Una cena romántica… Una proposición…
-Oh… Reita…
Segundos de silencio… segundos de meditación…
-Dime que sí y te convertiré en el hombre más feliz de este planeta
-Yo….
Momentos de duda que pueden acabar con la cordura del ser más firme…
-Yo…
El tiempo pasa tan lento… La duda carcome poco a poco hasta que…
-Acepto….
Una simple palabra…
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-No puedo creer que Ruki se nos vaya a casar- exclamaba un castaño claro.
Hiroto, Kai, Saga y Uruha, se encontraban en el departamento de la “novia” como solían molestar al pequeño. Estaban haciendo los arreglos para el gran día, como escoger el salón, que traje iba a usar, que flores estarían en la recepción… cosas sencillas que, sin embargo, estresaban a Ruki al borde de pedir ayuda a sus amigos más cercanos para que lo salvaran.
-Yo quiero que Tora me proponga matrimonio~
-Pues eso va a tardar un poco Saga- respondió Shou, recibiendo como respuesta un golpe con un cojín.
Todos se reían, hacían bromas, estaban muy felices de que Ruki por fin se iba a casar con “el amor de su vida”
-Recuerdo perfectamente la cara de baboso que puso Taka cuando la iguana le pidió ser su novio-
Una tarde llena de recuerdos y buenos momentos…
Kai disimuladamente, se escapó del grupo y fue al baño para poder hablar con teléfono con su novio, pues algo que le desagradaba era que lo empezaran a molestar por cosas como esa. Cerró la puerta para tener más privacidad, y realizó la llamada.
Trató de no tardarse mucho, pues sabía que si hacía eso, no lo molestarían por la llamada, si no con cosas como “¿quieres que llamemos a un doctor?” o “Deberías de comer más fibra” y es que estos muchacho, si que eran pesados.
Pero algo en el bote de basura le llamo la atención… Una prueba de embarazo…
Si bien, era prácticamente imposible que un hombre quedara embarazado, al tenerla en sus manos y comprobar el resultado, hicieron que el morocho quedara en shock
-Ruki esta… ¿Embarazado?
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Mientras en otro departamento, se encontraban Tora, Shou, Nao, Kai y el futuro condenado, tomando y fumando mientras se molestaban entre sí.
-Cielos Reita, que agallas… Yo nunca podría pedirle matrimonio a Uruha- decía un pelinegro
-Pues… ya ves… soy más hombre que tu- se defendió el rubio
-Pero… ¿estás completamente seguro de lo que haces? Digo, no se trata de algo tan simple… te vas a unir de por vida con Ruki, vas a tener que aguantar sus berrinches, sin contar de que ahora tendrás que compartirlo todo con el
-¡Tora! No lo asustes… yo pienso que lo vas a hacer bien… es más… yo quiero proponerle matrimonio a Kai- contestó Nao volteando a ver la botella de cerveza que tenía en su mano
-Nos salió valiente Nao… por cierto… ¿dónde van a vivir?- dijo Aoi- Ya ves que Ruki comparte departamento con Uruha, y tú conmigo
-Eso es fácil mi querido Aoi… O te vas a vivir con Uruha, o Uruha se viene a vivir contigo-
-¡¿Eh?!
Bromas, cajetillas de cigarros y botellas de cerveza iban y venían en aquel departamento, hasta que Reita decidió separarse del grupo y salir a fumar a la terraza para poder pensar.
Iba a pasar el resto de sus días con aquel rubio que le había robado suspiros y pensamientos desde la primera vez que lo vio pero… ¿Era eso lo que realmente quería?
-Tengo miedo- dijo para apagar su cigarro en el cenízaro que tenían en la terraza y volver a la “despedida de soltero” que le habían organizado sus amigos, aunque sabía que solo era una simple escusa para poder tomar.
*°*°*°*° 3 SEMANAS DESPUÉS*°*°*°*°*°*°*°*°*
-Oye Uru… necesito hablar contigo- estaban Kai y Uruha en una habitación de hotel, arreglándose para la boda que sería en unas horas en uno de los salones que el hotel les había proporcionado.
-¿Qué sucede?
-Es que no se si decírtelo pero… ¿Recuerdas hace como tres semanas estuvimos en tu departamento, celebrando el compromiso de Ruki?
-Si… ¿Qué tiene de malo?
-Pues esa vez… entré al baño y encontré una prueba de embarazo
-Ah… ¿Si? Y ¿Qué sucede o qué con eso?
-Pues la prueba decía positivo… creo que Ruki está embarazado…
Unos golpes desesperados en la puerta de la habitación, interrumpen la conversación, y es Uruha el que va a ver qué sucede.
-¿Aoi? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Reita?
- Desapareció… No ha llegado y no contesta su celular ni el teléfono del departamento
-¿¡Reita se fue!? –Exclamó Kai para tomar su abrigo que estaba sobre la cama y dirigirse a la salida- ¡Ese infeliz no puede dejar a Ruki así!- y salió del cuarto para ir en busca del rubio
-Uru...- dijo Aoi para acercarse a abrazar a su novio- ¿A qué se refiere Uke con “dejar a Ruki así”?
-Es que… Ruki esta embarazado-
-Pff… yo sabía que esto del matrimonio no era muy buena idea… y ahora con un bebé en camino… todo va a ser más complicado-
-Aoi… ¿a ti no te gustaría casarte y tener una familia?
El pelinegro le dio un suave beso en los labios, para caminar a la puerta de la habitación, y antes de salir respondió- Uruha… te amo demasiado… pero no creo en esto del matrimonio- y salió del cuarto
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-¡Reita! ¡INFELIZ DE MIERDA! ¡ABREMÉ ESA PUERTA ANTES DE QUE LA TIRÉ! ¡SE QUE ESTAS AHÍ!- Kai golpeaba con todas sus fuerzas aquella puerta de madera blanca. No le importaba que los vecinos lo vieran raro, pero algo que no iba a soportar es que dejara a Ruki plantado en el altar- ¡Se que estas ahí!
-¿Todavía no abre?
-Aoi…- de cierta manera el Cataño sintió alivio- Se que está allí… pero no abre la puerta
-Eso se arregla fácilmente- del pantalón sacó sus llaves e introdujo la que correspondía para abrir la puerta del departamento, encontrando a un Reita, con una playera sin mangas blanca y unos shorts azules, sentado en el sofá comiendo un plato de cereal mientras miraba la televisión - ¿Aun no estás listo?
-Ni creo estarlo… será mejor que esta boda se cancele- suspiró el rubio
-¡¿Qué?! – Gritó Kai entrando con un aura amenazante al departamento- Ah no señor… tú te vas a casar y serás muy feliz ¿Entendiste inútil?
-¿A sí? – Empuñó sus manos y las colocó a la altura de la cara en señal de defensa- ¿Quién me va a obligar sonrisitas?
Kai solo sonrió macabramente