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Dame una mano por Rafael

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Notas del capitulo:

“Vuelvo a mi cucha rengueando éstas ganas borrachas de volverte a ver. No es que no quiera cuidarte, ando noqueado y no puedo hacer pie.”


 


Bien. Este es el primer capítulo de un fic romántico *ay, que tierno* de MattxMello (I love it)


Espero que se regocijen al leerlo, tanto como yo al escribirlo. ^-^


*w*


¡Guarda que empieza!

"Oxidado"

 

 

 

El local era un lugar dominado por la penumbra y cargado de humo, que olía a desodorante y a cerveza rancia. Mello permaneció un momento del lado del interior de la puerta, esperando que sus ojos se adaptaran a la semipenumbra. El ritmo tosco de una canción Heavy Metal flotaba en el aire junto a los olores. ¿Iron Maiden? De eso no estaba seguro.

 

Era un lugar alargado y estrecho, como una especie de viejo vagón comedor del ferrocarril, con el bar a la izquierda y unos pequeños reservados a la derecha. Algunas personas estaban sentadas frente al mostrador, medio agazapadas sobre los taburetes, las cabezas inclinadas que apenas se inclinaron cuando Mello pasó junto a ellas. El joven sintió que los ojos entornados de los clientes lo seguían.

 

_¿Buscabas a alguien? –Quien habló fue el barman, un hombre moreno y corpulento que se inclinó sobre el mostrador. Tenía un espeso vello negro en los brazos y del cuello de la camisa le brotaban mechones que parecían aceitosos.

 

_Busco a Matt. ¿Él vino esta noche?

 

El barman señaló hacia el fondo.

 

Mello encontró a su amigo en el reservado del fondo, debajo de un aparato de aire acondicionado que enviaba el último aliento de aire fresco, y a pocos metros del tocadiscos. Matt estaba solo, contemplando su vaso. La colilla de un cigarro estaba depositada en un cenicero, cerca de su codo. La expresión de Matt se escondía bajo sus gafas y algunos mechones de su rojizo flequillo.

 

_¿Matt?

 

Pareció que él no lo oía, o bien lo ignoraba.

 

_¿Matt? –esta vez Mello bramó con algo de irritación.

 

Él abrió lentamente los ojos, apartándolos del vaso, recorrió la longitud del cuerpo de Mello, y finalmente los clavó sus ojos azules. Asintió con un gesto de reconocimiento indefinido y después volvió a mirar el vaso.

 

_¿Qué hacés acá? –murmuró.

 

_Quisiera hablar con vos. Te dejé varios mensajes.

 

Los ojos de Matt no se apartaron del vaso.

 

_¿Puedo sentarme? –insistió Mello.

 

Matt se encogió de hombros. Mello se sentó en el reservado.

 

_Te acordás de mi, ¿no?

 

Matt lo miró con un atisbo de nostalgia.

 

_¿Cómo podría olvidarte? Mi mejor amigo... Mi único amigo... –Hizo una pausa y apoyó el mentón sobre las manos cerradas.- Mi amigo Mello.

 

De nuevo Mello se impresionó ante la diferencia que podía percibirse en una persona al cabo de algunos años. El Matt cordial, expansivo y sumiso de la infancia había desaparecido, reemplazado por este personaje hosco sentado frente a él. Pensó que todo eso era atribuible al alcohol.

 

_¿Cómo me encontraste? –preguntó Matt, mientras buscaba un atado de cigarrillos del bolsillo de su pantalón y trataba de sacar uno.

 

_No fue difícil –replicó Mello, observándolo atentamente-. Me dijeron que venís acá con frecuencia.

 

_¿De verdad? –Consiguió sacar el cigarro. Se lo puso en los labios y lo encendió, soplando una bocanada de humo espeso hacia un lado.- ¿Qué te parece si te llamo por la mañana?

 

_Ahora estoy acá –dijo obstinadamente Mello, que ya dudaba de la sensatez de haber ido a ese lugar. Matt parecía tan sumergido en su mundo íntimo.

 

De pronto, Mello se sorprendió de sí mismo al oír su propia voz que decía:

 

_¿Por qué tomás tanto?

 

_¿Y vos por qué hacés tantas preguntas, maldita sea? –Había recuperado el gruñido.- ¿Es lo único que hacés? ¿Formular preguntas?

 

Mello no se intimidó. Mas bien, frunció el entrecejo.

 

_¿Es lo único que hacés? ¿Solamente escabiás?

 

_Me ocupo de mis propios asuntos –gruñó Matt-. No molesto a nadie.

 

_Creeme, no quiero molestarte –dijo Mello tratando de retroceder conciente de que había traspasado el límite.

 

Matt lo miró fijamente. Su expresión era perdida.

 

Mello asintió y se alejó.

 

 

 

... continuará.

Notas finales:

Aah... un antro de mala muerte... el escenario perfecto para una historia yaoi ^-^.


Hola, soy Rafael. Espero que les haya gustado esta historia. Planeo seguirla, ¡lo juro! Mi loca mente está llena de ideas estrafalarias y, sobre todo, muy pero muy yaoi xD


¿Por qué Matt es un fuckin’ alcohólico? Pregúntenselo a mi loca cabecita ^-^


Ah, y perdón si tienen algún problema para entender mi acento o algunas palabras de la jerga propia del lunfardo de mi país. Con gusto aclaro cualquier desentendimiento.


 


¡Comenten, plis! Chicas, si quieren, pueden dejarme su teléfono *kukuku*


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