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Vision del pasado por Luna Shinigami

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Yu Gi- Oh
Seto x Joey
By: Luna Shinigami

N/A: otra vez luna por estos lados, me obsesione con esta pareja, ya que le hago… bueno sin más preámbulos….

Visión del pasado…

“se veía claramente las grandes arquitecturas del antiguo Egipto, los palacios, las pirámides, en pocas palabras Egipto en todo su esplendor.
Por las losas empedradas del palacio principal un joven rubio corre a toda velocidad, también se escuchan los pasos acelerados de los captores, una persecución que no dura mucho, ya que en el camino del rubio se atraviesa un joven que lo toma por la cintura y no lo deja huir.
El pobre chico trataba inútilmente de safar el agarre del joven tricolor que era un poco más bajo que él.
Sus captores llegaron e intentaron tomar al joven rubio, pero el chico de ojos violetas no lo permitió.

-Que es ese alboroto en el palacio?- dijo sin enfado, aun sosteniendo un joven con evidencias de maltrato que quería salir huyendo de sus brazos.

-Mi…Mi señor…lo que… pasa… es- el hombre fornido no podía continuar mientras agachaba el cuerpo en señal de respeto. Otro soldado hablo mientras estaba en la misma posición.

-Solo queríamos devolver al esclavo a su celda, mi Faraón, el muy bribón escapo – dijo finalmente

El rubio dejo de patalear y el faraón sintió como ese cuerpo se tenso en sus manos no intentado escapar de nuevo.

-A quien pertenece? – dijo el faraón mirando al joven rubio.

-Hoy seria entregado al sumo sacerdote Seth, su alteza-

-Váyanse, yo mismo le entregare el esclavo al sacerdote-

-Si, su alteza-


Aun sosteniéndolo por la cintura, El faraón obligo al joven de manera amable que lo siguiera por los pasadizos del palacio, el rubio suspiro resignado, había caído en manos nada más y nada menos que del propio faraón, ahora si lo iban a matar…

Entraron a una lujosa habitación, por la que el esclavo supo deducir que era la habitación del faraón, solo rogaba a Ra que lo dejaran salir o en su defecto que le dieran una muerte rápida e indolora. Vio cuando el faraón se sentaba en la cama y le hizo un además de tomar una sillita en frente de él.

-Dime como te llamas?- exigió

-Kat… Katsuya Jounoichi, mi faraón-

-Porque estas en mi palacio?-

-Porque soy el esclavo del sumo sacerdote…-

-Entonces… ¿Por qué huiste?-

-Porque…- los nervios lo delataron cayendo de rodillas ante su faraón – por lo que más quiera su alteza, si es vuestro deseo prescindir de mi vida que así sea pero mi familia por favor a ellos no…- las lagrimas caían por ese rostro de marfil que al faraón le pareció lo más excitante del mundo.

El faraón tomo ese delicado rostro entre sus manos… mientras le secaba las lágrimas con una pavorosa delicadeza, cepillo suavemente sus cabellos, mientras acercaba peligrosamente sus labios a los del esclavo.

Al pobre chico le latía el corazón como el carruaje del faraón pero a su debido tiempo el mismo faraón se retiro murmurando con esos labios pecaminosos en el oído del chico –Es una verdadera lastima que seas de Seth-.

El faraón se levanto de su inmensa cama y mando a llamar a las ayudas de cámara, dándoles la orden de arreglar al joven tan delicadamente como fuera posible, luego salio de la suntuosa habitación.

De inmediato llegaron diez chicos y chicas, esclavos del faraón, que lo levantaron y lo obligaron a bañarse… Jounoichi solo suspiro resignado mientras sentía esas manos extrañas acatando las ordenes de su señor faraón.

***************

En el gran cámara de Anubis, se encontraba el sumo sacerdote intentando por todos los medios descifrar el enigma de su dios, últimamente se le hacia imposible la tarea de concentrarse, veía su destino triste y negro, tan concentrado estaba que se sobresalto por unas manos delicadas que tomaban su pecho…

-ATEMU¡¡¡¡¡ ¿En que demonios piensas?- decía enojado separándose de esas manos lujuriosas.

-Shhh, ¿en que crees que pienso, Seth? En ti…- dijo intentando besar al castaño.

-No digas estupideces… ¿además que haces aquí?, no dijiste que ibas a buscar esclavos para tu cama…-

-Aja – por fin soltó al sacerdote y se sienta en el amplio trono de Anubis –Y encontré el perfecto amante, tierno, rebelde, hermoso, si lo vieras Seth, parece que le hubiera robado la luz a Ra y la hubiese colocado en sus cabellos, ni Aton tendría tan bellos ojos y hasta Isis palidecería con tal belleza…-

-detén tu lengua Atemu, estas hablando de nuestros dioses y tu… tu hablando de… un condenado esclavo…- dijo furioso el sacerdote mientras tomaba en sus manos morenas una copa de oro en la cual tomo un néctar de las uvas.

