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Blood red passion por Yakumo Matsumoto

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Notas del fanfic:

Fanfic de The Gazette

Aoi x Uruha, Reita x Kai, Ruki x Miyavi aunque... todo puede suceder

Pareja secundaria: Ken x Hyde

Notas del capitulo:

Este es un nuevo fanfic, espero que les guste aunque dos parejas no son muy comunes que digamos, se agradece cualquier comentario o crítica constructiva ^^

Comenzar otra vez.

 

 

 

Desempaco mis cosas. Observo mi nueva habitación mientras acomodo mis camisas en los ganchillos; es pequeña pero acogedora, tiene ese aire propio de provincia a pesar de que cuando miro por la pequeña ventana lo que observo son los enormes edificios de condominios que abundan en la zona. Las cortinas color durazno me hacen recordar a mi madre, las cortinas de mi casa eran de un color similar, las paredes están pintadas de rosa; el casero me ha dicho que pronto las cambiará de color. Parece que el inquilino anterior era una chica.

 

Abro el armario con puertas de caoba y meto mi ropa en él. Cuando me dispongo a guardar la maleta en la repisa superior del armario descubro una caja polvosa abandona a la mitad. La inquilina anterior debió olvidarla, me limito a hacerla a un lado y acomodar la maleta y… mi guitarra… mi amiga fiel, con la que puedo contar siempre a pesar de mis malos momentos y… la que me causó tantos problemas con mi padre. Llaman a mi puerta…

 

-Sí

 

Un chico bajito de cabello castaño y revuelto me hecha una ojeada discreta antes de soltar palabra alguna.

 

-Shiroyama-san mi abuelo me ha enviado a avisarle que la cena se sirve a las 7 en punto – el chico mantiene la mirada en el suelo mientras me da el recado – si no puede acompañarnos a esa hora tendrá que recalentar su plato usted mismo porque la cocinera se marcha a las 8.

 

- De acuerdo… ehh??…

 

- Ta… Takanori señor – ahora el chico se inclina – si necesita algo o tiene alguna duda podrá encontrarme en mi habitación, a tres puertas de la suya o… en la biblioteca, es el pequeño salón que encuentra si sigue por el pasillo que da a la sala en la planta baja.

 

- Muchas gracias Takanori. Dile a tu abuelo que con gusto los acompañaré hoy.

 

El chico hace una nueva reverencia y se marcha sin mirarme a los ojos. Vaya que es tímido, pensé, aunque por mucho que se esfuerce no puede negar la curiosidad que lo carcome.

 

Después de un rato salgo al encuentro de Uke, me espera en la casa de su hermana Sora que vive a cinco estaciones de bus de la parada más cercana a mi nueva casa. Lo acompañaré a su trabajo.

 

- ¿Y qué te ha parecido el lugar? – se lleva un cigarro a la boca dando una gran fumada – Sora me ha dicho que esa zona es bastante tranquila.

 

- Oye, ¿qué no ibas a dejar el cigarro?

 

- Es poco a poco – expulsa una enorme bocanada de humo – Roma no se construyó en un día Yuu – me mira con inquietud – pero contesta, ¿cómo resultó el asunto? el alquiler es muy barato, ¿el lugar se está cayendo o qué?

 

Una risa burlona brota de sus labios.

 

- No – lo miro con reproche – lo único malo es que al parecer era un cuarto de mujer, las paredes son rosas.

 

Uke explota en carcajadas.

 

- Por Dios Yuu, no me digas que dormirás en edredones color caramelo. Eso no va con tu imagen.

 

- Déjate de tonterías Yutaka – le arrebato lo que queda de su cigarro, el tipo no fuma, se traga los cigarros!! - ¿sabes? el nieto del casero es un poco extraño, me recordó a…

 

Yutaka nota mi mirada triste, adivina mi pensamiento…

 

- No lo menciones Yuu… eso ya quedó atrás

 

- Me pregunto… ¿qué habrá sido de él?

 

- Yo no lo quiero saber, eso no te haría bien y lo sabes… después de todo… se convirtió en…

 

- ¡Cállate! Sabes muy bien por qué lo hizo – tiré la colilla al suelo y la pisé con mi pie izquierdo – tienes razón Uke… lo mejor es olvidar…

 

- Mejor háblame del casero

 

Caminamos por la avenida hacia el bar en el que trabajaba mi amigo. Uke me conocía desde hace 8 años, sabía casi todo de mí y yo estaba seguro de conocerle como la palma de mi mano; los mejores momentos de mi vida los compartí con él así como las peores desgracias de mi existencia. Estuvimos juntos en el mismo internado a partir del séptimo grado y hasta graduarnos del instituto.

