+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
OK, esto es inusual, o quizá lo más loco que me haya pasado jamás, pero lo bueno, es que yo no estoy directamente involucrado, en realidad los afectados son mis dos mejores amigos del alma: Tai Kamilla (cuyo verdadero nombre es Taichi Yagami), e Izzy Izumi (Koushiro Izumi, les decimos Tai e Izzy… por sus personajes). Ellos son mis amigos del alma, mis compas1, mis otras mitades (claro en un sentido completamente amistoso), etc, etc, etc. Pero, son un par de atolondrados a más no poder.
Te preguntarás por qué, bueno para empezar, presentaciones, mi nombre es Yamato Ishida, o Matt para los cuates2, soy rubio de ojos azules (si, típico ¿no?), y de complexión delgada, soy actor de televisión desde pequeño al igual que mi familia y mis amigos; pero bueno, basta de mí, regresando al tema, ellos dos, son un par de tontos despistados por una sencilla razón: se gustan mutuamente y ninguno de los dos se ha dado cuenta de lo que siente el otro. Sí son más obvios que Sakura y Shaoran, pero eso no parece ser suficiente motivo, pues a pesar de las múltiples oportunidades que han tenido para confesarse, ninguno lo ha hecho o peor, siquiera han notado lo que siente el otro… aunque TODOS nos dimos cuenta ya… hasta el director (sí, nos es broma).
Ambos se conocen desde hace varios años, incluso antes de que comenzara a rodarse Digimon (sí, soy actor ¿ya mencioné que soy actor?). Y se han visto envueltos en situaciones comprometedoras, como cuando quedaron encerrados en los baños de un estudio donde nos iban a entrevistar, y se retrasaron las entrevistas MEDIA HORA (mua ja, ja, ja. Qué idiotas fueron) pero la verdad, ni siquiera por eso, se declararon, es más, son lo que se le llama coloquialmente, "gays de clóset".
Pero el destino no se equivoca y a veces tiene que hacerte pasar por momentos raros, bizarros y demás, para que tomes las riendas de tu vida. Que ¿Qué pasó? Por favor, continúa leyendo.
Era una soleada tarde de verano, del año dos mil cuatro, Izzy acababa de cumplir los quince años (si, dulces quince), y nos dirigíamos a mi residencia lujosa para celebrarlo (si, soy muy presumido, TENGO RESIDENCIA LUJOSA Y TÚ NO, JA, JA), de camino a mi casita, pasamos por una de esas tiendas de adivinación. Era una modesta casita, con colores vivos y pintorescos que resaltaban la fachada, y desprendía un agradable aroma a incienso. Al pasar por ahí, el pelirrojo, tal como lo haría su personaje, se puso a criticar cuán inverosímil era la idea de adivinar el destino por medio de cartas o lectura de manos…
-…Y eso de adivinar tu té ¿es en serio? ¿Puede alguien saber con quién te casarás leyendo tu té? –criticaba mi buen amigo pelirrojo, parecía seguro de sus palabras. No dudaba en agregar que la adivinación era improbable y hasta ridícula, parecía muy enérgico cuando alguien se posó frente a él, interrumpiendo sus palabras.
-Veo que eres escéptico, ¿Por qué no te acercas para que te lea tu destino? –interrumpió una de esas extravagantes adivinas; con pañoleta, melena alborotada oscura, ropa gitana y verruga en la nariz incluidos- tal vez no me creerás, pero al menos te divertirás – y acto seguido, tomó por el brazo a Izzy, y lo sentó en la silla frente a la mesita con la clásica bola de cristal que estaba adentro, al centro del lugar. Todos pasamos tras él. Por supuesto, el joven actor se empecinaba en pedirle que lo soltase, algo asustado y molesto- Mmm… ajá… ooohhh… aaaahhhhh… ¡no!
-¡¿Qué?! –preguntó Izzy con intriga ante las reacciones y gestos de la esotérica mujer, ignorando por un momento que se hallaba allí a la fuerza.
-veo que dentro de un futuro muy cercano te sucederá algo que parece imposible, algo que nunca imaginarías pero que cambiará tu vida por completo.
-¿Qué está diciendo? – por supuesto, no entendió a que se refería.
-es un suceso que cambiará tu joven vida, para siempre, si lo sabes manejar será para bien. -Sus palabras eran repetitivas y confusas.
