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Tsuki no Hikari por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Este es un gran día para mí, ya que finalmente puedo traerles este fanfic el cual tenía desde hace más de dos años la idea, pero como rompe muchos de los esquemas que acostumbro (Kyuu: La narrativa es un poco diferente y contiene bastante drama ¬¬) tardé mucho en animarme a escribirlo. En lo personal creo que la historia vale la pena, así que les pido le den una oportunidad a este proyecto. Ah, sí, en español el título significa Luz de luna, y créanme que en lo que más sufrí fue en escoger dicho nombre X.x Agradezco a mi hermana Eli por ayudarme a encontrar el título adecuado, y ténganle envidia porque ella ya leyó los capítulos hasta donde tengo avanzado este fic, jeje. Sin más por el momento, pasen y que disfruten este nuevo loco trabajo de su humilde servidora: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Kishimoto-sensei, algunas ideas para la historia fueron tomadas de la película Inframundo (la primera, no he visto las demás).

CAPÍTULO I:

"DE AZUL Y NEGRO"

 

Siglo XXI. La humanidad vivía a su ritmo, con sus problemas sociales, económicos, religiosos, ambientales y demás. Había muchos avances tecnológicos tratando de hacer más cómodo el día a día. Pero debajo de todo ello se suscitaba una guerra diferente, una guerra que llevaba cerca de cien años, siendo partícipes dos especies que se consideraban sólo un mito o fantasía: los vampiros y los hombres lobo.

 

Los vampiros, desde siglos atrás, estaban inmiscuidos en los círculos más poderosos e influyentes tanto política como financieramente, contaban con muchos contactos y súbditos entre los humanos. Desde que la guerra se había desatado tuvieron que abandonar los lujosos castillos por mansiones menos ostentosas pero mucho mejor protegidas a las cuales llamaron "Gremios·, existiendo seis, divididos entre los miembros de la nobleza. Precisamente en uno de ellos, el principal y donde estaba la corte real, se encontraba un joven pelinegro de piel blanca y unos aparentes 17 años (aunque en realidad tenía muchos más años), pintaba bajo la luz de la luna que entraba por su ventana. Sería mucho mejor hacerlo de día, pero los rayos de sol lo matarían de inmediato. Estaba muy concentrado en el lienzo que no oyó el llamado a su puerta.

-Disculpe, majestad -llamó una chica con peinado de chonguitos

-Ah, Tenten, pasa. ¿Qué sucede?

-La fiesta ha comenzado y el rey solicita su presencia.

-Entendido. ¿Itachi-sama ya está aquí?

-Sí, acaba de llegar.

-Bien, enseguida voy. Gracias.

-No hay de qué, Sai-sama.

 

En el gran salón de la mansión sonaba la música clásica. En un grande y elegante sofá estaba sentado un alto hombre de cabello negro y ojos del mismo color que sostenía una copa de vino mientras sonreía cínicamente. Aquél era Uchiha Fugaku, amo y señor de aquél gremio y el actual rey de los vampiros. En cuanto Sai ingresó a la habitación, muchas miradas se posaron sobre él, algunas ansiosas, otras con crítica. Sai les ignoró y caminó hasta llegar frente al rey, haciéndole una reverencia.

-Ya estoy aquí, majestad -le dijo con tono respetuoso

-Excelente, Sai.

Fugaku hizo un gesto con la mano, logrando que inmediatamente se les acercara una guapa mujer de larga cabellera rubia. Físicamente aparentaba la misma edad del pintor.

-Tal vez recuerdes a Yamanaka Ino -dijo el rey-, la heredera de una de las cuatro familias nobles.

-Un poco -inclinó él su cabeza hacia la chica-. Buenas noches, Yamanaka-san.

-Igualmente, Sai-sama -imitó el gesto

-Vamos, no tienen que ser tan parcos el uno con el otro -sonreía el mayor-. Sai, quiero que esta noche acompañes a Ino. Les servirá para conocerse mejor.

Ambos, con aprensión, evitaron mirarse.

-Como usted ordene, majestad -dijo el joven y ofreció su mano a la rubia-. Si gusta acompañarme...

-Por supuesto -la aceptó, un poco incómoda

 

A lo lejos la pareja era observada por un hombre de largo cabello negro sujetado en una coleta, era bastante atractivo y vestía todo de negro. Aquél era Uchiha Itachi, el príncipe heredero al trono. A su lado llegó un hombre de cabello azul y con aspecto de tiburón.