-jajajajaja, ¿Celoso?-

-Idiota-

-Pues si, es hermoso y no puedo acallar mi lengua, además de virginal, lastimosamente tiene un defecto…- miro detenidamente al sacerdote, tan hermoso, esos ojos azules perfectos tenían un brillo igual o mucho mayor al de su monstruo acompañante “el dragón blanco de ojos azules” –lastimosamente no puedo ponerle un solo dedo encima-

-Eso si seria para poder verse, el gran y poderoso faraón no puede tener lo que desea – Rió con cinismo - ¿y se puede saber porque? –

-Porque es TU esclavo, no el mío, lamentablemente, pero no me mires con ansiedad esta noche en el ágora lo veras, es más lo mande a vestir para que vuestros ojos se deleiten y quien quite lo marques como vuestro, eso si otros ojos aparte de los míos no lo desean antes…- se levanto con gracia dejando en el aire su esencia impregnada mientras depositaba un tierno beso en los labios de su sacerdote.

Y el sacerdote pues… casi en vilo por las palabras de Atemu, maldito y condenado faraón ya lo convencido de ver a su supuesto esclavo y aun no sabia como era, aun era temprano, hace falta mucho para que Ra duerma… demonios, Atemu y sus malditas palabras “parece que le hubiera robado la luz a Ra y la hubiese colocado en sus cabellos, ni Aton tendría tan bellos ojos y hasta Isis palidecería con tal belleza…”

************

La noche llego rauda inundando el firmamento de estrellas, que intentaban advertir de su negro futuro.

En una habitación en especial se podían escuchar las risas estridentes de los ocupantes, llenas de esencias que hacían volar la imaginación de sus visitantes, los velos de seda y semi transparentes colgaban de la habitación, hecha perfectamente en marfil, oro y piedras preciosas, cojines traídos del reino persa, allí en esa suntuosa habitación llena de esclavos se hallaban los hombres mas poderosos de todo Egipto.

La lista comenzaba con el Faraón, Atemu, el chico ávido de ojos violetas, el cabello tricolor, una túnica blanca y púrpura que cubría parte de su torso y sus piernas, además de llevar unas delicadas sandalias de oro. A su lado se encontraba Malik, el primer Guarda Tumbas del imperio de arena, tenia sus rasgos delicados y sutilmente maquillado, su cabello rubio pálido y sus ojos dorados eran su mayor atributo, a diferencia del faraón solo tenia un faldón blanco con toques en oro y un gran collar que adornaba perfectamente su torso moreno, acostado mientras una esclava le servia el mejor de los vinos, estaba Bakura era el adivino de la corte, un chico estrambótico de cabello blanco y mirada penetrante iba igualmente vestido que Malik, solo que en vez de un collar tenia brazaletes de oro.
El sacerdote estaba sentado en un escabel de oro tratando de mirar y descifrar las estrellas, estaba vestido austeramente, llevaba una túnica azul que cubría completamente su cuerpo pero deja sus brazos descubiertos, su cabello se mecía lentamente su cabello castaño alborotándolo demasiado.
Y finalmente con mirada perdida se encontraba el hermanastro de Atemu, Sefirion, próximo sacerdote de Aton, su cabello negro igual de corto al de Seth, sus ojos azules, su cuerpo escultural, llevaba puesta casi al calco la misma ropa del sacerdote sino que en vez de azul, negro.

Finalmente el faraón se levanto un poco, estaba mareado por el alcohol, Seth se preguntaba francamente como alguien tan irresponsable tenia en sus manos el futuro de toda una nación…

-hoy serán presentados a ustedes sus esclavos… deléitense como mejor os indique vuestra conciencia…- todos rieron por el comentario, todos menos el sacerdote de Anubis y Ra (quien más que Kaiba?).

Se abrieron las puertas de oro dejando entrar toda la gama de jóvenes y jovencitos, cada uno ya tenia dueño, Seth miro de reojo la mercancía francamente entre ellos no había nada tan deslumbrante como lo que había dicho Atemu, pero la voz de Sefirion clamo todos sus pensamientos.

-Hermano, todos tenemos esclavos, incluso yo que solo soy un sacerdote secundario de Aton… pero el único que no tiene es Seth…- dijo fijando sus ojos en el ojiazul

-jajajajaja… claro hermanito, lo que pasa es que el esclavo de nuestro “querido” Seth, es el ultimo, tu siempre tan impaciente Sefirion, pero os ruego sentáis…- todos obedecieron luego choco sus palmas e hizo seguir al ultimo esclavo.

