Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coffee Break por Seiketo Nayset

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Digimon no me pertenece. Escribo sin fines de lucro con la única motivación que es mi repentina inspiración para crear esto.

Contenido: Yaoi. Escenas explícitas. Posiblemente lenguaje de alto contenido homoerótico e insultos.

Personajes: Taichi, Yamato, Daisuke y Takeru, principalmente. La edad de los mayores bordea los 28 años. Los menores, casi 24. Obviamente, rompí la continuidad de los años de éstos para que la historia tenga sentido.

Simbología:

 

  • Algunos nombres y pensamientos finales
  • - Conversaciones principalmente-
  • -Pensamientos del personaje-
  • Palabras remarcadas por el tono de voz

 

Notas del capitulo:

Punto de Vista: Taichi Yagami

Tanto este capítulo como otros serán basados en su pensamiento, palabras y hechos. Si esto cambia, lo informaré dentro de las notas superiores de cada capítulo.

 

 

Soy un prestigioso empresario del rubro económico y bursátil. Sentía que todo lo tenía, una vida llena de lujos, comodidades y éxito. Poseo inmensas riquezas y soy dueño de muchas empresas: Textiles, cadenas de Hipermercados, discográficas, aerolíneas y un menor porcentaje en cadenas de restaurantes.

 

- ¿Por qué me siento tan vacío? - Preguntó, siendo que la única persona ahí presente era su mejor amigo y asistente personal – Daisuke, ¿Tú eres feliz? - Le cuestiono mirándolo fijamente.

 

- ¿Me lo pregunta como jefe o como amigo? - Respondió, buscando la forma de poder hablarme sin problemas.

 

Desde hace años que nos conocemos y aun me lo pregunta. Sabe muy bien que es mi subordinado sólo cuando hay más gente presente. Nos cuesta acostumbrarnos a esto, pero es una persona realmente eficiente y confiable.

 

- Como amigo – Le digo – No me hagas repetirte lo de siempre, Dai – Suspiro, resignado.

 

- Taichi, te hace falta encontrar el amor creo – Me dice sinceramente, lo veo en sus ojos. Dejó su lápiz y el papel que leía sobre el escritorio y se acercó a mi - ¿Quieres salir? Conozco un café espectacular y queda cerca – Sonrió. Es increíble su forma de actuar.

 

Me levanto de mi silla y tomo la chaqueta que está en el perchero. No es necesario que le responda, sólo le dejo guiarme hasta el ascensor. Tatarea una canción que estoy seguro de haberla oído en alguna radio hace poco tiempo. Bajamos casi 25 pisos y por fin llegamos al lobby del edificio donde trabajo la mayor parte del día.

 

- Señor Yagami – La recepcionista de sorprende de verme a esas horas de la mañana, normalmente no salgo sin avisarle desde mi propia oficina – Le diré al chofer que... - Le levanto la mano para hacerle callar. Le sonrió y muevo la cabeza negativamente – Como usted diga, señor – Inclina su cabeza levemente y salgo con Daisuke.

 

Todo el mundo me respeta. Muchos creen que soy una especie de magnate multimillonario con aires de grandeza, pero dentro de la empresa saben que es lo contrario. Me agradan cada uno de mis empleados y conozco el nombre de todos, incluyendo al auxiliar de aseo que ese día descansaba.

 

Caminamos algunas cuadras y sigo escuchando a Daisuke silbar, entusiasmado y con los ojos cargados de un brillo que no lo había visto antes. Es curioso, parece saber que verá algo emocionante.

 

- Aquí es, Tai – Paró frente a una puerta doble. Era un café sencillo, prácticamente a dos cuadras de nuestro edificio central. No recordaba haberlo visto antes y tenía aspecto de haber sido inaugurado hace poco tiempo. Entramos y nos sentamos en una mesa algo apartada.

 

Veo al mesero acercarse. Un chico de cabellos rubios, casi dorados, con ojos azul claro. A la luz del sol se veían celestes.

 

- Daisuke, que agrado verte por acá – Saluda a mi amigo, casi ignorándome – Buenos días, señor – Me saluda a mí, muy cortés.

 

- Hola, Yamato – Le saluda Dai muy amable y sonriente – Este es mi amigo Taichi. No le digas señor, tiene tu edad casi – Rió, lo cual a mi me sorprende.

 

- Buenos días, Yamato – Le extiendo mi mano para saludarle, lo cual me responde. Es extraño, tiene la piel muy suave. Me provoca una sensación extraña para mí hasta entonces. No logro describir que me sucede.

