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De mal tiempo nada por cachorrita

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Notas del fanfic:

Es en respuesta a un desafio de am3li3, habia estado  ya en línea, lo quite por falta de reviews, así que si les gusta dejen uno o lo vuelvo a quitar (espero que esta amenaza funcione)

 

Notas del capitulo:

Espero les guste, este fic será algo lento, no creo que en actualizar, sino en el avanze de la historia....

Las luces de la sala de juntas se apagaron, todos los ejecutivos observaban atentos lo  que el proyector dibujaba, mientras una voz ronca y fuerte, pero pausada, iba explicando paso a paso lo que frente a  ellos se mostraba.


Una de las ejecutivas pasaba su vista de la cortina blanca  al hombre que explicaba, se veía joven, tal vez unos veinticuatro años, incluso menos, era algo alto y delgado, su piel lucía blanca, usaba un traje negro, muy formal, con una camisa celeste y una corbata azul, igual que el color de sus ojos. Su pelo era castaño, e iba  bien peinado, a excepción de un corto mechón  que caía del lado derecho de su frente, se veía muy hermoso, o eso le pareció a ella, que volvió  a posar su vista a la cortina, atenta a las gráficas, la situación de la empresa no iba tan bien como debería, pero esa voz descifrando los números le parecía demasiado cautivadora como para preocuparse, y de nuevo sus ojos pasaron a ver a ese hombre.


Antonio, que llevaba un rato explicando lo que tanto había estudiado y ensayado, estaba tranquilo, pues sabía que todos los que estaban sentados alrededor a esa enorme mesa rectangular, estaban muy atentos a lo del cañón, todos menos alguien, pues había notado como una mirada lo examinaba de pies a cabeza, casi haciendo que se pusiera nervioso, pero continuo hablando, todo su esfuerzo no se arruinaría por una mirada coqueta, además todo iba muy bien, en lo que a la explicación se refería, porque las cifras eran más bajas de lo normal.


Llegaba el momento de exponer su idea para aumentar  las ventas, si resultaba todo bien su jefe le había dicho que tendría un aumento, pero entonces la diapositiva no cambió.


-Como sabemos bien…ha creo que existe un problema con el cañón-dijo Antonio mientras se acercaba a la parte de la mesa donde este se encontraba- veré-pero entonces notó que ninguna de las personas que se encontraban hay habían girado para verlo, de hecho nadie del lugar se movía, empezó  a observar atento a la mujer que antes lo miraba, tenía un lindo rostro, su cabello rojo y suelto definía más sus rasgos, sus labios del color de su pelo y sus ojos…sus párpados no se movían que extraño, giro la cabeza para verlo todo y nada se movía, los ejecutivos parecían maniquís luciendo sus trajes, pero, ¿por qué no se movían? ¿Qué estaba pasando? No lo comprendía, el reloj de la pared ya no producía su tic-tac, sus manecillas quedaron fijas señalando la hora, tres quince, entonces levantó su mano para observar su propio reloj, también se había detenido a la misma hora.


Tal vez era un sueño, pero nunca en su vida sus sueños fueron tan reales, ni tan largos, recordaba haberse levantado a las siete, bañarse, desayunar, elegir su traje, en su oficina había revisado las diapositivas, todo, ¿todo había sido un sueño? No, no podía ser, tal vez cuando estaba sentado en su ofrendozo sillón negro se  quedo dormido, si eso resultaba más lógico, entonces ahora tenía un sueño lúcido, de esos en los que eres consciente de que estas dormido, pero puedes moverte a  través de tus fantasías.


Pero Antonio no tenía tiempo de eso, necesitaba despertar para trabajar, su vida era su trabajo y no se daría el lujo de perder un aumento gracias a un sueño bobo.


-¿Ahora qué hago?- decía mientras suspiraba-¿cómo me despierto?-y empezó a pellizcarse su brazo izquierdo, pero todo seguía igual.


Decidió que sería buena idea lavarse la cara, eso siempre funciona –que sueño tan raro- se decía mientras caminaba hacia la puerta, cuando llegó al pasillo notó que tampoco había movimiento en el, se empezó a dirigir al baño y veía a las personas quietas, como estatuas, unos pasos delante de él vio a su secretaria, semi-agachada con la boca abierta con cara de susto, mientras tenía ambos brazos extendidos al frente, uno con una carpeta negra y otro intentado tomar un papel que estaba al aire, bajo sus manos volaban papeles, o más bien quedaban papeles, sostenidos en la nada, al parecer, por los pies  mal acomodados, ella se tropezó y los papeles cayeron.


-Vaya Vanessa hasta en mis sueños eres torpe-dijo Antonio mientras la observaba –que sueño tan raro – se repitió y siguió caminando hasta llegar a la puerta de baños para caballeros, entró y otra imagen muy extraña, un hombre agachado frente al espejo sobre uno de los lavabos, con las manos en la cara, como si la estuviera mojando, lo extraño era el agua que salía del grifo, también estaba detenida, como cual fotografía, se veía saliendo y cayendo al lavabo, pero no se movía en absoluto, vacilo un momento, pero metió su mano a esa agua y parecía como si la imagen se rompiese, pero solamente donde estaba su mano, cuando la retiró se observaba agua, vacio en medio y de nuevo agua abajo, y su mano si estaba mojada.


-No me vuelvo a quedar dormido en la oficina- dijo serio, mientras con más valor humedecía  ambas manos y se llevaba el agua a la cara, pero seguía donde mismo, terminó con el agua detenida, y seguí igual dormido.


-No puede ser ¿cómo me despierto? –esa situación ya lo estaba desesperando, estaba perdiendo su valioso tiempo y él siempre aprovechaba cada minuto para hacer algo necesario, no descansar y soñar cosas raras, pero ¿cómo iba a levantarse?...una idea paso rápido por su cabeza, tal vez si volvía al lugar donde estaba dormido eh intentaba dormir en su sueño, tal vez así despertaría.


-Esto es estúpido- decía – dormir en mi sueño para despertar- y caminaba directo a su oficina, con paso veloz sin prestar atención a nada de su alrededor, cuando al fin llegó entró raudo y cerró la puerta tras él, sino fuera por lo que acababa de ver dentro de su oficina todo parecía normal, solo el reloj a un lado de su puerta que marcaba las tres quince era lo extraño, pero en fin, se puso de espaldas a su sillón y se dejo caer, mientras acomodaba su cabeza sobre el respaldo y cerró los ojos intentando “dormir” no le fue nada difícil, sintió como estaba siendo atraído por los brazos de Morfeo.


-¡Antonio qué haces aquí!-el grito de su jefe lo asustó haciendo que abriera los ojos como platos.


-Ahh señor yo…-titubeó, buscaba una excusa para explicarle que se había quedado dormido -…lo que pasa es que…


-¿C”MO SE TE OCURRE DEJAR LA SALA DE JUNTAS ASÍ C”MO ASÍ? ¿QUI…N SE SUPONE QU… VA A EXPLICAR LAS DIAPOSITIVAS? DE REPENTE YA NO ESTABAS, LLEVO CINCO MINUTOS BUSCANDOTE


Entonces observó el reloj de la pared, tres veinte,  -pero ¿cómo? ¿no fue un sueño?-murmuró

Notas finales:

ke tal??? dejen reviews por favor....


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