Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

FRUTA DULCE por Alhen Lawliet

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La historia me vino a la mente una noche que comía fruta y me puse a pensar en la fruta dulce que me desayunaría en la mañana cuando dejara a mi hermanita a la escuela y regresaba a casa para hacer el queacer vacacional, jajajajaja.

Notas del capitulo:

Espero que les guste, haber si se les antoja la fruta dulce, que en lo personal a mi ya se me antojó, jajajajaja.

Kagome regresó de su época para regresar con sus amigos. La muchacha estaba más feliz que de costumbre. Hoy llevaba consigo algo especial que compartir con todos ellos, en especial con Inuyasha. Llegó a donde todos la esperaban. El sol estaba en lo alto y la brisa fresca otorgaba un ambiente de tranquilidad y agrado. Todos estaban en el lago, refrescándose.

Kagome entonces llamó la atención de sus amigos.

- Escuchen, les traje algo especial, espero les guste.

De su mochila sacó una bolsa muy bien atada y la desamarró para sacar su contenido y a cada uno le dio una charola con fruta adentro. Todos la miraron curiosos.

- Es fruta, pero con un toque especial. Pruébenlo, seguro les gustará.

Sonrió mientras todos confiando en la palabra de la pelinegra, probaron la fruta y sus ojos se abrieron con encanto. Una sensación de sabores se mezcló en sus bocas. Miroku se expresó.

- Tiene un sabor que da un placer incomparable, es como alimento de dioses.

Sango también halagó el alimento.

- Tiene un sabor dulce, mezclado con la fruta es un deleite.

Shipo dijo con inmensa alegría.

- Esta muy rico. Kagome ¿Qué tiene?

Orgullosa, la chica les respondió.

- Tiene cereal, con ralladura de coco, pasas y para dar el sabor dulce tiene miel y leche condesada.

Todos exclamaron un “Oh!” ante todo lo que contenía esa fruta tan dulce. Inuyasha entonces le preguntó.

- ¿Quién creo esta comida tan dulce y deliciosa?

La chica, feliz respondió.

- La receta me la enseño mi madre. Imaginé que les gustaría.

Inuyasha miró con asombro aquella fruta tan dulce. Estaba seguro que esa clase de comida se volvería una de sus favoritas después de las papas fritas que Kagome le conseguía de su época. Entonces, algo se le vino a la mente. Algo en verdad entupido de imaginar. Se puso algo serio pero pronto se le paso y paso el resto del día como si fuera un día normal, aunque aún rondaba en su mente tal idea descabellada que se hizo insistente cuando la noche cayó y todos debían dormir.

Inuyasha daba vueltas al asunto. Ni siquiera conseguía pegar un ojo. Aquella idea o pensamientos que le perturbaban giraba en torno a la maravillosa fruta que Kagome había traído consigo de su época. Aquella Fruta dulce.

- “Esa fruta era tan dulce pero sin empalagar. Como dijo Miroku; parecía alimento de dioses. Me pregunto… Sesshomaru odia la comida de humanos… pero… ¿Será una excepción la fruta dulce?”

Irremediablemente también pensaba lo mismo pero con cierto lobo-hombre.

- “Kouga… se que el come carne pero también muchas veces lo he visto comer otras cosas… ¿Le gustará también? Y en todo caso… ¿Por qué me interesa saber si les gusta la fruta o no? Igual no es como si en verdad les fuera a gustar… la verdad a mi me dejó maravillado su sabor, pero no es como si fuera a vivir de ella para siempre… a lo mejor es solo curiosidad por algo recién descubierto.” (La fruta)

Trató de dormir un poco y todo lo que había en sus sueños era aquella fruta con cereales y miel. Y aún más extraño, con el estaban Kouga y sesshomaru comiendo de la fruta mientras se mostraban sorprendidos del sabor único y delicioso de aquella fruta tan dulce. Y sabiendo que era un sueño, la lógica lo regresó al mundo real. Abriendo sus ojos lentamente, comenzó a repasar el sueño una y otra vez, recordando las expresiones de asombro y deleite en las caras de su rival y hermano. Entonces, como si fuera la idea más estupenda del mundo, se le ocurrió tratar de ver esas expresiones en la realidad.

Inuyasha sonrió con malicia propia de un niño que va a cometer una travesura. A la mañana siguiente, Inuyasha trató de hablar a solas con Kagome para pedirle un favor. La chica, extrañada por la petición, accedió a concederle aquel capricho.

