿Podrías estar impasible viendo como la pobre criatura suspira por última vez?Eso es lo mismo que ser un asesino.Yo soy el responsable de mis experimentos y debo cargar con las consecuencias.
Tsuzuki observaba a los dos shinigamis y se dió cuenta de que la conversación empezaba a ser cada vez más conflictiva. Se esfumó y apareció enseguida con una bandeja de galletas calentitas.
− ¿Os apetecen unas galletas de la cafetería? Tienen sabor a naranja.
− ¡NO, GRACIAS! − gritaron a la vez Watari y Tatsumi.
− Vaya ToT. ¿Y tú Hisoka? ¿Quieres compartirlas conmigo?
− No me gustan los dulces, baka.
− Onegaiiii ♥
− ¡QUE NO!
Tatsumi y Watari seguían discutiendo.
− Tú lo que quieres es escaquearte del trabajo. Si piensas que te vamos a pagar por tu cara bonita, andas equivocado. Te tenemos aquí para que nos ayudes a analizar las pistas, y no para que te drogues en tu laboratorio y vengas tarde al trabajo. Dedícate a tus experimentos personales cuando tengas vacaciones.
− ¡Yo soy libre de hacer lo que quiera en mi tiempo de ocio!! Y que sepas que el sueldo es miserable y que el café de la cafetera siempre sale sin azúcar.
− Pues le hechas azúcar − se entrometió Tsuzuki. − Yo siempre me traigo una bolsa, porque sé que aquí nunca hay. Si quieres te doy un poco.
− ¡QUE NO! − (esta vez lo dice Watari.) − ¿No te das cuenta de que nos explotan de mala manera y nadie dice nada? ¡Abre los ojos, Tsuzuki! ¡Tatsumi se aprovecha de nosotros! Y encima se hace el importante.
− No te busques aliados, que no te servirá de nada. − Tatsumi notó que se estaba enfedando de verdad. − …l no es mejor que tú. Los dos habéis llegado tarde, sois culpables y espero que no se vuelva a repetir.
− Pero...
− ¡NADA DE “PEROS”! ¡A CALLAR Y A TRABAJAR!

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Watari abrió la puerta de su piso. Todo estaba a oscuras, las persianas bajadas. Tanteó hasta encontrar el interruptor y encendió la luz. Era un apartamento sencillo, con los muebles simples. Tenía justo lo necesario, sin ningún tipo de ornamentación. Disponía de tres habitaciones. La primera era la sala de estar, en la que llamaba la atención una gran estantería con todo tipo de libros, apuntes y cintas relacionados con la naturaleza y la ciencia. La segunda habitación era su dormitorio, un cuarto pequeño y desordenado. Pero, centrémosnos en la tercera habitación, que es a donde se dirigía Watari en ese momento. Abrió la puerta y encendió las luces fluorescentes que dejaron ver un gran espacio, lleno de extraños artilugios. Sí, la tercera habitación era un gran laboratorio. La blanca luz se reflejaba en los cristales de reloj, en las mesas en el armario repleto de distintas muestras. Todo estaba ordenado, con pulcritud. Aunque el científico podía ser desordenado en su vida cotidiana, no podía permitirse ningún fallo en el laboratorio. Watari sacó de una bolsa unas cuantas botellas:
−Bueno, volveré a comenzar. Hace tanto que lo intento y siempre fallo. Pero volveré a probar. Lo repetiré tantas veces como haga falta. Voy a triunfar y a cumplir mi sueño. ¡Oh, yeah!
Después de unas laaargas cinco horas... el laboratorio estaba hecho un desastre. El orden había desaparecido, las mesas estaban llenas de probetas y muestras.
− Jejeje. Volví a fallar. .U ¡Pero no me rendiré! ¡La paciencia es la madre de la ciencia!
Después de dos horas más...
− Buff. ¡Otra vez!
Después de tres horas más... estaba a punto de amanecer. Los ánimos de Watari habían desaparecido y estaba de un humor bastante precario.
− ¡Ya estoy harto! ¡Esro es una mierda! (rompe un embudo) ¿¡Por qué no lo puedo conseguir!? (otro) ¡ Estoy cabreadísimo! Hala, voy a hechar un poco de esto, a ver si explota el laboratorio entero.
Hecha un líquido rojo dentro de la solución que preparó en las horas anteriores. Pero nada explotó. La mezcla pasó a ser de un azul turquesa. Un olor dulce invadió el laboratorio. Las manos de Watari se movieron solas: cogió el vaso de precipitados con el líquido y se lo bebió. Después de eso, se calmó y se sentó en una silla, y empezó a reflexionar. Había obtenido grandes progresos en la teoría, pero la realidad era muy distinta. En la práctica nada pasaba tal y como él deseaba. No sabía cuál era su fallo. Hacía mucho tiempo que estaba con este proyecto, pero no había progresado. Había resuelto problemas indescifrables para los científicos corrientes. Conocía los misterios de la alquimia mejor que nadie. Mas todo eso le resultaba inútil. Se sentía frustrado. Empezó a dolerle la cabeza. Se sentía mareado. “Oh, no.” pensó, “ otra vez no. Si me vuelvo a dormir, Tatsumi se enfadará. Pero no puedo evitarlo. ” Watari perdió los sentidos y cayó al suelo.

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Siento una fuerte luz sobre mis párpados. Hace mucho frío. ¿Dónde estoy? Abro los ojos y veo el techo del laboratorio. Es verdad, ahora me acuerdo. Estuve hasta muy tarde aquí, peor no conseguí nada. Me duele todo el cuerpo. ¿Qué hora será? Debo ir pronto al trabajo. No quiero que los demás se quejen de mí. Tatsumi... Un momento. ¿Qué es esto? ¿Qué es este bulto que tengo en el pecho? Me desabrocho rápidamente la bata y la camisa. Lo que veo me deja totalmente perplejo: un par de pechos rosaditos y de talla 180. Por Diós, creo que estoy soñando. Me pellizco, pero no pasa nada. Para asegurarme totalmente me pellizco, esta vez en uno de los pechos. ¡Agh! ¡Qué daño! O_O El grito que acabo de pegar era muy agudo. Pruebo hablar y, efectivamente, tengo voz de chica. Si quiero conocer hasta qué punto fue exitosa la transformación, debo ver otra cosa. ¡Ainssss! Soy una chica de verdad. Tengo todo lo que hay que tener. ///// Me voy corriendo al baño, necesito verme en el espejo. No puedo creer que este soy yo. Los rasgos de mi cara son más delicados y tengo aproximadamente la altura de Hisoka. ¡Esto es increíble! Ahora hay que decidir lo que voy a hacer ahora que he conseguido mi objetivo.


Pues aquí está. Es mi primer fanfic en prosa de Yami no Matsuei. No tengo mucha práctica, por eso no me sale del todo bien. Seguro que, con el tiempo, conseguiré hacerlo mejor. Intentaré seguirlo pronto.
P.D. Muchas gracias al Carlos por chivarme un titulo para el fanfic XDDD No sabe de qué va la cosa, pero eso poco tiene que ver...

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