-bueno, gracias, muchas gracias pero ya me tengo que ir. – incrédulo, le dejó dinero sobre la mesa y se dispuso a irse, seguido por nosotros que solamente reíamos del decorado con discreción. Había calaveras y dragones, piedritas lindas y cuarzos entre otras muchas curiosidades, a Koushiro pareció no importarle esto.
-¡escucha mi advertencia Koushiro Izumi! ¡Una maldición calló sobre ti! ¡Presta atención a las señales! –parecía algo alarmada y sería sobre sus advertencias.
-sí, claro, gracias – Pero el buen Kou no hizo caso a sus palabras, nos pidió marcharnos y todos nos retiramos de ahí. Ya lejos de aquel lugar, Kari le comentó con inquietud que era muy raro que la adivina supiera su nombre.
-¡por favor Kari! Soy actor, de seguro me vio en la Tv. –dijo el de los ojos azabaches con un muy notorio escepticismo.
-bueno, tienes razón –y sin ahondar más en el tema, nos fuimos a celebrar su cumple.
Las cosas no pasaron a mayores, ese día, después de celebrar, cada quién a su casa, pero acordamos que celebraríamos al día siguiente la confirmación de una gran noticia: actuaríamos una tercera historia dentro uno o dos años, así que haríamos otra fiesta (si…. Somos adolescentes ¿Qué esperaban? Nos gustan las fiestas). Los problemas llegaron al día siguiente.
Esa mañana de domingo, el sol entró de lleno en la habitación, y su fulgor provocó que los azabaches ojos de mi inteligente pero despistado amigo se abrieran al nuevo amanecer que iluminaba a través de la ventana. Se despojó de sus sábanas y extendió los brazos a los lados sólo para acto seguido gritar. Pues cual era su sorpresa, al agachar la vista encontró nada más y nada menos… un par de… ¡Senos! Y no unos sin chiste, eran pequeños, pero eran redonditos ¡como dos malvaviscos apretables!…. Ejemm… eran lindos, jeje…. Acto seguido procedió a revisar sus manos, eran delgadas y pequeñas, sus piernas, aunque cortas por su baja estatura, eran torneadas y hermosas, como hechas a mano. Su tronco, o zona abdominal fina y delgada, una cintura de avispa. Caderas redondas, pero lo verdaderamente malo era… si, el verdadero mal se encontraba entre sus piernas, o mejor dicho NO se encontraba entre ellas.
-¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHH! –Se oyó un grito de niña que retumbó en toda la casa, cosa que por supuesto, escucharon hasta los peces- ¡¿Qué me pasóóóóó?! ¡¿Por qué?! ¡¿Cuándo?! ¡Soy Chica! ¡No puede ser! –decía mi querido amigo pelirrojo totalmente fuera de sí. Daba vueltas en círculos pro su habitación, agarrándose sus cortos cabellos que llegaban un poco debajo de sus hombros, en pánico. Se revisó una y potra vez y se pellizcó pues tal vez estaba en un terrible sueño, o mejor dicho pesadilla pero no era así, era real y mucho. Se detuvo frente al espejo, como comprobando una última vez que era mentira. No era nada fácil asimilar el hecho de convertirse en mujer de la noche a la mañana después de todo- ¡soy chica! ¡Soy chica! ¡Soy chica! ¡Soy Chicaaaaaaaaaaaaaa! ¡Mamá! ¡Papá! ¡Quien sea! –dijo todavía eufórico.
-¡¿Qué pasa Izzy?! –Preguntaron ambos progenitores entrando a la habitación de Izzy, sobresaltándose al instante, dudando en saber si era su querido hijo.- ¡Izzy! … ¿Izzy? ¿Pero qué diablos te pasó? –preguntaron al mismo tiempo, muy asustados.
-¡Soy yo, lo juro! ¡Pero no sé porque no soy hombre!… -dijo ya habiendo recuperado un poco su racionalidad habitual, pero no del todo, claro.
-¡pe-pero! ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? –seguían perplejos. Yoshie buscaba el lunar de nacimiento que tenía Izzy en el hombro derecho, y al encontrarlo, supo que, sin duda alguna, ése era “su niño”.