Cuando Kagome regresó con el pedido, Icuyasha le agradeció.

- ¿Para qué me pediste eso Inuyasha?

- Bueno… es un secreto.

La chica enarcó una ceja y miró partir al medio demonio.

***

Inuyasha caminó por un largo rato hasta encontrarse con un conocido olor. Corrió en su dirección y se encontró con Kouga. El Lobo-Hombre al mirarlo, se puso en Posición de ataque.

- ¿Ahora que quieres, perro pulguiento?

- Lobo sarnoso. No vine a pelear. Solo traje algo que tal vez podría interesarte.

Kouga lo miró con sospecha. Inuyasha le extendió un paquete envuelto y cuando Kouga lo tuvo en sus manos, Inuyasha lo miraba fijamente.

- ¿Qué es?

- Ábrelo y lo sabrás.

Kouga hizo caso y al abrir el paquete miró que se trataba de un extraño objeto que contenía fruta adentro.

- ¿Fruta?

Kouga se ofendió.

- ¿Qué me viste cara de conejo? Yo no como fruta, solo carne, perro idiota.

- Ya lo se.

- Tampoco tengo tanta hambre como para comer esto ni aunque fuera lo único que hubiera, antes muerto.

Inuyasha sonrió malévolo.

- Entonces el esfuerzo de Kagome no valió la pena.

Ante eso, Kouga se puso tenso y preguntó temeroso.

- ¿Ella lo preparó?

- Así es, se esforzó en hacerlo. Ayer nos ofreció a todos por que quería que lo probáramos e hizo este especial para ti. Pero como dijiste que no lo querías, le diré a Kagome que la despreciaste, eso seguro la destrozará.

Dijo dramático y estando a punto de dar la vuelta cuando Kouga lo interrumpió.

- ¡Espera! No le digas eso a Kagome, me odiaría.

- Bueno, tampoco puedo mentirle.

- Bien, lo probaré y solo por qué ella lo preparó para mí lo disfrutaré con gusto.

Dijo galán para hacer enojar a Inuyasha, pero éste lejos de enojarse sonrió triunfal.

- Muy bien. Quiero ver que lo pruebes.

- No me insultes. Jamás despreciaría algo que Kagome hizo con sus propias manos.

Entonces, tomó un melón lleno de cereal y endulzado y lo llevó hasta sus labios para después proceder a masticarlo y pasarlo por su garganta. Inuyasha observó al demonio lobo y no perdió detalle de su rostro. Entonces, lo que esperaba sucedió.

Kouga abrió sus ojos complacido y enseguida devoró la fruta con total placer.

- No cabe duda: Kagome será una buena esposa. Esta fruta contiene algo que jamás he probado y es realmente delicioso.

Ibuyasha sonrió con gustó para después preguntarle.

- ¿Te gustó en serio?

- Claro. Debo decir que me siento feliz de saber que Kagome me quiere lo suficiente para desear que pruebe este maravilloso manjar.

- Bien.

Inuyasha sonrió. Algo no andaba bien. Eso pensó el Lobo. Inuyasha estaba feliz, en lugar de enojado como siempre. Estaba seguro que algo ocultaba. Dejó que el mitad demonio se marchara pero no le quitó la vista de encima. Ya después arreglaría cuentas con el perro. Por lo pronto, caminó de regresó con sus compañeros.

***

Inuyasha buscaba ahora un olor diferente. Le fue frustrante encontrar a cierta persona. La noche estaba cayendo y cuando por fin dio con quien buscaba, corrió hasta su dirección. Entonces, pasando unas arbustos, encontró a quien buscaba. Parado frente a Inuyasha, se encontraba su hermano Sesshomaru. El apuesto demonio miró con desprecio a su hermano.

- ¿Qué quieres?

Inuyasha dudó por un instante, pero pronto se armó de valor y dio un paso adelante. Miró a Sesshomaru fijamente mientras decía con voz seria.

- Traje algo… para ti.

- No me interesa nada que puedas ofrecerme.

- Lo se.

Ambos seguían viéndose como su en un instante el mundo fuera a cambiar. Inuyasha continuó.

- Solo acéptalo.

Le entregó el paquete, pero Inuyasha ya estaba dudando de su propia y descabellada idea. Sesshomaru miró con indiferencia el paquete y lo abrió solo para “complacer” a su tonto hermano. Cuando notó lo que era, tan solo bufó y miró con frialdad a su hermano menor.

