POR QUE REGRESASTE?
- ¿Por qué regresaste? – escucho a Noah desde lejos como si hubiera sido su cabeza el que lo hubiera hecho
- yo también me lo pregunto – dijo el dejando que toda la tristeza lo invadiera, había terminado por perder a los que amaba en una sola hora
- ¿vas a destruir la puerta, hermano? – pregunto la voz de Al con un sonido hueco
El dolor de su corazón se sintió de nueva cuenta al pensar por un segundo que Hiederich no estaba muerto, pero volteo hacia donde la voz venia, descubrió la figura de su hermano sentado junto al extraño aparato que ahora era el cohete que había creado Hiederich. Si, era la figura de su hermano, su antigua figura de armadura.
- ¿Aun estas con tu alma transferida? – aseguro el acercándose a la armadura, a sabiendas que seria la ultima vez que vería a su Hermano antes de perderlo, el mundo si que era injusto, se quedaría sin su hermano y ni siquiera había podido despedirse de la persona mas importante de su vida, vaya dolor – no podrás quedarte por mucho tiempo – dijo al tiempo en que la cabeza caía.
No, no podía ser tan injusto, el destino no podía darle solo unos segundos de su hermano y nada de su amado y después quitarla a ambos para siempre… pero entonces el cabello castaño salio por el cuello de la armadura, revelando la presencia de Alphonse Elric en ese mundo. Incertidumbre, alegría, enojo, invadieron el cuerpo de Ed
- Al! ¿Por qué?
- vine para estar a tu lado de nuevo – decía mientras intentaba salir de ese disfraz - me escondí en esto para que no pudieras entontarme, el Coronel ya debe de estar cerrando la puerta desde el otro lado, ¿tu vas a destruir este lado también ¿no?
- entonces no podrás regresar – aunque su corazon saltara cual loco por el gusto, estaba preocupado, el estaba listo para esto, pero ¿y su hermano menor?
- siempre he querido estar contigo – dijo al con una sonrisa seria - quiero ver las cosas contigo, crecer contigo, no me importa lo que pase mientras estemos juntos, podemos continuar nuestra aventura de nuevo
- Al tu memoria se ha…
- Si, parece que la estoy recuperando
- el principio de intercambio Equivalente – dijo con una sonrisa levantándose y viendo hacia la dorada luz que era la puerta – será difícil sin Alquimia
- ya veremos la forma de hacerlo fácil si estamos juntos – dijo Al a su lado con la misma determinación
- ah! – exclamaron de manera apenas sonora detrás de Ed, el muchacho volteo a ver como el pecho de su compañero de piso se levantaba de forma autónoma revelando su débil respiración
Aquellos escasos dos metros de distancia se habían vuelto los mas largos de su vida. Corriendo hacia su compañero, se dejo deslizar con al inercia quedando arrodillado al lado suyo, sin dirigirse a nadie en concreto un agradecimiento enorme lleno su mente
- Alphonse – tomo su cabeza para recostarla en su regazo – tranquilo, llamaremos a alguien para que nos ayude – dijo con una sonrisa mas que amplia por verlo aun con vida
- Que diablos… haces aquí? – dijo apenas en un suspiro al reconocer quien le hablaba – COHF!! ¿Por que volviste?
- tenia que hacerlo, debía de volver, tranquilo llegara la ayuda
- no – dijo el con una sonrisa – es mejor asi COHF! Es mejor asi, que en unos meses, en un hospital COHF! Funciono el cohete ¿verdad? – sonrío
- mas que bien – dijo Ed alegre acariciando de manera bondadosa los flequillos rebeldes del chico mientras en sus ojos aparecían las primeras lagrimas traicioneras
- hermano – oyó el alemán justo detrás de Ed, apenas tuvo que mover la cabeza para ver su reflejo parado detrás del chico, tal vez un poco mas joven, pero condenadamente muy parecido a el, casi iguales - ¿quieres que pida ayuda?
- desgraciado cabron!! – dijo Alphonse, aun viendo al joven alquimista de las almas, no pudo borrar el dejo de desprecio de su mirada, para suavizar las cosas – de verdad que nos vemos muy iguales
- Al – dijo la gitana detrás del chico tomando su mano y alejándolo de los chicos rubios – ya no es necesario, ven conmigo
Ed había reparado en todo lo que Al y Alphonse vieron, como se habían visto el uno al otro, sabia que era el único momento en que podría aclarar las cosas con el alemán, y estaba agradecido con Noah por ayudarle en ello.
Vio de nuevo a su amigo, tratando de mostrar todos y cada uno de los sentimientos que por él tenia, Alphonse lo sintió, pues se estremeció bajo su mirada.
- imbecil – dijo – podrías haber salido de la misma madre que el, y aun así no te confundiría, tu eres Alphonse Hiederich, ¡MI ALFHONSE HIEDERICH! Y es a este tonto – dijo con una mano en el pecho de él - a quien AMO
Sin esperar a que el chico hiciera algún comentario, Ed tomo la barbilla de este y le beso con ternura y amor, con toda la ternura y amor que podía darle en el último beso, con toda la entrega, tal que con un poco de suerte se sintiera como una entrega final de todo su cuerpo, como tantas veces compartieron.
- pequeño desgraciado – dijo el de ojos azules apenas se separo
- a quien le llamas pequeño, imbecil – dijo el con una sonrisa
- te mande… a tu-u mundo… pa-ra redimir… m-mi pecado… por a-amarte – sus palabras se entrecortaban, pues la sangre que estaba llenando sus pulmones no le dejaba espacio al aire, poco a poco se sofocaba – y a-asi ir al c-cielo ah! Ah! Cof y… te-e re-egresas para man-mandarme ah! A las lla-llamas… del in-fierno co-on un beso ¡hijo de perra! – dijo con un deje de desprecio y burla
- no hay paraíso Alphonse, solo la felicidad que puedes alcanzar con tus manos – dijo el con una sonrisa traviesa e inmediatamente después le regalo de nuevo un beso apasionado
- di-dilo otra vez – siguió al ver la duda en los ojos ambarinos de Ed – Mi n-nombre dilo
- Alphonse, Alphonse, Alphonse Hiederich – repitió con fuerza y emoción
Saboreo las palabras del ojo ambarino como si fuera la miel exquisita de un dulce mentolado, todas y cada una de las veces, con la cadencia del viento en un paisaje hermoso y tranquilo “Alphonse” tenia que llegar a aquello para notarlo, es verdad siempre fue Alphonse, Alphonse y no Al, de haberlo sabido, él jamás lo había confundido, jamás lo había usado de sustituto, el era Alphonse.
Maldita la mente, por que desperdicio semanas enojado con el, por un mal entendido, cuando su hombre del otro mundo, jamás lo había traicionado.
No importaba, ahora importaba su nombre en sus labios, dicho con amor, saboreados con ternura… y sangre… Abrió los ojos
- si existe el paraíso – dijo al fin – esta aquí – dijo tomando con fuerza las manos de Ed – esta contigo…
- esta en nosotros – dijo Ed – y yo lo seguiré teniendo aquí
- cuida a tu hermano, a Noah – sus ojos se había cerrado al decir esto – y cuídate tu, no hagas nada entupido, enano
Un pequeño y mas cargado suspiro salio de los labios de Alphonse, el suspiro que contenía su alma, aquel que le dejaba sin vida, en el regazo de Ed. El rubio derramo lagrimas hundiendo la cabeza en el cuello de Alphonse, sollozando……