-¡Eso mismo me pregunto yo, pero en realidad no creo que exista una explicación lógica! –seguía exaltado, mirando su cuerpo y luego a sus padres asustado.
-Bueno, hijo, es algo impactante verte así pero mientras no sepamos qué es lo que pasó, será mejor que trates de continuar con tu vida normal. –Masami-san parecía más tranquilo y tocó su espalda con una palmadita paternal para tranquilizarlo un poco
-pero papá, ¡soy actor! ¡¿Cómo voy a hacer una vida normal si ya no soy más un hombre?! ¡¿Qué pasará con mi carrera?! –estaba ahora en angustia (las mujeres y sus cambios de humor raros…)
- calma, Izzy, por el momento finge que eres hombre, vístete como uno y relájate, encontraremos una solución. –trató de alentarlo su padre, su siempre razonable padre.
-sí, sí, tienes razón. Me voy a vestir para la reunión con los chicos…. –respiró hondo, ya más “tranquilo” para no perder la cabeza, era bueno que contara con sus padres.
-si Izzy, exacto –dijo su papá sin moverse un milímetro de su lugar, orgulloso de haber ayudado a su cría.
-… esteee… papá –“la pelirroja” miraba con timidez a su progenitor.
-sí, ¿dime? “hijo” –éste sólo sonreía afable.
-se que te sonara tonto pero… este… ahora soy chica y tú sabes… -movía sus manitas con nerviosismo por echar a su padre de su recámara.
-¡ah! Si, claro “hija” lo siento, vámonos Yoshie. –el hombre caminó a la puerta tomando de la mano a su mujer, pero ésta no se movió un milímetro.
-este… papá
-¿sí, dime?
-"Yoshie" se queda –aún estaba apenada.
-¡oh, claro! Lo siento –y el papá apenado se retiró de la habitación. Se sentó en el sofá para esperar a “sus chicas”, esperó MEDIA HORA y sólo escuchaba: "no, ¡no! No me queda" o cosas por el estilo, cosa que llamaba su atención. Después de 45 minutos de espera, entró ante un grito de desesperación de Izzy, quien estaba cubierta con una toalla, solo para encontrarse de lleno con estas palabras:
-¡ESTOY MUY GORDA! –decía desesperada la pelirroja (je, "la pelirroja", es cómico decirle así je, je)- ¡ninguna camisa me queda! –lloriqueaba mientras sostenía su camisa favorita entre sus manos.
-cariño a "nuestra hija" no le queda nada de su ropa, los pantalones no suben de los muslos (lógico, las chicas tienen las caderas más anchas, pero a mi buen amigo, mejor dicho amiga, se le olvidó… sin comentarios…) y las camisas no cierran de "esa parte". Al parecer, aunque no son tan grandes, el hecho de que estén “ellas” allí, representa un problema…
-¡ay, dilo mamá! ¡Nada me cierra! ¡Estoy gorda! –Trataba de “aplastar” a las pobres naranjitas que poseía, sin éxito claro está…
-¡vaya! Eso sí es un problema, el siempre usar ropa ajustada no es conveniente por lo que veo… por qué no… ¿usas mis camisas? son más anchas que las tuyas… - sugirió el pensante hombre, que ya le salvó la vida al chico dos veces en menos de una hora…. Izzy es un desastre, ¿no?
-¡excelente idea papá! –y salió corriendo a la habitación de sus padres y se puso un conjunto casual de éste, en colores negro y azul, acompañado de una gorra para cubrir todo su cabello largo. Acto seguido, bajó a desayunar (o almorzar, como prefieras decirle). Se despidió de sus padres y les dio un beso, prometiendo que no perdería el control, luego se fue.
Cruzó la calle, y corría como alma que lleva el diablo. No quería que se notara que era una delicada chica. Cuando llegó a mi casa (porque si, íbamos a reunirnos en mi casa, pero era la que tenía piscina, si mi casa tiene piscina y la tuya no, mua ja, ja, ja) se quedó "parado" como cinco minutos fuera de la puerta, hasta que llegó Joe, al mirarlo dubitativo y ansioso se acercó, tocando su hombro con suavidad, al instante notó que era más angosto.
-¡Izzy! ¿Qué haces ahí parado? ¿Ocurre algo malo? Toca la puerta… -le dijo con suavidad y una sonrisa dulce.
