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Andromeda por Lady Susaku Shunkurakai

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Notas del capitulo:

HONTONI SUMMIMASEN DESHITTA TT0TT!!! puff.. creo que no me tarde tanto como la vez anterior pero bueno.. creanme que es justificable: 1º tengo prohibido usar la pc desde abril (no pregunten porque -w-U) y además este capitulo lo hice más largo... porque les tengo una pequeña sorpresita: capitulo con lemon nwn.

espero que lo disfruten y que me hagan saber su punto de vista. agradezco de antemano a todos los que siguen de cerca mi fic y estan al pendiente de este como cierta lectora bella que casi me va a buscar al inframundo con tal de que actualice ^^U.

solo como un pequeño comentario: creeanme que si no tuviese limitado el permiso para usar la pc no solo actualizaria capitulos seguido sino que abria fan fics de todo un poco todos los dias y para su disfrute, pero por desgracia no es asi -_-".

ejem.. bueno bueno, sin más discurso que dar:

enjoy kudasai minna-san ^^

Tras haber abandonado la habitación Shun se sentía más confundido que antes; escondido en otra de las habitaciones del palacio marino, ya habiendo tomado las cosas con más calma y poner sus pensamientos en orden cayó en la cuenta de que aunque fue un impulso aquel contacto con el general marino… en realidad no se había sentido mal, por otro lado Siren era su enemigo ya que era uno de los generales más fieles de uno de los dioses que lo van a sacrificar, pero por otro lado a su mente llegaron los recuerdos de aquella batalla que tuvieron para salvar a athena; y sabia que Siren era igual que el: no le gustaba la guerra.

Su mente se lleno de aquellos pensamientos mientras se dejaba llevar por un profundo sueño, sueño que fue abruptamente interrumpido al ser despertado de unas cuantas sacudidas bien propinadas que le daba Christ de la cruz del sur; santo fantasma que en el pasado se enfrentó al cisne y que ahora se llevaba al menor a tirones a una gran sala, acusándolo de tratar de escapar del santuario marino.

Al llegar al gran salón en el cuál yacían Poseidón y Eris les puertas fueron abiertas de golpe dejando ver dos presencias:

 

- Christ ¿Qué significa esto?- preguntaba un tanto impresionada la diosa del la discordia

- ¿se puede saber que haces con Andrómeda?- exclamaba el dios marino

-permítanme mis señores… encontré a este joven deambulando en el palacio y pensé que su intención era la de tratar de escapar…

- ah, es eso…. por favor Christ no es necesario tal escándalo, dudo que este pequeño pueda si quiera llegar tan lejos como pensamos… - pensó el peliazul más antes de continuar fue interrumpido por la peliazul

-espere mi señor… perdona que me ponga del lado de mi sirviente… pero ciertamente tiene razón, realizaremos el sacrificio muy pronto y corremos el riesgo de que encuentre el modo de escapar o peor aun logra contactarse con athena y el resto de sus santos- predijo Eris con una mirada maliciosa hacia el joven peliverde el cual luchaba por liberarse del agarre del santo fantasma. Poseidón quedo pensativo ante las palabras de Eris, y tras pensarlo por un rato llego a la siguiente conlusión:

- esta bien, hasta que llegue el día en que llevemos acabo el sacrificio Andrómeda será encerrado en el pilar principal, bajo custodia de un caballero a la orden de cada uno de nosotros para asegurarnos que no salga de aquí- sentencio el peliazul mirando a la diosa buscando su aprobación. Finalizando con la reunión el santo fantasma se llevo casi arrastrando al más pequeño hasta el pilar principal, encerrándolo y dejando como sus guardianes respectivamente a Maya y Leunades.

Desde aquel encierro solo había transcurrido un pequeño lapso de tiempo, más para Shun el tiempo se hacía eterno, solo esperaba con resignación el momento en el que abrieran aquella puerta para llevarlo a lo que sería su último amanecer, melancólicas lagrimas rodaron por su pálido rostro mientras llegaban ante él las vagas imágenes de sus amigos; recordando con especial cariño a su hermano mayor, al cual invocaba débilmente para que fuese a su rescate aun sabiendo que quizás su hermano no lo escuchaba.