 

 

 

*~Flashback~*

 

Los listones rojos adornaban el patio de la escuela, el ambiente se volvió más festivo cuando la banda escolar dejó escuchar los primeros acordes. El vaivén de personas inundaba aquel lugar tan solemne en los días de estudio. Portábamos los uniformes de gala, chicos bien peinados y casi irreconocibles andaban de un lado a otro cogidos del brazo de sus madres o acompañados por sus padres. Cohetones resonaban y se escuchaban las pruebas finales del sonido. Recuerdo como mis padres atravesaron la entrada principal, los vimos desde el segundo piso, mi madre me buscaba con la mirada entre la multitud, agité mis brazos con fuerza para hacerme notar. Él, mi acompañante, estaba distraído y ni siquiera notó mis aspavientos.

 

- ¡¡Madre, acá!!

 

Sentí la mirada de mi amigo sobre mí. Gire la cabeza para observarle, sus ojos estaban desorbitados, me observaba con enorme desconcierto; algo entre la multitud le había alarmado. Salió corriendo de ahí.

 

*~Fin del flashback~*

 

 

 

- ¿Yuu?... ¡¡¡Yuu!!!

 

En aquel momento no comprendí que ese había sido el inicio de mi desgracia. Con frecuencia lo rememoraba, no podré olvidar jamás aquella expresión en su rostro…

 

- Disculpame, no te escuché

 

- El casero, ¿cómo resultó el casero?

 

-Ah… es un hombre muy viejo, pero se ve bastante fuerte, rayara los 80. Supongo que el nieto es el que le cuida. Creo que el anciano no me dará problemas mientras no rompa sus reglas que francamente me parecen muy simples.

 

Yutaka me regala una sonrisa socarrona

 

- ¿Ahora qué Uke? – me detengo pero él continua – ¿acaso hoy no has podido burlarte de Sora y has decido hacerme tu bufón?

 

- ¿Seguir reglas tú? No me jodas Yuu, y camina que ya estoy por comenzar el turno.

 

Arrecié el paso para alcanzarle.

 

-No pide nada del otro mundo, se conforma con que las áreas comunes se mantengan limpias y con que no haga fiestas en casa. Finalmente para eso está la tuya ¿no?

 

- ¡¡¡Soquete!!! No volveré a hacer ninguna de tus fiestas en casa, no pienso parar en la delegación una vez más – me hace una cara de pocos amigos y después me sonríe – pero si la haces en otro lado no te olvides de mí. Me alegra que todo marche según tus intereses Yuu, me voy te llamo mañana oke.

 

Yutaka entra al bar y yo miro mi reloj: 6.30, parece que si alcanzaré a la cocinera. Compro un pastelito en una panadería cercana a mi casa, supongo que es buena idea regalar algo en mi primera cena con mi casero, después de todo no está mal intentar hacer unos cuantos puntos con el anciano Taro Matsumoto.

 

Abro la puerta principal y atravieso el patiecito ataviado con 7 jaulas con pajarillos, esta casa es realmente muy antigua. Las casas de los alrededores son de otro estilo, más prácticas y pequeñas, sin contar que en ellas no se escucha el bullicio de aves. Atravieso la estancia y la sala para llegar al comedor donde el anciano y el chico están por empezar a degustar sus alimentos.

 

- Buenas noches. Disculpen el retraso pero decidí caminar y no medí bien mi tiempo al parecer.

 

- Nada de eso Shiroyama, siéntese

 

El chico mantenía la vista fija en la mesa mientras el anciano hablaba.

 

- Anda Takanori, pide a Keiko que sirva la cena a Shiroyama-san

 

Takanori obedeció al viejo y a poco rato vino con la cocinera. Taro-san me hablaba de las mejores vías para llegar al centro de Tokio desde la casa, de lo inseguro de la zona después de las 11 de la noche (aunque al parecer para él cualquier sitio era inseguro a esa hora), de lo ambles que eran todos los vecinos. El viejo parecía gentil. El chico en cambio permaneció hermético, sin articular palabra ni mostrar emoción alguna. Era una actitud extraña para alguien de su edad, le calculaba unos 18 o 19 a lo más, parecía más joven que yo. Al terminar la cena la cocinera partió el pastelito y nos sirvió una rebanada a cada quien.

 

- Mira Takanori, Shiroyama ha traído pastel de chocolate, tu preferido

 

El chico asintió e hizo una reverencia para agradecer mi gesto. Terminamos de comer y nos marchamos a nuestras habitaciones. Al entrar en mi cuarto me dejo caer en la mullida cama de colchas claras, estaba por quedarme dormido cuando el móvil me fastidió. Era Yutaka.

