Una tierna perversa en Konoha.
Capitulo 1: algo imposible...ocurrió.
Una pequeña niña de no más de 13 o 14 años de contextura delgada, su piel blanca, cabello negro con reflejos café y ojos almendras, no mediría más de 1,46 cm, entraba a su habitación con una evidente cara de estrés en su cara, la razón a de ser porque estaba recién llegando de la escuela y es que para ella estar 9 horas hay era horrible, lanzo su mochila a algún lugar de la pequeña habitación y se saco los zapatos subiéndose a su cama mientras encendía su computadora, se recostó acercando una mesa la cual sujetaba dicho objeto, cuando el computadora estuvo encendido completamente ingreso su contraseña e ingreso a internet, rápidamente ingreso a una página y busco el nombre de una de las series más populares de Japón, "Naruto Shippuden", espero unos momentos a que el capítulo de esa semana se cargara y comenzó a verlo, era el capitulo 210, la batalla de Sasuke, su sexy Sasuke, vs Danzo "¡como odio a ese anciano" pensaba la chica mientras gritaba apoyando desde su pantalla al azabache, aunque ella sabía que era IMPOSIBLE que él la escuchara, ya que era una pantalla y por sobre todo un anime, ella lo usaba como una forma de des estresarse, cuando ya finalizo tal capitulo puso una escena donde salía el azabache en una pose muy sexy, según ella, puso la canción del op 9 de esta serie y se recostó en su cama, cerró los ojos y dijo para sí misma...
-Si tan solo pudiera estar en Konoha, todo seria mas fácil y podría lograr el yaoi -una risita pervertida salió de los labios de la chica.
-¡Lo sabía, estás loca! -fue saca de sus pensamientos por el grito que dio su hermano de 15 años el cual la apuntaba como si fuera un fenómeno.
-¡Fuera de mi Habitación! -grito la chica enfadada, odiaba que su hermano entrara a su habitación.
-Me vengo a mirar al espejo -se quedo un poco más de media hora mirándose, sin exagerar, para después besarse el mismo en el espejo haciendo que la chica pegara el grito en el cielo y exigiera que lo limpiara, pero su hermano la ignoro.
-¡Ven y limpia mi espejo! -grito, su hermano la miro y rio burlonamente.
-Y si no lo hago ¿me vas a lanzar un jutsu? Hahaha -se fue burlándose de ella.
Bajo la mirada tristemente, diariamente era molestada con eso, por ser una otaku y a pesar de que en su escuela y grado a nadie le gustaba el anime tanto como a ella, se sentía triste y sola, al crecer solo con hombres creó una personalidad muy poco femenina por lo que sus compañeros hombres siempre se metían con ella, ya sea para una pelea o un simple juego para fastidiarla, ella gustaba de alguien de ahí pero jamás se lo diría, no hablaban mucho y el jamás le correspondería, al pensar el cómo era su vida se deprimió mucho y se quedo en un rincón de su habitación, pero se acordó de algo que le levanto rápidamente el ánimo ¡hoy tenía una expo anime! se levanto de un salto y fue a bañarse, al momento de salir tomo un cosplay que había hecho ella mismo y por eso tenía casi todos sus dedos con banditas, se coloco el cosplay de su personaje favorito ¡Sasuke! claro que en versión Sasuko, se miro al espejo y se dio cuenta de que no había apagado la computadora, si salía una gran cuenta de luz su madre la regañaría, vio que aun estaba en la pantalla la escena con la pose sexy del Uchiha y sonrió bobamente, iba a tocar la pantalla pero apenas al tener el mínimo contacto con esta, comenzó a brillar, era un brillo tan cegador que la chica tuvo que cerrar la vista.
Se sentía rara, había sentido como caía fuertemente al suela, quería abrir sus ojos, pero no podía, le pesaba el cuerpo y sentía un fuerte dolor de cabeza, al decimo intento de tratar de abrir los ojos escucho una chillona y aguda voz.
-Kakashi-sensei, invíteme un ramen por favor -decía un rubio suplicándole a un peligris.
-¡Naruto idiota, ten cuidado con...! -una pelirosa le grito a su compañero que tuviera cuidado pero fue muy tarde, el rubio había tropezado y por consecuencia caído encima de un chica que estaba tirada en el suelo al parecer inconsciente.
-¡Me dolió! -alego Naruto parándose- ¡Ah! lo siento -salió rápidamente de encima de la chica -pero si esta chica esta vestida igual que tu Sasuke-teme.
-Es cierto -confirmo la pelirosa.
