Capitulo Uno.
Uzumaki Naruto detuvo su todo terreno frente a la entrada de Rosedale Farms y tomó una bocanada de aire para calmar sus alterados nervios. Temía encontrarse con Uchiha Sasuke, pero llevaba demasiado tiempo retrasando esa reunión. Ahora, aunque quisiera, no podía hacerlo más, puesto que Haruno Tsunade había insistido en que las fotos de la boda de su hija Sakura tenían que tomarse en Rosedale.
Naruto era propietario de Bodas por Felicidad, la empresa de organización de eventos más exitosa del Condado de Fairfield, Connecticut. Sus bodas siempre eran espectaculares, y la boda que los Haruno darían para su adorada hija Sakura sería la más espectacular de todas. Haruno Jiraiya, el famoso escritor, había declarado que no escatimaría en gastos.
Por eso, si Tsunade quería que la sesión fotográfica de Sakura se realizara en Rosedale Farms, Naruto no tenía opción. De otro modo, arriesgaría su prestigio, que había ganado a base de trabajo duro, y tal vez Tsunade no lo recomendara en su adinerado círculo de amistades.
Naruto tomó aliento de nuevo y expulsó el aire lentamente mientras cruzaba el arco de entrada del lugar. Por más que intentara mantener la calma, su corazón aceleró el ritmo a medida que se acercaba al edificio principal, donde estaba la oficina de Sasuke.
Sasuke.
Naruto no lo había visto desde que su mejor amiga, Hyuuga Hinata rompió su compromiso con él, abandonándolo por su primo; Hyuuga Neji. ¿Cómo se habría tomado Sasuke la ruptura? ¿Estaría destrozado? Tal vez no deseara ver a Naruto ni a nadie relacionado con Hinata, y el no podía culparlo por ello.
Pero a pesar de su inquietud ante la perspectiva de ver al Uchiha, Naruto no podía negar que sentía algo nervioso. Era irónico que el único hombre que le había interesado desde que su ex marido le robo y lo traiciono, fuera Sasuke. Todo había empezado cuando mientras él trabajaba en la boda de Sasuke con Hinata, y por más que el intentó convencerse de que el Uchiha estaba fuera de su alcance, el sentimiento no desapareció.
Pero Sasuke ya no era el prometido de su mejor amiga. De hecho, estaba libre.
-[No, no voy a empezar con ésas...No, no, no...]-
Después de su divorcio, Naruto se hizo una promesa a sí mismo; se entregó en cuerpo y alma a construirse una vida y una fortuna. Punto. Estaba claro que no sabía juzgar a los hombres; pensó que su ex marido lo amaba, cuando lo único que él sentía era interés oportunista y nada más. Lo había utilizado, y Naruto, no estaba dispuesto a dejarse utilizar por nadie más.
-[por eso da igual lo mucho que te atraiga, lo sexy que sea y lo disponible que esté, mantén a Uchiha Sasuke fuera de tu mente y sigue pensando en tus objetivos, dentro de los cuales no está el matrimonio ni ningún otro compromiso permanente con un hombre o una mujer]-.
Al llegar frente al edificio principal, Naruto detuvo el coche y aparcó. Puso su cara más profesional y subió los tres escalones de la entrada.
-Konnichiwa, Uzumaki-sama.
Naruto sonrió a la linda chica que estaba sentada frente al ordenador en la oficina del Uchiha. Sabía que era su sobrina.
-Konnichiwa ¿está Sasuke por aquí?
La chica, que parecía tener 15 o 16 años, asintió.
-está en las cuadras ¿quiere que vaya a buscarlo?-
-no, no te molestes. Iré a ver si lo encuentro-Naruto prefería ver a Sasuke a solas. Y más si su reacción al verlo se acercaba a lo que él imaginaba.
Se encaminó hacia las cuadras.
-¡Naruto!-.
El mencionado parpadeó. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia de Hatake Kakashi, entrenador y asistente de Sasuke. Kakashi era alto y delgado, y había sido jockey, y su voz era grave y masculina.
-hola, Kakashi-él y su padre habían sido grandes amigos, aunque la edad de Kakashi era más cercana a la de Naruto.
Kakashi lo miró con cariño.
-hacía mucho que no te veía ¿Qué haces por aquí? ¿Quieres comprar un caballo?-
Naruto sacudió la cabeza
-ya no tengo tiempo para montar. No, he venido a ver a Sasuke para hablar de un asunto de trabajo-por el brillo de curiosidad en su único ojo visible, el rubio supo que Kakashi quería saber qué asunto podía tener él para hablar con Sasuke, pero era demasiado educado como para preguntar
-bueno, está en las cuadras-dijo finalmente
-gracias, saluda a Iruka de mi parte-Iruka era el esposo de Kakashi
-lo haré-.