- ¿De casualidad sabes que tu odio la comida de humanos?

- Lo se… igual… solo pruébalo, estoy seguro que quizás cambies de parecer respecto a esto.

Como si aquello fuera la broma menos graciosa del mundo, Sesshomaru miró a Inuyasha y le arrojó de vuelta su presenta.

- Escúchame bien. No vuelvas a buscarme a regálame estupideces. Si no es para pelear hasta la muerte, mejor regresa cuando seas menos patético.

Inuyasha se molestó por aquello e infló sus mejillas.

- Ojala fueras como Kouga.

Y dicho eso, se fue del lugar, dejando a un Sesshomaru mirándolo y con un semblante serio e impasible. Claro que en el fondo no era así, pues aquel comentario lo hizo sorprenderse.

***

Estaba decepcionado, pero debía imaginar aquella reacción por parte de su hermano. ¿En qué diablos estaba pensando? ¿EN verdad creyó que Sesshomaru iba a ceder tan fácil como lo hizo Kouga? Con Kouga no fue difícil por que solo tenía que mencionar a Kagome y listo, pero con Sesshomaru era en verdad diferente. El no tenía como acceder a hacer algo que no deseaba. No tenía algo con que persuadirlo o hacerlo ceder a un pequeño capricho. Inuyasha pensó que su hermano no tenía un punto débil para lograr su propósito. Se resignó con desgano.

Caminó hasta llegar a un oscuro lugar, donde los rayos de la luna no lograban llegar. Inuyasha miró el paquete en sus manos.

- Igual… no creo que ya este bueno. Supongo que con el calor ya no sirve.

Su mirada era de tristeza. Entonces, escuchó un pequeño ruido imperceptible al oído humano y giró su cabeza. La hojas de los árboles y de los arbustos comenzaron a moverse de forma violenta y enseguida apareció a quién menos esperaba encontrarse. Su mirada se llenó de odio y repulsión.

- ¡Naraku!

- Mi querido Inuyasha.

- ¿Qué haces aquí? Y no me llames así.

Miró con despreció al sujeto con piel de mandril parado frente a el. Raraku se quitó su piel para dejar ver su rostro.

- No, Inuyasha. No soy una ilusión como las otras veces que batallamos. Soy real.

Inuyasha lo miró con sospecha y precaución.

- ¿Qué quieres?

Volvió a preguntar. Naraku lo miró con aquella sonrisilla tan desagradable que poseía. Sus ojos no se apartaban de Inuyasha. Entonces miró lo que el mitad demonio poseía en sus manos y con curiosidad preguntó.

- ¿Qué es eso que llevas en tus manos, Inuyasha?

Con rapidez, ocultó el paquete al tiempo que respondía a Naraku.

- No es de tu incumbencia.

Miró furioso al hombre de cabellos ondulados. Naraku lo miró con más interés.

- Baya, la verdad parece algo importante. Inuyasha, deberías aprender a cuidar mejor tus cosas.

Inuyasha no dijo nada, solo lo miró como lo venía haciendo desde hace rato. Mostró sus colmillos amenazador pero a Naraku, en lugar de asustarlo solo lo hacía sonreír con diversión. Caminó hasta Inuyasha y cuando el peliplateado se disponía a luchar, Naraku llegó sorpresivamente detrás de el y tomó el paquete de sus manos. Inuyasha quiso arrebatárselo pero no pudo.

- Veamos, ¿Qué es?

Abrió el paquete y se sorprendió de lo que había ahí dentro.

- ¿Fruta?

Miró desconcertado a un muy sonrojado y avergonzado Inuyasha. Con interés abrió el paquete y miró curioso la fruta y lo que ésta contenía. Miró a Inuyasha y de nuevo a la charola con el contenido. Dio una probada y su rostro se iluminó.

- ¡Oh! ¡Por Kami-Sama! Esto tiene un sabor interesante.

Inuyasha, que hasta el momento tenía su cabeza hacia abajo, la levantó con espanto y enojo.

- ¡Oye! No te lo comas, no es para ti.

Naraku lo miró curioso y luego sonrió mientras agitaba la fruta.

- Esto es algo en verdad rico, no se por que te enfadas. Deberías estar halagado de que me coma esto que al parecer ni lo vas a probar, mejor yo a que se desperdicie.