Perdido en la noción del tiempo, Shun intentó olvidar todo y tratar de escapar de aquella realidad, por afuera del pilar se escuchaban varios ruidos, pareciera que frente a la entrada del mismo se llevase a cabo una batalla. Curioso y preocupado al mismo tiempo Shun trato de averiguar lo que ocurría en el exterior sin embrago siendo de noche las imágenes no se distinguían, más podia ver la presencia de tres siluetas, resultándole conocida una de ellas al peliverde. Antes de que pudiera darse cuenta aquella batalla había finalizado y retrocedió al percibir como la entrada era forzada desde fuera; colocándose en guardia, más fue grande su sorpresa al notar la presencia acercarse a él y cubrir su boca antes de que el menor mencionara alguna palabra, cuando la luz se hizo presente en aquella oscuridad se dejó ver la imagen de Sorrento.

-         guarda silencio y sígueme- ordeno el general marino al más joven mientras ambos salían del pilar, Shun sin entender el porque de tal acción se detuvo, soltándose del agarre del pelilila y le interrogó:

-         oye pero.. ¿que estas haciendo?-

-         ¿que te parece que hago? Te estoy ayudando a salir de aquí-

-         Eso es lo que estoy notando, pero ¿porque?- al hacer aquella interrogante el mayor se detuvo dándole la espalda y guardando silencio por un instante como meditando su respuesta..

-         Si te lo digo, seguro no me creerías- mencionó con un deje de tristeza aun dándole la espalda a Andrómeda, este sin embargo seguía sin entender la actitud de Sorrento,

-         Pero de que hablas.. es que si no te explicas…

-         Es por eso.. verás…. Tras salir de la habitación después de… bueno de… del beso- al mencionar esas palabras el general se ruborizo ligeramente, - me quedé pensando por un buen rato, luego llegaron a mi los recuerdos de aquel enfrentamiento que tuvimos tu y yo en un pasado no muy distante, y bueno tras haber puesto todos mis pensamientos en orden… llegué a una conclusión, y es que… aunque quizás te suene repentino…. me di cuenta de que… me he enamorado de ti- finalizo el pelilila, girando un poco la mirada para ver la reacción de su joven acompañante solo alcanzando a ver como este retrocedía un poco más, y no era para menos recibir esa clase de declaración de un sirviente del dios enemigo era como un balde de agua fria, Shun por su parte se aseguró de que aquellas palabras antes escuchadas no fuesen un sueño o peor aun una trampa…

-         Sorrento.. ¿bromeas?

-         No, no créeme que como general ni como persona jamás jugaría con algo tan delicado como eso… ¿como te demuestro que lo que digo es verdad?.

-         No necesito que me pruebes nada, en serio… es solo que.. no sé… esque todo es tan repentino para mi y yo…- el pobre Shun ya no sabía como decir las cosas, si antes con trabajo ordenó sus ideas ahora todo le regresaba de golpe, más antes de que siguiera atormentándose con las ideas el general acortó la distancia formada anteriormente y sin más depósito un fugaz pero cálido beso en el menor, con uno de sus brazos lo sostuvo de la cintura impidiéndole soltarse y con la otra mano sostuvo una de las manos del menor. Aunque sabia que lo que estaba haciendo les costaría la vida a tanto a él como al general, se dejó llevar por aquella sensación olvidándolo todo a su alrededor.., más algo en su mente retumbo, haciendo que regresara a la realidad y  separándose de aquel beso

-         No Sorrento..-

-         ¿no? Pero Shun, si lo que sentimos el uno por el otro es mutuo porque negarlo..-

-         No es eso; yo también siento lo mismo por ti, pero te haz puesto a pensar en las consecuencias ¿¡tienes idea de cómo lo tomaran Poseidón y tus compañeros!? ¡Quedarte conmigo significaría traicionar a quien sirves!

-         Lo entiendo, y lo entiendo perfectamente. pero después de aceptar mi sentimientos no voy a renunciar a ellos, aún si eso significa darles la espalda a mis compañeros y a mi señor Poseidón… créeme que lo haré- dijo firme el general marino abrazando al más pequeño en señal de protección, convencido por la verdad que reflejaban las palabras de Sorrento Shun decidió quedarse a su lado y luchar junto a él de ser necesario, ahora tenía un nuevo motivo por el cuál seguir vivo. Se sintió un tanto culpable por un momento ya que había olvidado a todas aquellas personas que le apreciaban y que sufrirían por su ausencia de no haber decidido seguir adelante.

-         Shun por favor, déjame demostrarte cuan grande es lo que siento por ti, ahora más que nunca estoy dispuesto a dártelo todo- susurraba el pelilila al peliverde mientras acariciaba sus cabellos

-         Mmm… esta bien Sorrento, te prometo que yo también te demostraré lo que siento por ti- sonrió el menor dando su aprobación, logrando que a Sorrento se le iluminarán los ojos de dicha, ya no pudiendo esperar más para estar juntos entraron de nuevo al pilar principal, sellaron la entrada y volvieron a besarse; esta vez más intensamente.