Un azabache, que hasta el momento no se había interesado mucho en el tema, al escuchar las palabras de su rubio compañero, dirigió su mirada hacia la chica que estaba tirada en el suelo, era cierto vestía ligeramente parecido a él, pero el vestuario de la chica era femenino claro, ya que la pollera que llevaba no cubría su estomago, las fundas de sus brazos eran mucho más largas que las de él y el short era mucho más corto casi al hecho de que parecía pantaletas. Naruto tomo la chica en brazos y Sasuke pudo apreciar que la chica llevaba en su espalda el signo del clan Uchiha, al igual que este todos los demás se sorprendieron ¿esta chica seria un Uchiha? pero el único sobreviviente era Sasuke entonces ¿como?, todos se hacían las mismas preguntas hasta que escucharon un leve quejido provenir de los labios de la chica la cual abría de apoco los ojos tratando de enfocar de apoco y reconocer el lugar en el que se encontraba, no tardo mucho tiempo a acostumbrar su vista a los rayos del sol que le daban de lleno en su cara, lo primero que vio fue el cielo azul, esperen este no es el cielo, son un par de ojos, la chica abrió los ojos lo mas que pudo al notar a quien tenía enfrente, ese cabello rubio, sus ojos azules que competían con el cielo, su piel bronceada, la ropa de un naranjo chillón combinado con azul y por sobre todas las cosas esas marquitas en su cara, esa persona no era nada más ni nada menos que ¡Naruto Uzumaki! el protagonista que su serie favorita, esto no podía ser verdad debía de ser un sueño pero aunque fuera un sueño esperaba jamás despertar, desvió un poco su mirada y pudo observar a un peligris que ocultaba su ojo izquierdo al igual que su cara era ¡Kakashi Hatake! el sensei más sexy que ha visto en la vida como desearía tener un sensei así en su escuela, recorrió un poco mas con la mirada y pudo toparse con una chica de ojos color jade y cabello rosa no necesito saber más para identificar a esa chica, era Sakura Haruno, no le agradaba mucho por el simple hecho de ser un estorbo para el SasuNaruSasu, pero aparte de eso no tenía nada en contra de ella y por ultimo vio a un peli azabache con ojos color ónix y tez tan blanca la nieve y hay prácticamente se le caía la baba de la boca, era él, la persona que mas amaba y quería de ese anime, la que le hacía sacar suspiros y esos gritos de fangirl que hasta ella misma odiaba ahí estaba el, el mismísimo ¡Sasuke Uchiha! la miraba directamente a los ojos, se levando casi inconscientemente de los brazos de Naruto y se dirigió hacia Sasuke el cual la miro raro, la chica lo observo entre sorprendida y feliz, y es que no todos los días te encuentras frente a frente a tu personaje favorito, la chica le sonrió y acaricio un poco el rostro de este y dijo en un susurro...
-En verdad eres Sasuke -solo pudo decir eso antes de caer desmayada siendo sujetada por Sasuke.
De nuevo le dolía la cabeza era un dolor insoportable, abrió lentamente sus ojos y se dio cuenta de que estaba en algo como un hospital, vio a una enfermera pasar y confirmo lo que pensaba, si era un hospital, miro a su alrededor y se fijo que una mujer rubia, ojos color miel y un gran busto la miraba analizándola, la chica se sintió levemente nerviosa al igual que emocionada ella era Tsunade , la Hokage, podría decirse que ella era su ejemplo a seguir la admiraba mucho y al verla se le iluminaron sus ojos de color almendrado. La rubia seguir analizando a la chica hasta que esta la miraba con admiración, Tsunade se sentó en una silla que estaba al lado de la cama de la chica y la miro.
-Hola –dijo Tsunade.
-H…hola –respondió tímidamente la chica, a pesar de ser muy extrovertida era muy tímida con las personas que no conocía.
-Mi nombre es Tsunade Senju y soy la Hokage de Konoha y tú mi niña ¿Quién eres? –pregunto con un tono materno la rubia.
-Me llamo Mar…-titubeaba la pequeña.
-¿Te llamas Mar? –pregunto la rubia, ese nombre era algo extraño, pero vio a la chica negar con la cabeza.
-Me llamo…Mar…Mari…Marisa –pudo finalizar la chica.
-Con que te llamas Marisa ¿verdad? –Se quiso asegurar la rubia y vio a la pequeña asentir – y ¿de qué aldea eres? –pregunto la Hokage.
-De Chile –respondió ella.
-¿Chile? Y ¿eso qué es? –pregunto dudosa la rubia.
-Mi país, pero no creo que lo encuentre en un mapa de aquí –respondió con una tímida sonrisa al ver ya a la rubia sacar un mapa de vaya a saber dónde.
-No te entiendo –dijo dudosa la rubia.
-Al parecer yo no soy de este mundo –dijo mientras una tierna sonrisita salía de sus labios.
La rubia no entendía muy bien y la chica al fijarse en la cara de confusión de esta decidió decirle lo que había pasado, no demoro mucho, bueno cuando podría demorar en decirle que una luz blanca salió de su computadora y apareció hay.
-Hm, creo que ahora entiendo –dijo pensativa la Hokage.
-Am Tsunade-sama –dijo temerosa la chica.
-¿Si? –pregunto Tsunade.
-¿Podría ver a Naruto, Kakashi-san, a Sakura y Sasuke? –pregunto.
-Am…está bien, pero tienes que descansar, les diré que vengan después ¿ok? –dijo con una sonrisa.
-¡Ok! –respondió con una sonrisa mucho más animada la chica.
La chica solo quería ver de nuevo a sus personajes favoritos y lo que menos se creía es que había estado hablando con ¡Tsunade-sama! Si muriera moriría feliz, pensando en lo genial que había sido la charla con la rubia y que después vería a sus personajes y a cierto azabache que le gustaba en demasía se quedo dormida.