El peliblanco lo miró con berrinche.

- Prefiero eso a que tú te lo comas. Era para alguien más, pero no dejaré que te lo comas.

Y se dispuso a atacar. Pero para su disgusto y tristeza, Naraku se había engullido toda la fruta de una vez sin dejar nada mientras reía.

- ¿Vez? No costó trabajo, no te enojes. Espero vuelvas a invitarme tan delicioso alimento.

Y se marchó, dejando a un muy molesto Inuyasha que chilló de frustración.

- ¡OJALÁ SE TE HUBIERA ATORADO EN EL PESCUEZO! Así nos ahorraríamos ir por ti a matarte.

Dijo ya menos enchilado. Caminó de nuevo hasta la aldea donde todos seguramente lo esperaban preocupados, en especial Kagome. Para cuando regresó, todos ya estaban prácticamente dormidos. Ecepto Kagome. Ella lo miró preocupada y llena de curiosidad.

- ¿Cómo te fue?

- …mh

Por la reacción, Kagome supo que no muy bien. Entonces ella preguntó.

- ¿Ocurrió algo? ¿No te sirvió lo que me pediste?

- Eh… si, la verdad es que yo…

No dijo nada y se fue a recostar.

- Tengo sueño, mejor mañana hablamos.

Kagome lo miró con preocupación pero mejor no le preguntó más y se recostó para que ella pudiera dormir también.

Al día siguiente, todos estaban disfrutando del fresco día. No hacía tanto calor como otros días y disfrutaban de un día libre. A lo lejos, vieron todos un remolino intuyendo a quién se debía. Pues era la única persona que podía hacer eso.

Kouga se detuvo y enseguida tomó entre sus manos las de Kagome y le sonrió con galanura.

- Hola, Kagome querida. Solo vine a agradecerte por el obsequio de ayer que mandaste con el pulgoso.

Ante eso, todos miraron a Kagome, pero ella parecía no entender nada.

- ¿Regalo? Pero… si yo no hice tal cosa.

Entonces Kouga dejó de sonreír mara mostrarse confundido e interesado. Pasó entonces su mirada a Inuyasha y éste solo esquivó la mirada. Kouga entonces quiso reclamarle.

- ¿Entonces me engañaste? ¡Maldito perro pulgoso!

Kagome preocupada le preguntó a Kouga.

- ¿Qué fue lo que te hizo?

La chica al igual que todos los demás lo miraron acusadores. Kouga entonces respondió a la pregunta.

- El pulgoso me dijo que me habías preparado con tus propias manos un paquete de fruta con ingredientes raros y me sonsacó para que lo comiera, sabiendo que yo no como jamás fruta.

Kagome miró acusadora a Inuyasha.

- ¿Es cierto eso Inuyasha?

- ¿Qué mas da?, igual dijo que le había gustado.

Dijo aún molesto y con sus ojos cerrados con la cabeza a un lado. Kagome entonces se disculpó.

- Kouga, perdona a Inuyasha, a veces es un tonto pero seguro que no lo hizo con mala intención. La verdad yo no preparé nada, Inuyasha solo me pidió los ingredientes que usé para prepararlos, así que le conseguí lo que necesitaba para hacerlo. El hizo la fruta. Seguro que quería que lo probarás pero como sabía que no te la comerías quizás por eso dijo que yo lo hice.

Ante la explicación, Kouga miró a Inuyasha y recordó lo que había mencionado después de probar la fruta que incluso había alagado. “Será una buena esposa.” No podía imaginarse a Inuyasha preparando aquello solo para que lo probara. Algo en su mente parecía confuso. Caminó hasta Inuyasha y tomó sus manos como lo hacía siempre con Kagome, no solo sorprendiendo a Inuyasha, si no a todos.

- Inuyasha.

Su voz parecía tierna y dulce. Un escalofrío recorrió la espina dorsal del medio demonio. Kouga continuó.

- No tenía idea…

Con una expresión dramática y cerrando sus ojos como si algo le doliera, dijo con voz casi en un tono de tristeza.

- No tenía idea de que estabas enamorado de mí, para que hayas hecho todo aquello, debes estar muy loco por mí.

Un goterón apareció en la cabeza de todos e Inuyasha parecía el más sacado de onda.

- ¿Qué? Oye, yo no…

Pero Kouga lo silenció con un dedo en sus labios.

- No digas más… lo se, soy un galán y ni tú te has podido resistir a mis encantos.