Todos contuvieron la respiración, incluso el sacerdote que quedo embelezado con la figura delgada y deslumbrante de su esclavo… el chico rubio entro y causo sensación, estaba completamente sonrojado, el faraón sonreía con malicia, el joven esclavo estaba delicadamente delineado en sus ojos, haciendo más visibles ese color miel, la piel blanca fue cubierta por polvo de oro, llevaba el torso desnudo y solamente cubría su humanidad un faldón negro hasta los pies y abierto en mitad de la cadera, en sus tobillos llevaba unos brazaletes de oro al igual que en sus muñecas y en su cuello un grillete liviano de oro atado a una cadena.

Atemu se acerco al esclavo para ponerlo delante de Seth –Te entrego vuestro esclavo, averigüe porque era para ti y no para mi, me dijeron que era una ofrenda desde el pueblo que se encuentra a las orillas del Nilo, así que aquí te lo entrego…- termino de decir el chico de ojos violetas entregándole la cadena en manos de Seth.

Al decir esto Jounoichi se arrodillo ante los pies de su amo, maldita esclavitud, trataba de no llorar, pero al ser presentado de una forma tan denigrante le dio por odiar a todo lo que lo rodeaba, desde hoy la palabra libertad seria un sueño imposible, solo la muerte que Amón le quisiera conceder lo libraría de la esclavitud.

Todos quedaron en silencio al ver el rostro inexpresivo de Seth, bueno no fuera que el tipo fuera muy expresivo pero presentaba un estado de pánico impresionante… Sefirion se acerco al esclavo y a su amo, tomando entre sus manos la pequeña cadena, mirando las hebras de oro del pequeño arrodillado –Si no lo quieres Seth, con gusto te cambiaria mil esclavos por él-

La voz del chico de cabello negro sobresalto tanto al esclavo como al amo, pero la voz recia de Seth obligo a Sefirion a soltar la cadena –Es mi esclavo y así no me sienta ni menor mente interesado en él, lo conservare, es una ofrenda… un regalo, así que me lo quedare, pero recuerden una cosa, MIS COSAS, no tiene precio ni canje, así que no intenten tocar algo que me pertenece…. Entendido Sefirion- la mirada de hielo penetro en los ojos azules del hermano del faraón, mientras halaba la cadena para que su esclavo lo acompañara a sus habitaciones.

El chico de cabellos negros apretó fuertemente sus manos, clavando sus uñas en su piel blanca, al ver a Seth saliendo de allí con un regalo digno de Ra.

****************

Caminaron por los largos pasadizos del palacio hasta llegar a la habitación del sacerdote, el rubio no alzaba su rostro, pensaba que de un momento a otro clamaría por su muerte, sintió de nuevo el jalón de su cadena mientras lo acercaban a la cama.

-prepara mi lecho- dijo seriamente Seth soltado la cadena de oro.

Jounoichi se acerco a la amplia cama mientras la arreglaba para que su amo durmiera en ella, la seda se deslizaba con suavidad entre sus manos, aquella escena no pasaba inadvertida para el sacerdote, él cual comenzó a procesar una y mil fantasías con su esclavo, la luz de la vela era tenue, haciendo que cada rasgo de su esclavo se maximizara… *como se vera ese cuerpo desnudo entre mis sabanas*… Jouno ya había terminado con la tarea mientras se alejaba un poco de la cama.

-Mi amo, ya esta terminado…-

-Hn- se sentó en la cama, mientras miraba a su deseable esclavo, aun sabiendo que él nunca tocaría ese regalo… un ser que lo había impresionado tanto podría llegar a su corazón cosa que no quería que sucediera- desmaquilladme –

-Si mi amo – el rubio comenzó a arreglar el rostro de su amo, que ha decir verdad era muy bello, una piel morena, unos labios de antología, un cabello castaño y unos ojos azules hermosos… maldición le había visto los ojos… demonios…. De inmediato se arrodillo pidiendo clemencia.

Seth se sintió extasiado al ver las pupilas miel por unos segundos, hasta que el dueño de sus recientes tormentos se arrodillo pidiendo perdón, lo había olvidado completamente, un esclavo jamás debería ver los ojos de su amo, si así era seria castigado con 50 azotes.

-No te preocupes, no te azotare…- dijo fríamente.

-Gracias amo…-

-Cual es tu nombre…-

-Katsuya Jounoichi, mi amo…- ese MI AMO había sonado tan delicioso, si porque ese era SU esclavo únicamente de …L (posesivo el niño ¿No? ^^)

-Hn- hermoso nombre, finalmente se acostó mientras su esclavo seguía de rodillas mientras espera su próxima orden.