Se despidieron y cada uno siguió su camino.
Cerca de las cuadras, el kitsune escuchó un suave relincho a la voz grave e inconfundible de un hombre.
Sasuke.
El pulso se le aceleró al entrar en la sombre de la cuadra. Un sinfín de olores asaltaron los sentidos de Naruto al entrar: la avena, el heno seco, serrín y el jabón que los mozos utilizaban para lavar a los caballos. Aunque había sido excelente montando, hacía muchos años que no lo hacía. Su ex consideraba cualquier práctica deportiva como un gasto de tiempo y dinero, y durante mucho tiempo lo que Sai quería era lo que se hacía. Pero aquel día, entre aquellos olores y sonidos tan familiares, recordó con nostalgia su amor por los caballos y por la equitación.
Sasuke estaba a unos pasos de él, hablando con dulzura a un precioso potro negro. Naruto contuvo el aliento al reconocer sus facciones...no sabía quién era más bello, si el caballo o Sasuke.
Observando los dos metros del Uchiha, su cabello negro peinado en puntas parado de la parte de la nuca, su cuerpo atlético y musculoso, y su blanca y tersa piel, no pudo evitar pensar en que Hinata estaba loca. Él llevaba un polo blanco y unos pantalones de montar color café; Hinata le había dicho que después de haber visto a su primo después de tanto tiempo de no hacerlo se dio cuenta de que no quería a Sasuke como debería... ¿pero como no podía cualquier hombre o mujer amar, o al menos desear, a Uchiha Sasuke?
Para él Sasuke era el hombre perfecto, si tal cosa podía existir. No solo era guapísimo y muy sexy, sino que era agradable y un poco frío y huraño pero amable, generoso, buena persona...el tipo de hombre que a todos gustaba. Además de eso, le gustaban los caballos.
-[si hubiera sido mío...]-pero no era suyo y nunca lo sería, por que él (Naruto) ya no estaba en el mercado...
Naruto no había acabado de pensar la frase cuando Sasuke se giró.
-hola, Naruto-dijo él moreno en voz baja.
No parecía enfadado, lo cual era prometedor.
-ho-hola Sasuke-maldición...odiaba que le temblara la voz, cuando él siempre se preciaba de mantener la serenidad. Algunas personas lo llamaban príncipe de hielo, apelativo que él cultivaba porque le ayudaba a manejar a los ricos con los que tenía que trabajar.
-¿qué te trae por aquí? ¿Vienes a ver como sufro?-ups, tal vez si estuviera enfadado.
-¿cómo sufres? ¿Porqué?-el morocho acarició al potro una vez más y fue hacía él. Naruto tuvo que contenerse de dar un paso atrás
-todo el mundo habla de mi ¿verdad? Todos sienten lástima-dijo con dureza
-no, claro que no-dattebayo-Sasuke apretó la mandíbula.
-no me mientas, dobe. Sé que soy la comidilla de todo el estado. Casi puedo oírlos desde aquí "Uchiha Sasuke tiene que tener algo malo si Hyuuga Hinata lo ha dejado"
-oh, Sasuke-a Naruto se le derritió el corazón al darse cuenta de que el moreno no estaba enfadado, sino dolido.
Sin poder evitarlo, le puso una mano sobre el brazo. El morocho parpadeó pero no lo apartó. Deseoso de reconfortarlo, lo abrazó.
-lo siento-le dijo con ternura-siento todo lo que ha pasado-ttebayo-. Por un momento él ojinegro se quedó rígido y Naruto temió haber cruzado la línea prohibida, pero entonces él lo rodeó con los brazos y apoyó la barbilla sobre su cabeza. El kitsune cerró los ojos, era un abrazo de amigos, pero aún así era muy reconfortante. Hacía mucho tiempo que Naruto no abrazaba a un hombre tan atractivo como Sasuke. El rubio suspiró y empezó a retirarse. Levantó la vista pensando en que podía hacer para hacer que el azabache se sintiera mejor
-Sasuke...-empezó.
Él bajó la mirada.
Cuando sus miradas se encontraron, algo eléctrico e imposible de negar chispeó entre ellos. Entonces, en un momento que Naruto nunca podría olvidar, el moreno bajó la cabeza y capturó sus labios en un beso.