 

-Uke… ¿qué hay? Ni 5 horas sin verme y ya me extrañas? – digo a modo de burla.

 

-Que tonto Yuu, me acaba de llamar el dueño del Blackbird quiere que toquemos mañana con la banda de siempre porque los que llenarían su programa le han cancelado. ¿Puedes? Le dije que te preguntaría si estabas disponible.

 

Yutaka y yo solíamos tocar con algunas bandas como músicos invitados, por no decir salvavidas, el era bueno en la batería y yo hacía lo propio con la guitarra. De ese modo nos ganábamos unos cuantos yenes para completar nuestros no muy buenos salarios.

 

- Hecho. Dile que sí, aunque no tolero la voz del tipo ese. Si esa banda en verdad quiere mejorar deberían considerar buscar un buen vocalista.

 

- Yuu… sabes que no es fácil hallar un buen vocal. Como sea, entonces pasa por mí ¿oke?

 

Tras colgar me voy al baño para lavar mis dientes. Al pasar junto a la puerta de Takanori me parece escuchar unos sollozos que hacen que me detenga, mi mano se eleva para tocar la puerta pero queda ahí, suspendida en el aire. Ni siquiera lo conozco, igual y es la televisión. Me encojo de hombros y sigo mi camino. Cuando paso de nuevo frente a la puerta de Takanori ya no escucho los sollozos, debió ser la televisión como pensé en un principio. Ya en mi habitación me despojo de la ropa para ponerme el pijama.

 

*~Flashback~*

 

-Deberías ponerte el pijama completo – se acerca a mí y toca mis brazos – estás helado. No entiendo tu obsesión por dormir con el torso desnudo – regresa a su cama y se abraza a sí mismo – yo me estoy congelando.

 

-Es que tú eres un debilucho – río y espero el almohadazo que no llega – debes comer más.

 

-Jaja que gracioso – responde con gesto serio - ¿crees que se den cuenta de que no estoy en mi habitación?

 

-No hay modo de que eso pase

 

-Es que… si nos descubren…

 

-No nos descubrirán – camino hacia su cama y me acurruco junto a él – mejor abrázame para que mi cuerpo se ponga tibio.

 

-Después de que me has llamado desnutrido – el almohadazo tardío se hace presente – no lo haré

 

-Entonces me voy a mi cama – me levanto con cara de fingido enojo

 

Siento como sus brazos me aprisionan por la espalda… su tibia respiración en mi nuca me estremece, tomo sus manos que aprietan mi pecho.

 

-No… - susurra – no te vayas

 

Me doy la vuelta y me pierdo en sus hermosos ojos cafés, se mete en la cama y yo me vuelvo a acomodar junto a él, beso sus carnosos y dulces labios y después acomoda su cabeza en mi pecho.

 

-Buenas noches Yuu

 

-Buenas noches…

 

 *~Fin del flashback~*

 

No puedo dormir, supongo que sucede porque es mi primera noche en esta casa y no he trabajado lo suficiente en el día para caer rendido como suele suceder, por fortuna mi jefe me dio el día libre para terminar de arreglar los asuntos de la mudanza, aunque Uke se botaba de la risa: “Necesitas un día completo para mudar tres maletas de ropa, una guitarra, una caja con artículos de tocador y otra con fotos viejas y tus recuerdos?” A veces es tan idiota… encontrar este sitio fue una casualidad.

 

Recuerdo como Taro Matsumoto me preguntó si podía pegar su letrero de “Se renta” en la pizarra de anuncios del minisúper, asentí y el viejo lo colocó después de que pagó sus víveres en al caja. Estudie el papelito toda la mañana y parte de la tarde y resolví que era mi opción más viable para solucionar el problema de vivir en el cuchitril en el que estaba. Odiaba a esos chiquillos llorando todo el día sin que su madre si dignase a meterlos en cintura, y ni que decir del borracho del vecino de arriba que armaba desmanes casi todas las noches valiéndole un reverendo pepino si los demás trabajábamos temprano o no, de no ser porque gaste la mayor parte de mis ahorros en mi nuevo amplificador y en el enganche de esa hermosa guitarra que ví cuando Yutaka me llevo a la tienda de instrumentos nunca hubiese tomado la estúpida decisión de mudarme a ese sitio. Por fortuna mi trabajo de cargador de mudanza de fines de semana había regresado y pude recuperarme pronto de ese desfalco. Ahora estoy aquí… cuanta tranquilidad hay en este sitio… Comenzar otra vez… a veces me canso de eso… de comenzar siempre sin ti.

Notas finales:

Y bien... ¿qué les ha parecido? Se agradecen reviews. Nos leemos pronto ^^


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