-Tu dormirás en aquellos cojines, cachorro – Ok, ya lo había bautizado su amo, como un vil animal, solo obedeció mientras se acomodaba en los cojines, cuando algo en la penumbra lo sobresalto, su amo se había levantado tomando la fina cadena y uniéndola levemente a un pilar de acero.

-No quiero que mi mascota escape a mitad de la noche –

Luego volvió a su cama, Jouno se sentía morir en silencio una lagrima surco su rostro, verdaderamente su vida era un infierno.

*********


Ya había pasado cerca de un mes, mes en el que Jouno no se alejaba más de un metro de su amo a menos que este estuviera en las ceremonias, mes en el que Atemu intento llevárselo a la cama varias veces como Bakura y Malik también lo habían intentado, él realmente no le temía a esos chicos, su amo de ojos azules siempre evitaba que lo tocaran, su hermoso amo, realmente nunca pensó que la esclavitud no fuera tan mala, a él ya no le importaba la esclavitud solo deseaba perderse en esos ojos azules que a pesar de ser su dueño jamás se propaso con él, jamás lo invito a su cama, aunque fuera lo que en el momento más deseara Jouno.

Solo una cosa le daba miedo y eran otros ojos azules, que recorrían su cuerpo obsesivamente, que muchas veces había discutido con su amo por su pertenecía, ofreciendo mucho oro, demás esclavos pero su amo bonito nunca lo cambiaba, eso en cierta forma lo hizo sentir importante.

La ceremonia había acabado, mientras rendían culto a Horus para que ayudara en sus cosechas, su amo de nuevo tomo su cadena y fueron a su habitación, realmente Jouno parecía un can, como le decían los demás esclavos.

En el camino fueron interceptados por Sefirion – Oye Seth, escúchame una última propuesta –

-Como demonios te digo que no me interesan tus tratos-

-Hasta que te rindas y me lo entregues-

Los ojos azules de su amo se clavaron en los del otro sacerdote… -Que obsesión la tuya, deberías pedir a Isis para que calme tu imprudencia y tu lujuria…-

Sefirion reacciono de inmediato – No es imprudencia, ni lujuria, es amor, a él lo convertiría en mi pareja, en mi dios personal, mientras tu solo lo tratas como un animalito al cual debes encadenar para que no se valla de tu lado…-

El rubio sacudió su cabeza “amor, pareja…dios… mascota” si bien era cierto que su lindo amo jamás lo vería como algo más, prefería rendir a su amo idolatría mil vidas que ser pareja del chico desesperado.

-Mira, Idiota, te lo repito, calmadamente, él es mi cachorro, así que o te alejas de mi vista y la Jouno o te juro que te arrepentirás –

Hizo a un lado a Sefirion y siguió como si nada a sus habitaciones, allí se dejo caer a la cama mientras aun tenia la cadena en la mano, como no midió la fuerza se llevo el cuerpo de su esclavo con todo y cadena. Final, Jouno cayó literalmente encima de su amo.

El rubio se sonrojo de sobremanera tratando de pedir perdón repetidas veces, vio la mano de su amo pensando que de un momento a otro fuera a golpearlo, pero luego sintió una caricia…- porque tienes que ser tan hermoso cachorro?, ¿Por qué no puedes tener una belleza normal? ¿Qué te dio Ra para que todos desean algo que solo a Mi me pertenece? –

Jouno trato de procesar las palabras de su amo, jamás había escuchado a su amo bonito decir más de una frase completa, salvo las ocasiones que tenia que amenazar al joven Sefirion.

De pronto sintió como su amo lo tomaba de la cintura ubicándolo debajo del sacerdote… su rubor creció aun más.

-Mi amo…- susurro mientras cerraba los ojos.

-Te deseo, solo tu sacas en mi algo bueno, pero no se que desees tu, yo no soy como ellos, no te obligare a algo que tu tal vez no desees…- sus palabras fueron acalladas por los labios rosados de su esclavo.

-Deseo hacerlo feliz, deseo hacerlo sonreir, deseo que tome de mi lo que desee, sin ningún compromiso, deseo ser suyo completamente…- susurro en los labios del castaño.

Las manos intrépidas del sacerdote fueron despejando los rastros de ropa que pudiera tener Jouno, mientras este intentaba quitar la toga pesada con esos adornos tan estorbosos, finalmente la ropa no fue impedimento para ninguno de los dos.

Seth beso los pies de su esclavo tomando aquellos tobillos que aun poseían los brazaletes al igual que sus muñecas… -odio lo que te hizo Atemu, eres el único en el palacio que tiene estas cosas y no te las puedo quitar…- decía mientras seguía lamiendo y besando cada parte de su apetecible amante.