La sorpresa detuvo el cerebro del kitsune mientras el morocho lo besaba. El rubio gimió cuando el azabache bajó las manos hacia su trasero, para acercarlo aun más y que pudiera sentir su erección. Sus entrañas se habían derretido y su cuerpo se estaba incendiando de necesidad.
Sasuke...Sasuke...
La cabeza le daba vueltas al pensar que una de sus fantasías se estaba haciendo realidad en ese preciso momento. Mientras su amiga Hinata estuvo comprometida con él, no pudo evitar preguntarse en muchas ocasiones como seria ser ella...sentir los besos, sus caricias...hacer el amor con él.
Entonces, penetrando a través de esa aura de deseo que lo envolvía, Naruto oyó unos pasos en el exterior. Sasuke también debió haberlos oído porque lo soltó y el rubio dio un paso hacia atrás.
Por un momento se miraron, el uno al otro y entonces, consciente de que tenía la cara como la grana, Naruto balbuceó.
-tengo...tengo que irme. Ten. Esto es lo que he venido a traerte-sacó de su bolsillo el cheque que tenía preparado y casi se lo tiró. Era la seña que él le había dado meses atrás cuando Hinata y él le pidieron que se encargara de los preparativos de su boda.
Demasiado avergonzado como para esperar su respuesta, se dio la vuelta y salió a toda prisa de allí.
¿En que estaba pensando?
-[[no estabas pensando, al menos no con el cerebro]]-.
Sin aliento, Sasuke juró para sí. Cielos...aquello era lo más estúpido que había hecho en toda su vida. Casi se había abalanzado sobre el dobe ¿por qué? ¿Tan necesitado estaba? ¿O es que pretendía vengarse de Hinata por haberlo convertido en el hazmerreír de la zona?
Apretó los dientes. Eso era lo que le fastidiaba. Eso era lo que realmente le fastidiaba.
De algún modo, siempre supo que faltaba algo en su relación con Hinata. Ella era dulce y adorable, el tipo de mujer que cualquier hombre puede sentirse orgulloso de tener por esposa, pero para ser sincero consigo mismo, tenía que admitir que nunca habían saltado chispas entre ellos, lo cual no era algo bueno para su futuro.
De hecho, y no admitiría esto ante nadie, nunca habían llegado a tener relación intima. Hinata siempre se había negado, diciendo que quería esperar al matrimonio, y el respetó sus sentimientos.
Por eso, cuando ella rompió su compromiso por otro hombre, él se quedó más avergonzado que dolido y fue entonces cuando empezó a preguntarse si su negativa al sexo tendría más que ver con la falta de deseo que con la voluntad de llegar virgen al matrimonio, como él creía.
Aunque Sasuke procedía de una gran familia, siempre había sido serio y muy callado con sus sentimientos por lo cual quería llevar en silencio el gran dolor que sentía pero en lugar de eso se sentía desnudo y desprotegido ante las miradas y consideraciones de la gente
-[[y estúpido, no te olvides de lo estúpido que te sientes]]-
-hola jefe ¿todo bien?-
Sasuke mantuvo la calma aparentemente
-sin novedad, Kakashi ¿por qué?
El peligris frunció el ceño.
-acabo de ver salir a Naruto a toda velocidad de aquí. He pensado que tal vez hayan discutido o algo así...-
-no, hum, tenía una cita...eso creo y yo también tengo algunas cosas que hacer...-dijo el moreno. Salió de la cuadra, se puso las gafas de sol y vio alejarse el todoterreno negro. Naruto se alejaba de allí todo lo aprisa que podía.
Pero...lo cierto era que él no lo había apartado cuando lo besó. De hecho, había correspondido con mucho entusiasmo. Solo con recordar su respuesta, lo agradable que había sido sujetarlo contra su cuerpo, volvía a excitarse.
Tal vez el dobe fuera lo que el necesitaba en aquel momento. Si estuvieran juntos, los chismosos tendrían un tema nuevo del que hablar y dejarían de sentir lástima por él. La idea tenía cierto atractivo, pero al cabo de un rato la deshecho de su mente. No podía utilizar a Naruto; no sería justo. Y más sabiendo, por lo que Hinata la había dicho, lo mucho que Naruto había sufrido por la traición de su esposo.
Al entrar en la oficina, le sonrió a la primera hija de su hermano Itachi, Michiru.