 

- Taichi – Me dice – Daisuke me ha contado de tí, un gusto conocerte – Sonríe con sus ojos de manera muy distinta a lo que estoy acostumbrado - ¿La especialidad? - Me suelta la mano y mira a Daisuke, quien le contesta afirmativamente – Ya vengo, tardaré algunos minutos – Lo veo alejarse, mientras estoy ensimismado viendo como se aleja tras una puerta que daba, al parecer, a una pequeña cocina.

 

- Si me vas a preguntar, la respuesta es no – Escucho a Daisuke. Sé a que se refiere

 

Normalmente me desagrada que hable a la gente de mí. Pero es muy astuto y siempre comenta las cosas como amigo, no como su jefe. Muy poca gente sabe que trabajamos juntos. Me gusta mantener un perfil bajo ante las personas que conozco gracias a Dai.

 

- ¿Cómo le conoces? - Pregunto, sin dejar de ver disimuladamente la entrada y salida por donde fue Yamato.

 

- Su hermano Takeru es mi novio, Taichi – Responde, lo cual no me sorprende. Ya conocía de antes las preferencias de Daisuke y siempre lo he respetado – Aquí trabaja Yamato, para pagar sus estudios y parte de su carrera. Yo ayudo a Takeru con sus estudios mientras vive en mi casa – Daisuke siempre ha sido esa clase de persona. Da todo por aquellos que quiere, no es menos para la persona que ama.

 

Dado que su trabajo conmigo es realmente bien remunerado, él podría iniciar su propia empresa cuando quisiera. Se de buena fuente que tiene una gran cuenta de ahorro y no malgasta su dinero. Que comparta ese gasto con su novio es un acto tan noble que me conmueve.

 

- ¿Me estás dando alguna clase de indirecta, Dai? - Arqueo una ceja. No soy tan tonto como parezco, Daisuke lo sabe.

 

- Yamato conoce a mucha gente, es muy simpático y puede ayudarte a conocer a más personas sin que sepan quien eres realmente – Se afirma en la mesa y me susurra – Y Yamato no tiene novio – Se aleja y escucho una carcajada de su parte.

 

No puedo evitar sonrojarme. ¿Qué tanto me conoce mi amigo? Nunca hemos hablado del tema abiertamente, ni cuando bebimos algunas cervezas en mi apartamento. Por eso nunca cambiaría a Daisuke por nada ni nadie. Si lo pienso bien, lo he estado compartiendo por algún tiempo con su novio Takeru.

 

- ¿Cuánto tiempo llevas con Takeru? - Pregunto, para cambiar el tema y no sentirme vulnerado por su capacidad de leerme como libro abierto.

 

- Cumpliremos un año la semana que viene – Dice - ¡Ahí viene Yamato! - Sonríe. Me giro levemente para ver que Yamato se acercaba por otra puerta lateral del local, cargando una bandeja con nuestro pedido.

 

Dos copas de café helado, crema y chispas de chocolate. Un vaso de agua mineral gasificada para cada uno y un recipiente con galletas. Los deja sobre nuestra mesa con sus párpados cerrados, sin equivocarse ni temblar ningún segundo. Parece saber muy bien lo que hace, y lo disfruta por como veo en sus labios esa maravilla de sonrisa.

 

- Muchas gracias – Atino a decir, ensimismado por su persona y habilidad.

 

- Si se les ofrece algo más, no duden en llamarme – Me mira y luego se gira a Daisuke – Takeru te sirvió porción extra de chocolate – Soltó una risilla que parece una suave melodía y se retira.

 

- Takeru trabaja en la cocina. Este local es de ambos – Me explica Daisuke, cuando ve mi cara de duda.

 

Cuando cumplieron seis meses, Daisuke le ofreció hacer una inversión a su novio y a su hermano para poner un local, siendo él el prestamista. Aunque claro, nunca ha aceptado el dinero de los Ishida – así se apellidan ambos hace ya varios años – y me da a entender que nunca lo hará. Una pequeña mentira que guardaré en secreto. Eso explica la salida de algunos miles de Yenes de su cuenta en la fecha que me comentó.

 

- Pudiste habermelo comentado y hacíamos la inversión dentro de la cadena de restaurantes, Daisuke -

 

- Lo pensé, pero no me pareció una buena idea – Llevó la cucharilla de helado y crema a su boca – Dejé que ellos eligieran que hacer y se decidieron por este café -

 

Logro entenderlo, aunque no del todo. Pero así lo prefiero, no me gustaría ver a Yamato diciéndome “Señor” o “Jefe”, como suele pasar en los lugares donde soy dueño, socio o accionista mayoritario. Pruebo un poco de mi café helado y siento que acabo de tocar el cielo con la mangífica mezcla. Es increíble el sabor, dulce y amargo, textura y aroma que tiene.