-Hola, Itachi.

-Creí que no vendrías, Kisame.

Hoshigaki Kisame, su fiel guerrero, mano derecha, amigo y vampiro de confianza, uno de los pocos en conocer bien al moreno. Notó la expresión con que el príncipe miraba a Sai e Ino.

-Vaya -comentó el recién llegado-, no me digas que el rey tratará de emparejar a Sai con la chica Yamanaka.

-Eso me temo.

-Dudo que ella sea su tipo. Espero que el rey cambie de opinión, sería cruel para Sai que lo casaran sin su consentimiento.

-Lo sé. Él obedecerá al rey a cambio de no ocasionarme problemas -suspiró Itachi-. Ya hablaré con el rey. Podrá ser nuestro líder y su abuelo, pero yo soy el padre de Sai.

Los vampiros no podían tener hijos de forma natural, debían escoger algún humano y convertirlo. Excepto la familia real y sus parientes consanguíneos, ellos sí podían engendrar hijos de manera biológica. Por ello a todos los vampiros les tomó por sorpresa la noticia de que Itachi, quien ni siquiera tenía pareja, decidió convertir a un joven humano cualquiera y lo tomó como su hijo, dándole con eso el principado. El rey no dijo nada por su decisión aunque ciertamente se molestó porque Itachi no fue más selectivo a la hora de dar su sangre, e Itachi sabía la razón de eso. El moreno se alejó de la familia real mucho tiempo, vagando por el mundo. Tardó años en recuperarse de la pérdida de su hermano menor, Sasuke. Fue hasta que encontró a Sai y lo tomó a su cuidado, con él regresó al lado de su padre y retomó el puesto como heredero al trono.

 

-Lo lamento mucho, Sai-sama -dijo Ino-. Debe ser incómodo para usted tener que soportarme.

-Yo soy quien debe disculparse, y por favor, puedes tutearme -le sonrió levemente-. Siento mucho que el rey te obligue a estas cosas.

-Tal parece que él me considera como una buena candidata para su nieto.

-Desgraciadamente para ti.

La rubia sonrió con tristeza.

-Ino-san, ¿por qué no le dices que ya amas a alguien?

-¿Eh? -lo miró con sorpresa, sonrojándose

-Me parecieron obvios tus motivos.

-Vaya... Lo siento.

-No tienes que disculparte

-Gracias, Sai-sama, pero no podría hacerlo -desvió la cara-. A final de cuentas esa persona tampoco lo sabe, porque nunca podríamos estar juntos.

 

Una elegante mujer pelirosa de ojos verdes ingresó a la sala. Muchos la saludaban con respeto al pasar. Ella era Haruno Sakura, una de las más leales guerreras del rey, contaba con gran confianza y apoyo por parte de éste.

-Buenas noches, majestad -saludó arrodillándose ante Fugaku

-Buenas noches, Sakura. ¿Alguna señal de esos pulgosos?

-Hoy no nos hemos topado con ninguno. Parece que se han vuelto más precavidos de noche.

-No es para menos. A lo largo de estos años han sufrido muchas bajas.

-Sí, pero continúan reproduciéndose. Lo más conveniente es acabar cuanto antes con sus líderes.

-Todo a su tiempo, Sakura. Levántate y bebe un poco de vino, disfruta la fiesta.

Ella obedeció, tomando la copa que le ofreció un mesero. Luego miró a la pareja que platicaba a lo lejos.

-¿Yamanaka Ino? -preguntó-, ¿cree que es merecedora de Sai?

-Tú te negaste a comprometerte con él, te dije que con gusto te habría entregado a ése chico.

-... Sabe que él no me interesa -desvió la cabeza con una vacía expresión-. Yo sigo pensando en Sasuke-kun.

El rey arrugó el ceño a la mención de ese nombre.

-Deberías resignarte. Él ya no está aquí y nunca regresará. Lo único que podemos hacer es acabar con esos malditos culpables de que muriera mi hijo menor.

-Tiene razón -apretó la copa-. No descansaré hasta ver aniquilados a todos los que pertenecen a la misma especie del maldito infeliz que condenó a Sasuke-kun.