-han llamado Karin Hebi, el doctor Sarutobi y la abuela-dijo la chica-la abuela quiere saber si irás a cenar esta noche-
-gracias, Michiru-Sasuke echó un vistazo a su Swatch, eran la una pasada-¿no deberías haberte ido ya a casa?-Michiru lo ayudaba media jornada en los días de verano
-quería terminar la circular, después me marcharé-
Sasuke mandaba mensualmente una circular a todos sus clientes hablando de las novedades de Rosedale Farms. Sus caballos de pura raza gozaban de bastante prestigio y se vendían a precios muy altos, y en Rosedale se daba un servicio completo de cría, mantenimiento y doma. La finca constaba de seiscientos acres de suaves colinas y pastos en un lugar excepcional que era la envidia de otros criadores de caballos. Sasuke estaba orgulloso con motivos de la ganadería que llevaba el nombre de su abuela paterna, Rose Moran Kelly de Uchiha, que con su marido Aloysius Uchiha había creado una ganadería de cría de caballos en su Irlanda natal, y el esperaba dejarsela en herencia a sus hijos.
Hijos.
Al paso que iba, nunca los tendría. Ojala las cosas siguieran siendo como en el pasado, cuando buscar una esposo o esposa era casi como una propuesta de negocio, pero claro ahora existían los donceles, además el no se conformaría con cualquiera. La persona en cuestión tendría que ser listo, atractivo y agradable.
Sin querer pensó-[[alguien como Naruto]]-
Su rostro se torció en una mueca de desagrado.
Como si el dobe pudiera estar interesado...había dejado claro a todo el que quisiera escucharlo sus sentimientos hacia el matrimonio. Ya se había quemado una vez y no pensaba arriesgarse a que la situación se repitiera. Hinata y el hablaron a menudo de la actitud de Naruto, porque a Hinata le preocupaba de verdad su mejor amigo y deseaba su felicidad.
*Flash Back *
-me ha dicho-dijo una chica de cabello negro y ojos claros, como blancos. Hablaba con su prometido, Uchiha Sasuke-que se va a dedicar a su carrera y solo a eso. Cuando le dije que podía tener una carrera y un buen matrimonio, que solo necesitaba al hombre adecuado, me dijo que se alegraba por mí porque pensara eso, pero que el matrimonio no era para él-
*Fin Flash Back *
Al recordar esa conversación, Sasuke decidió apartar al Uzumaki de sus pensamientos. El rubio no podría ser candidato a ser el esposo de Uchiha Sasuke.
Naruto no podía dejar de pensar en lo que había pasado entre él y Sasuke
-[¿en que estaba pensando? ¿Cómo pude haber permitido ese beso-ttebayo? ¿Y por qué, además de permitirlo, respondí como un desesperado?]-
-ya lo sabes. Llevas demasiado tiempo deseando al Uchiha-dijo una vocecita en su cabeza. Genial, y ahora Sasuke lo sabía, o al menos, y de eso estaba seguro, lo sospechaba.
Demonios.
Se puso rojo de solo pensar en su comportamiento descontrolado, y no podía imaginarse lo que Sasuke estaría pensando.
-[¿Cómo voy a volver a mirarlo a la cara?]- De pronto recordó algo-[Kakashi... oh dios mío! Casi le paso por encima cuando salí de la cuadra!]-.
Seguía flagelándose mentalmente cuando llego a su oficina, pero al entrar decidió pensar que lo que había ocurrido no tenía importancia. Sasuke lo había besado...¿y qué?
Subaru Mina, su rubia ayudante, levantó la vista de su ordenador al verlo y sus ojos brillaron con esa chispa de energía que hacía de ella tan valiosa trabajadora.
-¿qué tal te fue? ¿Ha accedido?-.
Naruto se quedó helado. Había olvidado por completo que su principal motivo para ir a Rosedale aquella mañana era, además de devolverle el dinero, convencerlo de que permitiera que la sesión fotográfica de boda de Sakura Haruno se realizara en su finca ¡se le había olvidado preguntarle! Pensó con rapidez y le dijo
-no me ha dado una respuesta-
-oh cielos, pensé que tú podrías convencerlo ¿quieres que llame a Tema-chan para ver si se le ocurre algo?-
Sabaku no Temari era la fotógrafa de confianza de Naruto.
-no la llames todavía. Sasuke aun no ha dado un no-.
Mina se encogió de hombros.
-de acuerdo. Si alguien puede convencerlo, ese eres tú-.
El kitsune se dijo a si mismo que no había mentido a Mina del todo al decir de forma implícita que Sasuke se estaba pensando la respuesta. La mente le daba vueltas mientras entraba en la Sala de Guerra, así llamada porque era donde se planeaba la estrategia de los grandes eventos.
¿Y ahora qué? Intentó no perder la calma, pero ya conocía la respuesta. Tendría que superar su vergüenza y llamar al Uchiha. En ese preciso momento.
Continuara...