-No importa mi amo, así todos verán que solo le pertenezco a usted…-

Seth dejo de besarlo para mirarlo fijamente a los ojos y luego tomando entre sus manos el grillete de oro que el chico llevaba en su cuello –No te incomoda tener esto en tu cuello, con esa cadena que te esclaviza cada vez más –

Jouno tomo el rostro de su amo entre sus pálidas y delgadas manos –Eso mi señor ya no importa, soy suyo, entiéndalo, así me diferencio del resto y muy a pesar mío, no hay manera de quitarme estas cosas, así que mejor no pensar en ello…- un beso salvaje fue tomado de esos labios deliciosos de su amo.

Los cuerpos se friccionaban mientras las manos y las bocas no dejaban lugar del cuerpo de ambos amantes que no fuera recorrida.

Seth introdujo sus dedos en la boca de Jouno para que estos los lamiera como un dulce mientras con la otra mano tomaba la hombría del rubio haciéndolo gemir con fuerza, sin saber como esos dedos que habían estado en su boca fueron a dar en su estrecha entrada…y aun quedaba la incógnita de cómo sus piernas estaban abiertas y su amo se había situado entre ellas.

-ahhhhhhhh…- se quejo con dolor

-Te duele? – pregunto Seth mientras lo seguía masturbando…

-si… pero… ahhhh… siga… por favor…. Amo… quiero sentirlo….ahhhh – decía entre gemidos el rubio

Después de varios minutos en el cual el cuerpo de su esclavo ya se había acostumbrado a la intromisión, coloco su miembro en la entrada que lo conduciría al cielo…

-Jouno, voy a entrar en ti lentamente….-

El chico solo asintió, cuando un dolor se hizo verdaderamente fuerte sintió como sus paredes intentaban repeler aquel objeto extraño que intentaba con fuerza entrar… pasaron minuto hasta que finalmente se empalmaron ambos cuerpos sudorosos, no había habido ningún gemido por parte de Jouno cuando Seth abrió los ojos pudo ver claramente lagrimas en esos ojos miel y un rastro de sangre que recorría la comisura de sus labios.

-Te vez hermoso- fue lo único que dijo antes de lamer la sangre de su rubio, para luego embestirlo con fuerza, el interior del rubio se resistía con ahínco para luego sucumbir ante el placer, Seth tomaba el miembro latente del rubio para proporcionarle más placer, mientras cada vez más rápida embestía al rubio, gimiendo su nombre, tomándolo de sus caderas para que la penetración fuera más profunda, luego de un largoooooo tiempo, Seth sintió como el interior de su amante se contraía por el orgasmo, apretando su carne en el interior lo que provoco un orgasmo muy placentero, pero algo más placentero que eso fue escuchar – Sethhhhh- de los labios del chico de ojos miel en el ultimo vestigio de cordura después de entregarse completamente.

Salio delicadamente de su pequeño amante, para luego regañarse mentalmente, su miembro tenia vestigios de sangre y semen… miro con horror que esa pequeña entrada también tenia rastros de sangre, Jouno al ver a su amo, lo tomo de la mano, mientras lo miraba con mucho amor.

-Mi amo, no se preocupe, eso debe ser natural…-

-Si pero te lastime…-

-Si mi amo pero también fui suyo así que no importa – Seth miro esos ojos miel mientras lo abrazaba y lo tapaba con amor… - hoy no dormirás en los cojines, desde hoy y para siempre dormirás en mi cama…-

El rubio no había escuchado, ya que se había quedado completamente dormido.

La noche trajo bendiciones para dos amantes nacientes.

************

Ya había pasado mucho tiempo desde que él y su amo bonito se habían vuelto amantes, claro él se había vuelto la comidilla de los esclavos, ya que cuando fueron a arreglar la habitación del sacerdote encontraron rastro de sangre y obviamente no iba ser del joven castaño.

Cuando Sefirion se entero fue a reclamarle a Seth, este le contesto con ironía que él hacia lo que se le daba la real gana con lo que era suyo y eso incluía al rubio (Ni modos, muy Kaiba), los dos sacerdotes se fueron a golpes, que de no ser por el faraón hubieran terminado en las losas ceremoniales juntos.

Desde entonces Sefirion anda vagando por el palacio vigilando en secreto al rubio, haciendo crecer su obsesión por el joven esclavo del sacerdote principal, haciéndole perder la cabeza por completo.

El sacerdote había redoblado sus esfuerzos de proteger a su tesoro que incluso lo encerraba con renuencia en las celebraciones largas, para que no se encontrara con el obsesivo de Sefirion.

Todos en el palacio estaba preocupado por los cambios de temperamento de los dos sacerdotes, ahora Seth sonreía con facilidad y Sefirion se amargaba más.

Un día marcado por las tablas del destino, Seth fue llamado a su habitación mientras estaba amándose una vez más con Jouno.