Conforme el beso aumentaba de intensidad sus cuerpos más cercanos se hacían, Sorrento era quién se aventuraba más a probar de aquella nívea piel que lo tentaba, con un ligero roce aparto un poco de los largos cabellos de Andrómeda besando su cuello, el menor por su parte se aferraba a la espalda de su amante sintiendo su calida lengua dejar rastros de saliva en aquella zona, con cuidado Sorrento lo despojo de la blanca túnica con el que anteriormente habían ataviado al menor, dejando que esta se deslizara hasta caer al suelo dejando al descubierto la delicada figura de Shun, la cuál ante los ojos de Sorrento era lo más hermoso del mundo y que ahora le pertenecía solo a él. Cuando se percato de la mirada del general ante su cuerpo desnudo el peliverde se ruborizo de sobremanera evitando el contacto con los ojos del mayor, a lo que este acercándose lo sostuvo de la cintura y le susurró

-         eres lo más hermoso, no tienes de que temer-

-         es que.. es solo que.. me da.. vergüenza- con ese comentario el menor le arranco una bella sonrisa a Sorrento, mientras este lamió los labios del menor y con cuidado lo recostaba mientras regresaba a probar de nuevo aquellos labios. Al separarse por falta de aire el pelilila siguió probando aquella piel depositando besos y bajando cada vez más mientras el peliverde se limitaba a aferrarse a la espalda de Sorrento o sostenerse del suelo; todo lo que sentía era tan nuevo para él que le resultaba contenerse a ese placer considerado prohibido para el.

El general continuaba besando y acariciando cada parte de ese cuerpo virgen, sintiendo el estremecimiento del joven bajo el; procuraba darle todo el placer posible pero conteniéndose pues aún cuando su deseo era enorme no quería herir a su amado pequeño. Al llegar a su cintura la mordió levemente sacándole un gemido más audible a Andrómeda y con su lengua lamió aquella mordida para aliviar el dolor y reemplazarlo por más placer mientras acariciaba su pecho y sus pezones, más al llegar a su parte baja detuvo por un momento sus caricias; desconcertando a un excitado peliverde, quién enormemente sonrojado jadeaba recuperándose. Siguiendo sus impulsos Shun jaló a Sorrento hacia él y con un ágil movimiento logro quedar ahora él encima del general quién se impresionó por tal acto por parte del pequeño, Shun aprovechando el impacto del general le hizo probar una cucharada de su propia medicina, ahora era el peliverde quién besaba y acariciaba al mayor, más le dio una gran sorpresa pues antes de que el pelilila dijese palabra alguna el peliverde ya había llegado hasta su miembro y sin más lo introdujo en su boca arrancando sonoros gemidos por parte del general marino; quién a su vez se mordía el puño e incitaba a su pequeño amante a aumentar el ritmo, el peliverde sabiéndose satisfecho por ver en las reacciones de Sorrento como este lo disfrutaba siguió el ritmo de succiones que el mayor le ordenaba

-         Sh.. Shun…. Ya no puedo…. Me voy a…- mencionaba con trabajo el pelilila a lo que el menor sacó inmediatamente aquel caliente miembro de su boca dejando un leve rastro de saliva mientras miraba pícaramente a su pareja. Solo esa imagen erótica le basto a Sorrento para llegar a su límite y con fuerza atrajo a Shun logrando de nuevo quedar el mayor sobre él. Sin resistirse más llegó hsta la entrada de Andrómeda y levantando con cuidado sus piernas lamió un poco aquella entrada; haciendo gemir al peliverde pero intentando no gritar se cubrió la boca, siendo inútil cuando Sorrento introdujo su lengua en aquella entrada la cuál hizo que Andrómeda soltara un sonoro gemido. Buscando más placer Sorrento saboreaba aquella entrada con lujuría llegando hasta los rincones más erógenos del menor. Por su parte Shun no podía dejar de gemir, y necesitando ocupar sus manos acariciaba los cabellos de su amante, una vez que Sorrento consideró que Shun estaba listo saco su lengua para desagrado del menor, suplantándola por su miembro; entrando de golpe ya que consideraba que hacerlo lentamente lastimaría aun más al peliverde, logrando que Shun esta vez pegara un grito de dolor mientras su espalda se arqueaba al mismo tiempo que de su pálido rostro brotaban lagrimas.