Ahora Inuyasha solo deseaba asesinar a Kouga.

- Kouga, no digas esas cosas…

- Inuyasha, debes saber que amo a Kagome… pero ahora me resulta difícil, sabiendo que tu me amas también…

Una palabra más y estaba seguro que golpearía a Kouga por malinterpretar sus intenciones. Solo quería ver la cara que ponía, no que pensara que lo amaba. Pero de pronto, otra persona apareció, un sujeto conocido por todos y que llevaba puesto un apestoso y lleno de bichos, abrigo de mandril. Si, era Naraku.

- Inuyasha, ¿Así que tu lo preparaste? Debo decir que quedé encantado con esa mezcla de sabores dulces. Y como he escuchado, Kouga, Inuyasha será mío.

Inuyasha casi pega el grito al cielo. En esos instantes estaba seguro que algo se le había atorado en la garganta y estaba deseando morir de asfixia.

- Para tu información, Inuyasha esta enamorado de mí, por lo tanto no podrás quedártelo, en todo caso yo me lo quedaré.

El sonrojo en el rostro del medio demonio era tan intenso que parecía un globo a punto de estallar. Inuyasha deseaba que la tierra lo devorara o mínimo, que llegara un demonio y lo acuchillara por detrás, le estaría haciendo un enorme favor por la vergüenza que sentía en aquellos momentos. Miroku hablaba sin pena.

- Parece que nuestro querido amigo Inuyasha es muy popular con los machos aquí presentes… ¿Quién lo diría? El gran Inuyasha ahora en medio de una rivalidad amorosa por su mano. Y todo por una fruta dulce.

Pero la cosa no terminó ahí. No, pues Kami-Sama odiaba a Inuyasha, claro que lo odiaba, por que en esos precisos momentos apareció el hermano del medio demonio, así es, Sesshomaru. Quien con una mirada de pocos amigos miró a ambos “pretendientes” de Inuyasha. Todos conmocionados fritaron al unísono.

- ¡Sesshomaru!

- ¿Qué sucede aquí?

Miroku, de nuevo sin pena, contó a Sesshomaru lo que pasaba, haciendo que Inuyasha tuviera oscuros pensamientos de asesinato hacia cierto monje pervertido con un agujero negro en la mano.

- Pues la verdad, Sesshomaru, es que tu hermanito tiene encantados a esto dos de aquí que se están peleando por su mano. Y seguro que Inuyasha será una “buena esposa” para quien consiga su mano.

El monje comenzó a reír despreocupado, mientras Inuyasha ya estaba planeando mil formas de torturar al monje hasta la muerte. Sesshomaru miró a su hermano y luego a los sujetos que se peleaban por el y con voz desinteresada, aunque en verdad con cierto interés, preguntó al monje que al parecer sería quien soltara toda la sopa. Ya que se había ofrecido a dar el chisme que lo diera completo.

- ¿Cuál es la razón repentina de su interés pos mi hermano menor?

´

Miroku entonces comenzó a pensar en como decir lo siguiente.

- Pues, creo que fue por que probaron la fruta dulce que Kagome nos dio a probar hace el día anteayer. Al parecer Inuyasha le preguntó por la receta y el hizo con sus propias manos la fruta y Kouga la probó engañado creyendo que fue Kagome, y le gustó, luego Naraku al parecer también la probó y le gustó, aunque no sabía quien la había preparado. Hace apenas que se enteraron que Inuyasha lo preparó se interesaron. Así que al parecer la fruta les hizo interesarse en Inuyasha.

Después de todo el rollo. Sesshomaru miró a su hermano y le preguntó.

- ¿Es cierto eso, Inuyasha?

El aludido miró con duda a su hermano mayor y por un instante pensó si debía contestarle o no. Pero ante la insistente mirada dorada de aquel demonio, no le quedó de otra más que decirle todo.

- Si, Naraku se comió la fruta que te di y no quisiste.

Su mirada parecía dolorida. Sesshomaru entonces miró a Raraku y le miró recriminador.

- Entonces… te comiste la fruta que era mía.

- Igual no la quisiste.

- Al igual que Inuyasha es mi hermano y no por que no lo quiera te lo vas a quedar para hacerle quien sabe qué cosas.

