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Winter Love por Mimi_nuna

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Solo me atreví a mirarlo cuando dejamos de compartir el mismo espacio, desde mi sitio en la mesa dediqué una larga mirada a la puerta mientras el resto seguía con el desayuno.

La sensación de vacío comenzaba a hacer mella dentro de mí, usualmente Jonghyun y yo podíamos compartirlo todo sin hablar siquiera, y ahora, de repente, me sentía más solo que nunca.

Un ligero movimiento me volvió a la realidad del resto de la habitación y mis ojos regresaron a mi tazón donde comenzaba a hundirse una fresa particularmente grande.

-Te la regalo- un sonido matizado de risa nació involuntariamente en algún punto de mi pecho ante el gesto innecesario de Onew que seguía revolviendo su propio tazón en busca de algo indeseable.

“No podemos seguir con esto”, “Es difícil”, “Dejémoslo”, “Como si nada hubiese ocurrido” fragmentos de nuestra última charla se repetían en mi cabeza como un eco lo viese o no, y era imposible no verlo. “Como si nada hubiese pasado”, sin importar cuantas veces lo repitiese no dejaba de sonar absurdo, cuando nada ocurre nada cambia, y todo había cambiado.

Una mano en mi cabeza me quitó del ensimismamiento y noté que seguía sentado mirando hacia el sitio inexplicablemente verde donde habíamos estado tomando las últimas fotografías.

-Tienes la cabeza caliente, tus ideas van a quemarse- Taemin corrió tras robar mi atención mientras Minho parecía quitarse algo de la boca y miré a quien se sentó a mi lado deteniendo algo frente a mi nariz.

-¿Lo quieres?- me alejé unos centímetros evitando quedar bizco y comprendí que sería víctima de aquel diente de león perfectamente esponjoso si no tomaba medidas. Onew quitaba de su cabello las miniaturas blancas un segundo después y yo pensaba en Jjong otra vez sintiéndome como aquella flor que acababa de desbaratar con un soplido, tan fácil había sido romperme. Una cálida oleada me alertó y dejó expuesto a una veintena de porquerías en mis ojos.

-¡Idiota!- me cubrí antes de que barriese mi protección con la yema de los dedos soplando suavemente mis ojos entrecerrados.

