Inteligencia
El sabía bien que era más inteligente que su hermano mayor. Por eso mismo, y por el bien de los dos, es mejor olvidar ese sentimiento y tratarlo de olvidar con la persona correcta.
- Haruhi… ¿Te gusta mi hermano? – preguntó serio Kaoru, mirando directamente a una sorprendida castaña, que estaba estática
- Err, ¿Hikaru?... ¿G-gustarme? – dijo un tanto nerviosa, que no paso desapercibida por el gemelo, esquivando la mirada
- Entonces… ¿Si te gusta? – parecía una afirmación en vez de una pregunta, soltó un largo suspiro de frustración mirando a la chica. Pero el por dentro, se estaba rompiendo, poco a poco, destruyéndose a si mismo… Solo por la felicidad de su hermano
- B-bueno, no es que me guste… Es muy atractivo y… – guardo silencio al darse cuenta de lo que decía, y un poco sonrojada asintió levemente con la cabeza
- Te ayudaré – contestó decidido, pensando planear una cita para ella y su hermano mayor
- N-no es necesario. – expresó la chica – No quiero ayuda, y-yo ya pensaba declararme – continuó bajando la mirada un poco por la vergüenza de hablar de ese tema
- Bien… ¡Suerte… Cuñada! – dijo feliz (aparentemente), despidiéndose y corriendo o mejor dicho casi huyendo hacia la salida, ya que sentía que su corazón se partiría en dos o algo parecido
El día había llegado, el día en que Haruhi se declararía a Hikaru.
Kaoru, por curiosidad, siguió a Haruhi (aunque le doliera hasta el alma, perder a su hermano, al amor de su vida, aun así la siguió), que se encontraba caminando, por los pasillos vacíos. Ella entro a un aula, donde lo había citado. El (Kaoru) se escondió rápidamente y pudo escuchar unas voces.
- Hola Hikaru – decía la castaña un poco nerviosa, observando al gemelo que la miraba extrañado, por el comportamiento de la chica. Ya que, casi siempre se comportaba segura de sí misma
- ¿Pasa algo malo? – preguntó el mayor de los gemelos, aun observando detenidamente a la muchacha que tenía en frente
- Si… No… Pero si… O sea No, Si… – agarró aire – T-Tú… ¡Me gustas mucho! – lo soltó de un golpe, Hikaru la miraba asombrado, al igual que su hermano que se encontraba escondido
- Lo siento Haruhi – contestó amablemente y se dedico a continuar –, pero… Yo amo a otra persona – trato de no herir los sentimientos de ella, porque sabía que ellos eran amigos y no quería arruinar esa amistad
- Comprendo – habló ella, con una expresión triste en su rostro, pero sabía que iba a ser rechazada. Haruhi sabía muy bien, quien era la persona especial de Hikaru –. Espero que te corresponda – lo dijo de corazón y sinceramente
- Gracias – fue lo único que dijo y salió rápido del aula, porque le dolía ver a su amiga así, y como era muy tarde se fue a su mansión
- Lo siento – Kaoru salió de su escondite, sorprendiendo a la chica, que, trataba de pelear contra las lagrimas, esperando a que no salieran de sus ojos
- No te preocupes… Yo sabía que esto pasaría – suspiró triste y luego miro al gemelo menor –. Alcánzalo – dijo y le mostro una linda sonrisa, y el, obedeció y se fue tras su hermano
En la mansión, todo estaba tranquilo. Los gemelos ya había llegado, lo más raro de todo, es que ninguno se había dirigido la palabra, ni para una cosa, ni para la otra.
La habitación se encontraba en total silencio. Los cuerpos descansaban en la cama, pero todavía no estaban dormidos. Toda esa tranquilidad fue interrumpida por el menor
- ¿Por qué? – preguntó simplemente, girándose en la cama, para ver a su hermano
- ¿Escuchaste todo? – contestó con otra pregunta, imitando a su hermano Kaoru
- Se puede decir que sí, pero… ¿No te gustaba ella? – contestó y volvió a preguntar, mirándolo directamente
- Solo para que fuera nuestro juguete – contestó – Sabes que no te cambiaría por nada, ni por nadie – le avisó a su hermano menor, que lo miraba sonrojado
- Pero esto no está bien – musito con algo de tristeza, cerrando los ojos y sintiendo una suave presión sobre sus labios
- A mí no me importa… Por mí que piensen y digan lo que quieran – dijo, restándole importancia al asunto. Abrazo a su hermano y se dedicaron a viajar al mundo de los sueños
La inteligencia solo buscaba lógicas, en cambio, el amor no, solo se dedicaba a gozar, sentir y disfrutar porque simplemente no tiene límites
FIN