-no… Joe… yo…Estoy bien, jeje -dijo Izzy tratando de sonar masculino (que cómico, si pudieran oírlo, ja, ja, ja)
-Izzy ¿te sientes bien? –preguntó Joe al oír su extraño tono de voz
-sí, sí estoy perfecto sí. –inflaba un poco el pecho al hablar… y no sé porqué….
-¿Por qué llevas gorra (o cachucha)? A ti no te gusta usarlas (las gorras).
-ah… porque… he… hace calor ¡sí, eso! ¡Hace mucho calor!
-pero… Izzy… estamos en otoño… y sopla un fuerte viento –dijo más alarmado que antes por su comportamiento.
-¿a si? Ah bueno… pues… yo… tengo calor y ya si –dijo Izzy tratando de poner fin a esa conversación.
-Está bien… Si tú lo dices… -dijo Joe totalmente extrañado, pero respetando al pelirrojo como el mayor maduro que es tras las cámaras.
-¡hola! Pasen –dije servicialmente mientras abría la puerta y notaba el peculiar vestir de mi amigo tecnológico- lindo conjunto Izzy.
-gracias Matt –dijo "él" tratando de fingir todavía una voz gruesa. Yo por supuesto me extrañé ante ello. En cuanto Tai lo vio, se le revolvió el estómago de la emoción. Se puso ligeramente rojo, pues sentía que el pelirrojo lucía adorable con esa ropa. Pero no hizo ningún gesto, no quería que el menor sospechara algo. Así la celebración comenzó entre risas y algunos ricos postres traídos por Mimi y Davis quien realmente, tras las cámaras, es un gran cocinero. Todo siguió su curso normal, hasta que a Mimi se le ocurrió que debíamos nadar en mi piscina, y bueno, ahí empezaron los problemas.
-¡ay, vamos por favor Matt! ¿Sí? –dijo ella mirándome con esos bonitos ojos miel, debo ser honesto, nunca me he podido resistir a esos ojos…. Aunque vaya que lo estaba intentando.
-ah, está bien, -dije rendido finalmente ante esa linda mirada- espero que traigan traje de… -no terminé la frase cuando vi que todos sacaban de entre sus bolsas y mochilas (ahora entiendo porque las traían…) un traje de baño.
-¡no! –gritó Izzy alarmado y paralizado por obvias razones.
-¿Qué sucede Izzy? –preguntamos Mimi y yo al mismo tiempo.
-es que yo… no puedo nadar porque…
-¡ah, no trajiste traje! ¡No te preocupes! Matt te puede prestar uno ¿verdad Matt? –interrumpió la castaña al pelirrojo.
-sí, claro, no te preocupes Izzy… -respondí con toda naturalidad.
-¡no, no ustedes no lo entienden! es que… emmm… ah –por un momento dudó en qué hacer. Pero decidió que pediría ayuda a las chicas, quienes ahora… compartían género con Izzy- Mimi, Sora, Yoley y Kari, vengan un momento por favor –y se llevó a las chicas al baño de abajo (si tengo varios baños, ja, ja, ja), una vez allí, les pidió que se sentaran, para proseguir a dar su noticia, sora tenía ya un rato preocupada por el comportamiento de Kou- lo que les voy a mostrar es raro, bizarro, pero sobretodo, prácticamente imposible… -dijo este mientras se quitaba la ropa lentamente y dejaba al descubierto sus … senos (¡ay, como me hubiera gustado estar ahí!) pues al ser tan corto para expresarse, no encontró mejor manera de ilustrarlo.
-¡¿PERO QUÉ DIABLOS?! ¡¿Izzy?! –todas quedaron impactadas y sin atinar qué decir.
-me convertí en una chica, sucedió de la noche a la mañana, y no sé porque… -decía en angustia el joven pelirrojo.
-¡eres una chica Izzy-kun! –dijo Yoley impactada, por fin atinando a decir algo.
-Vaya Izzy, esto es muy extraño, sorpresivo y raro. Pero debes de decirlo a todos, será mejor para ti…. –la dulce Sora tomaba las manos de la pelirroja, cubriendo a la vez sus pequeños pechos.
-¡NO! No podría… -ella entró en pánico y respiró con angustia, sobre todo ante la idea de decírselo a Tai.