 

Faltaban un par de horas para el amanecer, de modo que los vampiros comenzaron a regresar a sus aposentos y posiciones para así protegerse durante del día, las horas en que eran muy vulnerables. Itachi caminó hasta llegar con Sai e Ino.

-Itachi-sama -se inclinó la rubia

-Ya es tarde, Ino -contestó él-. Si nos disculpas, debemos irnos.

-Claro, entiendo.

-Vamos, Sai.

-Sí, Itachi-sama. Hasta luego, Ino-san.

-Que descansen, Sai-sama, Itachi-sama.

 

Ambos pelinegros se encaminaron hasta adentrarse en una habitación bastante escondida dentro del gremio. Itachi revisó que la puerta y ventanas estuvieran bien cerradas.

-¿Te quedarás conmigo hoy? -preguntó Sai sentado sobre la cama

-Sí, mañana debo hablar con el rey de algo importante.

-Mmm... ¿Es sobre comprometerme con Ino-san?

Itachi fue a sentarse a su lado y le acarició la cabeza con cariño.

-¿Acaso no te molesta? -le preguntó

-Mientras pueda estar junto a Itachi-sama no me importa lo demás -contestó recargándose en su pecho

-Eso lo dices porque todavía no encuentras a alguien especial que amarás mucho.

-Te amo a ti, con eso basta.

-Lo sé -le sonrió-, pero hablo de un amor diferente.

Sai lo miró con confusión, así que el mayor prosiguió con su explicación.

-Estamos unidos por un lazo familiar muy fuerte, pero un día conocerás a alguien que cambiará tu forma de ser, alguien que amarás como a nadie. Te será tan importante que no querrás separarte de su lado y hasta darías tu vida a cambio de la suya. Será alguien con quien no tienes ningún parentesco, pero buscarás cambiar eso, desearás que se quede contigo, que te mire sólo a ti, que te pertenezca en alma, cuerpo y corazón.

-¿De verdad... crees que yo sea capaz de conocer a una persona así? -agachó la cabeza

-Estoy seguro -besó su frente y lo recostó-. Es hora de dormir, luego podrás preocuparte por ello.

-Sí -se acurrucó a su lado-. Dulces sueños, Otou-sama.

-Igualmente, Sai.

 

El sol trajo consigo una hermosa mañana, la gente se preparaba para realizar sus actividades diarias. A las afueras de la ciudad había un pequeño, escondido y bien resguardado poblado rodeado de campos con flores y árboles. En una casita un hombre de cabello rubio dormía profundamente; escuchaba ruidos cerca, pero prefirió ignorarlos.

-¡Otou-san, despierta! -abrió la puerta de golpe un joven de larga cabellera rubia y ojos azules, aparentaba unos 18 años- ¡Hazme caso! -lo pateó fuera de la cama, tirándolo al piso

-Auch.

El hombre abrió los ojos y se sobó la cabeza.

-Podrías despertarme de una manera más dulce, hijo.

-Hoy tenemos un día largo y el desayuno ya está listo -lo ignoró-. Anda, date prisa, dijiste que habría reunión.

El mayor se incorporó recargando su cabeza en la pared. Él era Namikaze Minato, un hombre por lo general amable, protector y cariñoso, con una gran inteligencia y fuerza. Por eso él ostentaba el liderazgo de su especie, los hombres lobo o licántropos. Minato volvió a tocarse la zona de la cabeza que se golpeó; definitivamente su hijo tenía un carácter muy similar al de su amada esposa que en paz descanse.

 

El mayor fue a la mesa y miró un delicioso pescado frito, arroz y té. A los pocos minutos el joven se sentó a su lado. Minato le miró la piedra azul que colgaba de una cadena alrededor de su cuello y sonrió con ternura.

-¿Nunca te la quitas? -le preguntó

-Claro que no, primero muerto -respondió tocándola-. Es... lo único que tengo de ellos dos.

-Deidara -llamó-, tu collar es sólo una prueba física de cuánto te quisieron, pero te dejaron más cosas -rió-. Tienes el mismo carácter explosivo de Kushina y la desbordante alegría de Naruto.

El rubio menor sonrió también. Namikaze Deidara, su segundo hijo y el único que le quedaba. Considerado como uno de los futuros líderes de la manada, muy enérgico, temperamental, orgulloso y responsable. Le gustaba mucho hacer esculturas y tenía la habilidad para hacerlas explotar. Era un poco distraído, por lo que a su padre no le gustaba mucho que anduviera él solo.