-         Shun, ¿¡estas bien!?-

-         Si… descuida, estoy bien-

-         perdóname por favor, no era mi intención lastimarte..- se lamentaba el general más fue callado por un beso que su joven amante le dio

-         de verdad no temas, estoy bien- con esas palabras y una mirada de esos ojos puros Sorrento espero a que Shun se relajara y comenzo a moverse, al principio las embestidas eran leves más Shun desesperado por sentir a Sorrento más adentro ayudándose de sus piernas empujó más a Sorrento logrando soltar ambos un gemido al unísono y consiguiendo que este entendiera el mensaje, por lo que haciendo a u lado todo cuidado el general embestía desenfrenadamente al pequeño gimiendo ambos cada vez más fuerte, ambos estaban llegando a su límite y no les faltaba mucho para llegar al mayor clímax:

-         Sorrento… ya..no puedo… más- apenas mencionó Shun con su rostro ruborizado y sus ojos entrecerrados

-         Shun… me voy a… mmmm….- Sorrento dio las ultimas embestidas más fuertes y en poco tiempo se sintió venir en los adentros del menor, mientras Shun liberaba su semilla en ambos abdómenes.

Cansados y satisfechos ambos se recostaron a descansar, recuperando el aire. Con una sonrisa ambos se dejaron llevar por el sueño , durmiendo uno junto al otro compartiendo ahora un lazo que ni los mismos dioses podían romper.   

 

Por las escasas aperturas del pilar se dejaron ver los primeros rayos del alba, más con ello una escena desagradable ante los ojos de algunos santos presentes, quienes viendo la escena con cierto asombro e ironía ya que la noche anterior se les había ordenado buscar al caballero y sacrificio fugitivos pues no se les había encontrado en sus respectivos lugares, haciendo a un lado eso cumplieron con su deber.

 

Los rayos del sol llegaron a los ojos de Shun quién al sentirlos en su rostro los abrió lentamente, lo primero que esperaba era despertar en compañía de su amado Sorrento, sin embrago al tratar de moverse le fue imposible; razón: sus manos al igual que sus piernas se encontraban fuertemente atados, desesperado por tratar de levantarse jalaba de las cadenas que lo tenían preso pero lo único que conseguía era lastimarse.

-         es inútil, Andrómeda- la maliciosa voz de la diosa Eris fue quién respondió, para cuado Shun levanto la vista y verla se percató que en efecto mientras el yacía recostado en un altar sus extremidades estaban fuertemente atadas por cadenas al igual que lo único que cubría su cuerpo era una gran sábana blanca, por lo poco que podía levantar la cabeza aprecio que se encontraba en un pequeño pilar desde el cuál se apreciaba la presencia de todos los santos fantasmas y generales marinos quienes aclamaban con euforia el inicio del sacrificio.

 

Mientras en otra parte del santuario marino; más específicamente en una prisión aislada.. se hallaba un moribundo y malherido pelilila, yacía colgado: encadenado desde lo alto de la prisión

 

*FLASH BACK*

Para cuando los santos fantasmas llegaron y encontraron la escena anterior Orpheus fue el mensajero encargado de poner al tanto a Eris y Poseidón a quienes al recibir tal noticia no les fue nada grata, furiosa la diosa de la discordia mando a Christ a traer ante su presencia a Sorrento; y aunque se encontraba decepcionado por la acción de su general no tuvo más que aceptar la orden de la diosa y al igual que ella mando a traer a su general.

Una vez ante la presencia de ambos dioses Sorrento no temía enfrentarse a las deidades con tal de cumplir con su palabra con Shun.

-         tu general marino de la sirena.. ¿¡como es que sirviendo a Poseidón te atreviste a descararte lo suficiente!?- reclamaba Eris ante un inmutado Sorrento quién aunque no temía no daba la cara, mucho menos a su dios

-         Sorrento, traicionaste nuestros ideales con tus actos, me temo que no hay más opción que castigarte- dijo fríamente el dios marino

-         Vaya hasta que oigo algo sensato de tu parte.. Poseidón- miraba la diosa de reojo al dios mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa burlona, más regresando a la situación actual y viendo que Poseidón no hablaba ella continuó:

-         Por tu acto de traición serás confinado a la torre del sur: permanecerás encerrado mientras llevamos a cabo nuestra maravillosa venganza, además querido.. me temo que verás morir frente a tus ojos a tu hermoso caballero.- susurro Eris mientras levantaba levemente el rostro de Sorrento, este al escuchar las ultimas palabras se alarmo de sobremanera y trato de golpear a la deidad frente a él, pero antes de que pudiese acercarse a Eris Maya lo golpea por detrás dejándolo noqueado, y así llevándose al general, mientras el resto de los santos se llevaban a un aún dormido Andrómeda.