-pero Sora tiene razón, así te quitarás un peso de encima –dijo Hikari quien tocaba el hombro de la implicada.
-bueno, creo que tiene razón, pero no sé como lo haré, ayúdenme por favor… ¿Y si se ríen de mí? Preguntó intimidada.
-No te preocupes, estamos todas contigo, eso no va a pasar, los chicos son buenos, lo van a entender. Por ahora mejor no lo guardes como secreto, en lo que encontramos una solución ¿sí? – agregó la pelirroja mayor con una dulce sonrisa maternal a su pequeña amiga.
-e-está bien… -convencida, pero aún insegura, asintió y aceptó las palabras de Sora.
-el primer paso es usar ropas de mujer, y da la casualidad que traigo doble traje de baño. –dijo Mimi (doble traje de baño… ¿?)
-¿Qué? –al parecer Izzy pensó igual que yo.
-¿doble traje de baño? –preguntaron todas a la vez. (Ellas tampoco lo entendían… tal vez es sólo que Mimi es algo exagerada…)
-bueno, en la tienda, no me pude resistir por cualquiera de los dos así que simplemente los compré los dos –dijo orgullosa, mostrando ambos trajes de baño, uno verde que era más discreto y de una sola pieza, y finalmente el otro, un bikini rosa...
Todas miraron a la castaña, ya resignadas a su obsesión por la moda.
Así, procedieron a ponerle el traje de baño, que consistía en un conjunto de dos piezas acompañadas por uno de esos pañuelos que se amarran a la cadera, todo de color rosa, con motivos negros y blancos. Le quedaban bien al ser tan bajita, aunque sus caderas eran algo más redondas y pronunciadas que las de Mimi, y eso frustró un poco a la castaña. Peinaron su cabello en dos coletas bajas que caían al frente, por sus hombros y Miyako le puso una fragancia a rosas y fresas que llevaba consigo.
Mientras tanto, todos afuera discutíamos el extraño comportamiento de Izzy.
-…y entonces al llegar noté que estaba parado, sin decir nada, jugando nervioso con sus manos y dudando en tocar el timbre de tu casa Matt-nos comentó Joe con los brazos cruzados.
-lo he visto muy apartado y reservado. Como asustado, francamente me extraña, Koushiro-san no es así… -el joven Ken también estaba inquieto con su comportamiento.
-Lo que me extraña a mí, es que pidiera ayuda a las chicas. Normalmente la pide a mi hermano o a Tai… -dijo mi hermanito tomando un poco de su limonada.
-Pues le preguntaremos qué es lo que pasa cuando vuelva, no está bien que no confíe en nosotros. Sea lo que sea debemos comprenderlo y ser maduros y respetuosos con él ¿Entendieron? –dijo Tai de una forma muy firme, que, francamente, me sorprendió.
-¡Sí! –dijimos todos a la vez, yo me mantenía al margen.
Entonces salió Sora acompañada de Yoley, y nos explicaron qué había ocurrido un evento raro y a la vez milagroso (¿?), increíble en verdad a nuestro querido amigo pelirrojo. Que ellas no lo entendían ni Izzy tampoco por supuesto, que por favor no nos burláramos de él, porque si lo hacíamos nos golpearía en nuestra hombría (en el sentido más doloroso de la palabra… palabras de Miyako que interrumpió a Sora). Así, el implicado salió tímidamente de su escondite. Temblando y respirando con algo de agitación, apoyado de la dulce Kari y de Mimi. Al salir lo que vimos fue: a una bella chica curvilínea, de apariencia frágil y delicada, cuerpo delgado, pero de caderas amplias, pequeña y de un rostro dulce y tímido. Estaba roja como un tomate y jugaba con sus manitas nerviosas, era tan hermosa, que nos dejó a todos con la boca abierta.
Lógico nadie dijo nada, estábamos tan estupefactos, incrédulos, y sorprendidos. No creíamos que era nuestro Izzy, pero lo era, y a todos nos gustó su nueva faceta de chica, pero claro, nadie lo reconoció de inmediato… ¿Qué sucederá? ¿Tai seguirá aceptando a Izzy? ¿Esto los acercará, o los alejará? Sintonízanos a la misma hora por el mismo canal para…. A no, eso no. Espera y lo sabrás.