-debes ir, Seth..- le decía el rubio mientras lo maquillaba

-no deseo dejarte solo mientras Sefirion este en palacio…-

-Seth, es el faraón quien te llama, no puedes hacerle un desplante a su majestad, aunque tu seas un sacerdote…él-

-estoy celoso…- dijo mientras besaba de nuevo a su esclavo.

-amo, no lo este, sabe que soy solo suyo, usted se ha encargado de eso, jajaja oh se le olvida que ya ni salgo de esta habitación –

-no quiero que te lastimen y te alejen de mí…-

-ni los mismo dioses nos separaran… Mi Amo…-

-Bueno saldré, pero recuerda…-

-Si ya se, no salgas, como si pudiera, siempre me encierras.-

-jijiji, claro…-

El sacerdote salio de su habitación cerrándola con candado, mientras se dirigía al salón del trono, pero unos ojos azules dementes estaban aun al acecho

************

-Atemu me haz hecho venir…- dijo fríamente el sacerdote con una extraña opresión en el pecho.

-Siéntate mi sacerdote…- dijo el chico de ojos violetas mientras se acercaba al joven castaño – he visto tus cambios – sonrió –he visto tu amor por Jounoichi, pero sabes que no puedes tenerlo para siempre – dijo tristemente.

-Te recuerdo Mi Faraón que Jouno es mío, y lo tendré toda la eternidad si es necesario…-

-Lo se, sabes además que te aprecio como amigo, como confidente y te apreciaba como amante, pero debes entender, Sefirion es obsesivo, casi demente, tu no te puedes alejar del cairo pero tu tesoro si, aléjalo de todo mal…-

-NO, no lo haré, yo lo defenderé…-

-Sabes muy bien que no voy a atentar contra mi propio hermano, en cuyo caso prefiero sacrificar a mi amigo…- dijo con tristeza y casi llanto. – Seth aléjalo de aquí, haz que tenga una vida medianamente normal…-

-estas celoso, jamás me alejare de Jouno…él es mi…-

Un fuerte grito se escucho dentro de palacio, Seth palideció esa voz era de cachorro, salio como alma que lleva el diablo con el faraón detrás de él, dirigiéndose a sus habitaciones.

************
Su amo había salido hace poco, se sentó frente a unos papiros y una tinta… y comenzó a escribir…


“Es un ruego a los dioses, Aton, Anubis, Isis,
Horus, Amón Ra, Osiris, dioses del pantano, de las arenas,
Del viento, del suelo y del amor,
Que esta vida y mil vidas más mi vida le pertenezca,
Que este amor perdure la distancia, las separaciones y los cuerpos,
Que este amor sigua a mi amo,
Que el recuerde este amor, que yo recuerde este amor,
Que nadie rompa este vínculo ni estas cadenas,
Que dispuesto tomo,
Para que yo sea su esclavo y él mi amor por la eternidad

Jounoichi Katsuya”

Apenas termino de escribir, el sonido de la puerta lo hizo sobresaltarse, ¿su amo ya estaba aquí?... cuando se levanto vio con horror que no era su amo bonito sino ese demonio de ojos azules y cabellos negros… con mirada demente y perdida, intentó hacerle el quite, pero este lo tomo de los cabellos y lo lanzo sobre la cama, esa en la que había compartido con su amo tantas veces.

Grito con todo lo que su garganta le dio, pero Sefirion ya estaba prácticamente encima de él…

-Eres hermoso, el barquero de la otra vida, estaría feliz de recibir tal belleza, mi amor…-

-suélteme, por favor su señoría, suélteme-

Estaba por decir algo más pero los gritos de Seth en la puerta junto con los de Atemu, Bakura y Malik no lo dejaban concentrar.

-Sefirion ABRE ESA MALDITA PUERTA¡¡¡¡¡¡¡¡SI LO LLEGAS A TOCAR JURO POR Ra QUE TE MATARE¡¡¡¡¡¡¡- La voz era herida, marchitada, dolida y con rabia.

El chico de cabello negro lo ignoro, mientras sacaba un libro negro de sus ropas.

-Nunca serás mío, amor, nunca lo fuiste y en este momento no voy a marcarte como tal… mi amor, mi tesoro…siempre te respetare-

-MALDITA SEA YO NO SOY SUYO SOY DE Seth POR ANUBIS, Ra O ATON DEJEME IR, OS LO RUEGO….- las lagrimas no dejaban que siguiera, sentía como fatalmente seria separado de su amo, que gritaba con todas sus fuerzas detrás de la puerta de oro.

-No, shhh, pequeño mío no llores… no llores amor mío, amado mío – finalizo dándole un beso en los labios al esclavo, dejándolo inmovilizado por completo.