-Debo ver a la Hermandad -dijo Minato-, pero nos veremos al mediodía, quiero que me acompañes a dar una vuelta por el territorio. Enviaré a alguien a buscarte cuando sea hora.

-Como digas, Otou-san.

 

Terminaron de desayunar y salieron juntos de la casa. Deidara se despidió y subió a una colina que estaba cerca. Minato lo observó alejarse y su semblante se tornó triste. Su amada Kushina había muerto luego de dar a luz a Deidara, pero ella fue feliz, pues pudo conocer a su cachorro y hasta ponerle ese nombre. Apenas se estaba reponiendo del golpe cuando perdió también a Naruto, su primogénito quien siempre lo animaba y sonreía. Minato estaba seguro de que si Deidara no estuviera con él, hace mucho que se habría rendido, pero justo como su difunta esposa se lo dijo, ése niño se convirtió en su fuente de alegría y consuelo, lo más importante que le quedaba en el mundo.

 

Minato llegó a una enorme casa donde los guardias inclinaron la cabeza en señal de respeto al verlo pasar. Aquella era la base de operaciones y guarida de la Hermandad, la sociedad formada por los líderes de los clanes de hombres lobo. En una enorme sala ya lo esperaban un pelinegro, un castaño, un peligris y uno con una capucha y la cara pintada. Nara Shikamaru, Inuzuka Kino, Hatake Kakashi y Sabaku no Kankurou respectivamente, los líderes de sus clanes. Todos se levantaron al ver entrar al rubio.

-Parece que soy el último -comentó él viendo a Kakashi, quien asintió

-Anoche todo estuvo tranquilo -informó Kino

-En mi territorio igual -añadió Kankurou

-Me han informado que las armas que encargamos ya están en nuestras bodegas -habló Shikamaru-. Pero todo indica que los vampiros también están consiguiendo armamento.

-No me extrañaría -dijo su líder-. Ya pasaron más de 30 años desde el último gran enfrentamiento que tuvimos con ellos y en el cual se derramó mucha sangre.

-Así es -Kino apretó los puños, pues en aquella batalla él perdió a su esposa

-Debemos ir entrenando a los cachorros que ya estén por convertirse en adultos -opinó Kakashi-. No podemos permitirnos perder a tantos lobos como esa vez.

-Él tiene razón -apoyó Kankurou-. Hay que prepararlos lo mejor posible, tanto a machos como hembras.

-Hagan una lista con los nombres de los cachorros que consideren listos para formar parte de nuestros grupos de ataque -ordenó Minato-. Analizaremos las habilidades de cada uno para distribuirlos.

Todos procedieron a obedecerlo. Kakashi se acercó al rubio y se sentó a su lado.

-¿Y Deidara? -preguntó

-Le dije que lo vería en un rato. Seguramente fue a ése lugar.

-Es su costumbre. Supongo que considera que ahí puede estar más cerca de su hermano.

-Sí...

-Minato-sensei, ninguno de nosotros lo ha olvidado. Los vampiros nos esclavizaron durante cientos de años, y nos pagaron esa época de servidumbre acabando de manera cruel con uno de nuestros miembros más queridos -lo miró-. Desde entonces todos buscamos eliminarlos para crear un mundo donde los cachorros puedan crecer libres y felices.

-Muchas gracias, Kakashi.

 

Deidara se encontraba frente a una tumba rodeada de flores de todos colores. Se arrodilló y acarició con tristeza la piedra que se fungía como lápida. Ahí estaba sepultado su querido hermano mayor, Naruto, quien murió cuando él apenas iba a cumplir un año. Había escuchado mucho sobre su hermano por palabras de su padre y otros lobos mayores que lo conocieron. El rubio apretó su collar. Tenía entendido que aquél objeto le perteneció primero a su madre quien dio su vida con tal de traerlo al mundo. Cuando lo supo se sintió culpable, pero su padre le dijo que ella estaba muy feliz por lograr que naciera sano y salvo, y por eso él debía vivir por ambos. Luego el collar fue de Naruto, quien poco antes de fallecer se lo regaló, probando con ello cuánto quería a su hermanito.

-¡Hey, Deidara!