Ahora si, Inuyasha parecía un tomate maduro. Bajó la cabeza con cierto sentimiento de vergüenza, como si estuvieran mostrando fotos de el de bebe estando desnudo en la bañera. Entonces, notó como su hermano estaba parado justo frente a el y lo miró serio.

- Entonces… los encantaste con esa cosa que me ofreciste… ahora tengo interés en probarla.

Inuyasha se quedó con la boca abierta de par en par y sus ojos abiertos a más no poder. Con torpeza trató de decir algo.

- Eh… yo… ah… Bien… si, claro.

Caminó hasta Kagome y le pidió que lo acompañara.

- Kagome, necesito tu ayuda, estoy en serio hasta el cuello en este problema, no se que hacer…

- Has la fruta.

- Si, pero… bueno, necesito que consigas algunas frutas a y si pudieras conseguir esa cosa que llamas leche condensada, la verdad te lo agradecería.

- Muy bien. Solo para que salgas de éste problema en el que te has metido.

Kagome ahora se arrepentía seriamente de haber traído fruta dulce aquella ocasión. Nunca pensó que aquello fuera a meter en tantos problemas a Inuyasha, aunque tampoco creyó que Inuyasha lograra meterse en un lío igual y solo por una fruta dulce.

Cuando regresó con la fruta, fue a conseguir la leche condesada, para cuando regresó, Inuyasha ya tenía todo listo, solo faltaba la leche. Kagome le dio a Inuyasha el dulce que faltaba para que la fruta tuviera un sabor más dulce. El medio demonio colocó el dulce y entonces regresó a donde Sesshomaru lo esperaba impaciente.

- Listo…

Dijo nervioso. Sesshomaru tomó el tazón con la fruta dulce y miró a Inuyasha.

- Espero que lo que me hiciste esperar valga la pena.

Entonces, la dar el primer bocado, el rostro de Sesshomaru pareció soltar un brillo de placer mezclado con expectación. No podía creer que aquella fruta tuviera aquel sabor tan inusual, único y placentero. Todos vieron asombrados como Sesshomaru parecía halagar con la mirada el suculento manjar que ahora estaba probando. Pronto a todos les entró la curiosidad y quisieron probar un poco. Inuyasha ofreció a cada uno, con cierta duda y nerviosismo. Todos al probar la fruta concluyeron en que su sabor era casi similar a la fruta que Kagome les había dado. Claro que su sabor era un poco más equilibrado, como si Inuyasha tuviera un talento innato en el “arte” de preparar fruta dulce.

Entonces, Sesshomaru con mirada decidida anunció.

- Inuyasha… he de admitir que tenías razón.

Entonces se marchó no sin antes sentenciar a los dos rivales que peleaban por el medio demonio.

- Naraku… demonio-lobo…

Ambos lo miraron esperando lo que fuera a decir.

- No les pondré las cosas fáciles. Solo uno de nosotros quedará en pie al final.

Inuyasha sudó un goterón mientras exclamaba dramático.

- ¿Por qué dios, por qué me odias tanto?

- Admítelo Inuyasha, al parecer tu don para preparar fruta dulce sea como una pócima de amor para los demonios. Mejor ten cuidado la próxima vez que prepares fruta dulce, no vaya a ser que otro demonio se enamore de ti.

Comenzó a reír el monje, dejando a un muy desesperado Inuyasha tratando de rogar a alguien que lo enterrara vivo. Casi estaba deseando que Kikio llegará de repente y le disparará una flecha y lo dejara clavado en un árbol esta vez para siempre.

- Juro que no volveré a preparar esa endemoniada cosa.

Todo lo que quería Inuyasha era ver las caras que pondrían Kouga y Sesshomaru, nunca esperó que ellos terminaran enamorándose de el a tal grado de que tres demonios terminaran compitiendo por su mano; y todo por culpa de una fruta dulce.

FIN.

Notas finales:

espero que les haya gustado este one shot, jajajajajaja, en lo personal a mi me ha gustado, espero que a ustedes también y si les gusto hagamelo saber en un review, no cuesta nada y me mantiene viva, además Inuyasha las recompensará con fruta dulce preparada con sus propias manitas ^^

Inuyasha: NOOOOOOOOOOOOOOO ¡POR DIOS NO! Lo que sea menos eso, no quiero volver a preparar esa cosa del mal.

A.L: No te quejes ¬¬#

Inuyasha: Como a ti no te acosan despues. ¬¬#

en fin, ¿reviews? *v*

Inuyasha: Help! help! O___O"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).