Jouno sentía su cuerpo pesado y vio con horror que se no se podía mover. Mientras tanto Sefirion colocaba varia velas negras alrededor del lecho y desnudaba por completo al joven rubio, que aunque no se pudiera mover ni hablar si podía sentir.

El chico abrió el libro negro mientras un viento maligno se apropio de la habitación, comenzó a recitar en voz alta y muy clara tanto Jouno como los que estaban afuera escuchaban claramente lo que decía Sefirion.

“Amo de la oscuridad, contigo he hecho un pacto, devuelveme su amor, entrégame su amor, que sea mío, solo mío, pero ya que esto no es posible, toma su alma y enciérrala, haz que el sacerdote sufra, esta y mil años, destruye su amor, destruye su…” antes de terminar Seth abrió la puerta y cayo encima suyo, golpeándolo con fuerza, Atemu vio con claridad como aquel viento entraba en el cuerpo desnudo del rubio y este convulsionaba fuertemente…

-Seth¡¡¡¡¡- llamo el faraón.

Las convulsiones aumentaban y el cuerpo de marfil comenzaba a sentir el frió espectral del barquero.

Las convulsiones se calmaron, en ese momento Bakura y Malik toman fuertemente a sefirion, mientras Atemu lo golpea.

-Porque Sefirion?, el libro de los muertos es prohibido no lo debes invocar…-

El chico se suelta mientras ve al sacerdote tratando de cubrir el cuerpo desnudo de Jouno,

-Hermano, es solo porque amar es muy doloroso y más si no se es correspondido, es la obsesión, el crimen y el castigo… Seth hasta que mi alma regrese por Jouno, hasta que él pueda ser mío…- diciendo esto tomo una daga de mango de oro y se la clavo al corazón.

A Seth le importo un pepino que Sefirion se hubiera muerto, si hubiera sobrevivido él lo hubiera matado, ahora solo le preocupa el cuerpo casi inerte de su amante, unas lagrimas gruesas salieron de sus ojos.

-Mi cachorro, no me dejes… por favor… mi tesoro…-

-Se…Seth…- el chico abrió los ojos para mirar a su amo – Ten…go fr..io, ten..go mie….do – el también comenzó a llorar.

-No Ra no me puede quitar lo que me dio…- dijo tomando en brazos a su débil amante y corriendo por los pasillos de palacio hasta llegar al altar de Ra…

-Ra, escúchame, lo que quieras en esta vida, lo que desees pero no lo alejes de Mi…- su voz ahogada

La estatua de Ra no parecía querer darle consuelo, finalmente cayo al suelo abrazando a su tesoro tratando de que no lo separaran de él…no vio cuando llego Bakura a su lado.

-Seth…- murmuro Jouno –Amor…-

-No te mueras… no me dejes… ¿sabes que te amo?...- murmuro besando los rubios cabellos de su amante.

-Te amo y te amare mil vidas…
Es un ruego a los dioses, Aton, Anubis, Isis,
Horus, Amón Ra, Osiris, dioses del pantano, de las arenas,
Del viento, del suelo y del amor,
Que esta vida y mil vidas más mi vida le pertenezca,
Que este amor perdure la distancia, las separaciones y los cuerpos,
Que este amor sigua a mi amo,
Que el recuerde este amor, que yo recuerde este amor,
Que nadie rompa este vínculo ni estas cadenas,
Que dispuesto tomo,
Para que yo sea su esclavo y él mi amor por la eternidad-

Seth aun lo sostenía en brazos cuando rozo sus labios en un ultimo beso… - siempre seré tuyo, es nuestro destino, los dioses lo han decidido.. mi dulce Seth…-

El chico cerro los ojos, mientras su cuerpo se soltó horriblemente hacia atrás, sus ojos miel se habían cerrado para siempre… maldito Sefirion había logrado separarlos… Bakura se acerco a Seth y murmuro…-Esta y mil vidas hasta que tú aparezcas yo estaré con él para cuidarlo…-

Seth lloro y un grito desgarrador hizo temblar el templo de Ra…
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO-“

****************

Se levanto sudando, con un dolor creciente en el pecho, demonios hasta hora las cuatro de la mañana, de todas maneras no podría dormir más, se levanto y se fue al baño, lavando su rostro, malditos sueños, sus ojos azules se vieron retraídos en el espejo.

Dos malditas semanas y siempre el mismo sueño, las misma imágenes, verdaderamente andar con los dementes de Yugi Ltda. Le estaba haciendo daño. Miro de nuevo las imágenes pasaban una y otra vez, el amante del perro, ja ni en un millón de años, pero de nuevo esa sensación de vació… debía estar alucinando.


*************
Eran las siete de la mañana y el como siempre era el primero, empezaron a llegar sus compañeros por ultimo el rubio que balbució cualquier excusa tonta.