 

- Tienes que conseguirme la receta de esto – Vuelvo a servirme un poco y siento que me volveré realmente adicto a esto.

 

- Ni lo sueñes, hice que patentaran esta receta y la envié a una isla de nombre extraño para que no puedas encontrarla – Sonrió, molestándome en el acto. Sabía muy bien que cuando algo me gustaba, lo buscaba hasta encontrarlo – Es la receta familiar de ellos, así que tenía que protegerla de cualquier persona, incluso de mí mismo -

 

Daré esa batalla por perdida. Sería un fantástico postre en mis restaurantes y, por qué no, un nuevo rubro para mi empresa: Los postres y helados.

 

Terminamos nuestras copas de café helado y me siento realmente satisfecho. Para capear un poco el dulce bebo el agua mineral. Todo el rato conversamos sobre los dos Ishida y me entero de varias cosas. Yamato es un guitarrista experto y tiene una banda que ha trabajado en nuestras discográficas. Se nota que Daisuke lo ha ayudado bastante. Al ser mi mano derecha, tiene muchas formas de mover papeles, aunque trata de no verse involucrado. Él siempre confía en mí, y yo le devuelvo con el mismo pago, por lo que no me enfado, sus intenciones nunca son malas. Takeru es estudiante de Literatura y quiere lanzar su propio libro. Creo que lo ayudaré cuando tenga la oportunidad.

 

- ¿Y que te pareció Yama? - Me pregunta, curioso.

 

- Creo que vendré más seguido a este lugar, Dai. Gracias – Mi respuesta es suficiente para él. Daisuke entiende mi mensaje entrelíneas. Nunca doy una opinión de algo o alguien sin conocerlo más, pero mi amigo ya me ha dado un gran avance y creo que intentaré algo.

 

- Será mejor que volvamos, tienes una reunión en media hora más – Apuntó. Tiene muy buena memoria para mi agenda, pero pésima para lo que almorzó ayer.

 

Yamato se acerca y Daisuke le pide la cuenta, lo cual hace enfadar al rubio. Insistía en que él era tan dueño del café como ellos, por lo que no podía cobrarle algo a él. Finalmente, tuve que interceder entre ambos, que eran muy tercos para dar su brazo a torcer.

 

- Entonces pago yo, que no soy dueño y consumí una delicia de café helado – Sonrío, lo cual enmudece a ambos. ¿Por qué me miran con esa cara?

 

- Eres amigo de Daisuke, no puedo hacer eso – Se cruza de brazos. Este chico es muy terco, sólo le falta inflar los mofletes y sería un berrinche, cosa que me agradó mucho.

 

- ¿Aceptas que recomiende este lugar a mis conocidos? Que sea una forma de pagarte – Cruzo mi mirada con él y estoy seguro de haber notado un ligero sonrojo en sus mejillas cuando lo hicimos.

 

Finalmente, Yamato aceptó eso. No parecían tener mucha afluencia de público y les serviría un poco de propaganda de buena mano. Que no le quepan dudas que lo haré y será un lugar muy exitoso. Como me llamo Taichi Yagami, lo juro.

 

Nos retirábamos del lugar cuando Daisuke me dijo que ya me alcanzaba, aún teníamos algunos minutos para llegar a la reunión y siempre podían esperar los socios de la firma para empezar. Me senté cerca de la entrada y vi que mi particular asistente entra a la cocina. Suspiro e imagino que debe estar hablando con su novio. Y, quizás, no solo hablando. Sonrío de pensar lo feliz que debe ser.

 

- Esos dos me producen náuses, mucho amor cerca de ellos – Yamato se sienta frente a mí. Parece enfadado, celoso, ¿Preocupado? Claro, es su hermano menor del que hablamos.

 

- Deben verse poco tiempo, permíteles unos minutos de amor mutuo – Le comento – Deben hacer una linda pareja -

 

- Sí, claro que lo son – Lo veo suspirar, me parece sentir un tono de melancolía en su voz. Takeru no dejará de ser tu hermano, Yamato. Daisuke no lo separaría de tí - ¿Te has enamorado alguna vez, Taichi? -

 

- No, pero nunca es tarde para buscar a alguien con quien compartir tu vida – Siempre he sido muy perfeccionista y técnico en ese sentido - ¿Y tú? ¿Te has enamorado alguna vez, Yama? - Veo como me mira, algo desconcertado – Disculpa, así te dice Dai, lo siento – Me disculpo casi al instante.

 

- No te preocupes – Me sonríe – Y sí, me he enamorado, pero no creo ser correspondido – Un dejo de tristeza logra estremecerme hasta los huesos. Sus ojos perdieron ese característico brillo que tenían y me sorprende su expresividad facial.