El aludido volteó encontrándose con un joven pelirrojo de ojos castaños: Sasori, su mejor amigo e hijo de Shikamaru del clan Nara. Era unos años más grande que él, aunque físicamente aparentaran la misma edad.

-Sabía que te encontraría aquí -continuó el pelirrojo

-Obvio, siempre vengo -contestó-. ¿Por qué me buscabas?

-Sólo tenía ganas de verte -sonrió-, y ver si querrías entrenar un rato.

-Mmm... No lo sé, Otou-san dijo que lo acompañaría a un recorrido. Tal vez podrías venir con nosotros -sugirió con emoción

-Es buena idea.

Sasori caminó hasta situarse a lado de su amigo y también miró la tumba.

-Lo sigues extrañando -afirmó

-Siempre lo haré -respondió el ojiazul-. Tanto a él como a Okaa-san. Sé que lo de ella fue una tragedia imposible de evitar, pero nii-san -apretó los puños con ira-... fueron esos malditos vampiros quienes lo asesinaron. Nunca se los perdonaré.

-Claro que no -lo apoyó-. Verás que un día lograremos vengar su muerte.

Deidara le sonrió y se recargó en el hombro del otro, quien lo rodeó con un brazo.

 

Estuvieron buen rato contemplando la tumba en silencio hasta que olfatearon a alguien acercándose.

-Es Gaara Oji-san -informó Sasori

Un pelirrojo de ojos verdes y con el kanji del amor tatuado en la frente llegó. Sabaku no Gaara, segundo al mando de su clan aunque ahora se desempañaba como la mano derecha de Minato y uno de sus guerreros de más confianza, hermano de Temari, la mamá de Sasori y por tanto tío de éste último.

-Hola, Gaara-san -saludó el rubio

-Hola -contestó con seriedad, ya normal de él-. Minato-sama me ha enviado por ti, Deidara.

-¿Puedo acompañarlo, Oji-san? -preguntó Sasori

-No le veo problema. Adelántense, enseguida los alcanzaré -los miró con severidad-, pero no se alejen demasiado.

-Somos capaces de cuidarnos solos -se quejó el rubio

-No me interesa y háganme caso.

-Eres demasiado protector, Gaara-san.

Ellos dos comenzaron a bajar la colina todavía alegando que ya no eran cachorros indefensos. El mayor suspiró y volteó a ver la tumba con tristeza, depositando en ella una rosa blanca.

-Lo sé -murmuró-. Pero se lo prometí... el día que lo sepultamos aquí.

Los licántropos tenían la costumbre de incinerar a sus muertos, pero con Naruto se hizo una excepción para que su tumba quedara como un recordatorio del inicio de esa cruel y sangrienta guerra.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Ahí lo tienen, el inicio de mi nuevo proyecto. Tal vez de momento parezca un poco trillado, pero este es apenas el primer capítulo, faltan muchas cosas y sorpresas por delante. Ya me imagino que muchas pondrán el grito en el cielo al leer que Sasuke y Narutito ya están muertos, pero eso es la parte medular de esta historia, de hecho en cada capítulo se hará alusión a ellos y, más adelante, se verá qué fue lo que sucedió entre ellos para que se desatara la guerra. Y todavía es muy pronto para sacar los pañuelos, queridas lectoras, pero ténganlos a la mano para cuando se ocupen!! (Kyuu: Higa-chan ha hecho reír tanto al público que esta vez su meta es conmoverlos y hacerles llorar ¬¬) Por cierto, dividí la historia en seis pequeñas etapas, los primeros cuatro capis forman "Introducción", porque les presentaré a los personajes y parejas principales. El siguiente capítulo se llama "Tan profundo como el océano" y principalmente trata de Itachi y Deidara. Como siempre saben que esperaré sus comentarios con quejas, saludos, felicitaciones, pedradas, jitomatazos, buenos deseos, amenazas, bombas, flores, cebollazos y demás. La siguiente semana les traigo Susurros del más allá (Kyuu: Han de querer saber qué le pasará al mocoso Uchiha) y en dos semanas el seis de S.E.M.E.S., aunque si este fic tiene buena aceptación, entonces también se los traigo en dos semanas, jejeje. Se me cuidan mucho y ojalá que me acompañen por esta nueva aventura que durará veinticinco capítulos. Bye byeee!!


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