-No dormiste bien en la perrera, perro- dijo desdeñosamente

-Dímelo tú, me diste hospedaje anoche, bastardo ricachon…-

-Mira tú…- Kaiba esta indignado como se atrevía a hablarle así, pero llega la maestra y no pudo continuar.

-Buenos días muchachos, Hoy les traigo una magnifica noticia, tendrán un nuevo compañero quiero que sean amables, sobre todo porque viene de tierras lejanas –

Al entrar el muchacho, Kaiba se levanto inmediatamente asustado por verlo, era igual de alto a él, con los ojos azules y el cabello negro… tenia una sonrisa maléfica que le dedicaba al rubio y a Kaiba a la vez…

-Señor Kaiba siéntese por favor…-

-Mucho gusto mi nombre es Sefirion Mefinestes, soy egipcio y vine por un traslado, espero hacer muchos amigos…- sonriendo falsamente y mirando al rubio que por una extraña razón se sintió incomodo y con miedo.

-Por favor Sefirion siéntese al lado del joven Kaiba…-

Camino grácil mente hasta que se detuvo donde estaba Joey – es un placer volver a verte…- dijo tratando de acariciar la mejilla de Wheeler que sin saber porque intento apartarse por miedo pero la mano de Kaiba se cerro en la muñeca.

-Si lo tocas te mueres…- dijo claramente dejando a todo el mundo con la boca abierta y a Joey completamente perdido, era la primera vez que Kaiba no se comportaba como un bastardo ricachon y eso lo confundía, es más lo estaba defendiendo de alguien al que le tenia más temor que a cualquiera.

Sefirion se soltó… mirando fijamente a Kaiba…- dije que volvería por él, Seth…-

Luego se sentó como si nada hubiera pasado, Seto Kaiba estaba que rugía de rabia, malditos sueños, porque se le tenían que hacer realidad, pero el solo recordar lo que ese maldito en su sueño le había hecho a su cachorro, lo hizo sentir mal, el juro protegerlo, sino lo había logrado hace cinco mil años, lo haría ahora, no por nada era uno de los hombres más ricos del mundo y si desaparecía a ese cretino de la faz de la tierra le haría un favor a la humanidad.

Todos murmuraban la actitud de Kaiba, la del chico nuevo y la docilidad de Wheeler, Seto sintió como un papelito era dejado al lado de su puesto, solo el rubio estaba de ese lado, abrió el papel con delicadeza y vio en una letra hermosa –Gracias-

Volteo a mirar a Joey y tenia una sonrisa radiante, ahora entendió las cosas, volvería a tener a Jounoichi Katsuya o a Joey Wheeler como diera lugar, luego escribió en letra hermosa y se lo paso al rubio que lo miro y se sonrojo… luego le escribió al chico de cabello negro y le paso el papel.

Al notar el sonrojo de Joey Tristan le pregunto con picardía el motivo de su sonrojo, el simplemente contesto

-Solo… cosas del pasado que uno nunca debería olvidar…- dentro de su pantalón estaban aquellas frases que él mismo escribió hace cinco mil años:
“Te amo y te amare mil vidas…
Es un ruego a los dioses, Aton, Anubis, Isis,
Horus, Amón Ra, Osiris, dioses del pantano, de las arenas,
Del viento, del suelo y del amor,
Que esta vida y mil vidas más mi vida le pertenezca,
Que este amor perdure la distancia, las separaciones y los cuerpos,
Que este amor sigua a mi amo,
Que el recuerde este amor, que yo recuerde este amor,
Que nadie rompa este vínculo ni estas cadenas,
Que dispuesto tomo,
Para que yo sea su esclavo y él mi amor por la eternidad”
Nos vemos a la salida necesito hablar contigo… Joey…
Atentamente Seto

Y que decía el papel de Sefirion, pues muy sencillo –Acércate de nuevo a él y juro que esta vez si te mato Yo –

Una nueva oportunidad para ser felices, que no se debe desaprovechar…

Las clases continúan… el tiempo dirá si se volverán a cometer los mismo errores o se hace lo posible para evitar caer en ellos y evitar que la maldad separe lo que los dioses unieron para siempre en las estrellas.


Owari::

N:A. buaaaaaaa, me obsesione… me obsesione… pero bueno este es mi segundo fic de Yu Gi-Oh espero que les haya gustado…

Kensshin: yo solo tengo una pregunta ¿Cómo dintres escribes tanto?

Luna: lo que pasa es que como m eoperaron hace poco, lo unico que me saca del aburrimiento es leer y escribir, así que por el momento aprovecho antes de volver a la U…

Kenshin… en pocas palabras eres na desocupada ¬¬

Luna: pos si… envidiosa

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