- Llora si quieres, pero no lo hagas aquí-
¿Como lloraría por algo así cuando no lloraba por nada ni por nadie?

~~~~~~

- Eso puede hacerlo Key-  Una corriente eléctrica me sacudió el cuerpo al oírlo, había perdido la cuenta de cuantos días llevaba sin oír mi nombre salir de sus labios e inconscientemente mis ojos lo buscaron pero no me miró.

Era cierto, podía hacerlo. De hecho, lo haría. Mi entusiasmo sonaba ridículo era plenamente consciente de ello, tan consiente que me asqueé. Y mientras la conversación seguía sin necesidad de que participase de ella, comprendí que la motivación que debía nacer de mí, con el tiempo le pertenecía a alguien más, a alguien que ahora no deseaba complicarse conmigo pero aún así seguía siendo mi motor impulsor.
Podía sonreír y cumplir cada exigencia con entusiasmo pero era un autómata.

Mi mirada viajó como de costumbre a Jjong que estaba a dos metros de mí, sonrisa intacta, el brillo pícaro en su mirada y sus dedos jugando con los de Taemin…cinco, seis…doce segundos…inconscientemente apreté mi mano y unos dedos la abrieron regresándome a la tierra. Onew sonrió y repitió la pregunta que evidentemente no había oído y recibí un poco apabullado, todos rieron ante mi desconcierto incluso ese que no dejaba de ignorarme y como pocas veces en la vida sentí calor en mis mejillas. Daba vergüenza ser yo, era realmente patético.

A veces me preguntaba como cada día incluso siendo diferente podía ser igual al otro, estaba cansado, el agotamiento parecía haberse engrampado a mi cuerpo en las últimas semanas y sentía que pateaba un poco de mi alma en cada paso, algunas veces era difícil despegar los pies del piso para dar un simple paso, un mes atrás no hubiese creído sentir algo tal porque él estaba conmigo y sus dedos hallaban los míos bajo la mesa, y se recostaba en mi hombro cuando estaba cansado, y sonreía solo para mí, y susurraba así, robándome un beso en medio de la confusión de las actividades y se escurría tras de mí cuando quería ducharme poniendo la música a todo volumen para que nadie nos oyese…y de todos modos podíamos oírnos prometernos cosas que ya no serían mientras Minho golpeaba la puerta recordándome que no vivía solo. Me daba risa haberme creído todo, por eso me obligaba a que las lágrimas no llegasen a sobrepasar el limite de mis pestañas, no lloraría por Jjong porque él no había llorado por mí.

No sé cuando fue, que día hallé un mensaje de Onew en mi celular, pero recuerdo haber creído que sus dedos gordos habían confundido el envío, aunque lo dude la segunda vez. Hasta que un inexacto día lo esperé mientras el resto dormía y llegaba pasada la medianoche con una sonrisa menos cansada de lo que hubiese esperado.

No quería acostumbrarme a esto, a recibir una sonrisa o un nuevo chiste malo cada vez que me descubría esperándolo como si fuese su madre en la oscuridad de la cocina, por eso no escatimaba en quejas, en miradas absolutamente sobradoras y en hacerlo sentir como un idiota porque parecía esperar una reacción agradable de mí, de alguien que usualmente no era condescendiente con nadie.

Nunca había pensado en volverme cercano a Jin Ki, si por cercanía llamamos algún tipo de vínculo voluntario que sobrepasase la relación como miembros de un mismo grupo, había en él una dualidad que no me permitía sentirme seguro, cuando no era una persona exasperante en búsqueda de atención…me daba mala espina, no podía adivinar que pensaba o que cosas consideraba cuando se aislaba en su propio mundo y aquello me generaba desconfianza. Mi relación con Jjong era más simple, podíamos entendernos con una mirada o un guiño, la complicidad generaba situaciones que nos habían llevado donde evidentemente no debíamos haber incursionado.
Pero analizándolo fríamente no pensaba que en algún momento pudiese llegar a sentirme cómodo con él de un modo similar, me exasperaba tarde o temprano, por eso evitaba el contacto cuanto pudiese, pero la soledad daba frío y Onew solía ser cálido a pesar de todo.

Onew POV

Estaba desconcertado por la forma en la que me sentía en los pocos ratos libres que teníamos, ese vacío molesto que había entrado por algún sitio y me desesperaba por las noches podía volverse asfixiante. Esa necesidad de que alguien me abrazase parecía crecer cuando más cansado estaba, mi madre me había mirado con cierta pena mientras trataba de hilar las palabras para explicarme y su conclusión fue idéntica a la mía; me sentía solo.
No era esa soledad fácil de cubrir y se me antojaba desconcertante porque pocas veces podíamos estar solos, mi necesidad era más profunda, totalmente estúpida, como si fuese un niño todavía….necesitaba que alguien me quisiera.
No era difícil acercarse a alguna de las muchas chicas que nos rodeaban y conseguir unos minutos de conexión cuasi amorosa que podía llenarme de energía durante un rato, pero deseaba que alguna realmente me prestase atención. La última vez había recibido un acusador ‘¡Oppa no!’ matizado de unas cejas fruncidas y una mirada al suelo que me hizo asquear, ‘no podemos oppa…’ enfermizo. Cualquier intento de acercamiento a alguna de nuestras compañeras de empresa siempre era repelido por un escudo invisible de recato autoimpuesto. Negocios. No podíamos joderla, liarse por muchas ganas que tuviésemos era un riesgo innecesario. Si un par de besos eran un crimen el sexo estaba totalmente prohibido, a veces me alegraba tener como consolarme a mí mismo, sino hubiese muerto coagulado hacía mucho tiempo.
Siempre terminaba castigándome a mi mismo por ese tipo de necesidades que no podía dominar por mucho que lo intentase, actuando de modo estúpido para acallar mi frustración. No citas. No estaba en edad como para que esa fuese una regla justa siquiera.

Algo en mi lo pedía a gritos, alguien. Una persona a quien pudiese abrazar y me abrazase también, alguien que no me permitiese sentirme solo. ¿Donde buscaría eso que necesitaba siendo monitoreado a diario?, ¿Cuándo? si parecía llevar una agenda que me especificaba la cantidad de respiraciones que debía dar por minuto. Y mi atención viró a Key que parecía echarse a morir en cualquier rincón hacía algunos días sin que Jonghyun, usualmente su sombra, lo mirase siquiera, y pensé que tal vez se sentía como yo.

La situación se me presentaba más extraña que de costumbre, nunca había ignorado que parecían estar muy bien juntos, al principio solo me generó curiosidad comprender que tipo de relación parecía unirlos y hacerlos envidiablemente felices, y cuando logré poner todas las evidencias en su sitio supe que su vínculo era especial. Era lo que yo deseaba y lo habían construido frente a nosotros sin problemas.

¿Pero como abordas a alguien a quien siempre te rechaza como si apestases?...la repuesta llegó por si misma. Key era lo que yo necesitaba, entonces, yo sería lo que él necesitara.

Notas finales:

Si llegaste hasta aquí gracias!, esta es la primera vez que escribo esta temática y espero no haberlas enredado con mi forma de narrar. Ojalá tengan ganas de continuar con la lectura porque esto lleva un tiempo :)


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