 

No quise indagar más en el tema. Y gracias a Daisuke, que volvió, pude evitar pensar en quién sería esa persona. Nos despedimos de Yamato y regresamos a nuestro edificio, siendo recibido nuevamente por la recepcionista. Cuando llegamos, ya estaban todos esperándonos. Al momento de sentarme me doy cuenta de quienes son y de que ámbito es esta reunión.

 

- ¿Lo tenías planificado, cierto? - Le pregunto a Daisuke, frunciendo ligeramente el ceño. Lo mataré, o lo haré sufrir de alguna manera, estoy seguro.

 

- Para nada – Noto su leve sarcasmo en sus palabras al momento de sentarse a mi lado.

 

La junta era de la discográfica y la productora de eventos de la firma. El muy desgraciado sabía el día en que movería sus fichas y me siento parte de su juego. Mira la carpeta de documentos frente a mí y leo la propuesta de varios grupos emergentes, entre los cuales veo el de Yamato. Un grupo de rock ligero, armonioso y de buena llegada al público.

 

La reunión comienza y escucho como debaten de que grupos deberían apoyar y darle más realce. Finjo no poner atención mientras conversan, pero no pierdo detalle. Cuando llegan a la banda de Yamato dejo la carpeta sobre el escritorio y Daisuke me mira con algo de miedo, preocupación y respeto.

 

- Quiero que agenden un concierto dentro de una semana para ese grupo – Ordeno, haciendo el silencio en la sala – Iré a escuchar como son. Inviten a otras dos bandas más que podrían ser potenciadas – Dejo caer mi brazo para tomar el lapiz y hacerlo bailar entre mis dedos.

 

- Señor – La siempre glamorosa Sora me pide permiso para hablar, el cual se lo concedo – Ese grupo no tiene buenas cifras, además de ciertos escándalos que han sufrido pueden ser perjudiciales para la compañía – Trata de excusarse. Ella siempre vela por la respetuosa imagen que tenemos.

 

- Puedo confiar en tí que lograrás acallar esos escándalos, Sora – Sonrío. Su habilidad para manipular a los medios siempre me ha dado buenos resultados – Tengo interés personal en escucharles actuar, luego me informaré de esos escándalos -

 

La reunión continúa sin mayores problemas. Tuve que aprobar una inversión para el disco de otros grupos ya establecidos que tenemos y la junta finalizó. Daisuke acompañó a todos hasta el vestíbulo de nuestra oficina. Ocupamos un piso completo y agradezco tener esa privacidad que me da tiempo para pensar. Lo que hice fue un impulso, ni yo mismo puedo explicármelo, pero jamás me han fallado mis intuiciones en lo que se trata de negocios y éxito. Espero esta no sea la excepción.

 

Daisuke llega al cabo de un rato y se sienta en su silla, frente al escritorio de trabajo que tiene. Intuye que le preguntaré de lo que se refería Sora con el grupo de Yamato, así que le pido se acerque.

 

- Los escándalos, ¿Cierto? - Muy intuitivo, amigo. Mi silencio te responde, además de mi mirada fija en tu rostro – Su música es buena, pero no es bueno que el hermano del vocalista y guitarrista principal sea gay – Se encoge de hombros, apenado.

 

Así que te sientes culpable. La mala fama del grupo es por la homofobia de la gente hacia tí, Takeru y posiblemente a Yamato. Apreto mi mandíbula y siento chirriar mis dientes. Tengo que calmarme y froto las sienes de mi cabeza en un vago intento por pensar en cuánto costará cambiar esa mentalidad, y el costo monetario para acallar a los paparazzis.

 

- Tranquilo. Que sepan que eres mi asistente y te aseguro que lo pensarán dos veces antes de querer volver a comentar algo de nuevo – Me acerco a tí y te abrazo. Eres como un hermano para mí después de todo – Y por sobre todo, mi mejor amigo – Me abrazas con fuerza, acallando un ligero sollozo. No puedo evitar acariciar tu cabello rojizo para tranquilizarte. Has cargado con eso mucho tiempo y nunca me lo dijiste, Daisuke.

 

Nadie le hace daño a la gente que quiero. Incluso yo me encargaré de limpiar la imagen de todo esto, especialmente la tuya, la de tu novio Takeru y de Yama.

 

Yama, creo que me empieza a gustar ese nombre. Y a su dueño, también.

 

 

Notas finales:

Dentro de algunos días publicaré el segundo capítulo. Ya lo tengo listo y estoy escribiendo el tercero. Un agradecimiento a Drago-Takeru que me ha inspirado para volver a escribir gracias a su maravillosa historia.

 

Soy mi propio beta-reader. Así que pueden existir algunos errores, pero me he encargado de leer 3 o 4 veces cada capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).