 

*FIN FLASH BACK*

 

Desesperado porque no podía liberarse de las ataduras y los cosmos de ambos dioses le impedían al suyo despertar, Eris sostenía un libro el cuál contenía las escrituras que contenían los conjuros necesarios para despertar a la gran bestia, por su parte Poseidón elevaba su tridente hacía el cielo elevando su cosmo al mismo tiempo, Shun poco a poco sentía como su cuerpo perdía fuerza y su conciencia se desvanecía al mismo tiempo; al darse cuenta veía como de su cuerpo se desprendían destellos de luz que simbolizaban fragmentos de su cosmo energía siéndole arrebatados para ser reunidos en el tridente de Poseidón junto con los cosmos de el dios y Eris. Una vez reunida la energía necesaria y los cosmos al máximo el dios marino le entrego su centelleante tridente a la diosa mientras esta le entregaba el libro antes leído, una vez en sus manos la diosa alzo el tridente apuntando directamente al corazón de Andrómeda mientras lo miraba fijamente, su desesperación la cautivaba y provocaba, sonreía ante su dolor.

-         oh gran bestia de la mitología que impusiste y dominaste los mares en nombre de tu padre Poseidón; gobernante de los mares, en su nombre y del poder como diosa de la discordia: ahora te invocamos para que cumplas con tu destino de llevar a cabo nuestros ideales, a cambio acepta la sangre y vida de tu eterno sacrificio, el alma de Andrómeda que yace en el cuerpo de este joven.- culminando estas palabras Eris estaba por clavar el tridente en el cuerpo del joven peliverde, mientras este cerraba fuertemente sus ojos y de nueva cuenta invocaba la imagen de su hermano y sus amigos… de la nada se dejo escuchar el golpe de meteoros de Seiya rozando a la diosa pero logrando que esta soltara el tridente, antes de que pudiese cogerlo de nuevo los santos fantasmas inmediatamente tomaron posiciones de ataque pero fueron golpeados brutalmente por el ataque del fénix; dejándolos malheridos e inconcientes. Ante la impactada mirada de Eris y Poseidón que observaban como los santos de athena les hacían frente mientras Ikki ayudaba a Shun a liberarse de las cadenas y ayudándole a levantarse.

Ni crean que podrán enfrentarnos de nuevo- afirmó Poseidón mirando como Saori se mostraba ante ambos dioses y para desgracia de ellos antes de que se enfrentaran a ella y sus santos sus cosmos habían sido bloqueados por la chica quién no les permitió moverse hasta que Shun estuviese a salvo, los dioses enfurecidos trataron de liberarse pero Saori no los dejó y observaron como se llevaban a Andrómeda, pero no solo eso para asombro de Poseidón había alguien más con ellos, ayudado por Shiryu yacía Sorrento que aunque aun malherido miraba con algo de desprecio a las deidades pero dejando a un lado eso se dispusieron a marcharse, los dioses no se los iban a permitir y aunque sus hostiles cosmos trataron de vencer a la diosa con algo más de su cosmo energía athena logro dejar inconcientes a ambos dioses y con ellos a los generales marinos que no pudieron hacer nada ante el gran cosmos de athena y los ataques continuos de los santos. Aprovechando la situación los presentes huyeron del santuario marino ayudados una vez más con el cosmos de Saori más esta vez ayudado con los cosmos reunidos de los santos, llegando a la superficie y poniéndose a ellos y a sus amigos a salvo… por el momento

Notas finales:

puff... más largo de lo que acostumbro a escribir -w-U (hasta los dedos y las manos los tengo entumidos xD), pero espero que lo haya hecho lo más decentemente posible, o si no llorare.. ok no -//-U, nu se hay algo en el lemon que no me convencio y de tanto de no escribir se me van las ideas y la práctica jiji @~@... ojalá que en sus reviews me den su opinión.

por cierto y como nota adicional posiblemente el próximo capitulo sea el penúltimo, aun no es seguro más les avisaré la próxima actualización.

onegai minna-san DEJEN REVIEWS!!

recuerden que estos me ayudan a mejorar y darles una mejor fluidez a mis historias.

como siempre se aceptan felicitaciones, cartas bombas, obsequios, reclamos, etc, etc, etc.. 

hasta la próxima actualización ^^

minna-san matta ne^_^


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